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análisis de Petras y Kitty que sigue gritando...

 
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Íñigo Ongay de Felipe



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MensajePublicado: Mar Ago 03, 2004 11:56 pm    Ttulo del mensaje: análisis de Petras y Kitty que sigue gritando... Responder citando

A continuación presento a la aconsideración de los contertulios un interesante análisis de James Petras sobre el peso del poderoso Lobby Feroz ( los sionistas neocons al estilo Wolfoficz, Kagan, etc, etc) en la determinación de los planes del Imperio relativos a la política exterior, y en particular a la vinculada a Próximo Oriente



Cita:
Seymour Hersh y la olvidada conexión sionista-israelí

James Petras
Rebelión
Traducido para Rebelión por Felisa Sastre


Mientras leía en la revista New Yorker (*), los muy difundidos e influyentes artículos de Hersh sobre la tortura en el Irak ocupado por Estados Unidos, se me hacía cada vez más evidente que no se trataba de unas revelaciones completas sobre los principales responsables de la estrategia de aplicación de torturas. El reportaje de Hersh constituía un relato selectivo sobre asuntos concretos y sobre unos pocos funcionarios. Cuando, con incredulidad creciente, se lee la versión de los hechos que Hersh revela, aparece claro que toda su argumentación y sus revelaciones sobre los funcionarios implicados en la aplicación de la tortura se basan en una sóla persona, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld (por supuesto que muy importante) y olvidan a los altos funcionarios de Defensa que han tenido una gran influencia y responsabilidad en la política belicista, en la creación de agencias de información y en la coordinación de las estrategias y tácticas durante la ocupación. Rumsfeld era parte de una elite que aprobaba y promovía el uso de la tortura. Pero, a lo largo de su exposición, Hersh omite deliberadamente el papel desempeñado por los sionistas (Wolfowitz, Feith- que ocupan el segundo y tercer puesto de mando en el Pentágono), quienes promovieron y apoyaron la guerra, las torturas en los interrogatorios y, en concreto, hicieron posible que expertos israelíes impartieran seminarios para formar a los miembros de la Inteligencia Militar de EE.UU. en sus técnicas de tortura, adquiridas en medio siglo de práctica en los interrogatorios de los prisioneros árabes.


Para buscar fuentes documentales sobre los métodos de tortura usados en los interrogatorios, Hersh se remonta a textos académicos y a los manuales de hace 20 años de la CIA, pero en ningún caso alude a las prácticas ampliamente difundidas por los asesores del Mossad y del Shin Bet que, en la actualidad, están implicados en la tortura en la vecina Palestina y en Irak.


A Hersh se le ha presentado en los medios de comunicación como un iconoclasta periodista de investigación, una etiqueta que imprime a sus reportajes y denuncias un sello de gran credibilidad. Nada importa que Seymour Hersh fuera quien públicamente defendiera la tortura como método de investigación con los sospechosos y sus familias tras el 11 de septiembre, citando para ello el modelo israelí, y justificando la tortura de la misma manera que el Pentágono lo hace ahora con los sospechosos iraquíes. En lugar de mencionar a un desconocido profesor de la Universidad de Chicago, Hersh debería haber citado la influyente opinión en defensa de la tortura del profesor de Derecho de Harvard, Alan Dershowitz ( colega sionista ) ampliamente leído por los “civiles militaristas” que mandan en el Pentágono y dirigen la cadena de mando que ha conducido a los interrogatorios con aplicación de torturas.


