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La Leyenda Negra. Sobre el supuesto antisemitismo español
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Antonio Sánchez Martínez



Registrado: 26 Oct 2003
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MensajePublicado: Dom Ene 18, 2004 5:15 pm    Ttulo del mensaje: Isabel la católica y Manuel Fernández Álvarez Responder citando

Acabo de leer lo dicho por José Manuel y creo que hay que ahondar en ese sentido. Pero para ello hay que tener claro, también el "para qué" de la Historia. Y muchos historiadores aún están presos de dogmas ideológicos y mitos con los que hay que romper a través de las armas del entendimiento.
En el ABC de hoy (18 de enero) aparece una entrevista a Manuel Fernández Álvarez con ocasión del V centenario de la muerte de Isabel la católica. Acierta D. Manuel, según nuestras pobres alforjas históricas, en muchos aspectos contra la Leyenda Negra que la progresía están tan interesada en nuestros días por revitalizar, sobre todo en relación a la Dictadura franquista (hasta Almodóvar está haciendo una película sobre educación, y, si no nos equivocamos, será un pasquín cinematográfico al estilo de “El florido Pensil” –con la Logse de fondo-; ya veremos).
Pues bien, en dicha entrevista vemos dos fallas importantes: su consideración demasiado amable y vaga sobre los comuneros como “libertadores de Castilla”, y su convencido “proeuropeísmo”.
Del primer asunto D. Gustavo Bueno nos recordó lo absurdo de tal interpretación en “España frente a Europa”. A pesar de todo, D. Manuel critica que en “la historia que nos enseñan hoy día” (para que luego hablen de la que se enseñaba en el franquismo) sólo se menciona a Bravo y Maldonado en la Comunidad de Castilla y León (donde hay un movimiento reivindicativo creciente, por ejemplo a través del grupo musical “Nuevo Mester de Juglaría”, lo cual es una pena dada la labor “arqueológica” de tal grupo), y se deja la enseñanza de las andanzas de Padilla (toledano) para que las enseñe Bono (nos sugiere D. Manuel).
Respecto a su europeísmo “orteguiano” poco tenemos que decir que no sepamos todos. D. Manuel se muestra muy ingenuo cuando pretende ser neutral políticamente. Pero, al menos, reconoce que no oculta datos ni se apropia de la labor de los colegas, en contra de lo que hacer algunos historiadores que aprovechan el trabajo de los demás sin mencionar las fuentes de dicha información.
Un cordial saludo. Antonio Sánchez
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Dom Ene 18, 2004 8:41 pm    Ttulo del mensaje: Manuel Fernández Álvarez Responder citando

Estimados amigos:

Manuel Fernández Álvarez no es un historiador demasiado conocido por mí, aunque he podido leer recientemente un libro suyo titulado La sociedad española durante el siglo de oro, editado en dos volúmenes en Gredos, en el año 1989. En él, respecto a la polémica entre Sepúlveda y Las Casas, se escandaliza cuando habla de la problemática de los esclavos, culpando a la supuesta ideología esclavista que Aristóteles habría difundido en su Política:

Cita:
Sin embargo, está claro que, por naturaleza, unos son libres y los otros esclavos. Y que a éstos les conviene la esclavitud, y es justa.

Aristóteles, Política, 1255a.

Y Fernández Álvarez señala lo siguiente:

Cita:
Claro que Aristóteles sabía muy bien, y así lo señalaba, que la mayoría de los esclavos procedían de guerras, y aun de guerras injustas, cuando no de verdaderas cazas de hombres, en este caso cazas de esclavos. De forma que, de hecho, gentes que por naturaleza habían nacido para ser libres, se habían convertido en esclavos, y otros, que no servían sino para esclavos vivían como hombres libres. Pero lo grave –grave por el prestigio de que gozaban en todo el Renacimiento los escritos aristotélicos- era que el filósofo griego hubiese admitido la esclavitud como algo que no iba, en sí, contra la naturaleza humana, aunque fuera restringiéndola a ciertos hombres, considerados como inferiores. De ese magisterio no lograrán zafarse nuestros pensadores, si bien tendrán particular cuidado de salvar la libertad natural del nuevo vasallo, el de las Indias Occidentales; pero compaginándola con la licitud del esclavo negro.


Manuel Fernández Álvarez, La sociedad española en el siglo de oro, Tomo 1. Gredos, Madrid 1989, pág. 141.

