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Interés de EEUU en la religión en Cuba

 
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Autor Mensaje
Eliseo Rabadán Fernández



Registrado: 12 Oct 2003
Mensajes: 567
Ubicación: España

MensajePublicado: Sab Ene 03, 2004 11:29 pm    Título del mensaje: Interés de EEUU en la religión en Cuba Responder citando

Estimados amigos y amigas:
el gobierno de los EEUU me ha enviado ( desde su lista de correo ) un artículo muy curioso, en el sentido de que al parecer, se trata de un "asunto de Estado", el modo en que el gobierno cubano maneja los asuntos religiosos en la Perla del Caribe.


Cita:

Texto: Informe anual 2003 sobre libertad religiosa en Cuba

(Continúan esfuerzos gobierno mantener firme control religión) (3850)

A continuación una traducción extraoficial de la sección sobre Cuba del
Informe anual sobre Libertad Religiosa Internacional en 2003, publicado
por el Departamento de Estado de Estados Unidos:

(comienza el texto)

Cuba

Informe anual sobre Libertad Religiosa Internacional en 2003
Publicado por la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo
Departamento de Estado de Estados Unidos
18 de diciembre de 2003

La Constitución reconoce el derecho de los ciudadanos de profesar y
practicar cualquier credo religioso dentro del marco del respeto a la
ley.
Sin embargo, en la ley y en la práctica, el gobierno pone restricciones
a
la libertad de religión.

Durante el período que abarca este informe, no hubo cambio alguno del
estado de respeto hacia la libertad religiosa; no obstante, la
situación
general de los derechos humanos sufrió un grave deterioro como lo
demuestra la detención, juicio sumario y encarcelamiento por parte del
gobierno de 75 activistas de los derechos humanos y periodistas
independientes en marzo y abril de este año, las medidas de castigo más
severas en más de dos décadas. Por lo general, los grupos religiosos
que
no están inscritos siguen experimentando la interferencia, el
hostigamiento y represión oficiales en grados diversos. Algunos grupos
religiosos no inscritos no sólo fueron objeto de la censura oficial,
sino
también enfrentaron presiones de los grupos religiosos inscritos. Sigue
sin cambios la política del gobierno cubano de permitir que las
actividades religiosas apolíticas tengan lugar en lugares autorizados
por
el gobierno; sin embargo, aquellos ciudadanos que rinden culto en
iglesias
oficialmente autorizadas con frecuencia fueron sometidos a la
vigilancia
de las fuerzas de la Seguridad del Estado y continuaron los esfuerzos
del
gobierno por mantener un fuerte control sobre la religión.

Hubo cierta tensión entre las religiones, a menudo porque algunos
grupos
religiosos percibían que otros estaban demasiado cerca del gobierno.
Las
tensiones internas del movimiento pentecostal siguieron empeorando
debido
a que se establecieron casas de culto, paso que algunas iglesias
consideraron divisionista.

El gobierno de Estados Unidos plantea a funcionarios del gobierno
cubano
cuestiones de derechos humanos, inclusive la discriminación y el
hostigamiento por motivos religiosos; sin embargo, el gobierno cubano
ha
hecho caso omiso de estas preocupaciones. El gobierno de Estados Unidos
insta, continuamente, a la presión internacional para que el gobierno
cubano cese sus prácticas represivas. La Sección de Intereses de
Estados
Unidos en La Habana sigue manteniendo contacto asiduo con diversos
líderes
religiosos.

Sección I. Demografía Religiosa

La superficie total del país es de 110,860 kilómetros cuadrados, y su
población es de aproximadamente 11 millones de habitantes. No hay
fuentes
de información independientes y confiables sobre el tamaño o la
composición de las instituciones religiosas y sus afiliados. Aunque una
encuesta de 1953 indicó que el 93 por ciento de la población se
identificaba como católica romana, hoy se estima que entre el 40 y 45
por
ciento de la población se identifica, por lo menos nominalmente, con la
Iglesia Católica, según información del Instituto Puebla, con sede en
Estados Unidos. Un número importante de ciudadanos comparten o han
participado en creencias sincréticas afrocaribeñas, como la santería.
Algunas fuentes estiman que hasta el 70 por ciento de la población
practica la santería o la regla Lucumí, ambas con raíces en la religión
tradicional del Africa Occidental.