El relato de Hersh no presenta el contexto político existente en el Pentágono, y en Oriente Próximo, en lo relativo a la sistemática aplicación de la tortura. Para comprender la cuestión de la práctica estadounidense de la tortura y los violentos abusos cometidos con los prisioneros y civiles iraquíes es preciso analizar la satanización ideológica de la población iraquí- los “árabes”- y el incondicional apoyo político y militar que Estados Unidos presta al Estado de Israel, el principal ejecutante, desde hace mucho tiempo y a gran escala, de la tortura contra los árabes. La más vitriólica y sistemática denigración de los árabes y de los musulmanes en Oriente Próximo se basa en los escritos y discursos de influyentes ideólogos sionistas que residen en EE.UU, como los Pipes (padre e hijo), los Kristol (mayor y menor) los Kagan, Cohen, Goldhagen, entre otros. El primer paso para justificar la tortura es el de “deshumanizar” a las víctimas, el etiquetarlas de “infrahumanas” (violentos salvajes congénitos). En Estados Unidos los sionistas se limitan a seguir los pronunciamientos de sus mentores ideológicos en Israel, quienes frecuentemente han proclamado que “lo único que comprenden los árabes es la fuerza” (Sharon, Golda Meier, Dayan, Rabin, etc...). Los ideólogos sionistas del Pentágono han tenido gran influencia en despertar, de diversas formas, el odio hacia los árabes. En primer lugar, mediante su defensa de Israel, mediante la manipulación deliberada de la naturaleza colonial de la guerra que sostienen los israelíes, y la culpabilización a las víctimas palestinas de la violencia sistemática que Israel ejerce sobre ellas. Los ideólogos han defendido todas las acciones violentas de Israel: la masacre de Jenin, las nuevas colonias en Cisjordania, el ataque asesino a Rafah, el asesinato de activistas y trabajadores de la ayuda humanitaria de Naciones Unidas, el monstruoso Muro que va a encerrar a todo un pueblo en un gueto, los asesinatos masivos de cientos de palestinos y la destrucción de miles de viviendas en Gaza. La violencia israelí contra los palestinos produce una profunda impresión en los sionistas estadounidenses quienes generalizan y agudizan su animosidad contra los árabes musulmanes en todo Oriente Próximo, y particularmente en Irak donde se encuentran en situación de llevar a cabo sus políticas.


Los sionistas y las torturas en Iraq


La principal fuente de “información” y propaganda para la invasión y ocupación de Irak, en parte, provino de la Oficina de Planes Especiales (OPS) y del Grupo de Evaluación Antiterrorista creado por el ultra sionista Douglas Feith, subsecretario de Defensa (tercero en la jerarquía del Pentágono) con el firme apoyo de Wolfowitz, Abrams y Rumsfeld. Feith puso al frente de la OPS a su colega sionista Abram Shulsky. El Grupo especial puenteó a la CIA y a las agencias militares de inteligencia, se aseguró sus propias fuentes de información antes de la guerra, y se responsabilizó de dar “información segura” durante los primeros momentos de la ocupación (antes de ser desmantelado). Cuando la resistencia iraquí incrementó su eficacia, y la justificación estadounidense para la guerra (las armas de destrucción masiva) quedó probada que había sido una invención absoluta del Grupo Especial, la cumbre del Pentágono, Rumsfeld y los sionistas sumidos en la desesperación, dieron las órdenes conjuntas de intensificar y extender las torturas a los sospechosos iraquíes encarcelados. Es una enorme simplificación decir que la línea de mando responsable de las acciones cotidianas de prosecución de la guerra, quedaba limitada a Rumsfeld cuando Wolfowitz, Feith y Abrams defendían de forma tan extremada la ocupación y controlaban la información.


Incluso más que Rumsfeld, los fanáticos sionistas del Pentágono eran los más ardientes partidarios de introducir los métodos israelíes de tortura y de humillación de los sospechosos árabes, al elogiar los “éxitos”israelíes en su forma de tratar a los “árabes”. Fueron ellos, y no los servicios militares de información, quienes impulsaron el empleo de “expertos” israelíes en métodos de interrogación; ellos fueron quienes respaldaron a los israelíes para que ofrecieran seminarios a los oficiales de inteligencia militar y a los contratistas privados estadounidenses sobre guerrilla urbana y técnicas de interrogación.