Sin embargo, al igual que el lascasista Luis Hanke, lo que hace Fernández Álvarez es criticar a Aristóteles sin conocerle. Y es que cuando Aristóteles señala que el esclavo lo es por naturaleza, se está refiriendo a la physis, que es, como señala el propio Aristóteles, un principio de movimiento y de cambio. Es decir, que el esclavo, con el tiempo, puede adaptarse a su sociedad de destino y adquirir la ciudadanía, ya sea por la manumisión, declarándose prófugo, etc.

Les bastaría a estos historiadores con leer la Física o la Metafísica para entender esto. Pero, como es natural, no la entienden y prefieren tergiversar al Filósofo por antonomasia desde su especialismo historiográfico. Por cierto que el europeísmo es una condición muy acentuada de buena parte de nuestra historiografía moderna. De hecho, cuando se dedican a la etapa imperial de España, apenas hablan de América. Algo parecido le sucedió a Aznar cuando dijo que España había sido Imperio durante siglo y medio, olvidando de nuevo América.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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Antonio Sánchez Martínez



Registrado: 26 Oct 2003
Mensajes: 339
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MensajePublicado: Mar Ene 20, 2004 11:07 pm    Ttulo del mensaje: Ángel Luis Abós. Mitos sobre "La historia que nos enseñ Responder citando

Según me adentro en la lectura detallada de la obra de Ángel Luis Abós (“La historia que nos enseñaron 1937-1975”) se ponen de manifiesto los tópicos “leyendanegristas”, las exageraciones y manipulaciones en que se fundamenta su perspectiva. De lo que hemos advertido en otras ocasiones tenemos que confirmar todos los puntos básicamente. Su estrategia ideológica básica consiste en criticar de manera genérica y confusa los presupuestos en los que se basó la enseñanza franquista (fundamentalmente en los primeros años de la postguerra) de manera que queden “barridos” en su integridad, sin entresacar las luces de las sombras (muchas veces puestas de manifiesto con acierto). Y, además, dicha estrategia se lleva a cabo sin explicitar los principios gnoseológicos y ontológicos de los que parte la crítica del autor (de su propia “ideología”). De esta manera da la impresión de que su labor está desarrollada “desde lo alto”, de manera neutral y “científica”, facilitando la adhesión del lector incauto que, en buena medida, estará representado por maestros y profesores que acabarán reproduciendo dicho esquema historiográfico en el adoctrinamiento progresista de la juventud española.
Esto se pone de manifiesto, por ejemplo, en su crítica del Syllabus y de la corriente de pensamiento tradicionalista que lo apoya frente al liberalismo individualista. El Sr. Abós parece asumir lo contrario de lo que critica, con lo cual tendría que oponerse (aunque no lo dice) a la mayor parte de las generaciones de izquierda posterior a la liberal (especialmente el comunismo, estatalista de hecho).
Nuestro amigo no es capaz de ver en el catolicismo más que oscuridad y “regresión”, explotación capitalista y jerarquizaciones injustas a través de la idea de Patria de manera que, implícitamente, apoya el igualitarismo más aberrante, el internacionalismo apátrida más utópico y absurdo y la “educación progresista” que parió una Logse que parte de la Institución Libre de Enseñanza y del krausismo como modélico proyecto ideal para instituir una nueva humanidad. Si hubiera leído, por ejemplo, la obra de José María Marco “Francisco Giner de los Ríos. Pedagogía y Poder” –ed. Península, p. 50- (donde se pone de manifiesto, entre otras muchas cosas, el interés por el plagio de Sanz del Río) otro enfoque habría dado a sus tesis; pero nuestro autor prefiere beber de las fuentes de Manuel de Puelles Benítez, (“Educación e ideología en España 1707-1975”, Ed. Labor) cuya obra es de la misma factoría “progre” (que, por cierto, tan productiva está últimamente ¿Por qué será?)
Ya en la misma Introducción nos encontramos con una joya inenarrable.
Como seguramente no tenga noticias de la obra, por ejemplo, de Jean Dumont, o de la labor del franquismo a favor de los judíos en la II Guerra Mundial (cuyos entresijos nos han descubierto Pedro Insua y Atilana Guerrero en El Catoblepas), nuestro autor interpreta la historia de España como le viene en gana, llegando a manipular el sentido de las palabras de los autores de la época. Así, por ejemplo, llega a decirnos que Ramiro de Maeztu (y el franquismo) era racista partiendo de un texto que pretende manifestar lo contrario, pues resulta ser una crítica a la falta de proselitismo de los judíos. Y dicha interpretación se mantiene a pesar de que D. Ángel reconoce que Maeztu habla de “raza” en sentido cultural (en el sentido en que luego se celebrará “el día de la raza” el 12 de Octubre). Es el mismo Sr. Abós quien cita a Maeztu:

