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Sabino Arana, fundador del PNV

 
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J.M. Rodríguez Pardo



Registrado: 10 Oct 2003
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Ubicación: Gijón (España)

MensajePublicado: Mar Nov 11, 2003 6:08 pm    Título del mensaje: Sabino Arana, fundador del PNV Responder citando

Estimados amigos:

He recibido un texto sobre Sabino Arana, que intenta explicar el origen y génesis del racismo peneuvista. Comenzaré en esta primera entrega a difundirlo, por si los contertulios desean hacer algún comentario.

Un saludo cordial,
José Manuel Rodríguez Pardo.


Cita:
Sabino Arana nació en 1865, de una acaudalada familia naviera y propietaria de un astillero. Su padre, carlista, estuvo comprometido en el suministro de armas para el movimiento que daría lugar a la tercera y última guerra carlista, en 1872, cuyo fracaso final, en 1876, le sumió en una profunda depresión. El carlismo quedó prácticamente en ruinas y la familia Arana perdió bastante de su posición económica. Pero no fue sólo una derrota política y militar: también la sociedad vizcaína experimentaba por entonces un brusco cambio, aniquilador de los viejos valores y formas de vida a los que tan apegada estaba la familia Arana. En los años 70, la explotación de las minas de hierro para su exportación, había iniciado la industrialización de Vizcaya, completada en los años 80 con la creación de plantas siderúrgicas. Estaba cambiando la composición social y hasta el mismo paisaje, la ciudad crecía con barriadas lóbregas donde se albergaban miles de inmigrantes de otras provincias, gente a menudo desarraigada y sin vida familiar, parte de ella influida por ideas antirreligiosas o revolucionarias.
En este clima de rápido cambio, tan deprimente para muchos, Luis Arana, hermano mayor de Sabino, concluyó que el carlismo había fracasado definitivamente, y que el fondo de todo el problema social y político, la causa del declive de la vieja sociedad, radicaba en un hecho por casi nadie reconocido: que los vizcaínos, y los vascos en general, no eran españoles ni debían identificarse con los asuntos de España. A resultas de la derrota carlista, los fueros habían sido definitivamente abolidos, y aunque el suceso apenas despertó preocupación por el momento, iban a convertirse en el símbolo de la añoranza por la vieja sociedad. Luis identificó los fueros con una presunta independencia de Vizcaya, mantenida según él hasta la primera derrota carlista, en 1839, con la cual se habría abierto un proceso de sumisión creciente a España, culminado en la última derrota de 1876.
Por aquellos años se discutía bastante en torno al carácter racial y lingüístico de los vascos, aunque no existía casi nada parecido a un espíritu nacionalista, y el propio Luis carecía de la energía o de la convicción suficientes para levantar la bandera. Pero en la primavera de 1882, el domingo de Resurrección, según se cuenta, en el curso de unas conversaciones en el jardín de la casa familiar de Abando, Luis transmitió sus ideas a Sabino, que las absorbió con auténtica pasión. Sabino era un muchacho enfermizo (se reponía de una posible “tisis galopanteâ€) pero de carácter mucho más fuerte que Luis, y se aplicó a estudiar vascuence, pues su idioma materno, como el de tantos vascos, era el castellano, del cual renegó (“lo hablo por desgraciaâ€, escribió alguna vez (1), pero al que nunca pudo renunciar y que siempre manejó bastante mejor que el estudiado “idioma racialâ€, como lo definiría.
La discusión de Abando ha quedado para los nacionalistas como una auténtica “revelación†o “iluminaciónâ€, asociada a un día tan simbólico como el domingo de Resurrección, una especie de acto fundacional, de resurrección de la “raza vascaâ€. Pero Sabino sólo tenía 17 años, y las ideas recibidas todavía habían de fermentar en su cabeza durante diez años. Entre tanto fue a estudiar derecho en Barcelona, donde debió de recibir algunas influencias de los ambientes catalanistas, y, vuelto a Vizcaya, escribió algunos artículos sobre filología vascuence.
Fue a finales de 1889 y durante el año siguiente, cuando dio forma a sus ideales separatistas, concretándolos en varios artículos literarios sobre “Cuatro glorias patriasâ€. Las glorias, significativamente, consistían en cuatro batallas, las de Padura o Arrigorriaga, Gordexola o Gordejola y Ochandiano (1355) y Munguía (1480), libradas, según él, por los vizcaínos para rechazar las pretensiones de leoneses y castellanos de acabar con la independencia de su tierra. En realidad no existe documentación alguna sobre la batalla de Padura, que él describe con tonos muy vivos y algo pomposos, datándola arbitrariamente el 30 de noviembre de 888 (otros la quieren datar en 870), y probablemente se trata de un hecho legendario*. Las demás, mucho más recientes, fueron escaramuzas o acciones militares confusas y de escasa significación, ligadas a rivalidades señoriales y banderizas en la propia Vizcaya. Arana las presentó, con razones dudosas, como la manifestación concreta, ratificada con sangre, de una ancestral lucha de Vizcaya por su independencia. Esos artículos, publicados juntos en 1892, bajo el título “Bizkaya por su independenciaâ€, están considerados la primera obra del nacionalismo vasco, acogida con frialdad en Vizcaya.
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Felipe Giménez Pérez



Registrado: 14 Oct 2003
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MensajePublicado: Mar Nov 11, 2003 6:15 pm    Título del mensaje: Responder citando

Estimados contertulios: No deja de ser asombroso el hecho de que Sabino Arana inventara la bandera del País Vasco, primero del PNV y luego bandera autonómica vasca así como de la grafía vasca de hoy día. Lo asombroso repito es el éxito que tuvo todo esto entre las masas vascas o por lo menos entre parte de la población vasca. No me estoy refiriendo al período que se extiende desde 1975 a 2003, sino entre 1895 y 1931, esto es, en otras condiciones mucho más favorables para la causa de España. Lo mismo ocurrió con el nacionalismo catalán entre 1892 y 1923. Atentamente,
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J.M. Rodríguez Pardo



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Mensajes: 1423
Ubicación: Gijón (España)

MensajePublicado: Mar Nov 11, 2003 8:23 pm    Título del mensaje: Sabino Arana, fundador del PNV (II) Responder citando

Estimados amigos:

Prosigo con la transcripción del texto. Aquí repudia a los capitalistas que industrializaron Vasconia.

Un saludo cordial,
José Manuel Rodríguez Pardo.