En las “revelaciones” de Hersh no se alude a la responsabilidad de los sionistas del Pentágono en las torturas de los iraquíes. Las flagrantes omisiones son deliberadas y, como es obvio, forman parte de un modelo sistemático, y sirven para exonerar a los sionistas del Pentágono y a Israel cargando en Rumsfeld toda la responsabilidad de los crímenes de guerra.


Análisis detallado de la metodología de Hersh


Una lectura final de la serie de artículos de Hersh en el New Yorker revela sus premisas y perspectivas políticas, ninguna de las cuales tiene nada que ver con valores democráticos o preocupación por los derechos humanos.


La preocupación principal de Hersh es que la orden de Rumsfeld para utilizar la tortura entorpecía las operaciones de un grupo de elite de comandos profesionales implicados en “un programa especial de acceso secreto” diseñado para asesinar, secuestrar, y torturar a “sospechosos de terrorismo” en todo el mundo. En otras palabras, al implicar en las torturas en Irak a miles de soldados estadounidenses corrientes ( a quienes una de las fuentes de Hersh llama “palurdos”), Rumsfeld ponía en peligro la operación de los asesinos profesionales en todo el mundo. La segunda preocupación más importante de Hersh era que el descubrimiento de las torturas podría “dañar (sic) las perspectivas estadounidenses en la guerra contra el terrorismo”, es decir, que la táctica que él atribuía (única e injustamente) a Rumsfeld estaba poniendo en peligro las posibilidades de construir el imperio estadounidense. La visión imperial de Hersh se niega a reconocer los derechos elementales de autodeterminación y las leyes internacionales. La aparente tercera preocupación de Hersh es la de que Rumsfeld intentaba monopolizar la información puenteando a la CIA y a las otras agencias de inteligencia, lo que resulta un poco ingenuo. Wolfowitz y Feith crearon la unidad especial de información que facilitó a Rumsfeld las informaciones falsas; fueron quienes presentaron a Chalabi (conocido en todos los centros de información de Washington como carente de fiabilidad alguna) como una fuente impecable de “información desde el interior”; y fueron los que le informaron de las inexistentes armas de destrucción masiva de Saddam, a sabiendas de que le facilitaban datos falsos. Como Wolfowitz cínicamente ha admitido más tarde, la decisión de lanzar la invasión de Estados Unidos, basada en la existencia de armas prohibidas, se tomó porque era la única cuestión sobre la que estaban de acuerdo.


Hersh no es un imbécil, conoce lo que cualquiera en Washington y fuera del Gobierno sabe: que los sionistas del Pentágono estaban presionando para llevar a cabo la guerra con Irak desde antes del 11-S (incluso desde antes de que llegaran al poder en Washington) y trabajaban con el Estado israelí para intentar que Estados Unidos destruyera Irak a cualquier precio, incluidos la pérdida de vidas estadounidenses, los enormes déficits presupuestarios, el poner en peligro los intereses petrolíferos y los intereses generales del imperio estadounidense.


Ellos lanzaron la invasión puenteando al mando central del ejército mediante la falsificación deliberada de lo que iba a ser la reacción del conquistado pueblo iraquí (“nos recibirán como a liberadores”-, según Wolfowitz y Perle) y el intento de destruir las estructuras civiles y estatales ( las llamadas purgas para la des-baathización ) con el fin de minar para siempre las posibilidades de Irak de oponerse al dominio de Israel en Oriente Próximo.