<<La raza, para nosotros, está constituida por el habla y la fe, que son espíritu, y no por las oscuridades protoplasmáticas. Los españoles no nos hemos creído nunca pueblo superior. No solo hemos llevado la civilización a otras razas, sino algo que vale más que la misma civilización, y es la conciencia de unidad moral con nosotros>> (p. 28 de la obra de Abós).

Posteriormente aprovecha un esporádico ramalazo racista de cierta publicación falangista (imbuido por el auge del fascismo italiano) para concluir con la misma tesis, a pesar de que reconoce que Jose Antonio no escribió ningún texto en ese sentido.
Pero en su crítica se deduce que está calado hasta los huesos por la Leyenda Negra. Eso le lleva a rechazar de plano la idea de Imperio español, toda pretensión de universalismo, de la clase que sea (seguramente no se ha dignado a leer “España frente a Europa” de Bueno, pues se trataría de un “reaccionario” más). Y, ni que decir tiene, no entiende para nada de clases de “nación”, con lo que España no merece ser defendida como “Nación canónica”. Nuestro historiador no sabe distinguir entre moral y religión, y política (“Por Dios hacia el Imperio”), etc.
Tanta confusión y oscuridad le conducen a paradojas que no puede explicar. Por eso critica a Ortega (prócer de José Antonio y otros falangistas), rechazando, con ello, su visión de la vertebración de España a través de Europa (germanófila). Es decir, contradice uno de los pilares actuales de la progresía (más adelante veremos si tal contradicción es explícita). También llega a denostar, implícitamente, a Antonio Machado (quien, en la línea de Unamuno, tiene nostalgia de Castilla y de su papel en la conformación de España), a pesar de que el poeta fue antifranquista. Con lo cual llegamos a la conclusión de que en su rechazo de las tesis enemigas (y de la Idea de España) son capaces de condenar a sus propios aliados, a justos y pecadores. Y es que la oscuridad (ignorancia) es madre de los más perniciosos radicalismos, y no se detiene ante la propia madre –patria- cuando empieza a cortar cabezas. Estos progres son capaces de suicidarse con tal de ver al enemigo postrado.
A veces pensamos que la concepción progre de la realidad (sin plataformas idiográficas claras) llega hasta el límite de fraccionar al “sujeto” hasta triturarlo sin posibilidad de recomposición racional. Y es que, en muchas ocasiones, son muy amigos de la desesperación, de modelos transgresores (aunque vivan como dioses burgueses), que, con frecuencia conducen (para quien no rectifica a tiempo) a “la más absoluta desolación”.
¿No tienen el Islam y el protestantismo más puntos en común de los que parece a primera vista, frente al catolicismo? ¿No hay consecuencias confluyentes derivadas del “Entendimiento agente” averroísta (que sobrepasa al individuo corpóreo colectivamente) y del “individualismo fraccionario” de algunas corrientes idealistas (que también se carga al individuo corpóreo), frente a la concepción católica (canónica) que mantiene la dignidad del sujeto corpóreo (reinterpretando los factores espiritualistas de su conformación personal desde el materialismo filosófico)?

Un saludo cordial. Antonio Sánchez Martínez.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mar Ene 20, 2004 11:34 pm    Ttulo del mensaje: Sobre la factoría progre Responder citando

Estimados amigos:

Hace muy bien en reseñar Antonio Sánchez que la factoría progre trabaja a pleno rendimiento. Está claro que sus concepciones de siempre se ven cuestionadas, y a falta de razones para defenderlas, prefieren acudir a la propaganda, a ver si son capaces así de tapar otras versiones. Está visto que no hay debate posible con semejantes sujetos y su cerrojo ideológico.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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Pedro Insua Rodríguez



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MensajePublicado: Dom Jun 20, 2004 6:19 pm    Ttulo del mensaje: L´Inquisizione Responder citando