Cita:
Fue el 3 de junio de 1893, en una merienda-cena en el caserío de Larrazábal, con 23 simpatizantes regionalistas llamados euskalerriacos, cuando Arana pronunció un célebre discurso considerado a su vez el primer acto nacionalista. El orador explicó su evolución política desde la iluminación de Abando, y las convicciones adquiridas desde entonces. En su mente se había formado la potente convicción de que los vascos habían vivido en un tiempo muy lejano en medio de instituciones excelentes, bajo leyes modélicas, manifestadas con el paso del tiempo en los, para él mal llamados, fueros; y de que tan envidiable modo de vida se había deteriorado hasta casi desaparecer, siendo imperativo recuperarlo.
A su entender, los males habían empezado ya en el siglo IX, cuando los vizcaínos, olvidando sus instituciones (de ellas sabía Arana mucho menos de lo hoy conocido, que sigue siendo poco), habían adoptado la forma de gobierno señorial “españolizándose en sus idealesâ€. El deplorable suceso “torció en tanto grado las inteligencias y los corazones de los bizkaínos que, produciendo aberraciones tales como la de llamar en los documentos Rey y Señor a quien sólo era Señor y consentir que firmara Yo el Rey (…) causó el más profundo y trascendental de llamarse a sí mismos españoles los vizcaínos; y no rechazado este maldito nombre de nacionalidad por aquel pueblo que (…) no preveía que las generaciones ulteriores habían de caer en la persuasión de que aquél les correspondía por naturalezaâ€. Como “historiador filósofo†consigue explicarse que sus paisanos se llamaran españoles en “la época de apogeo y engrandecimiento de Españaâ€, pero encontraba incomprensible la continuidad de tan nefanda costumbre en épocas de decadencia hispana.
Y así, con tales yerros, “Aquella Vizcaya que supo guardar su independencia al precio de la sangre de sus hijos, venciendo en mil combates al musulmán, al hispano, al galo y al sajón (…) temida, aunque pequeña, por todas las naciones (…) vedla ya en el siglo XVIII, intoxicada por el virus españolista, anémica y sin fuerzas para oponerse a un contrafuero, y por último en este nuestro siglo despedazada por la furia extranjera, y expirante, que no muerta lo cual fuera preferible, sino humillada, pisoteada y escarnecida por España, por esa nación enteca y miserableâ€. La culpa principal correspondía a los propios vizcaínos inconscientes y renegados, y a sus partidos españolistas que “alardeando de amar a Bizkaya, no hacen otra cosa que ultrajarla y ofenderla†“¡Pobre Bizkaya, si la Divina Justicia no hubiese envainado ya la espada con que tan duramente está castigando acaso tus pasadas culpas, si no hubiese sonado en la Providencia la hora de la restauración!â€.
Esa hora providencial llegaba de la mano del propio Arana, esclarecido en Abando: “Y el lema Jaungoikoa eta lagizarra [Señor de lo alto y leyes viejasâ€, o “Dios y fuerosâ€] (…) iluminó mi mente y absorbió toda mi atención (…) Levantando el corazón a Dios, de Bizkaya eterno Señor, ofrecí todo cuanto tengo y soy en apoyo de la restauración patria, y juré (y hoy ratifico mi juramento) trabajar en tal sentido con todas mis débiles fuerzas, arrostrando cuantos obstáculos se me pusieran de frente y disponiéndome, en caso necesario, al sacrificio de todos mis afectos, desde los de familia y de amistad hasta las conveniencias sociales, la hacienda y la misma vidaâ€. El lema citado, abreviado en JEL, sería el distintivo esencial del nacionalismo sabiniano.
Arana atribuía a su misión verdadero carácter divino, como exclamaría en otras ocasiones: “¡Y aún habrá quienes crean que el nacionalismo euskeriano es una causa puramente humana!â€, o “No hay, no ha habido en el mundo ninguna política que en cultura y perfección se asemeja al nacionalismo [vasco]†En corto: “Si ha resonado el grito de independencia SOLO POR DIOS HA RESONADO†(2).
Admitía lo difícil de su empeño y la posibilidad de derrota. En tal caso “abandonaré mi Patria. Pero (tenedlo bien entendido, hijos de Vizcaya), si tan triste suceso llegara, juro, al dejar el suelo patrio, dejaros también un recuerdo que jamás se borre de la memoria de los hombresâ€. Qué terrible recuerdo sería ése no lo especificó, pero expresó a continuación el llamado “juramento de Larrazábalâ€: “No quiero nada para mí, todo lo quiero para Bizkaya; ahora mismo, y no una sino cien veces, daría mi cuello a la cuchilla sin pretender ni la memoria de mi nombre si supiese que con ello habría de revivir mi Patriaâ€. Dijo estas palabras “en un tono emocional y decidido que asustóâ€, señala el prologuista de sus obras completas, Martín de Ugalde.
Los oyentes ni siquiera le aplaudieron por cortesía, y tomaron su discurso por una chifladura. Sin embargo Arana no hablaba por hablar. Estaba realmente inflamado por su autoatribuida misión, y, lejos de desanimarse, sacó unos días después su primer periódico, una hoja volante sin periodicidad, que pasaría a ser mensual en 1894, titulada Bizkaitarra. La escribía casi él sólo, y con ella difundió su mensaje y ganó adeptos.
La virulencia de Arana y la formación de una corriente de opinión nacionalista, pequeña pero en auge, no se comprenderían sin atender al rápido cambio económico y social de aquellos años. Una manifestación de ese cambio fue la ya mencionada afluencia de inmigrantes de otras regiones, los maketos, a quienes Arana endosaba la culpa de todos los males, y sobre quienes hacía silbar sin tregua el látigo de las frases más ofensivas y cargadas de resentimiento. Y así ocurrirá en todas las publicaciones posteriores del fundador del nacionalismo vasco, como Baserritarra, El Correo Vasco, La Patria, o Euzkadi. “Con esa invasión maketa, --dice, fulminando a los capitalistas locales--, gran parte de la cual ha venido a nuestro suelo por vuestro apoyo (…) estáis pervirtiendo la sociedad vizcaína, pues cometa es ése que no arrastra consigo más que inmundicia y no presagia más que calamidades: la impiedad, todo género de inmoralidad, la blasfemia, el crimen, el libre pensamiento, la incredulidad, el socialismo, el anarquismo…todo ello es obra suyaâ€
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J.M. Rodríguez Pardo



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Ubicación: Gijón (España)

MensajePublicado: Mar Nov 11, 2003 8:26 pm    Título del mensaje: Sabino Arana, fundador del PNV (III) Responder citando

Estimados amigos:

Ahora el texto se refiere a la presunta patria vasca.

Un saludo cordial,
José Manuel Rodríguez Pardo.

Cita:
Su cólera trasluce una angustia genuina por la rápida erosión del viejo mundo rural y marinero en que él había crecido, inmerso, por así decir, en el paisaje, en apariencia autosuficiente en el círculo de sus costumbres y creencias tradicionales, con su estrecha y conmovedora interrelación humana, aunque también su pobreza, sus enfermedades e ignorancia, su control social asfixiante para los espíritus más independientes. No por casualidad titularía Baserritarra (El aldeano o casero) su segunda publicación periódica. Ello no le impedía apreciar el progreso económico e industrial, que transformaba una tierra antes pobre y de emigración, si bien su aprecio rezumaba de prejuicios aldeanos, por así llamarlos. “Está rico el vasco. Pero gran parte de su dinero pasa el Ebro (…) Otra gran parte se emplea aquí mismo en tratar bien al forastero†(4). Todo el dinero debía quedar para los autóctonos (esta idea llegó a convertirse en dogma y consigna nacionalistas), aunque a generarlo contribuían los miles de inmigrantes, el conjunto del mercado español y el proteccionismo impuesto desde Madrid.
Las maldiciones a los trabajadores recién llegados causan cierto asombro. Las duras condiciones en que éstos debían vivir y trabajar, hacinados en barriadas improvisadas y pisos húmedos e incómodos, sometidos a jornadas agotadoras y a la arbitrariedad de las empresas, no despiertan rastro de simpatía o compasión en Arana, el cual los trata en bloque de malvados, blasfemos y navajeros, empeorados por el contagio liberal: “gentes incultas, brutales y afeminadasâ€, “vagos por naturalezaâ€, que arrastran a huelgas a los laboriosos vizcaínos. “La plaga suprema que ha caído sobre nosotros ha sido la inmigración (…) Chinos como los auténticos de la coleta y tan dañosos aquí como sus congéneres lo fueron en Norteamérica, forman, por regla general, en lo que aquí se llama socialismoâ€. “Son nuestros moros†(5). Etc.
Aunque, admite, “no hay pueblo, por abominable que sea, indotado de toda buena cualidadâ€, sólo consigue destacar “los muchos y abyectos vicios de que los hijos de la pedantesca y tenebrosa Maketania adolecenâ€, y de los que infectaban Vizcaya. Llegados en procura de empleo y mujer, corroían la acrisolada virtud de las vascas. Las fiestas éuskaras degeneraban, y en ellas bailaban abrazados hombres y mujeres: “Conocidas son las horribles consecuencias de estos pagánicos días: quien no las conozca, no tiene más que examinar el registro de nacimientos semestre y medio despuésâ€. Tiene por “osadía inaudita†que en tales fiestas populares se toquen piezas como “La marcha de Cádiz (…) o la gallegada (…) Repertorio digno de una banda gallegaâ€. O destaca sucesos como “Un maketo llamado Martínez asesinó bárbaramente, en Castrejana, a un bizkaíno llamado Artecheâ€. Y así incesantemente. En suma, “El maketo: ¡he ahí al enemigo!â€, “Nuestro dominador y nuestro parásito nacional†(6).
La siembra del odio se extiende en Arana a cualquier aspecto de la vida social. Así denuncia indignado el socorro de los vascos a los miles de afectados por inundaciones en Consuegra, o en otra catástrofe en Santander, o en pro de la guerra de Melilla, y contrasta esa generosidad con la, a su juicio escasa, mostrada con las familias de 16 marineros muertos en un naufragio en Elanchove: “Los elantxobeses son hermanos nuestros, mientras que los naturales de Consuegra y Santander son hijos de una raza que nos odiaâ€. Aunque señala a los inmigrantes, siempre en bloque, como dados al liberalismo, el socialismo o la masonería, la misma actividad religiosa de ellos le inspira comentarios acerbos. De una peregrinación obrera a Roma, comenta: “O es maketa o es euskeriana (…) Si es una peregrinación maketo-euskeriana o mestiza (…) ¿por qué no se extiende más aún el compás y se forma una peregrinación franco-hispano-anglo-ruso-germano-rumano- lusitano-euskeriana? En ese caso, además, (…) ¿en qué lengua se le hablará a Su Santidad, en Euskera o en maketo?â€(7)
Por lo mismo elogia como proezas los altercados promovidos por “unos cuantos jóvenes del paísâ€, seguidores suyos que en el Círculo Bilbaíno exigieron expulsar a los maketos. El Euzkeldun Batzokija, centro fundado por él en julio de 1894, estatuye: “Queda absolutamente prohibida la entrada en el local de la Sociedad a extranjeros que profesen otra religión o que procedan de nación enemiga de Vizcaya†(8).
La aversión al maketo era para Sabino virtud imprescindible: “Ese camino del odio al maketismo es mucho más directo y seguro que el que llevan los que se dicen amantes de los Fueros, pero no sienten rencor hacia el invasorâ€. “No hay odio que sea proporcionado a la enorme injusticia que con nosotros ha consumado el hijo del romano. No hay odio con que puedan pagarse los innumerables daños que nos causan los largos años de dominaciónâ€. Con cierta hipocresía, justificaba ese odio en el que, a su vez, profesarían los maketos a los vascos: “ellos son los que nos esclavizan; y no contentos con esto, pues nos aborrecen a muerte, no han de parar hasta extinguir nuestra razaâ€. “Todos son enemigos de nuestra Patria (…) siempre encarnizadosâ€. “Nos están carcomiendo el cuerpo y aniquilando el espíritu, y aspiran a nuestra muerteâ€. Como todos los políticos que hacen del odio un instrumento crucial, Sabino lo justificaba alegando un odio recíproco y previo de los enemigos elegidos… aunque sabía muy bien lo unilateral de su incitación. No existen, o apenas, testimonios de la inquina y afán de exterminio de los vascos que él atribuye a los maketos, y dentro de las habituales rencillas y burlas regionales, la imagen de los vascos solía ser más bien positiva en toda España, como gente honrada y animosa, activa y fiable.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mar Nov 11, 2003 8:31 pm    Título del mensaje: Sabino Arana, fundador del PNV (IV) Responder citando

