José Mª RodrÃguez Vega
Registrado: 11 Oct 2003 Mensajes: 1429
|
Publicado: Mie Mar 28, 2007 7:48 am Título del mensaje: El universalismo. |
|
|
Lo peor para un buen gobierno es que gobierne un filósofo, pues el filósofo es lo más opuesto que hay a la prudencia polÃtica. Un filósofo es un completo imprudente, tiene la boca demasiado abierta y es de imaginación calenturienta y con él no se puede ir a ninguna parte. Para Aristóteles el filósofo nunca debe ser rey, por eso, porque no hay nada de prudencia en la sabidurÃa especulativa ya que esta sabidurÃa está obsesionada con soltar y decir la verdad, cosa que jamás es muy conveniente en la polÃtica, piensen lo que piensen algunos ingenuos. Platón por el contrario es el del mito, la especulación mÃtica. Para él el filósofo debe compaginarse con el rey. CreÃa que a menos que la espada no se identifique con la sabidurÃa este mundo nunca se desprenderá de sus dolores y tormentos. Sin saberlo se anticipaba a San Pablo o al Cristo Soberano, a la ParusÃa (Parousia, presencia) de los cristianos y que con independencia de Tito creÃan de ella que nos vendrÃa con toda la pompa y boato, con la destrucción deslumbrante del poder terreno del Templo de Jerusalen. Para los universalistas -sean escatológicos o no- la totalidad es lo principal. Están obsesionados por la unificación de los opuestos o de lo diverso y creen casi todos en el Adviento de un modo u otro. Son todos gnósticos sin remedio y ansÃan la estabilidad y la inmovilidad de un triángulo equilátero en los logros de la polÃtica. Pero la polÃtica es ante todo mutabilidad, movimiento incesante de opuestos irreconciliables en perenne conflicto. La polÃtica es lucha, polémica, y por tanto dolor y sufrimiento, el eterno Infierno para nosotros aquà en la Tierra. La polÃtica es lo opuesto al historicismo y el historicismo es hijo de la democracia pues que es como ella, relativista (como por ejemplo lo es Hans Kelsen)... ¿Entonces la democracia es opuesta a la polÃtica? Efectivamente la democracia es una postura polÃtica que en su irrefrenabilidad lafortiana pretende realizarse como Totalidad o disolución de opuestos, y es por ello contraria a la actividad de la real polÃtica que para nada se identifica con el logro o solución de todas las contraposiciones. La democracia es un estorbo a la polÃtica, pues el hombre es a sus ojos un ser finito que apunta a lo infinito (Vico), pero en realidad es un ser finito que se emboba en sus propias tonterÃas supuestamente infinitas. Historicismo, relativismo y democracia, son las tres caras del progresismo gnóstico cuya actividad polÃtica es su apolÃtica finalidad: la peonza de la felicidad. Por contra la polÃtica realista tiene por su actividad la duración, la duración que no tiene fin. Lo suyo es el nomos de la episteme, pero esta episteme lo es de la duración, de la eutaxia, no de su realización o aproximación a la solución como felicidad, como fin. El fin (o prólepsis mejor) de la real polÃtica es un -telos- indefinido, cuya incógnita no importa ni amedranta.
<El desarrollo hacia la reapropiación universal del hombre universaliza asÃmismo la existencia de los partidos comunistas del mundo entero, convirtiéndola en un todo cada vez más interdependiente de sus partes en la medida en que los partidos comunistas constituyen la conciencia organizada de la humanidad contemporánea...> (José Revueltas. Ensayo sobre un proletariado sin cabeza. Ed. Era. Máxico 1982, pág. 63)
Puro mito, puras falsedades o mentiras inconscientes... ¡La conciencia organizada de la humanidad! Las famosas leyes del desarrollo no van a ninguna parte. Leer hoy en dÃa a José Revueltas es propio de masoquistas que gustan fustigarse con sus leninistas "saltos cualitativos", "realización objetiva" y demás mitologÃas guardadas en la aljaba del irrealismo alucinante del universalismo progresista y gnóstico. Revuelta de estómago. Me refugio en Donoso Cortés. Adiós. |
|