Estimados foristas:
La Leyenda Negra se vuelve gris, así titula hoy el periódico La Razón (en una sección llamada Reporter) una amplia reseña del libro L´Inquisizione, nuevo libro que acaba de editar El Vaticano acerca de la Inquisición, también de la española, por iniciativa de Juan Pablo II (y eso que también hace poco acaba de reiterar su "perdón" por los "excesos" del santo tribunal). Ignoro si en el libro, compilado por Agostino Borromeo, se hace referencia al historiador francés Jean Dumont, del que ya se ha hablado algo en estos foros, pero parece que la historiografía va despertando de su sueño dogmático acerca de la institución. Uno de los historiadores que colabora en el libro es el español Jaime Contreras, entrevistado por La Razón con tal ocasión, que da la cifra, ya definitiva (suficientemente contrastada) de menos de 2000 personas quemadas por la Inquisición española en sus 400 años de historia.
En fin lo dicho: teniendo en cuenta los libros de Dumont, parece que el Vaticano acaba de descubrir el Mediterráneo....
Saludos,
Pedro Insua
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Felipe Giménez Pérez



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MensajePublicado: Lun Jun 21, 2004 3:52 pm    Ttulo del mensaje: Increíble Responder citando

Estimados contertulios: Me parece increíble la cifra de 2000 quemados por la Inquisición española en el lapso de tiempo que va de 1480 a 1820. Yo creía que habían sido quemados unos 40.000. Entonces la Inquisición española es una monjita de la caridad. Entonces sólo quemaban cuando no había más remedio. Cómparese esa cifra con las 1.500.000 brujas quemadas en Alemania entre el siglo XVI y 1770. Atentamente,
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Lun Jun 21, 2004 5:16 pm    Ttulo del mensaje: La Inquisición. Responder citando

Hola.

Yo no estoy muy enterado de todo este asunto de la Inquisición, pero el porcentaje de “marranos” (judíos y musulmanes conversos) quemados o muertos fue aún menor que el que sale a raíz de los años que da Felipe Giménez, ya que la Inquisición española no se abolió en 1820, sino en 1834, catorce años más tarde (y fue creada en 1478), con lo que el número de años crece y el porcentaje por año baja. Fue en Portugal donde se abolió en 1820...en los Estados papistas o pontificios duró hasta 1848. Total de su existencia en España: 356 años.
Hay que resaltar, que la pene de muerte, o sea, la máxima pena, no era puesta por la Iglesia, sino que era puesta por los tribunales laicos.

Esto es lo poco que he podido averiguar..., pero este poco, resalta que la leyenda negra funciona a pleno pulmón: habiendo sido la Inquisición española más benigna que muchas otras, pasa por ser la más feroz. La explicación es bien simple y es la misma que para las dictaduras en nuestra España y respecto del secesionismo: que habiendo más libertades que en otros sitios, la represión y la anulación de las libertades sentaba peor.

Donde no hubo nunca o no se recordaba la libertad (feudalismo), no se la echaba en falta. Aquella falta de libertades hizo sus naciones más compactas y centralistas, estas mayores libertades nuestras hizo necesarias mayor cantidad de asonadas y de dictaduras y nos hizo menos centralistas y más débiles.

Medio en broma: abogo por volver a instaurar la Inquisición y juzgar en ella a tanto marrano convertido en antiespañol...o en “europeo”: Inquisidor general: Menda.

Salud!
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Antonio Iglesias Díez



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Mensajes: 59
Ubicacin: Ávila

MensajePublicado: Lun Jun 21, 2004 5:54 pm    Ttulo del mensaje: La Leyenda Negra y su influjo Responder citando

Saludos a los contertulios.Lo en negrita es mio.

Entre los forjadores de la Leyenda Negra los mejores, los españoles. Dejando aparte a De las Casas y los indios, sobre la intolerancia religiosa española casi todo lo que se ha escrito son apologías descaradas y ataques furibundos. Apenas hay estudios rigurosos y documentados. Los españoles han dejado que la historia de España la hicieran los extranjeros. Sobre todo los franceses. Otro dia que tenga ganas transcribiré citas de estos personajes, tipo Montesquieu o Chateaubriand. Tengo un montón.