Estimados amigos:

Aquí se muestra cómo Arana tergiversa el papel de los vascos en la Historia de España, y se dan claves para entender el éxito de estas mentiras.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.

Cita:
Además, durante siglos los vascos habían emigrado al resto de España (se ha calculado que un 12% de la población tienen algún apellido vasco), y a Hispanoamérica, aprovechando la ventaja del idioma, siendo admitidos como iguales, y sin haber recibido jamás un trato semejante al preconizado por Sabino para la emigración inversa. Pero el fundador del PNV encontraba esa desigualdad de trato plenamente justificada, pues ¿qué recibían los vascos de “Castilla y sus hermanas� Sólo vicios y perjuicios. En cambio, los emigrantes vascos había beneficiado muchísimo a los maketos, a quienes “ayudaron a conquistar sus tierras contra los moros, a explorar el océano, a someter las Indias, a pelear contra turcos y europeos (…) Donde quiera que en España se inicien empresas de desarrollo, de vida y de progreso, allí se ve al vasco (…) Buenos Aires fue por nuestro Garay fundada; a aquella América de promisión la dio un Bolívar su libertad†(10). Omite que todo eso lo habían hecho en calidad de españoles.
Desigualdad de trato, por tanto, muy natural. Después de todo, la raza vasca, “tan distinta de la española, como lo es de la china o de la zulúâ€, forma “la nación más noble y más libre del mundo enteroâ€, “raza singular por sus bellas cualidades, pero más singular aún por no tener ningún punto de contacto o fraternidad ni con la raza española, ni con la francesa, que son sus vecinas, ni con raza alguna del mundoâ€, formando un tipo humano que “en todas partes se encuentra como el pez en el agua (…) Diríase que en la raza vasca se han perpetuado los caracteres propios de la familia generadora de todos los pueblosâ€. Etc. No extrañarán los bien conocidos y ofensivos contrastes que hace el fundador del PNV entre la “raza vasca†y la maketa, tanto en los aspectos mental y moral como en el físico… aunque el mismo Sabino podía pasar por un español corriente, y su hermano Luis, de figura poco afortunada, distaba largo trecho del ideal establecido por él mismo* (11).
Una raza tan sobresaliente desde cualquier punto de vista, perdía necesariamente en su contacto y mezcla con cualquier otra, por lo cual “La salvación de la sociedad vasca (…) se cifra en el aislamiento más absoluto, en la abstracción de todo elemento extraño (…) desechando inexorablemente todo lo exóticoâ€. Pero la dura realidad era justamente la más lamentable que cupiera concebir: “Este pueblo, noble viril, temido y admirado, había de decaer y degenerar en tanto grado que viniese en este siglo a ofrecerse de esclavo al pueblo español…¡al pueblo español!... menospreciado en esta época por todos los pueblos y objeto de befa para toda nación civilizada†(12).
No reflejan estos textos un espíritu muy cristiano, pese a la constante invocación de Arana a la religión. No obstante denuncia a veces, hablando del mundo en general: “Es la actual la era del odioâ€; o clama contra las ideologías dominantes en Europa: “La bandera de bestias tremolada por la sociedad del siglo XIXâ€. O manifiesta piedad con motivo de la guerra de los boers, en Suráfrica: “Sabida es la inhumana crueldad con que los blancos han tratado siempre y dondequiera a las razas de color†“Los campesinos holandeses (…) consideran a los cafres y demás vecinos negros más bien como animalesâ€. Pero cuando abandona tan lejanas latitudes, estatuye que “gran número†de maketos “más que hombres semejan simios poco menos bestias que el gorila; no busquéis en sus rostros la expresión de la inteligencia humana ni de virtud alguna; su mirada sólo revela idiotismo y brutalidadâ€. En otros momentos afirma, no sin notoria doblez: “No insultamos al pueblo español, no intentamos ofender a nadie†(13).
Este concepto ofrece una clave esencial para comprender el considerable éxito posterior del nacionalismo vasco. La idea de ser parte de una raza especial, una especie de “pueblo elegidoâ€, superior a cualquier otro, y muy especialmente al “maketoâ€, el más abyecto de todos, seduce y exalta a muchos individuos, al proyectar sobre el exterior las culpas por las insuficiencias de la vida propia. De ahí la dificultad de combatirla con argumentos. Ese atractivo apenas depende del nivel educativo de los individuos, como comprobamos en el ascendiente del nazismo sobre Alemania en los años 30 y 40 del siglo XX, con ideas muy semejantes a las propagadas por Arana, y pese a ser el alemán uno de los pueblos más cultos del mundo.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mar Nov 11, 2003 8:33 pm    Título del mensaje: Sabino Arana, fundador del PNV (V) Responder citando

Estimados amigos:

Aquí Sabino Arana muestra su deseo de aliarse con los independentistas catalanes, y señala el origen del pueblo vasco en los fueros y el catolicismo, detalles realmente confusos.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.

Cita:
Por esos años de finales del siglo XIX el nacionalismo catalán buscaba aliados en otras regiones, especialmente en Vasconia y Galicia. Pero topó con el rechazo de Arana y los suyos: “Dice La veu de Catalunya que los catalanes son hermanos nuestros de desgracia, y que también somos en el mismo concepto de los baleares, los valencianos y los gallegos (…) Fraternidad de desgracia; porque, en efecto, fraternidad de raza no la hay entre aquellos españoles y nosotros, como no seamos también hermanos de los coreanos (…) Pero tampoco somos hermanos de desgracia (…) porque la desgracia de los catalanes (…) y la nuestra no se parecen en lo más mínimo. Los catalanes perdieron las leyes privativas de su región; nosotros hemos perdido nuestra nacionalidad e independencia absoluta (…) No es razonable la alianza de los catalanes y los bizkaínos; pues no son semejantes los sujetos Bizkaya y Cataluña, ni se parecen por su desgracia; ni tienen un enemigo común; ni son las mismas sus aspiraciones (…) Equiparar nuestro derecho a constituir nación aparte, con el derecho que le sirviera de base al nacionalismo catalán, sería rebajar el nuestro (…) Nunca discutiremos si las regiones españolas como Cataluña tienen o no derecho al regionalismo que defienden; porque nos preocupan muy poco, nada por mejor decir, los asuntos internos de España (…) No escribimos nuestro periódico para hablar de política extranjera, sino para instruir a los vizcaínos (…) Jamás confundiremos nuestros derechos con los derechos de región extranjera alguna (…) jamás haremos causa común con las regiones españolas. Entendernos en la acción definitiva: esto es lo único que cabe y admitiríamos con cualquier pueblo de la tierra†(14).
El desprecio por la alianza con los catalanes tenía su buena razón: “Cataluña es española por su origen, por su naturaleza política, por su raza, por su lengua, por su carácter y por sus costumbresâ€. “Ustedes, los catalanes, saben perfectamente que Cataluña ha sido y es una región de España (…) una región con caracteres de nacionalidadâ€, cosa muy distinta de una nación genuina. Por tanto, recuerda sin piedad: “Maketania comprende a Cataluñaâ€, y, para más claridad, agua el entusiasmo mostrado en La Veu por el Lexikon etimológico, naturalista y popular del Bilbaíno neto, de Arriaga, señalando la acepción de “maketoâ€: “Maketo es el mote con que aquí se conoce a todo español, sea catalán, castellano, gallego o andaluz†(15).