Los bautistas, representados en cuatro convenciones distintas, son
posiblemente la denominación protestante más grande, seguidos de cerca
por
las iglesias pentecostales, en particular las Asambleas de Dios.
Veintidós
denominaciones, entre ellas los presbiterianos, episcopales y
metodistas,
son miembros del Consejo Cubano de Iglesias (CCI). Casi todos los
miembros
del CCI son reconocidos por el Estado aunque varias, entre ellas la
Iglesia Evangélica Luterana, no están inscritas y sólo son reconocidas
mediante su condición de miembros del CCI. Otras 31 denominaciones
oficialmente reconocidas, incluyendo a los Testigos de Jehová y una
pequeña comunidad judía, no pertenecen al CCI.

Si bien la mayor parte de la población se considera católica romana,
históricamente el país ha tenido una sociedad mayormente laica, sin
características religiosas particularmente fuertes. Las autoridades de
la
Iglesia Católica normalmente estiman que un 10 por ciento de los
católicos
bautizados asisten a misa regularmente. La cifra de miembros en
iglesias
protestantes se estima en 500.000. No hay cifras disponibles sobre el
número de pentecostales; no obstante, los adventistas del Séptimo Día
han
indicado que sus miembros ascienden a unos 30.000. En años anteriores a
2001 la asistencia a las iglesias había aumentado en algunas
denominaciones, y en la Iglesia Católica aumentó bastante después de la
visita del papa en enero de 1998. Sin embargo, tanto líderes católicos
como protestantes afirman que la asistencia a las iglesias alcanzó su
cifra máxima durante 1999 y a principios de 2000.

Actualmente hay unos 320 sacerdotes católicos en el país, 40 diáconos y
650 monjas, menos de la mitad que antes de 1960. Las cifras generales
de
los funcionarios eclesiásticos son sólo ligeramente superiores a las de
antes de la visita papal, ya que la mayoría de los recién llegados
reemplazaron a sacerdotes jubilados o a aquellos cuyo período de
ministerio en el país había terminado.
Los grupos misioneros extranjeros operan en el país a través de las
iglesias inscritas.

Sección II. Estado de la libertad religiosa

Marco legal y político

La Constitución reconoce el derecho de los ciudadanos de profesar y
practicar cualquier credo religioso dentro del marco del respeto de la
ley. Sin embargo, en la ley y la práctica, el gobierno pone
restricciones
a la libertad de religión. La iglesia y el estado han estado separados
constitucionalmente desde principios del siglo XX. En 1992 se enmendó
la
Constitución y se eliminaron las referencias al materialismo científico
y
al ateísmo. El gobierno no favorece a ninguna religión o iglesia en
particular; sin embargo, parece ser más tolerante con aquellas iglesias
que mantienen relaciones estrechas con el estado por medio del CCI.

El gobierno exige que las iglesias y otros grupos religiosos se
inscriban
en el Registro provincial de Asociaciones, del Ministerio de Justicia,
para obtener reconocimiento oficial.

Los procedimientos de inscripción exigen que los grupos identifiquen
donde
realizarán sus actividades, demuestren que disponen de fondos
suficientes
para realizar las mismas y obtengan certificación del Registro de
Asociaciones que demuestre que no están duplicando las actividades de
algún grupo anteriormente inscrito. Aunque durante el período que
abarca
este informe no se inscribieron nuevas denominaciones, el gobierno ha
tolerado algunas nuevas religiones en la isla, como la Fe Baha'i y una
pequeña asamblea de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Ultimos
Días (Mormones). Sin embargo, en la práctica, el gobierno parece haber
interrumpido la inscripción de nuevas denominaciones.

La inscripción facilita la capacidad de los funcionarios eclesiásticos
de
viajar al extranjero y recibir a visitantes extranjeros, y también les
permite recibir impresos religiosos mediante el CCI y reunirse en
lugares
de culto oficialmente reconocidos. Por el contrario, los miembros de
grupos religiosos no inscritos tienen que pedir permisos de salida
individuales, obtienen sus materiales religiosos por medios
extraoficiales y arriesgan el cierre de sus espacios de reunión que,
técnicamente, son "ilegales".

Junto con las iglesias reconocidas, la organización humanitaria
Cáritas,
de la Iglesia Católica, los masones, grupos de derechos humanos y
varias
fraternidades o entidades profesionales en surgimiento son las únicas
asociaciones fuera del control o influencia del Estado, del Partido
Comunista y de sus organizaciones de masa. Las autoridades continuaron
ignorando las solicitudes de otros grupos para su reconocimiento legal,
y
por lo tanto sometieron a sus miembros a posibles acusaciones de
asociación ilegal.

