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Íñigo Ongay de Felipe
Registrado: 09 Oct 2003
Mensajes: 371
Ubicacin: Bilbao
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 Publicado: Mar Feb 24, 2004 7:07 pm Ttulo del mensaje: Juan Goytisolo y Manuel Azaña |
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Estimados contertulios;
El diario El Correo Español, daba hoy noticia en su sección de "Cultura", de la reciente aparición de la obra " El Lucernario" de Juan Goytisolo dedicada a glosar la vida y la "herencia" de Manuel Azaña ( esta misma tarde he podido comprobar que este libro reposa ya en los escapartes de las librerías de Bilbao):
| Cita: | Juan Goytisolo reivindica la lucidez crítica y serena de Manuel Azaña
El autor dice en 'El lucernario' que su legado intelectual «ha sido secuestrado»
MIGUEL LORENCI/COLPISA. MADRID
El escritor catalán, ayer, en la presentación de su libro. / EFE
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EL AUTOR
Vive a caballo entre Marrakech y París y visita esporádicamente España. Es autor de 'Juegos de manos' (1954), 'Duelo en el paraíso' (1955), 'Fiestas' (1957), 'La resaca' (1958), 'Señas de identidad' (1966), 'Reivindicación del conde don Julián' (1970), 'Juan sin Tierra' (1975), 'Makbara' (1980), 'Paisajes después de la batalla' (1982), 'Las virtudes del pájaro solitario' (1988), entre otras novelas.
Manuel Azaña (Alcalá de Henares, 1888-Montauban, 1940) fue, además de un capacitado político, una de las conciencias más críticas y lúcidas del siglo XX español. Así lo cree el escritor y ensayista Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) que ha dedicado al último presidente de la Segunda República su ensayo 'El lucernario. La pasión crítica de Manuel Azaña' (Península/Atalaya). En sus páginas, lamenta que la figura y su legado intelectual permanezcan 65 años después de su muerte en «una especie de limbo».
Para Goytisolo, Azaña es un eslabón en un cadena áurea del pensamiento político español que se remonta a Jovellanos y que tendría sus grandes exponentes en José María Blanco White y en Américo Castro. Lamenta, en cambio, que el legado intelectual de Manuel Azaña «haya sido secuestrado». Su talla como escritor «sigue aún por medirse», denuncia, y su figura fue «expeditivamente arrojada al muladar de la historia por los vencedores de la guerra y calumniada por una parte de los vencidos».
Goytisolo entiende que el gran mérito de Azaña pasa «por una pasión crítica, que trata de consagrar el pensamiento individual frente al pensamiento colectivo». «Hasta en sus circunstancias más terribles, fue un hombre de Estado capaz de hacer prevalecer la razón frente al patrioterismo», asegura.
Dice Goytisolo que no ha leído «lo que han escrito los asesores de Aznar sobre Azaña» y que en la aproximación a su figura y su legado intelectual sí ha frecuentado los trabajos de historiadores como Javier Marichal, Gabriel Jackson o Santos Juliá.
«Me llama la atención su riguroso sentido de la política, que le hizo no caer nunca en la demagogia», apunta Goytisolo, quien destaca en Azaña una «serenidad que se hace perceptible tanto en sus discursos como en su pieza dramática 'La velada en Benicarló'». «Azaña no cede nunca a la presión, jamás hace propaganda y defiende en todo momento la legalidad vigente», destaca. «Su actitud me recuerda a la de Luis Cernuda, que expresó su dolor a través de la poesía. Azaña no cedió nunca a los cantos de sirenas ni reivindicó el odio. Su serena actitud política es pareja a la actitud poética de Cernuda», resumía el autor de 'Paisaje después de la batalla'».
Rigor ético
Asegura Goytisolo que el rigor ético de Azaña sólo es comparable a dos políticos europeos del siglo XX, «el francés y presidente de la república Pierre Mendès-France, y el alemán Willy Brandt». Y ve sobre todo en Azaña un espíritu autocrítico «que es muy raro en los países católicos, donde se perdona la mentira, no como en los países protestantes, donde la mentira es algo grave, y de ahí los problemas que están padeciendo Bush y Blair» -en alusión a la polémica por la no probada existencia de las armas de destrucción masiva que justificaron la guerra de Irak-.
«Azaña no tiene un equivalente en la política española actual, por la sencilla razón de que no hay nadie de su envergadura política e intelectual», matizó Goytisolo, quien recordó cómo desde su presidencia «aprobó los estatutos de autonomía del País Vasco y Cataluña y fue muy crítico con los disparates de los nacionalistas». «Vivió el retorno de España a los reinos de taifas, denunció los crímenes de los sublevados y la anarquía y los fusilamientos indiscriminados al principio de la Guerra Civil».
«El único pecado de Azaña -concluyó Goytisolo- fue hacer políticas de convivencia en un momento en que no eran posibles y difícilmente defendibles teniendo en cuenta la traición de Inglaterra y Francia». |
No he tenido ocasión de leer el libro de Goytisolo pero no deja de resultar significativo que este Islamófilo nos venga ahora con la cantinela de la superioridad "ética" de los países protestantes ( Europa) sobre los católicos ( España), claro que así Goytisolo logra entroncar diáfanamente con el acrítico leyendanegrismo anti español de don Manuel... y todo ello además combinado con la conexión islámica de este "magrebí de adopción", así las cosas cabe preguntar :¿ resucitan para el caso de Goytisolo los contubernios entre los reformistas y los infieles que tan buenos resultados dieron , en su momento , contra los imperiales?
Atentamente |
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Felipe Giménez Pérez
Registrado: 14 Oct 2003
Mensajes: 1050
Ubicacin: Leganés (Madrid, España)
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| Publicado: Jue Feb 26, 2004 11:49 pm Ttulo del mensaje: Nihilismo progresista. |
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Estimados contertulios: Goytisolo, a fuer de rojo y progre acabó en el Islam igual que el necio de Garaudy. Al final, la llamada izquierda con su holización de los cojones acaba siendo puro nihilismo. Azaña, tantas bobadas y mentiras de un gran demagogo y mentiroso. Toda su ideología era: anticlericalismo bobo y odio a la derecha. No tenía programa: Sólo hacer en España una dictadura como la del PRI en Méjico. Ahí está todo su mérito. Protestantismo, Islam, progresismo, la AntiEspaña. Eso es todo.
Una de las cosas que Franco bien hizo fue fusilar al traidor separatista Luis Companys. Se lo merecía, era un miserable secesionista y eso se paga con la muerte. Si Manuel Azaña se hubiera quedado en Madrid, por lo menos hubiera muerto como un hombre, pero no, salió rápidamente de España, corriendo con el rabo entre las piernas como un cobarde y encima murió loco. Franco seguramente lo hubiera fusilado, pero en fin, era la ley de la victoria militar: fusilar al enemigo, como hacían los romanos con los reyes prisioneros: los estrangulaban. El único digno fue Besteiro y murió en la cárcel en 1942. Todos los demás estaban a buen recaudo con la pasta en el exterior. Vaya Panda y ahora buscando los huesos atapuercos de sus partidarios. Memez suma, en fin, qué se le va a hacer, los progres están desbocados desde que no tienen poder alguno en España, me refiero al poder gubernamental. Están como en los años 30, creando un clima de preguerra civil. Creen que van a ganar esta vez, pero andan muy pero que muy equivocados.
Atentamente, |
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