Otra razón estribaba en el muy distinto carácter –en opinión de Arana-- de los fueros vascos y los catalanes. Los fueros vascos, --las lagizarra o “leyes viejasâ€-- probarían la independencia ancestral de su raza, pues no se trataba de privilegios otorgados por la realeza, como los catalanes y los demás, sino de leyes inmemoriales, anteriores a la invasión árabe, que los vascos negociaban de igual a igual, de potencia a potencia con los reyes. Este supuesto ha originado interminables polémicas, no del todo sensatas. La discusión parte de un equívoco: los fueros, vascos y no vascos, solían nacer del derecho consuetudinario local, y en ese sentido su aprobación por los reyes tenía un doble valor, como aceptación de una realidad previa y como expresión de la autoridad regia, como un reconocimiento y una concesión simultáneos. Por otra parte, si las provincias vascas eran independientes, no se entiende bien por qué tenían que negociar sus propias leyes con reyes foráneos, y plasmarlas, además, en el idioma “extranjeroâ€. Pero Sabino, una vez más, miraba al futuro más que al pasado: fuera cual fuere el significado genuino de las “leyes viejasâ€, él las interpretaba con vistas a la plena separación de España, que es lo que deseaba por otros motivos (moral, raza y similares).
Por lo demás, pensar que los vascos se gobernaban de la misma forma antes de los árabes o de los romanos, y durante la Edad Media, aparte de totalmente indemostrado, parece improbable en sumo grado
De todas formas, la “reintegración foral†quedó siempre como un asunto ambiguo, pues algunos la interpretarían como independencia absoluta y otros como autonomía, traicionando éstos la intención sabiniana, pero con un fundamento histórico más probable. Esa ambigüedad daría pie a acres divisiones en el movimiento nacionalista.

Arana nunca se molestó en demostrar de algún modo sus asertos sobre los inenarrables vicios de los maketos, ni sobre las no menos inenarrables virtudes de los bizkaínos. No era propiamente un teórico ni un “historiador filósofoâ€, como se llamaba a sí mismo, pero sí un inspirado agitador y propagandista, y como a tal, le bastaba con la repetición martilleante de sus afirmaciones, dándolas por evidentes, y con los llamamientos a actuar en consecuencia. Los textos aquí citados son sólo una mínima parte de los que podían exponerse, y por lo demás, han sido reproducidos muy a menudo, tanto por sus adversarios como por sus partidarios. Sus conceptos no son, insisto, muy católicos, pero en su escrito quizá más teórico, “Efectos de la invasión maketaâ€, dirigido en especial al clero, se las arregla para combinar su racismo y prédica del odio con los intereses de la Iglesia*.
A su juicio, “Entre el cúmulo de terribles desgracias que afligen hoy a nuestra amada Patria, ninguna tan terrible y aflictiva (…) como el roce de sus hijos con los hijos de la nación española. Ni la extinción de su lengua, ni el olvido de su historia, ni la pérdida de sus propias y santas tradiciones e imposición de otras extrañas y liberales, ni la misma esclavitud política que hace más de once lustros padece, la equiparan en gravedad y trascendenciaâ€. Pues ese roce “causa inmediata y necesariamente en nuestra raza ignorancia y extravío de la inteligencia, debilidad y corrupción de corazón, apartamiento total, en suma, del fin de toda humana sociedad†(16).
Tan enorme desdicha provenía de que, simplificando, los vascos son católicos en cierto modo por naturaleza, y su conducta e instituciones correspondían a una moralidad elevadísima, aún antes de su conversión a Cristo en siglos pasados. En cambio los maketos…: “El pueblo español, no obstante los largos siglos en que ha gozado de gobierno y legislación católicos, siempre se ha resistido a su benéfica influencia, siempre ha permanecido irreligioso e inmoralâ€. Pintar a España como católica le mueve a indignada irrisión: “¡Católica España! Y ¡afirmarlo ahora que cualquiera sabe leer y cualquiera lee periódicos y libros! (…) No es posible, en breve espacio, mencionar siquiera concisamente, los hechos pasados y presentes que prueban bien a las claras que España, como pueblo o nación, no ha sido antes jamás ni es hoy católicaâ€. De ahí el enorme disparate de quienes, como los carlistas, “Predican el catolicismo y el españolismo unidos, como si en la práctica fueran compatiblesâ€. La perversidad hispana queda patente por doquier. Olvidando su aserto de que Bolívar – masón-- había liberado a América del sur, explica: “Los estados americanos hoy más masonizados en sus ideas y más corrompidos por tanto en sus costumbres, han sido también ¡qué casualidad! posesiones españolas†.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mar Nov 11, 2003 8:37 pm    Título del mensaje: Sabino Arana, fundador del PNV (VI) Responder citando

Estimados amigos:

Aquí Arana señala que el español es un idioma utilizado para los intercambios mercantiles, y por lo tanto corroido de materialismo e impiedad. Pretende, con el nombre Euskadi y la alianza con el clero, liberar a sus conciudadanos de tal materialismo.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.

Cita:
En los españoles la moral y la religión, nunca aceptadas, han venido “de arriba abajoâ€, del poder al pueblo, mientras que entre los vizcaínos había sido el pueblo el que había enseñado e impuesto a los gobernantes las buenas costumbres. El liberalismo no causaba el mal, incrustado en la naturaleza del maketo tal como la virtud en la del vasco, pero lo agravaba muchísimo en aquel final de siglo, cuando la antigua y benéfica presión católica desde el poder había cedido a la presión liberal. Y hacía estragos también entre los bizkaínos: “Quiso Castelar oprimir a nuestro Clero y sustituir su influencia cristiana con la corruptora de maestros (…) parad educar a nuestra juventud en el error y el vicioâ€.
Y aquella chusma había puesto su yugo a los vascos: “Bizkaya, dependiente de España, no puede dirigirse a Dios, no puede ser católica en la prácticaâ€, y “la sociedad euskeriana, hermanada y confundida con el pueblo español, que malea las inteligencias y los corazones de sus hijos y mata sus almas, está apartada de su fin, está perdiendo a sus hijos, está pecando contra Diosâ€. La raza vasca, “oprimido su espíritu por el extraño, su cuerpo se extenúa, se extingue, perece†(17).
Por lo tanto, el grito de independencia “ha resonado por Diosâ€, “Es la voz de la razón y la justiciaâ€. Y concluye: “¿Hay otra causa tan noble y santa como la nuestra?â€(18).
Sabino aspiraba a un estado casi teocrático, y, por convicción y por cálculo, entendía bien la gran ventaja de atraerse al clero, tan influyente en la sociedad vasca. Dentro del clero, Arana admiraba en especial a los jesuitas, entre quienes se había educado y a profesar en los cuales parece haberse inclinado en su juventud: “Un grande hombre engendró la raza vasca: Ignacio de Loyola. Su obra fue aún más grande†(20).La acogida eclesiástica inicial a sus doctrinas fue desfavorable, pero él estaba convencido de que sus promesas de una tierra exenta de liberalismo, socialismo o anarquismo le ganarían a muchos religiosos, vista la amarga sensación de fracaso dejada por la última guerra carlista. Y así iba a ocurrir, pese al fondo paganoide de sus ideas. Un sector muy nutrido del clero vasco iba a tener un papel clave en la propagación y justificación de la doctrina sabiniana. Para muchos curas, los vascos pasaron a ser una especie de pueblo elegido, católico casi por naturaleza, oprimido por gentiles difícilmente redimibles.
Ello tenía otro efecto peculiar, pues normalmente en toda España era la influencia cristiana el principal valladar a la expansión de las doctrinas revolucionarias, pero la adopción de la doctrina nacionalista por muchos clérigos debilitaba la oposición a las influencias socialistas entre la masa de los trabajadores.
Al lado de la raza, aunque sin la importancia de ella, Arana destacaba la lengua como elemento distintivo de la nación vasca. El vascuence, en regresión, podía haber sido defendido de forma políticamente más neutra, pero el fundador del PNV convirtió enseguida esa defensa en un nuevo motivo de excitación separatista a los bizkaínos y de ataque a los maketos siempre dispuestos a las peores fechorías. Con lógica algo inconexa lanza avisos como éste: “Olvida esa tu lengua, sí. Pero si el maketo, penetrando en tu casa, te arrebata a tus hijos y tus hijas, para quitar a aquéllos su lozana vida y prostituir a éstas…ya entonces no lloresâ€. Denuncia cómo el castellano se habla, sobre todo en Bilbao, “por ser la [lengua] que más se presta para la vida mercantil e industrial, única que absorbe la atención de la metalizada villaâ€, pues los representantes de la cultura bilbaína “no tienen espíritu, sólo estómagoâ€. Pero aunque “El euzkera apenas sirve más que para hablar de las labores del campo, encierra en sí elementos abundantísimos que, bien desarrollados, le harían de hecho la lengua más rica del mundoâ€. Con su genio práctico, se aplicó a perfeccionar esos elementos en lo que su capacidad le permitía, fuera poco o mucho (21).
No obstante, como quedó dicho, el vascuence, “la lengua racialâ€, tiene valor secundario ante la raza, en cuanto rasgo nacional, porque, “la pureza de la raza es como la lengua, uno de los fundamentos del lema vizcaíno, y mientras que la lengua, siempre que haya una buena Gramática y un buen diccionario, puede restaurarse aunque nadie la hable, la raza, en cambio, no puede resucitarse una vez perdidaâ€. De la lengua podría incluso prescindirse si, por desdicha, los foráneos llegaban a aprenderla. “Tanto están obligados los bizkaínos a hablar su lengua nacional, como a no enseñársela a los maketos o españoles (…) Si nuestros invasores aprendieran el Euzkera, tendríamos que abandonar ésteâ€. En tal exclusivismo llega a extremos cómicos: “Gran daño hacen a la Patria cien maketos que no saben euskera. Mayor es el que le hace un maketo que lo sepaâ€. “Para nosotros sería la ruina que los maketos residentes en nuestro territorio hablaran Euzkeraâ€. “Aquí padecemos muy mucho cuando vemos la firma de un Pérez al pie de unos versos euzkéricos, oímos hablar nuestra lengua a un cochero riojano, a un liencero pasiego o a un gitano, o cuando al leer la lista de marineros náufragos de Vizcaya tropezamos con un apellido maketo†(22).

