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Los disturbios en Francia, ¿fracaso de la ideología?

 
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Rufino Salguero Rodríguez



Registrado: 10 Oct 2003
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Ubicación: Madrid

MensajePublicado: Mar Nov 08, 2005 8:23 pm    Título del mensaje: Los disturbios en Francia, ¿fracaso de la ideología "la Responder citando

Cien años de laicismo a la francesa

Estimados foristas:
Aprovechando el interesante artículo de María Santillana, publicado este mes en el Catoblepas, relacionando la Revolución fancesa y su enfrentamieto con el Antiguo Régimen con los disturbios actuales que se están produciendo en los barrios periféricos y no tan periféricos en diferentes ciudades francesas, copio a continuación un artículo aparecido en internet en France-diplomatie (Label France, la revista), en el que se subraya, curiosamente, el primer centenario de la separación, por ley, entre el Estado y la Iglesia. Este mismo sábado apareció en EL PAIS un artículo de Fernando Savater haciendo una defensa del Estado laico como panacea para resolver todos los conflictos y problemas. La cuestión es que el caso de Francia podría ser una demostración palpable del fracaso del Estado laico, o si lo que ocurre es, más bien, que el Estado no puede mantenerse "neutral", en contra de lo que afirma la articulista que a continuación firma el texto que os copio. Y, por último, si realmente sería efectiva la propuesta del Regis Debray a la que se hace referencia al final del artículo para contrarestar la influencia de las "nuevas" religiones en Francia, y que no es otra que la implantación de una asignatura donde se estudie la historia de las religiones como "hecho religioso". Todo esto lo digo pasando por alto , por ahora, y es algo que los foristas podríamos discutir, los argumentos que ya se están esgrimiendo: que los "marginados" de estos barrios no lo están porque ellos quieran sino porque el Estado y los ciudadanos bien situados les impiden integrarse en la sociedad francesa y que los disturbios se deben, ante todo, a la actual política de represión. (En contra de lo que afirma rotundamente María Santillana en su artículo).

Un saludo

Rufino

Mélina Gazsi, periodista
La ciudadanía francesa no se basa en la pertenencia a un grupo cultural, étnico o religioso en particular, sino en la adhesión a valores y a principios comunes, en los que se integran la igualdad entre hombres y mujeres.
Exposición "Mariannes de hoy" sobre la fachada de la Asamblea Nacional (Parlamento) en 2003: 14 retratos gigantes de jóvenes francesas de todos los orígenes, miembros o simpatizantes del movimiento de mujeres de los suburbios de París "Ni putas ni sumisas".

Francia celebra en 2005 el centenario de la ley que instauró la separación entre Iglesia y Estado. Una ocasión para reafirmar los principios del pacto republicano: libertad de conciencia, igualdad entre ciudadanos y fraternidad. Tres valores indisociables en los que se apoya la convivencia a la francesa.

El laicismo francés cumple cien años. La Academia de Ciencias Morales y Políticas liderará el año de la conmemoración oficial del centenario de la ley de 1905. Para la ocasión, especialistas y representantes de diversas corrientes de pensamiento y religión participarán en numerosos coloquios. Asimismo se ha elaborado un sitio web, un libro destinado al gran público y otro que recoge los estudios de los principales historiadores franceses sobre las relaciones entre el poder político y el poder religioso desde la Antigüedad hasta nuestros días. Una celebración que pretende ser a la vez una reflexión de fondo y un esfuerzo pedagógico sobre una Historia agitada.

El 9 de diciembre de 1905 el Parlamento votó, a iniciativa del diputado socialista Aristide Briand, la ley de separación entre las Iglesias y el Estado, poniendo fin a siglos de enfrentamiento entre la Iglesia cat ólica y el poder político en Francia.

Fin de la religión de Estado

Desde la Edad Media, la Iglesia católica ejercía su autoridad, entre otros países en Francia, sobre el poder político de turno1, las conciencias, los hábitos sociales y las artes. Con el Renacimiento humanista (siglo XVI) y la filosofía de las Luces (siglo XVIII), se afirmó la voluntad de desprenderse de la hegemonía del clérigo en la esfera política, el saber, la creaci ón y la vida privada.
Para comprender la necesidad de esta ley en Francia es preciso recordar que, desde la Revolución de 1789 hasta principios del siglo XX, la Iglesia católica no cesó en su virulenta oposición contra la Rep ública.
El laicismo, asumido de facto por las instituciones francesas con la ley de 1905, se apoya en los principios humanistas y universales del Siglo de las Luces. De hecho, ya se menciona claramente en el artículo 10 de la Declaración de Derechos Humanos y del Ciudadano de 1789, que proclama que "nadie puede ser hostigado por sus opiniones, ni siquiera religiosas, mientras no alteren el orden público que establece la ley ".
Antes incluso de que la ley de 1905 convirtiera el laicismo en uno de los principios republicanos más defendidos por los franceses, las leyes de Jules Ferry, en particular la de 1881 sobre la laicización de la enseñanza, pusieron fin a la tutela de la Iglesia católica sobre la educación, y provocaron un cambio considerable en el paisaje de Francia y de sus instituciones.