Sólo algunos españoles como Masdeu, Nuix, Julian Juderias, Forner, Mayans, Menendez Pelayo, Valera....y extranjeros como Lord Macaulay, Williams Cobbet, Morel Fatio, Humboldt, Precot, W.Irving, Paul Jonhson actualmente... son ajenos a la nada escasa literatura anti-española. Hay tantos de éstos como pocos de aquellos

Para la Inquisición, el ejemplo paralelo a De las Casas lo tenemos en el del abate Juan Antonio Llorente. Este sacerdote, irreligioso como buen ilustrado, era un afrancesado muy politicamente correcto estilo Voltaire, Marchena y toda la parentela.
“Toda la actividad de Llorente se encaminó a secundar los propósitos de sus maestros franceses. Como premio a su fidelidad, José Bonaparte le nombró Secretario del Santo Oficio en 1808; abusó de su cargo para entrar en los archivos de la Suprema y destruir lo que le pareció conveniente y utilizar para sus fines los que creyó oportunos”. Cita de La Leyenda Negra de Julian Juderias pág. 374. Edit.Araluce 1914. La cifra que Llorente dió condenando tamaña barbarie fue, para los 332 años de Inquisición española de 23 mil ajusticiados.

Del traidorzuelo Llorente dice Leonard Gallois (francés nada sospechoso, sino todo lo contrario ) en su libro La Inquisición-Edit.Fenix-1973.pág. 138 “Llorente, que había sido colmado de beneficios por el gobierno de los franceses en España, fue elegido para examinar los archivos de la Inquisición y escribir la historia de aquel tribunal. Por espacio de dos años fueron empleadas varias personas en copiar o extraer, según sus indicaciones, los documentos originales que se encontraban en dicho archivo.(..) Llorente empezó a publicar en España el primer trabajo de su Historia crítica de la Inquisición, trabajo incompleto sin duda, pero al cual debía dar los últimos toques en Francia cuando los reveses del ejército francés obligaron a José Bonaparte a dejar España”. De las cifras (de cuyas fuentes habla pero no cita, excepto las de Llorente) el Sr. Gallois habla de un total de 37.368, aunque las reconoce muy exageradas.

(Yo, los datos que recuerdo de otros autores, que ahora no sé dónde los tengo, era entre 3 y 6 mil. Julián Juderías sólo menciona los casos que cifró Llorente, el traidor.)

Y acto seguido toman el relevo los señores diputados de las Cortes de Cadiz: “Su talente era admirable y el valor con que despreciaron las armas napoleónicas, sin precedentes en la historia. Su espíritu, empero, el espíritu que anima los discursos de sus grandes oradores y de sus mas ilustres reformistas era genuinamente francés. La tradición española queda hecha trizas. Las Cortes de Cadiz hacen efecto de una Asamblea nacional versallesca en los dias famosos de los desprendimientos y de las renuncias liberales. Ni una sola voz se levanta para protestar por las calumnias extrajeras. Al contrario, todas las reformas se hacen bajo el peso de aquellas calumnias y difamaciones. Durante largas sesiones se discutió el problema de la Inquisición. En el dictamen de los diputados que informaron acerca de la supresión se lee: (...)Nació la Inquisición y murieron los Fueros de Aragón y Castilla...De modo que, se presenta la Inquisición en España y acaba con la ilustración. (...)Tírase, una rápida ojeada sobre la faz de la Penísula después del establecimiento de la Inquisición y se verá que desde aquella desgraciada época desapareciera de entre nosotros las ciencias útiles, la agricultura, las artes, la industria nacional, el comercio.(...) bastaba distinguirse como sabio para ser blanco de este tribunal... Filósofos, teólogos, historiadores, estadistas, poetas, artífices, artesanos, comerciantes, hasta los sencillos labradores no escaparon de su vara de hierro. ¡Hasta cuando hemos de ser el ludibrio de las naciones!” Diario de Sesiones de las cortes extraordinarias de 1810. Tomo VI pág.4204, citado por Juderias, que sigue: “Así hablaban los legisladores de Cádiz, sin reparar que hubieran podido muy bien suprimir la Inquisición, ya muy decaída, sino muerta, sin necesidad de falsear la historia y de hacer coro a los filósofos franceses, prorrumpiendo en denuestos “tan filósoficos” como los de ellos.

No podían faltar los poetas de la época, como Quintana en su Oda a Juan de Padilla:¡

Perdona, madre España! La flaqueza
de tus cobardes hijos
puedo abatirte así. ¿Quién de ellos nunca
sacrificó en tu altar? ¡Ah! Vanamente
discurre mi deseo
por tus fastos sangrientos y el continuo
revolver de los tiempos; vanamente
busco honor y virtud (...)