El principal contacto del gobierno con las denominaciones religiosas es
por medio de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista de
Cuba. El ministerio del Interior sigue participando en tareas de
control y
vigilancia de las instituciones religiosas del país, lo cual incluye la
vigilancia, infiltración y hostigamiento de profesionales religiosos y
de
laicos. Por ejemplo, en abril el gobierno reveló que un agente del
ministerio del Interior había contribuido material a una publicación
católica so pretexto de ser un disidente.

El gobierno ha aliviado las restricciones que pesan sobre la mayoría de
las denominaciones religiosas reconocidas oficialmente. En 1999, el
secretario general del Consejo Mundial de Iglesias visitó oficialmente
el
CCI, se reunió con funcionarios del gobierno y dirigió una ceremonia
religiosa en la Primera Iglesia Presbiteriana de La Habana. Los
Testigos
de Jehová, en un tiempo considerados "enemigos activos religiosos de la
revolución", tienen permitido hacer proselitismo discreto casa por casa
y,
por lo general, no son objeto del hostigamiento gubernamental abierto,
aunque siguieron habiendo informes esporádicos de hostigamiento por
parte
de funcionarios locales del Partido Comunista y el gobierno. El
gobierno
ha autorizado asambleas pequeñas de Testigos de Jehová ¦en cierta
ocasión
una enorme reunión de casi 7.000 personas--, la apertura de una oficina
central en La Habana y la publicación de la revista del grupo y otros
impresos religiosos. Esas actividades continuaron durante el período
que
abarca el informe.

Los materiales e impresos religiosos tienen que importarse a través de
un
grupo religioso inscrito y sólo pueden ser distribuidos a los grupos
religiosos oficialmente reconocidos. El CCI controla la distribución de
Biblias a sus miembros y a otras denominaciones oficialmente
reconocidas.
El CCI informa que ha distribuido 1,5 millones de biblias desde 1998.
Las
biblias se distribuyen entre las varias denominaciones según la cifra
de
miembros de cada iglesia.

Varias diócesis católicas y grupos laicos publican revistas, entre
ellas
"Palabra Nueva", de la aquidiócesis de la Habana y "Vitral", de la
diócesis de Pinar del Río. Ninguna de estas publicaciones no figura
inscrita en el Ministerio de Cultura, como se requiere por ley. El
gobierno no ha impedido la impresión o distribución de revistas
católicas.
No obstante, el estado impide el acceso a equipo tipográfico y ha
acusado
al redactor titular de una revista de exhibir comportamiento subversivo
por haber escrito sobre cuestiones políticas y sociales delicadas.

A partir de 1992 el Partido Comunista ha admitido como afiliados a
personas que admitieron públicamente su fe religiosa.

El gobierno permitió a 9 sacerdotes y 12 monjas extranjeros ingresar al
país en reemplazo de otros sacerdotes y monjas cuyas visas habían
vencido;
sin embargo, las solicitudes de 60 sacerdotes y 130 monjas siguen
pendientes.

Restricciones a la Libertad Religiosa

A principios de la década de los sesenta, la ideología marxista
leninista
del gobierno provocó fuertes enfrentamientos con las iglesias
institucionales. Durante ese período muchos líderes eclesiásticos y
profesionales religiosos salieron del país, temiendo ser perseguidos.
Más
de 130 trabajadores religiosos católicos, incluso sacerdotes, fueron
expulsados, y unos cuantos sirvieron prolongadas condenas de prisión.
Entre 1965 y 1967 el gobierno obligó a muchos sacerdotes, párrocos y
otros
"que hacían de la religión una forma de vida" a cumplir labores
forzadas
en campos denominados Unidades Militares de Ayuda a la Producción
(UMAP),
junto con homosexuales, vagabundos y otros considerados como "lacra
social" por el régimen. El sistema UMAP terminó en 1967. Sin embargo,
en
los 30 años siguientes el gobierno y el Partido Comunista discriminaron
sistemáticamente y marginaron a las personas que profesaban
abiertamente
su fe, al excluirlas de ciertos empleos (por ejemplo, la enseñanza).
Aunque a principios de la década de los noventa el gobierno desistió de
su
ateísmo oficial, para entonces la mayoría de las iglesias habían
quedado
gravemente debilitadas y la participación activa en los servicios
religiosos había disminuido drásticamente.