Asegurar la libertad de conciencia y de pensamiento

Jules Ferry escribió a los profesores en 1883: "La instrucción religiosa pertenece a la familia y a la Iglesia. La instrucción moral, a la escuela. La ley tiene como primer objetivo la separación entre la escuela y la Iglesia, asegurar la libertad de conciencia de profesores y alumnos, distinguir entre dos ámbitos confundidos durante demasiado tiempo, el de las creencias que son personales, libres y variables, y el de los conocimientos, que son comunes e indispensables para todos".

De este modo, el principio de libertad de conciencia y de pensamiento se afirma a través de la ley en el seno de la escuela pública. Se instaura así la emancipación de la conciencia como fundamento de la República. Más adelante, otros textos también reflexionarían sobre el laicismo, como la Constitución de 1946 (IV República) y de 1958 (V República), cuyo artículo 2 estipula que "Francia es una República indivisible, laica, democrática y social. Asegura la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley sin distinción de origen, raza o religión. Respeta todas las creencias".

El laicismo es ante todo un marco jurídico que asegura la libertad de conciencia y la igualdad entre todos los ciudadanos, ya sean creyentes, ateos o agnósticos. Una libertad de conciencia inscrita en el artículo primero de la ley de 9 de diciembre de 1905: "La República asegura la libertad de conciencia. Garantiza el libre ejercicio del culto". Lejos de ser un arma contra las religiones, permite por el contrario la coexistencia pacífica de las diferentes convicciones espirituales.

(
Nuestra capacidad de
hacer convivir hombres
y mujeres iguales
y diferentes
[…].
)

Alumnos de primaria estudian a Moisés en clase de Historia. La religión tiene un lugar en la enseñanza republicana, que acoge a niños de todos los orígenes sociales y étnicos, si se aborda como objeto de estudio y de conocimiento de las sociedades humanas ("el hecho religioso"), y no como fuente de creencias
y dogmas.

Garantía del pluralismo religioso

El artículo 2 de la ley de 1905, según el cual "la República no reconoce, no emplea y no subvenciona ningún culto (…) ", afirma que, a ojos de la República, las religiones son iguales entre ellas, y que en ausencia de una religión oficial, el Estado no se erige en árbitro de las creencias y se abstiene de privilegiar alguna de ellas. El Estado es así "neutro" y las autoridades religiosas, aunque tienen derecho de expresar su punto de vista sobre las leyes del Estado, no pueden interferir en su elaboración ni ejercer ninguna influencia, en ning ún sentido, en su aplicación.

Dadas las numerosas guerras libradas en nombre de Dios, y ante los enfrentamientos pasados2 y presentes entre grupos religiosos, así como las persecuciones de las que son víctimas todavía hoy millones de personas en todo el planeta, sería adecuado, como señala Guy Coq, licenciado en Filosofía, "mostrar el alcance democrático y universal del laicismo (…) y la influencia sobre la paz civil que todav ía ejerce".

El laicismo francés ha querido construir, más allá de las diferencias entre creencias, "la unidad del pueblo" (‘laos’, en griego). "El laicismo constituye para cada ciudadano una protección fundamental, una garantía de respeto, no sólo de sus convicciones, sino también de que nunca se le impondrán las convicciones de los demás". Así se expresaba el presidente de la República, Jacques Chirac, tras la decisión de crear una autoridad independiente para luchar contra cualquier forma de discriminación3. Asimismo recordó que "el papel esencial del laicismo en nuestra República", que "determina nuestra capacidad para la convivencia entre hombres y mujeres iguales y diferentes, libres y solidarios ".

El laicismo, "una fuerza capaz de unir a los hombres contra las barreras ideológicas que podrían separarlos", organiza la paz social y se opone a lo que hoy podríamos llamar "comunitarismo", que puede conducir a la exaltación de las diferencias entre los individuos y a un conflicto entre identidades. El laicismo pretende asegurar a cada cual la libertad de definirse sin sometimiento, en particular en un espacio reservado a la formación del espíritu crítico y de valores comunes como es la escuela pública. Así se hace "universalizable, ya que todos los hombres ganan con ello", como se ñala el filósofo Henri Pena-Ruiz.