¿De vuestro orgullo en su insolencia ciego
quién salvarse logró?. Ni al indio puedo
guardar un ponto inmenso, borrascoso
de sus sencillos lares
inútil valladar; de horror cubierto
vuestro genio feroz hiende los mares
y es la inocente América un desierto.

¿Qué vale ¡oh Escorial! Que al mundo asombres
con la pompa y beldad que en tí se encierrra,
si al fin eres padrón sobre la tierra
de la infamia del arte y de los hombres?

¿Conocemos a alguien que hable, incluso con motivos, así de su tierra y su historia?
Dice Juderias: “En vano algunos diputados protestaron contra la corriente general de la condena. Exclamaba el diputado Ostalaza: “Yo me contraigo ahora al grande argumento que hacen todos los ilustrados a la moda y que reproduce la Comisión: a saber: que la Inquisición se opone al progreso de las luces. Pero antes quisiera preguntar a la Comisión, ¿de qué biblioteca sacó esa anécdota primorosa de que la ignorancia de los calificadores del Tribunal inventó esos autillos de fe que dicen insultan la razón y deshonran nuestra religión? Pero veamos cómo prueaba que se cesó de escribir desde el establecimiento de la Inquisición. Toda la razón es que varios de los sabios que fueron gloria de España en los s.XVI y XV, o gimieron en las cárceles del Santo Oficio o se les obligó a huir de su patria que encadenaba su entendimiento. Pero ¿quiénes son esos sabios? (...) ¿Cuándo florecieron mas las letras y las artes que en el siglo inmediato al des establecimiento de la Inquisición?”

(No será Miguel Servet español, aquel que asó a la parrilla el noble Calvino.)



Causas de este autodio. No lo sé. Lo que sï es verdadero es que los extrajeros aprovecharon esa envidia connatural y el excesivo arrojo del talente español que les empujaba a las aventuras y los actos heróicos; si aquel ha matado a 40 indios, yo he matodo a 4 mil; si Fulano es benevolente con los indios, yo lo soy hasta el punto de que los veo como verdaderos angeles de cielo que son, tan inocentes como niñitas y los defiendo ante el mismísimo Rey ganándome la enemistad de mis competidores en la fama y la gloria

Siempre ha dado éxito personal seguro en lo que se persigue si se hace en nombre de los pobres y de los más débiles ( a juzgar por los que siguen diciendo y haciendo bandera de tan loable propósito, debemos considerarlos unos necios incompetentes, porque según ellos, las cosas cada vez van a peor) Si se toma como forma de vida adjudicar la causa de todo los males al adversario político y tus defendidos sólo te oyen y entienden a ti, éstos te seguiran a donde tu habilidad y astucia quieras...Porque de éstos ¿quién leía y lee a Quevedo..?. España Defendida:

“¡Oh desdichada España! Revuelto he mil veces en la memoria tus antiguedades y anales, y no he hallado por qué causa seas digna de tan porfiada persucución. Sólo cuando veo que eres madre de tales hijos, me parece que ellos, porque los criastes y los extraños, porque ven que los consientes, tienen razón de decir mal de ti. (...) Cuando ellos aguardaban a tan grandes injurias alguna respuesta, hubo quien escribió , quizá por lisonjearlos, que no había habido Cid, y al revés que los griegos, alemanes y franceses, que hacen de sus mentiras y sueños verdades, él hizo de nuestras verdades mentiras, y se atrevió a contradecir papeles, historias y tradiciones y sepulcros con sola su incredulidad, que suele ser la autoridad mäs poderosa para con los porfiados, y no sólo no han aborrecido esto los mismos hijos de España que lo vieron, sino que hay quien por imitarle, está haciendo fábula a Bernardo y escribe que fue cuento, y que no le hubo, cosa con que, por lo menos, callarán los extranjeros, pues los propios no lo dejan decir”