A principios de 2001, el Partido Comunista en La Habana presentó un
documento de crítica a los avances hechos en la sociedad por las
iglesias,
en particular por la Iglesia Católica, y sugirió maneras en que los
funcionarios del partido podían superar el trabajo pastoral de la
iglesia.
El documento señalaba que las iglesias estaban imponiéndose en la
sociedad
laica, violando leyes y reglamentos. Las actividades de la Iglesia
criticadas en el informe incluían la ayuda a los enfermos y los
ancianos.

En febrero de 2003, el arzobispo de La Habana emitió una carta pastoral
en
la que lamentaba la disolución de las familias cubanas y las presiones
exorbitantes por emigrar, y pidió al gobierno que hicierá el cambio de
"políticas de venganza" a "políticas de compasión". En marzo de 2003,
el
gobierno invitó a que estableciera presencia en Cuba una nueva órden
católica sin haber coordinado primero con la Iglesia Católica de Cuba;
sin
embargo, el gobierno no tomó acción alguna en anteriores solicitudes de
la
Iglesia en relación con otras 15 órdenes religiosas. Muchos
observadores
vieron en la invitación del gobierno una represalia por las
declaraciones
críticas hechas en febrero por el arzobispo.

En marzo de 2003 el embajador cubano ante el Vaticano aseveró en un
artículo de la revista italiana "30 Giornl" que existía completa
libertad
religiosa en Cuba e instó a la Iglesia Católica cubana a que
inscribiera
sus publicaciones en el Ministerio de Cultura. La conferencia cubana de
sacerdotes católicos respondió en una carta pública al redactor titular
de
"30 Giorni" en la que criticaba la Oficina de Asuntos Religiosos del
Partido Comunista cubano por ejercer control severo sobre las
actividades
de la Iglesia Católica, en especial sobre las restricciones
gubernamentales de la educación religiosas y el acceso de la Iglesia a
los
medios de comunicación de masas. La carta del prelado señalaba que la
Iglesia Católica se había negado a inscribir sus publicaciones debido a
que el registro significaría ceder al estado control sobre el
contenido,
número de páginas, frecuencia de la publicación y cantidad de copias de
las publicaciones de la Iglesia Católica.

La ley permite la construcción de nuevos templos una vez obtenidos los
permisos necesarios. Sin embargo, el gobierno rara vez ha autorizado
los
permisos de construcción, obligando a muchas iglesias a solicitar
permisos
para reunirse en domicilios particulares. La mayoría de los grupos
religiosos inscritos reciben permiso para rendir culto en domicilios
particulares. Los grupos religiosos pueden reedificar y reparar los
templos existentes, sin embargo ello también requiere de permiso. El
trámite para obtener un permiso y comprar los materiales de
construcción
de centros del gobierno es un proceso lento y oneroso. En octubre de
2002
el gobierno cubano le dio permiso a la Iglesia Ortodoxa Griega para
construir una iglesia en La Habana.

En marzo de 2001 la agencia noticiosa italiana ANSA informó que los
dirigentes provinciales del Partido Comunista les habían pedido a las
autoridades que limitaran las tareas caritativas y las donaciones de
grupos religiosos. Aparentemente, los funcionarios del partido
consideraban que las iglesias, en especial la Iglesia Católica, habían
logrado el apoyo de la comunidad por medio de esas actividades, lo que
amenazaba el mandato continuo del Partido Comunista. Luego de la
publicación del artículo, los dirigentes del Partido Comunista de La
Habana supuestamente pidieron disculpas a la jerarquía de la Iglesia
Católica.

Luego del reclamo en abril de 2000 de los pentecostales en relación a
los
misioneros extranjeros no autorizados (ver Sección III), el CCI ha
seguido
pidiendo que las organizaciones eclesiásticas extranjeras los ayuden a
controlar a los misioneros extranjeros y les prohíban establecer
iglesias
pentecostales no autorizadas.

Los funcionarios religiosos tienen permiso para visitar a presos, sin
embargo los funcionarios de las cárceles a veces rechazan las visitas a
ciertos presos políticos. En julio de 2002, unos funcionarios de
cárceles
le negaron visitas religiosas a Enrique García Morejón, perteneciente
al
Movimiento de Liberación Cristiana. Para que pueda tener lugar una
visita
religiosa, el prisionero debe presentar una solicitud por escrito que
debe
ser aprobada por el director de la cárcel. En las celdas de castigo los
presos tienen prohibidos los materiales de lectura, inclusive las
biblias.