En su misión fundadora o restauradora de las esencias vascas, tal como él las imaginaba –es decir, bastante vagamente, aunque con mucho fervor--, Arana hizo un descubrimiento harto pasmoso: “He aquí un pueblo que, con ser singularísimo entre todos, carece de nombre†en su propio idioma. Existía un nombre tradicional, Euscalerría, o “Euzkelerríaâ€, pero, hizo notar el fundador, no servía, porque además de tener demasiadas variantes dialectales, de las cuales él menciona quince, el término definía textualmente sólo a los hablantes del vascuence, y podía aplicarse a los forasteros vascófonos. Así, “un barrio de gitanos euzkeldunes, tales como los hay en Nabarra y Guipúzcoa, es “Euskelerríaâ€, y no lo serían las grandes porciones de población vasca erdelduna que hay en Bizkaya, Alaba y Nabarra†(23).
Esa carencia le llevó a inventar un nuevo término, conservando la raíz “euzkoâ€, relacionada a su entender con “eguzkiâ€, (“el del solâ€), indicativa de procedencia oriental o bien de “veneración al sol como la obra más benéfica del Creadorâ€. Así pues, por una u otra razón, la raza vasca de Arana sería un pueblo “sol†o “solarâ€, idea remitente, una vez más, a su exclusividad y preeminencia.
Para formar una palabra que añadiera a “euzko†la idea de pueblo y tierra, Arana le aportó el sufijo –di, expresivo a su juicio de conjunto y localización, y común a todos los dialectos vascuences. Quedaría “Euzko-diâ€, transformado por una regla fonética en “Euzkadiâ€. Sus adeptos saludaron la invención con júbilo, viendo en él un hallazgo genial, “mágicoâ€, en expresión de Manuel Eguileor, diputado nacionalista en la II República española: “Ahí tienes ahora las palabras de Arana-Goiri tar Sabin, el Maestro: palabras luminosas, tras la ceguera secular de la raza; profundas, como si el silencio racial durante siglos, en este aspecto del propio conocimiento, hubiese sido fructífera meditación; taumatúrgicas, porque levantaron a Euzkadi de su inconsciencia mortífera; creadoras de una nueva vida nacional, al infundir en las entrañas de la raza más vieja de la tierra el anhelo novísimo de supervivencia y renovación; aquel anhelo que se condensa maravillosamente en una sola palabra, la que no acertó a sacar durante cuarenta siglos nuestra raza del fondo de su alma, palabra mágica creada también por el genio inmortal de nuestro Maestro: ¡Euzkadi!â€.
Sin embargo la palabra no resultó del todo afortunada, porque el sufijo –di se aplica sólo a vegetales, de modo que Euzkadi ha sido tratada, en burla, como “bosque de plantas solaresâ€, siguiendo la etimología de Arana, o como una reducción –involuntaria, claro -- de los vascos al nivel de vegetales. Unamuno, quizá el intelectual vasco más prominente del siglo XX y que ya destacaba cuando Arana inventó el término, lo trata con desprecio: “Ese nombre de Euzkadi, con k y todo, no quiere decir nada en vascuence, ni pasa de ser una invención, bastante caprichosa por cierto, de un improvisado lingüista†VER MÃS. Unamuno desdeñaba también el uso de la “kâ€, que, como la palabra Euzkadi, carece de toda tradición y refleja sólo la obsesión de diferenciarse (24).
Por otra parte, no era hacer un gran elogio de las excelencias intelectuales de la raza atribuirle incapacidad, durante tantos siglos, de inventar un término que la identificase. Esa ineptitud no es la única que, paradójicamente, achaca Sabino a sus paisanos. Según él, “El pueblo vasco, ayer libre y feliz, hoy despojado de cuanto constituía su felicidadâ€, llevaba “un siglo entero de españolismo, de degradación, de miseria, de ruina; un siglo de aberraciones, de tinieblas; un siglo de esclavitudâ€. Esto resultaba chocante: ¿cómo podía una raza tan superior someterse a otra tan mísera? La razón sólo podía radicar en alguna debilidad de los propios vascos, como aclara el fundador: “La causa de nuestra vergonzosa esclavitud está en los hijos de nuestra raza mismaâ€; y escribía en 1899, “El carácter de los euskeldunes en nada se asemejará dentro de poco al de nuestros antepasados cuya hombría de bien, cuya sencillez y entereza les constituían en modelo envidiadoâ€.Por alguna razón difícil de explicar, los vascos “besan la mano que les azotaâ€, y de ser “la raza más altiva del mundoâ€, el bizkaíno habría decaído hasta convertirse en “el hazmerreír del extranjero. Hoy eres su payaso favorito (…) ¿Has olvidado la tradición de tu independencia? ¿Has olvidado la tradición escrita con sangre de tus antepasados?â€. Sin embargo tales aberraciones venían de muy atrás, al menos desde el siglo IX, según había advertido en el discurso de Larrazábal. “Aun en aquella fecha en que estas provincias vascas eran estados independientes, su lengua oficial era la española (…) Ni entonces los vascos amaban su independencia†(25).
En consecuencia, debía emprenderse una lucha especialmente dura contra los “traidores†y los “maketófilosâ€, contra los cuales orienta de modo especialmente indignado el filo de su retórica, y a quienes llega a amenazar: “Esto no debe escribirse con tinta y pluma. Esto lo debiéramos escribir con hierro y sangreâ€. Pues, en definitiva, “La material inmigración del pueblo español en Euskeria ningún daño moral o muy poco considerable acarrearía, en efecto, si el español no fuera recibido acá como conciudadano y hermano, sino como extranjero†(26).
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mar Nov 11, 2003 8:40 pm    Título del mensaje: Sabino Arana, fundador del PNV (VII) Responder citando

Estimados amigos:

Se dibuja aquí el comienzo del PNV y sus colisiones con los carlistas.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.