Y para reconocernos hoy, como ayer, seguimos y acabamos con Francia, siempre según Juderias: “Echando mano Quevedo de su portentosa erudición, recordaba lo que decían de los franceses Polibio, Claudiano y otros autores, acusándoles de insconstantes y malos vecinos; hablaba de Eginbarto, alemán y cronista de Carlo Magno que decía: “Ten al francés por amigo, no le tengas por vecino”, y de Don Sancho el Bravo que los llamaba “sotiles y pleytosos y muy engañosos y todas las verdades posponen para hacer su pro”.
Cita Juderias un manuscrito curioso que se conserva en la Biblioteca Nacional (Mn450) que se titula “La Francia conturbante. Dircuso político e histórico sobre los excesos y ardides de que se valen los franceses para los adelantamientos de su Reino” en el que se lee: “Aunque la ciega pasión de algunos ha querido hacer ver blanco lo que a la luz de la razón es tan negro, yo, que no puedo negar mi origen francés, pues nací vasallo del Rey Cristianísimo, enterado, bien a mi pesar, del modo de proceder de Francia, me he visto precisado a expresar los riesgos a los que se expone el Príncipe que en sus palabras funda algunas esperanzas. Los tratados de paz o de alianza que para todos son unos juramentos sagrados, no sólo de política, sino tambien de religión, en el Gabinete de Francia no son otra cosa que unos juguetes y entretenimientos con que se da tiempo al tiempo; esto es, la Francia se conviene con cualesquiera artículos y más cuando con desvio los trata la fortuna en materia de guerra, no con otro fin que el de rehacerse, y cuando se mira nuevamente fortalecida, anula las condiciones de tratado, y rompe, con ímpetu soberbio, los límites que señalaron los artículos, persuadida de que lo improvisado en sus contrarios les es un medio y casi seguro triunfo, porque como todos caminan con la buena fe del tratado de paz, no piensan en las prevenciones. No ha hecho jamás paces con príncipe alguno y sigularmente con España, que al fin de muy pocos meses no haya buscado pretexto para renacer la guerra, y si bien nunca ha hecho blanco suyo el motivo de la discordia para quien se hizo la paz, su malicia, ingenieria exquisita de males, sabe hallar otros motivos, pues para estos lances mantiene un sinnúmero de Maquiavelos que revolviendo papeles y pertenencias, le hagan presente algún fantástico derecho con que alegar nuevas pretensiones. No ha habido mes desde que España puso su blasón en Flandes que no haya tenido el francés motivo de disgusto con ella. La razón de esa inquietud de espíritu la atribuyen los finos políticos a su envidia y a su miedo: a su envidia, porque considera más dichosa aquella triunfadora potencia; a su miedo, porque la ve señora de todas las llaves de su Estado. Estas dos inseparables pasiones de Francia la hacen concebir una ambición insoportable...”

A quién no le suenan los métodos y el espíritu de lo que hemos visto recientemente: a la porra lo que firmaron en Niza, y en el Pacto de Estabilidad... y la encerrona en la que metieron a EE.UU. aprobando una Resolución de la ONU dando un ultimátum a Sadam y un plazo de semanas sabiendo que después de 12 años de tomarles el pelo se hacía inevitable la guerra; dejando que EE.UU. hiciera los preparativos durante dos meses antes de que venciera el plazo y en el último momento dejándolos colgados a las puertas de Irak negándole su voto para la intervención. Éxito total. El chiringuito de petröleo que tenïa montado con Sadam, era cosa que tenía que acabar mas pronto que tarde porque el Bloqueo no podía durar eternamente. Sabían que los americanos no podían retroceder y que la guerra la harían los pérfidos americanos a menos de hacer el ridículo con las tropas a punto, quedando, como siempre, defensora de la paz y la justicia una vez más. Y ahora que Sadam ha sido eliminado por otros y no han puesto un duro ni un muerto, a recoger los frutos de la gloria al mismo tiempo que pone a España en su justo lugar.

Nos está bien empleado. (Me parece que se me ha ido la mano. Lo siento si resulta muy largo)
Un saludo. Antonio






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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Dom Sep 05, 2004 1:33 pm    Ttulo del mensaje: España descarrilada Responder citando

Estimados amigos:

Acabo de culminar la lectura del libro de Gustavo Perednik España descarrillada. Terror islamista y el despertar de Occidente, publicado este mismo año. En él se recogen una serie de capítulos en la línea de lo que Perednik publica en su sección Voz judía también hay. El libro viene a ser, a grandes rasgos, una defensa de Israel y el actual orden internacional desde una perspectiva liberal y unos datos bastante sólidos. Se hace hincapié en el caso español al respecto de los atentados del 11 M, señalando la posición cobarde de buena parte de los españoles, y también se critica con acierto la posición cínica de la Unión Europea frente a Israel. Asimismo, se presenta con exactitud las corrientes islamitas del chiismo, sunnitas y wahhabitas, y su perspectiva de expandir la yihad contra todo lo que ellos llaman Occidente y consideran corrompido por no islamizado.