El gobierno siguió aplicando la norma que le impide a toda empresa
cubana
o conjunta (excepto las que tienen autorización específica) vender
computadoras, máquinas de facsímil, fotocopiadoras u otro equipo a
cualquier iglesia a precios que no sean los precios oficiales al por
menor, que son exorbitantes. Además, el gobierno le niega acceso a la
Internet a ciertos grupos religiosos, entre ellos la Iglesia Católica.

Los miembros de las fuerzas armadas no asisten a ceremonias religiosas
vestidos de uniforme, posiblemente para evitar posibles reprimendas de
sus
superiores.

La enseñanza es laica, y a las instituciones religiosas no se les
permite
administrar escuelas. Tampoco está permitida la enseñanza religiosa en
las
escuelas públicas. Anteriormente, alumnos y maestros infamaban a
aquellos
estudiantes que manifestaban su creencia religiosa, y eran
disciplinados
por llevar crucifijos y traer biblias y otros materiales religiosos a
la
escuela. En algunos casos, a esos estudiantes se les prohibía asistir
instituciones de educación superior o estudiar ramos particulares. Sin
embargo, desde hace poco, se permite que estudiantes que manifiestan su
fe
religiosa asistan a instituciones de educación superior.

Las iglesias ofrecen clases de enseñanza religiosa a sus miembros. Los
funcionarios de la Iglesia Católica informan que la cantidad de niños
que
asisten a las clases de catecismo sigue disminuyendo, en su mayor parte
debido a otras actividades que normalmente programan las autoridades
escolares locales. No hubo ningún informe en que se le hubiera impedido
a
padres de familia enseñarles religión a sus hijos.

Hay funcionarios eclesiásticos que conocen casos en que personas
religiosas han padecido discriminación, debido a la ignorancia o a
prejuicios personales de un funcionario. Las personas religiosas tienen
problemas por encontrar empleo en ciertas profesiones, como por ejemplo
la
enseñanza.

A los grupos religiosos se les exige presentar una solicitud al
dirigente
local del Partido Comunista para recibir permiso para realizar
procesiones
o actos fuera de edificios religiosos. En septiembre de 2002, por
quinto
año consecutivo, las autoridades de gobierno local le dieron permiso a
la
Iglesia Católica para realizar una procesión al aire libre en La Habana
para celebrar la festividad de Nuestra Señora de la Caridad. Previo al
acto, la policía de seguridad ordenó que varios activistas de derechos
humanos en Santiago no asistieran a la procesión. El 8 de septiembre,
miles de personas asistieron a varias misas celebradas a lo largo del
día
en honor de la Virgen de la Caridad, la santa patrona de los presos.
Hubo
otras procesiones vecinales pequeñas en provincias durante el período
que
abarca este informe.

Abusos de la Libertad Religiosa

El gobierno vigila a todos los grupos religiosos, inclusive a las
instituciones inscritas y ya establecidas. Las autoridades también
vigilan
las publicaciones que administra la iglesia. Continuó el hostigamiento
gubernamental a casas particulares de culto, y las denominaciones
evangélicas denunciaron desalojos de casas usadas con ese propósito.
Según
los funcionarios del CCI, la mayor parte de las casas particulares de
culto clausuradas no estaban inscritas, por lo tanto técnicamente eran
ilegales.

Hubo informes esporádicos continuos sobre hostigamiento por parte de
funcionarios del partido comunista y del gobierno contra los Testigos
de
Jehová. No obstante, las autoridades eclesiásticas señalaron que la
cantidad de incidentes disminuyó.

Funcionarios de seguridad del estado visitaron a algunos sacerdotes y
párrocos previamente a actos religiosos importantes, ostensiblemente
para
advertirles que los disidentes estaban intentando "utilizar a la
Iglesia".
Sin embargo, algunos críticos afirmaron que las visitas se realizaban
con
el fin de fomentar la desconfianza entre las iglesias y los activistas
de
derechos humanos o en pro de la democracia. En los meses de mayo y
junio,
agentes de la Seguridad del Estado advirtieron que las esposas de
varios
prisioneros políticos serían detenidas si se unían a otras esposas de
prisioneros políticos en una misa en la iglesia católica de Santa Rica
en
La Habana. Algunas de las mujeres siguieron yendo a misa juntas cada
semana, pero comentaron que temían las represalias del gobierno contra
sus
maridos encarcelados o contra ellas mismas.