Cita:
Por desgracia, el número de maketófilos parecía inagotable: “Ni parece que hay maketos y bizcaitarras, sino que todos somos hermanosâ€, o bien “El euskeriano y el maketo. ¿Forman dos bandos contrarios? ¡Cá! Amigos son, se aman como hermanos, sin que haya quien pueda explicar esta unión de dos caracteres tan opuestos, de dos razas tan antagónicasâ€. Él trataba de acabar con tan siniestra fraternidad y “desterrar de nuestra mente y nuestro pecho toda idea y todo afecto españolistaâ€, extender el sentimiento de que “pesaría sobre nosotros como la mayor de las desdichas (…) el que España prosperar y se engrandecieraâ€. Tarea en verdad ardua, como lamentaba a menudo, pues “El bizkaíno (…) tiene por suyas las glorias patrias de los españoles, por decadencia patria la de España, ríe y se regocija con el español, y con él se entristece, piensa y obra como el español (…) Lo estamos viendo todos los días†(27).

Sus ideas estaban cargadas de violencia contenida, pero su realismo le hacía comprender que no había llegado la hora de desatarla. Apelaba a “recobrar la libertad por los medios que la historia aconsejaâ€, medios pacíficos de momento: “Me cuidaré, en las circunstancias actuales, de llamar a los bizkaínos a las armasâ€. El futuro, no obstante, era fácil de discernir: “Si llega el día en que se les haga justicia a los bizkaínos, éstos se ahorrarán sangre y dinero. Pero si se obstina [España] en sujetar a Vizcaya, sospecho como historiador que puede llegar época en que esta antigua República se fortalezca suficientemente para romper las cadenasâ€. Aunque, más tarde, los nacionalistas han señalado la tradición pacífica de su movimiento, se trata evidentemente de una necesidad disfrazada de virtud. En los llamamientos a un odio incondicional, en la constante invocación de las batallas “liberadoras†de pasados siglos, está bien explícita la apelación a la sangre cuando “la historia lo aconsejeâ€. Dicho de otro modo: “Cuando el pueblo español se alzó en armas contra el agareno invasor y regó su suelo con sangre musulmana para expulsarlo, obró en caridad. Pues el Nacionalismo bizkaíno se funda en la misma caridad†(28).
Los seguidores de Arana promovieron desde el principio incidentes, como el de la “sanrocada†día de San Roque de 1893, un altercado con los carlistas en Guernica, aprovechando la visita del Orfeón de Pamplona, en el curso del cual los separatistas gritaron mueras a España y quemaron una bandera. Este hecho, glorioso para los sabinianos, está oficialmente considerado como la primera manifestación del nacionalismo vasco. Por otra parte la virulencia de su lenguaje, las reyertas, los insultos a la bandera (“el trapo abominableâ€), los llamamientos a apedrear a los maestros de los pueblos, su desafío solapado, pero constante, a las leyes y, en fin, su separatismo combativo en tiempos en que España debía afrontar fuertes inquietudes de rebeldía en Cuba y Filipinas, motivaron denuncias contra Bizkaitarra. Las tres primeras fueron desestimadas por los jueces, pero la cuarta, por injurias a un particular, valió a Arana un mes y once días de cárcel. Es dudoso que precisara cumplirla, pero el fundador, ansioso de sacrificarse por la causa compareció ante el juez: “¿De manera que desea V. constituirse en prisión desde luego?†“Sí, señor†“Bueno, pues queda V. preso desde este momentoâ€. Un amigo suyo fue a verle y le acompañó a la cárcel, seguidos ambos respetuosamente por los guardias a unos pasos de distancia (29).
En prisión podía recibir visitas y celebrar comidas familiares sin apenas trabas. “Me han destinado un cuartito decente en lo que cabe; de paredes blanqueadas y fregado suelo. Y me permiten circular por todo el interior de la cárcel (…) No he pedido ni pediré ningún favor (…) Si ellos espontáneamente me otorgan alguno, lo recibiré sin darles las gracias (…) no opongo ni opondré resistencia a cuantas vejaciones se me hacen y puedan hacérseme, porque por hoy nos toca a todos los nacionalistas bajar la cabeza y sufrir†(30). Otra vez volvió a la cárcel, en condiciones similares. Los nacionalistas han ponderado mucho estas persecuciones, que dotaban a la víctima de un halo de martirio, pero comparadas con la infame esclavización y persecución letal que alegaban, eran sin duda castigos muy leves y llevaderos, que además le daban ocasión para montar campañas de opinión y popularización de sus consignas.
Bizkaitarra fue suspendido por la autoridad gubernativa a los dos años, en septiembre de 1895, después de siete denuncias, y también fue cerrado su centro social Euzkeldun Batzokija, siendo poco después clausurados ambos definitivamente por acuerdo de los sabinianos. Mas para entonces el movimiento había dado ya un paso decisivo, al haberse constituido, en julio, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), teniendo su fundador 30 años, casi dos justos después de haber iniciado su predicación en el chacolí de Larrazábal. Sabino fue elegido presidente y su hermano Luis vicepresidente. Se le entablaron procesos por conspiración a rebelión, que le valieron cuatro meses más de cárcel por negarse a pagar la fianza, hasta que los jueces aceptaron rebajársela de 50.000 a 5.000 pesetas. En el juicio saldría absuelto.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mar Nov 11, 2003 8:44 pm    Título del mensaje: Sabino Arana, fundador del PNV (y VIII) Responder citando

Estimados amigos:

Finaliza aquí el artículo transcrito.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.

Cita:
El año 1898 debió de ser venturoso para Arana, al ver derrotada España frente a Usa, aunque muchos vascos habían caído en Cuba defendiendo la bandera española. A continuación cosechó su primer éxito electoral, siendo elegido diputado provincial en Bilbao. Un nuevo triunfo le supuso el sobreseimiento de otra causa por conspiración para la rebelión.

Al año siguiente, teniendo él 35 se comprometió con Nicolasa Achicallende, “una sencilla y humilde aldeana†diez años menor que él. El episodio indica mucho sobre el carácter de Sabino. Él tenía de la mujer, en general, un concepto no excesivamente elevado: “es vana, es superficial, es egoísta, tiene en sumo grado todas las debilidades propias de la naturaleza humanaâ€, y por eso el hombre tenía la obligación de amarla, ya que de otro modo la mujer sería utilizada como “bestia de carga e instrumento de su bestial pasión: nada másâ€. En cuanto a Nicolasa, poseía muchas virtudes, pues si bien “su físico no pasa de regular ni en el rostro ni en el talleâ€, era en cambio “humilde, obediente, sencilla y modesta, amantísima de sus padres, caritativa, despejada, sufrida, laboriosa, económica…â€.
Pero algo torturaba a Sabino: ¿era ella vasca de pura raza? Tras lo mucho que había despotricado contra los matrimonios entre vascos y maketos, mucho más frecuentes de lo que él hubiera deseado, sería desastroso que ahora fueran a acusarle a él de transgresión semejante. Su hermano Luis había euskerizado los apellidos de su mujer, Egüés Hernández, una cocinera maketa de Huesca, transformándolos en Eguaraz Hernandorena; pero repetir la operación, y por parte no ya del vicepresidente, sino del mismo presidente del PNV, habría provocado una rechifla difícil de sufrir. El primer apellido de su amada, Achicallende, le llenaba de zozobra, confiesa él mismo: “estaba yo muy intranquilo. Me propuse recorrer los libros de bautizados antes de que trascendieran al público nuestras relaciones, y así lo hice. (…) resulta que el apellido no es así, sino simplemente Achica; el allende lo adoptó, por vez primera, un tío de su padre (…) Pero el padre de ese primer Achica-allende se apellidó simplemente Achica (…) Con este motivo son ya 126 los apellidos de mi futura esposa que tengo hallados y puestos en cuadro sinóptico o árbol genealógico: todos ellos son euskéricos. Procuraré suprimir el allende†(31).
Así calmados sus escrúpulos, el noviazgo pudo hacerse público. Era preciso desbastar a la mujer aldeana, apegada a costumbres y actitudes poco aceptables en los círculos más refinados de Sabino, procedente al cabo de una familia señorial, y a ello se aplicó el novio con su empuje y tenacidad habituales. Hubo de soportar, no sin amargura, la maledicencia y la ruindad que, junto a cualidades más excelsas, suelen florecer en las relaciones lugareñas en todas partes del mundo. Le molestaba en especial la acusación, de seguro falsa, de haber bailado agarrao al son del organillo, como cualquier maketo o bizkaíno sin conciencia. Calumnias tales reflejaban el temor de la familia de la novia a que el presunto noviazgo no pasara de aventurilla típica entre un señorito y una chica de pueblo, con abandono final de ésta (32).
Por fin, en febrero de 1900 celebró su boda en la intimidad, pues “sabía yo que de Guernika, Mundaka y Bermeo pensaba venir mucha gente a presenciar mi casamiento con una aldeana, y quise no dar gusto a su curiosidadâ€. De viaje de novios fueron a Lourdes, donde cayeron ambos enfermos de disentería, transformando la luna de miel en “luna de mierdaâ€, según sus propias palabras. Estos episodios, con la típica pesadez que suele imponer la vida incluso a temperamentos exaltados, y que no debió de soportar su víctima con sentido del humor, del cual no tenía mucho, debieron de mortificarle, y quizá contribuyan a explicar algunos de sus pasos ulteriores (33).