Sin embargo, el libro adolece de los defectos que ya señalé en mi artículo del número 16 de El Catoblepas, «Aclarando las confusiones y errores de los señores Letichevsky y Perednik», que a día de hoy no ha sido refutado. En él insistí sobre la posición ahistórica y ficticia de considerar el estado israelí de hace seis mil años como el comienzo del actual estado de Israel, dando por supuesto entonces que los judíos son un bloque que ha mantenido su identidad durante miles de años hasta tomar la forma coyuntural de un estado.

En el caso de los judíos de la diáspora, estos podían ser hebreos en un sentido étnico, pero su cualidad política será la de los estados correspondientes en los que habiten. Así, la cita de la aportación judaica a la Escuela de Traductores de Toledo que realiza Perednik (por cierto, deudora de la visión mitológica de Américo Castro sobre la convivencia armónica de las tres culturas), es en realidad aportación hispana, en tanto que los judíos allí presentes sólo podían pertenecer a alguno de los reinos cristianos que los acogían. Además, la denominada por Perednik «judeofobia», en consecuencia, no puede ser la misma en todas las épocas, pues institucionalmente y procedimentalmente se desarrolló de formas muy distintas.

En el caso español, sin duda que los cristianos viejos arremetieron contra los judíos durante la Baja Edad Media, pero la inquisición, como ha señalado Atilana Guerrero, no tenía capacidad para operar más que sobre cristianos. Así, una vez que la mayoría de los judíos optan por permanecer convertidos en España, ya no pueden ser atacados por los cristianos viejos. De hecho, el peligro que veía la Inquisición no es el de los judíos, sino el de los «judaizantes», es decir, los que propagan la fe judaica. El contubernio judeomasónico invocado durante los siglos XIX y XX tenía como lema: «hay que librar a la patria de masones judaizantes», pero no de masones judíos. En otros lugares de Europa no hubo siquiera oportunidad de conversión, comparativa que Perednik no realiza y que resulta significativa.

Asimismo, la llamada judeofobia respecto a Israel en la actualidad no obedece a los problemas religiosos de antaño (Perednik reconoce que Israel no es una teocracia), sino a la política internacional, en la que Israel, por su lugar estratégico, siempre ocupó un papel importante. De ahí que Jordania y Egipto pusieran trabas a la convivencia de un estado árabe con Israel, ocupando la zona y utilizando a la OLP como forma de obstaculizar el desarrollo israelí. Del mismo modo, la condena presentada por la URSS contra el sionismo obedecía a las circunstancias políticas de la Guerra Fría en la lucha contra los EEUU, para favorecer a sus aliados árabes. A pesar de señalar cuestiones políticas de forma habitual, el libro de Perednik evacua estos contenidos a la hora de explicar la judeofobia, dándole una continuidad que en los fenómenos es tal, pero que esencialmente pasa por varias fases históricas.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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Antonio Romero Ysern



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MensajePublicado: Jue Nov 18, 2004 7:27 am    Ttulo del mensaje: Perlita de Daniel Baremboim Responder citando

Estimados amigos:


Daniel Baremboim es pianista y director de orquesta, y, por tanto, se cree cualificado para que todas sus chorradas se mantengan sobre su pericia musical, y no así sobre argumentos, datos....Es decir, Daniel Baremboim es un "intelectual". En calidad de tal, escribió ayer un artículo en el muy progre diario de la mañana en el que, con la excusa de celebrar el fallecimiento del Caudillo Arafat, soltó la siguiente perla:

Baremboim escribi:
Los presidentes estadounidenses pueden hacer declaraciones hasta quedarse afónicos, que jamás conseguirán que el mundo musulmán deje de considerarles parciales. Por eso Europa es la pieza clave en el proceso de paz. Por responsabilidad estratégica y moral. Más de la mitad de las exportaciones israelíes tienen como destino Europa. España y Alemania tienen, además, una responsabilidad muy especial.

En ambos países los judíos tuvieron su hogar: en España hasta la instauración de la Inquisición, en Alemania hasta el Holocausto.


Es decir, que el intelectual Baremboim pone en el mismo plano la Inquisición y el Holocausto. Creo que sobran lo comentarios. Ojalá que Don Daniel no tenga nunca que probar nunca en su pellejo la diferencia entre lo que ocurrió en la España moderna y lo que ocurrió en la Alemania contemporánea.

Un saludo.
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