El Ministerio del Interior siguió realizando tareas de control y
vigilancia de las actividades religiosas, y siguió empleando
vigilancia,
infiltración y hostigamiento contra grupos religiosos, profesionales
religiosos y laicos.

En abril de 2000, uno de los principales directores de una de las
revistas
de la Iglesia Católica fue calificado de "conocido
contrarrevolucionario"
en un editorial principal del periódico del Partido Comunista. En abril
de
2003, durante los juicios sumarios de 75 prisioneros políticos
detenidos
en marzo, el gobierno calificó a esta misma revista de "literatura
subversiva".

No hubo informes de religiosos presos o detenidos.

Conversión Religiosa Obligatoria

No hubo informes sobre conversiones religiosas obligatorias, inclusive
de
ciudadanos estadounidenses menores de edad secuestrados o sacados
ilegalmente de Estados Unidos, ni informes acerca de que el gobierno
rehusara permiso a estos ciudadanos para regresar a Estados Unidos.

Sección III. Posturas sociales

Por lo general, la gente se define católica romana, aunque pocos
asisten a
misa regularmente. El catolicismo sigue siendo un referente cultural
importante desde la época colonial. Tras los 40 años del régimen
vigente
las posturas sociales, inclusive el modo de concebir la religión, están
fuertemente condicionadas por la postura de Fidel Castro y el régimen
dirigente. La decisión que tomó el gobierno al permitir e incluso
ofrecer
cierto apoyo a la visita papal de 1998 estimuló mucho la percepción
pública de que manifestar la fe religiosa era nuevamente algo
aceptable.
Fidel Castro fortaleció aun más este punto de vista, sobre todo entre
seguidores del Partido Comunista y funcionarios de gobierno, al afirmar
en
discursos televisados y transmitidos por radio que la revolución cubana
"nunca" había perseguido a creyentes religiosos.

Hubo cierta tensión entre las religiones, a menudo porque algunos
grupos
religiosos percibían que otros estaban demasiado cerca del gobierno.
Las
tensiones internas del Movimiento Pentecostal siguieron empeorando
debido
a que se establecieron casas de culto, paso que algunas iglesias
consideraron divisionista, que resultó en medidas gubernamentales
contra
los fieles pentecostales. Además, los miembros pentecostales del CCI se
han quejado de que las actividades de predicación de los misioneros
extranjeros no autorizados ha motivado a ciertos miembros de sus
iglesias
a establecer nuevas denominaciones sin obtener los permisos necesarios.
(Ver Sección II).

El CCI es el único cuerpo ecuménico reconocido por el gobierno. Incluye
varias denominaciones protestantes y pentecostales y participa en
diálogos
con la Iglesia Católica y la comunidad judía. El CCI y el gobierno por
lo
general mantienen una relación de apoyo mutuo.

Sección IV. Política del gobierno de Estados Unidos

La política del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba consiste en
favorecer una transición a la democracia rápida y pacífica y en
promover
el respeto a los derechos humanos, entre ellos la libertad religiosa.
También, el gobierno de Estados Unidos alienta el desarrollo de la
sociedad civil, que incluye el fortalecimiento de las instituciones
religiosas. La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana
mantiene contacto regular con los diferentes líderes y comunidades
religiosas del país, y apoya las iniciativas de organizaciones no
gubernamentales que ayudan a los grupos religiosos. El gobierno de
Estados
Unidos procura facilitar, de modo regular, la emisión de licencias de
viaje para los religiosos y para bienes y materiales donados que en
algunos casos se entregan a entidades religiosas. La Sección de
Intereses
de Estados Unidos les ha planteado a los funcionarios del gobierno
cuestiones de derechos humanos, entre ellas de discriminación y
hostigamiento por motivos religiosos. Sin embargo, el gobierno cubano
ha
ignorado estas preocupaciones. El gobierno de Estados Unidos insta,
continuamente, a la presión internacional para que el gobierno cubano
cese
sus prácticas represivas.

Publicado el 18 de diciembre de 2003

(termina el texto)

(Distribuido por la Oficina de Programas de Información Internacional
del
Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web:
http://usinfo.state.gov/espanol)


un saludo
Eliseo Rabadán
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