En 1902, el 25 de mayo, Arana intentó enviar su célebre telegrama al presidente useño Theodor Roosevelt, felicitándole por la independencia de Cuba y sugiriendo que su apoyo a los rebeldes cubanos debía ser imitado por las potencias europeas con respecto a los nacionalistas vascos. El telegrama, no cursado por los empleados, le valió un proceso por traición, y la entrada en la cárcel de Larrínaga, donde compuso un himno nacional vasco. Dispuso, como las anteriores veces, de notables comodidades y un menú abundante y variado, pero la repercusión de su encierro fue mínima entre la gente, y debió de encontrarse, tras diez años de esfuerzos, con una profunda sensación de soledad, y quizá de inutilidad de su lucha.
Al menos a esa razón achacan algunos el cambio más desconcertante de Arana. Apenas llevaba un mes en prisión, cuando, en un artículo publicado en el órgano peneuvista La Patria, titulado “Grave y trascendentalâ€, proponía abandonar el nacionalismo y fundar un nuevo partido, de corte autonomista: “Los buenos vascos seguirían trabajando por su pueblo, pero sin considerarlo aisladamente, sino dentro del Estado españolâ€. Pedía un voto de confianza “que significa, 1º, que en principio están conformes conmigo para hacer que el Partido Nacionalista deje de ser esto y empiece a ser españolista. 2º, que a mí (…) me encomiendan la labor de redactar el proyecto de programa y la organización y el cuidado de convocar la asamblea…†(34).
No está claro si en realidad no se trataba de una simple estratagema para engañar al gobierno. El proyecto entraba en una nueva concepción expresada también en un telegrama que quiso enviar al primer ministro británico, lord Salisbury, con motivo del fin de la guerra de los boers, ensalzando el “suave yugo†inglés y su soberanía, “antes protección que dominación†sobre los pueblos sometidos. La cosa iba más allá, y escribió a su hermano Luis: “Instantáneamente se me ha presentado esta idea como seguramente salvadora de llevarse con toda perfección a la práctica: la independencia de Euzkadi bajo la protección de Inglaterra, será un hecho un día no lejano†(35).
De momento, la idea de una Liga Españolista logró popularidad en el nacionalismo, en el cual había posturas más flexibles. En agosto, el rey Alfonso XIII visitó Bilbao, y en el balcón del Centro Vasco, local del PNV, engalanado con la bandera española, se apiñaban los socios, que se descubrieron al paso del rey y de la reina madre.
Pero ya no era fácil desviar la inercia creada. El órgano del PNV La Patria estaba en manos de jóvenes nacionalistas radicalizados, y también persistía en las anteriores ideas Ãngel Zabala, a quien Arana terminaría nombrando su sucesor a la cabeza del PNV. Siguieron una serie de maniobras e intrigas en el partido. Arana había prometido escribir el programa del nuevo grupo, pero la enfermedad de Addison, una disfunción de las glándulas adrenales, le tenía cada vez más postrado, y no llegó a hacerlo.
A principios de noviembre, Sabino fue absuelto, pero el fiscal recurrió la sentencia, y él pasó a Francia para eludir un nuevo proceso. Volvió en enero de 1903, ya muy enfermo, y a lo largo de ese año disminuyó su actividad, hasta abandonar, en septiembre, la dirección del PNV, debido a su grave estado. Murió el 25 de noviembre, a los 38 años, “con admirable y cristiana resignaciónâ€, en palabras de José María de Areilza -- caracterizado político franquista, y luego opositor a Franco--. A juicio de Areilza, “La muerte truncó la existencia de Sabino Arana precisamente cuando podía haber prestado grandes servicios a la causa de Vizcaya y al porvenir político de Españaâ€. Lamentablemente, “había renunciado a la jefatura del partido, sin haber dado cima al proyecto de la Liga Españolista que tan visceralmente hubiera modificado la anatomía política de Vizcaya y de las Provincias. La Junta de la Liga Españolista muere con Sabino y se extingue con éste. Su nuevo programa queda inédito y, como antes decíamos, cuidadosamente ocultado o deformado. Era su testamento y, sin embargo, nadie se atrevió a cumplirlo†(36).
Arana aportó al nacionalismo vasco no sólo el partido, la doctrina y el ideal, también gran número de símbolos y expresiones de su propia inventiva, empezando por el lema JEL (Jaungoikua eta lagizarra), la bandera (inspirada en la británica y con simbolismo teocrático), que llegaría a ser la de la autonomía vasca, el himno, la denominación Euzkadi, muchos nombres de persona “vascosâ€, sin tradición anterior, términos como ikurriña (“lo que se veâ€) en sustitución de “bandera†–pronunciada “banderá†popularmente--, o abertzale (amigo o amante de la raza), el grito gora Euzkadi azkatuta (literalmente “arriba Euzkadi sueltaâ€*), etc. Cambió numerosas palabras para quitarles la raíz latina o inventó otras, y adaptó a las necesidades doctrinales diversos hechos históricos, mostrando en todo una imaginación no inferior a su voluntad. Cumplió así la misión fundadora que se había impuesto desde su iluminación en el jardín de la casa de Abando. A su muerte, la fraternidad entre los vascos y los demás españoles, por él tan abominada, empezaba romperse, si bien todavía en pequeña medida.
Sus seguidores consideraron a Sabino como un santo o algo más, e incluso hablaron de milagros debidos a su intercesión. El título con que solían designarlo era “Maestroâ€, con mayúscula, de resonancias crísticas.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mar Dic 02, 2003 10:35 pm    Título del mensaje: Sobre las obras completas de Sabino Arana. Libertad Digital. Responder citando

Estimados amigos:

Traigo a este foro un texto de Lucrecio del 25 de Noviembre.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.


Cita:
Sabino Arana
Por una edición nacional de sus obras completas
Lucrecio

Lo estupendo no es, desde luego que Arana, Sabino, fuera imbécil —o paranoide, o mala gente, o todo junto. Imbéciles, paranoides y canallas, das una patada en el suelo y salen varias toneladas en cualquier paraje o tiempo del planeta. Ser canalla, paranoide, imbécil es lo más natural en nuestra subespecie de orangutanes moral y neuronalmente degenerados.

Lo estupendo es que la desternillante grafomanía de aquel pobre descerebrado acabara constituyendo doctrina. Doctrina, en sentido propio: mucho más cerca de los usos chamánicos o de las supersticiones eclesiales que de nada que tenga demasiado que ver con una política post-ilustrada. Y que, un siglo después, la iglesia acogida a su patronazgo, bajo el nombre de PNV-EAJ, no sólo persevere en los trances delirantes del fundador visionario, sino que haya, en lo esencial, triunfado programáticamente. Ha inventado una neolengua —ese adefesio artificioso, al cual no encaja otro nombre que el de batúa y que bien poco tiene que ver con las lenguas locales que toma como referencia—; ha logrado hacer pasar por milenarios ritos, liturgias, coros y danzas, ideados por el padre fundador y sus constructores de tribu hace apenas un siglo; ha identificado hasta tal punto su propia realidad de secta con la del país inventado que ya a nadie se le pasa siquiera por la cabeza preguntarse si es normal que un supuesto país adopte como bandera la del partido de quienes lo inventan. Y, en medio de su éxito, fascina que no haya ni siquiera intentado el PNV quitarse de encima la lacra —que debería ser letal en cualquier sociedad moderna— de un fundador loco como una cabra y obsesionado por fobias fálicas y racistas que hubieran dado vergüenza, en los años treinta, a cualquier hitleriano culto (que los hubo, sin que ello redujera un átomo su entidad asesina).