El pilar de la sociedad francesa

Con esta convicción se adoptó la ley de 15 de marzo de 2004, que prohíbe los signos religiosos ostensibles en la escuela, después de la reflexión y las consultas de una comisión nombrada a tal efecto (véase recuadro). Presentada por algunos como una disposición contra el velo de las jóvenes, que corría el riesgo de estigmatizar a los musulmanes de Francia, la ley estipula que "en las escuelas, colegios e institutos públicos queda prohibido llevar signos o indumentaria que manifiesten de forma ostensible una pertenencia religiosa". Se trata simplemente de no servirse de la religión en el espacio de la escuela pública.
Es interesante apuntar que, el balance de dicha ley, a menudo mal entendida y atacada, especialmente en el extranjero, es muy positivo. Según los últimos datos del Ministerio de Educación, la ley se habría aplicado a 639 alumnos en 2005, frente a 1.500 en 2004. "En más de 550 casos se ha encontrado una solución mediante el diálogo" –preconizado por la ley– , según precisó François Fillon en marzo de 2005, cuando era ministro de Educación.
Una prueba de que sigue siendo necesario defender el principio del laicismo y reafirmar que la ciudadanía francesa no se basa en la pertenencia a un grupo cultural, étnico o religioso en particular, sino en la adhesión a principios definidos en común. Y que la enseñanza pública es un lugar de transmisión del saber en el que la neutralidad debe preservarse, así como la igualdad entre todos, y entre chicas y chicos, debe ser absolutamente defendida.
En ningún caso dirigida contra una población o una religión en concreto, esta ley es únicamente la afirmación del principio de laicismo en la República francesa, que garantiza a todos la libertad de practicar la religión de su elección.

1. Apoyándose especialmente en las monarquías "de derecho divino", en su interés mutuo.
2. Las guerras de religión entre católicos y protestantes ensangrentaron Francia a lo largo de todo el siglo XVI.
3. Alta Autoridad de lucha contra las discriminaciones y por la igualdad (Halde), 11-15, rue Saint-Georges, 75009, París.

La ley del 15 de marzo de 2004 que prohíbe en las escuelas públicas todo signo o indumentaria que manifieste de forma ostensible cualquier pertenencia religiosa, estuvo precedida de una larga reflexión. Especialmente en el seno de la Comisión de reflexión sobre el respeto del laicismo en la República, creada en julio de 2003, y compuesta por 18 miembros –responsables políticos y acreditados profesores universitarios– y presidida por Bernard Stasi, mediador de la República. Este grupo de reflexión consultó durante seis meses a todos los componentes de la sociedad civil francesa. Su informe, hecho público en diciembre de 2003, preconizaba la creación de una ley para la prohibición en los establecimientos escolares de signos religiosos "ostensibles", el respeto del laicismo en los servicios públicos y en los hospitales y la inclusión en el calendario escolar de dos días suplementarios para las fiestas de Yom Kipur y de Aid el kebir.

¿Cómo enseñar las religiones en la escuela pública?

Lejos de querer devolver "Dios a la escuela", el filósofo francés Régis Debray ha defendido la necesidad de enseñar la historia de las religiones en las escuelas en un informe encargado por el Ministerio de Educación, que hizo público en 2002. "El hecho religioso" ha sido y sigue siendo un componente clave de la experiencia humana. Conocer las diferentes religiones permite mayor tolerancia e inteligencia del mundo en las sociedades multiculturales en las que vivimos.

El velo visto por las mujeres musulmanas de Francia

Son 1,7 millones en Francia, y el 61% de nacionalidad francesa. En diciembre de 2003, un sondeo del Instituto Ifop y de la revista Elle dio la palabra a estas mujeres musulmanas nacidas de familias musulmanas en Francia. De él se desprendió que el 86% de las mujeres encuestadas no lleva velo; el 91% se siente bien integrada en la sociedad francesa. El 51% se declara creyente practicante, el 29% creyente no practicante, el 17% simplemente de origen musulmán, el 2% sin religión y el 1% de otra religión. El 49% está a favor de la ley del 15 de marzo de 2004 que prohíbe los signos religiosos en la escuela.

Para profundizar

• Laïcité 1905-2005, entre passion et raison, Jean Baubérot, ed. du Seuil, París, 2005.

• Un débat sur la laïcité,
Alain Renaut y Alain Touraine, ed. Stock, París, 2005.

• El libro del centenario: Histoire de la laïcité à la française,
ed. Académie des sciences morales et politiques, París, 2005.

• La Laïcité, textos elegidos y presentados por Henri Pena-Ruiz, ed. GF Flammarion, col. Corpus, París, 2003.

• Sitio web oficial:
www.1905-2005.fr
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