La paradoja es, sin embargo, fantástica. Todos los movimientos políticos modernos viven sobre la mitificación del Padre originario. Y todos buscan dotarle de una perennidad que le vendría dada, esencialmente, por la sabiduría intemporal de sus escritos. Lenin o Stalin fueron abrumadoramente editados en todos los idiomas —aún los más inaccesibles— por las ediciones en lenguas extranjeras de Moscú. Ãdem, con Mao. La Alemania nazi hizo del Mein Kampf de Hitler, no sólo el best-seller indiscutido de la lengua alemana, sino también objeto de traducciones casi tan universales como las moscovitas de los mismos años. Hasta de un analfabeto funcional como el General Franco, se ocuparon acólitos fervientes en hacer sistemáticas recopilaciones de pensamientos o discursos que, rebuscadas hoy en librerías de viejo, son gran regocijo del lector mínimamente bienhumorado. Arana —a la postre, no precisamente el menos exitoso de los chamanes de su tiempo— es la sola excepción. Ni edición completa, ni obras escogidas, ni antología siquiera hallable en el mercado. El PNV oculta hasta la última coma de lo escrito por un pobre hombre que sólo fue en su vida carne de manicomio; grafómano, por añadidura, sobre todo en sus últimos años. Y su éxito como santo laico de la nación vasca —en su momento, se buscó su canonización de veras— depende precisamente de la hermeticidad de ese ocultamiento de lo que no llega ni siquiera a la altura de una ideología nazi o racista seria; de lo que no es más que esa cosa semiexcremencial que segregan las neuronas de ciertos psicóticos.

Y así andamos. Y ya va siendo hora de que alguna institución benévola —ya que no lo hace el Ministerio de Cultura, que es a quien correspondería, en derecho, la tarea— ponga coto a este hilarante malentendido. Una edición accesible de las alucinaciones puestas sobre papel por Sabino Arana sería más eficaz —política, como moral, como culturalmente— que todas las aplicaciones del artículo 155 en el país vasco. La lectura de eso no la aguanta ni Ibarreche. Sin sufrir un colapso.
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Ãñigo Ongay de Felipe



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MensajePublicado: Mie Dic 03, 2003 6:21 pm    Título del mensaje: Responder citando

Pues sí, mientras celebramos el gozoso aniversario del natalicio de don Sabino Arana y Goiri ( a quien por cierto, conmemora en Bilbao , una estatua pagada a "escote" por el PNV, una estatua que a juicio de don Alfonso Ussía, merecería titularse "monumento al tonto"), conviene recordar que precisamente en estos momentos, el PNV está llegando a la culminación de sus "primarias". Pronto sabremos por fin si será Eguibar o Jesús Juan Imaz el llamado a suceder a Javier Arzallus al frente del Partido- Guía. El siguiente artículo, aparecido hoy mismo en El Correo, resulta suficientemente gráfico en la descripción de cómo anda el patio vascongado: y es que como sabía Unamuno, vasconia a veces parece una región con mucha bruma... en el cerebro


Cita:
Atutxa, Knörr y Bilbao comparecen hoy ante la Justicia vasca para explicar por qué se han negado reiteradamente a disolver el grupo de la ilegalizada Batasuna en el Parlamento. Los imputados se acogerán a la «ausencia de herramientas reglamentarias» para justificar el incumplimiento de la sentencia del Alto Tribunal. Esa es la excusa formal. Pero, a estas alturas, quienes siguieron las argucias parlamentarias empleadas por el PNV en sus actitudes contradictorias en la Mesa y la Junta de Portavoces saben que las razones son exclusivamente políticas. Y que tienen mucho que ver con los apoyos que necesita el lehendakari.

Como casi todo lo que ocurre últimamente en este país. Todos los caminos conducen al plan. Inaugura el diputado general de Vizcaya el corredor del Txorierri y lo compara con la autovía de la tolerancia «frente a quienes plantean que convocar una consulta sea delito castigado con cárcel» . ¿Han captado la sutileza? De la expresión de Arzalluz sobre lo bueno que resulta para el partido que el enemigo (no, no, que no se refiere a ETA) haga mal las cosas, no vale la pena extenderse salvo para anotar que a Atutxa se le habrá alterado el pulso al oír decir a su máximo líder que «casi me alegraba» (sic) en el hipotético caso de que tuviera problemas con la Justicia. Y es que los tiempos no están para sutilezas. Ni para disimulos.

En el PNV se ha desatado una loca carrera por ver quién es más 'sabiniano'. Y ahí tenemos a Anasagasti al que, desde que sabe que le retiran del Congreso, se le va pasando el arroz, buscando ripios de mal gusto - ¿con qué parte del cuerpo rima el apellido Gómez Angulo? - y, de repente, se declara «sabiniano a mucha honra». El catedrático Antonio Elorza le recuerda en un debate que Arzalluz llegó a decir que Savater no era vasco y él no rebatió semejante barbaridad.

Imaz, en plena carrera de sucesión, también se apunta al concurso. Y al inventor de la ikurriña le llama «joven publicista» y recuerda a Edurne y Gorka que deben sus nombres a su creatividad. Todo menos citar su pensamiento. Se diría que lo hace, como él mismo suele recriminar siempre al PP y PSE, para «tapar sus propias vergüenzas». ¿O no resulta vergonzoso que el fundador del PNV dejara escrito que «para el corazón de la Patria, cada vasco que no sabe euzkera es una espina; dos espinas cada vasco que lo sabe y no es patriota; tres, cada español que habla el euzkera»?

Pero así están ahora en el PNV. Han plantado la estatua de su fundador en pleno corazón de Bilbao y sin referéndum. Resulta curioso que, hasta en la simbólica Plaza de Jardines Albia tengamos ya dos estatuas. A quienes les dé rechazo esta escultura y piensan que, por ser partidista, debería estar en el interior del edificio del PNV, les queda el consuelo de admirar la del bardo Antonio Trueba. Tiene bemoles que los ciudadanos tengan que pronunciarse también sobre las estatuas. ¿A dónde estamos llegando!



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Bruno Cicero Poo



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MensajePublicado: Jue Dic 04, 2003 1:48 pm    Título del mensaje: Sabino Arana y Tolkien Responder citando

Hola a todos:

Solo copiar en este foro una carta al director aparecida hoy mismo en el diario La Voz de Asturias firmada por Luis Arrieta bajo el titulo Un mundo imaginario:

Cita:
Se acerca por fin el estreno de la tercera parte de la trilogía de El Señor de los Anillos, casi de forma simultánea al centenario de Sabino Arana, el padre del nacionalismo vasco.

El imaginario mundo modelado por el lingüista inglés en los años 50 es una de las creaciones más originales y potentes del siglo XX. La extraordinaria fuerza creativa del profesor oxoniense dio a luz todo un mundo inexistente, la Tierra Media, poblado de razas inexistentes (hobbits, orcos, trasgos, elfos, ents), con una historia inexistente, que hablan lenguas inexistentes y se llaman con nombres inexistentes. Sociedades Tolkien se distribuyen por todo el mundo, se han organizado campamentos-hobbit, se han cocinado cenas-hobbit, se han construido casas al estilo hobbit, las páginas y chats en Internet se cuentan por docenas...; incluso ha habido quien ha aprendido el Sindarin, la lengua élfica inventada por Tolkien con todo su vocabulario y gramática.

Pero, sin ánimo alguno de eliminar un ápice del mérito del escritor británico, se hace necesario recordar la figura de otro creador genial que se adelantó medio siglo a Tolkien en la invención de todo un mundo imaginario, y que ha sido injustamente olvidado. Nos referimos, naturalmente, a Sabino Arana.Pues este autor español también creó un mundo en su imaginación, al que dotó de todos los elementos para que fuese creíble. La nación surgida de su fantasía tiene un nombre inventado (Euskadi) simbolizada por una bandera inventada (la ikurriña); una nación con una historia inventada, con enemigos inventados (los españoles); un mundo poblado por una raza inexistente (los del rh negativo) en-frentados con criaturas maléficas (los maketos); que hablan una lengua inventada (el batúa), con ortografía inventada (llena de kas, txes y otros elementos nunca antes utilizados en vascuence), abarrotada de neologismos (muchos de ellos, de los más conocidos: batzoki, aberri, abertzale, azkatasuna o ikurriña) que la hacen incomprensible para un verdadero vascoparlante; y que se llaman con nombres inventados (Aitor, Kepa, Koldo...).

Siguiendo la estela de Sabino, sus seguidores llevan un siglo jugando a ser nación e inventándose toda la parafernalia que lo rodea: tú vas a ser presidente, para lo cual nos inventamos la palabra lehendakari; presidirás un gobierno, pero como un gobierno vasco no puede llamarse como los demás, se denominará jaurlaritza; y la policía que dependerá de ese gobierno no se llamará policía, sino ertzantza.

En fin, todo un mundo nacido en la imaginación de Sabino y construido en laboratorio por sus seguidores en un derroche de imaginación y farsa. Y con una enorme diferencia respecto del mundo tolkieniano, pues Sabino y sus seguidores han conseguido que una parte muy importante de los vascos hayan tomado todo este admirable esfuerzo creativo por real.


Un saludo.
Bruno
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