Ninguna de las preguntas de Hersh analizan estos bien conocidos hechos sobre quien es el responsable de las atrocidades cometidas contra los iraquíes. Ni tan siquiera tenía que citar fuentes anónimas de información del Pentágono: el General Anthony Zinn y muchos bien informados no sionistas, así como la CIA y el Mando Central sabían quienes eran los promotores sionistas y sus planes, y además conocían el papel desempeñado por Feith al presionar para que se emplearan técnicas más duras de interrogatorio. Pero Hersh hizo caso omiso de todo ello, de los sionistas y de sus partidarios ideológicos y consejeros que hicieron todo lo posible para impedir cualquier recuperación económica iraquí y la posibilidad de hacerse cargo de sus propios sistemas educativo, sanitario y electoral. La Des-baathización iba a ocasionar que Irak volviera a ser un país tribal y dividido, gobernado por su protegido Chalabi, el único “candidato” que reconocería a Israel, le suministraría petróleo y apoyaría la “integración” de Oriente Próximo bajo la hegemonía israelí. Los sionistas del Pentágono tuvieron éxito en asegurarse que hubiera guerra; también lo tuvieron en la destrucción de los servicios sociales iraquíes básicos y en el desmantelamiento de las instituciones del Estado (tribunales, ejército, administración civil). Sin embargo, en su ciego sometimiento a Israel, pasaron por alto el hecho de que los soldados profesionales dispersos, los líderes civiles purgados y los profesionales del país se convertirían en parte de una resistencia armada experimentada; que Irak podría convertirse en ingobernable, que el dominio estadounidense se derrumbaría y que los Estados Unidos se enfangarían en una guerra políticamente perdida; que su Gobierno títere no tendría ni legitimidad ni apoyo popular. Los sionistas hicieron lo que pensaron que era lo mejor para Israel, incluso aunque ello provocara una enorme oposición en todo el mundo, hasta en Estados Unidos donde, en mayo de 2004, una mayoría se ha vuelto contra la ocupación. Sólo la cadena de transmisión israelí, la AIPAC1, apoyaría a Bush y a su continuada lealtad a la guerra de ocupación israelí contra los palestinos. Cuando su interesada predicción de que habría un comité iraquí de bienvenida se convirtió en una valerosa guerra anticolonial, Feith y sus acólitos exigieron el empleo de métodos más convincentes de interrogatorio, y Rumsfeld y Feith se decidieron a usar los métodos de tortura israelíes para “humillar a los árabes”. Mientras tanto la llamada de Kagan para “bombardear las calles árabes” se intentaba pero fracasaba en intimidar a la resistencia iraquí.


La denuncia de Hersh, señalando a Rumsfeld como único y máximo responsable, aparece en el momento oportuno: cuando la política estadounidense ha fracasado y los funcionarios mejor informados empiezan a denunciar el papel desempeñado por los sionistas del Pentágono. Ha sido una maniobra inteligente sólo a medias: Rumsfeld ha sido menospreciado por el Congreso y por los militares profesionales y se ha convertido en rehén de otros por sus políticas y arrogancia públicas. No obstante, incluso al “denunciar” a Rumsfeld, Harsh ha sido cuidadoso en la forma de hacerlo de manera que permita a sus colegas sionistas permanecer indemnes en sus puestos.


Hersh justifica algunas actuaciones terroristas ilegales de Rumsfeld al señalar “los obstáculos legales" existentes para la eliminación de los terroristas. El apoyo de Hersh al hecho de que Rumsfeld recurriera a la contratación de innumerables comandos para asesinar, secuestrar y torturar a sospechosos en el mundo entero es, en efecto, un modo de perdonar esas tácticas una vez que Rumsfeld dejara el cargo. Si Rumsfeld dimitiera, las torturas continuarían con sus colegas Feith y Wolfowitz. Hersh trae por los pelos a un funcionario de quinto nivel que trabaja a las órdenes de Feith, Stephan Cambone, del que nos dice que “estaba profundamente implicado” en la tortura de prisioneros, ¿más implicado que sus superiores sionistas? Deberíamos preguntar al incomparable periodista de investigación: ¿Cómo es que Hersh responsabiliza a los que están en las alturas (Rumsfeld) y a los que están abajo (Cambone) pero jamás se centra en Wolfowitz y Feith que son quienes diseñan y dirigen esa política?


Al señalar a Cambone, Hersh lo describe en términos que encajan a la perfección con los sionistas: defendía la guerra en Irak (siguiendo a Wolfowitz, Perle, Feith y Abrams); despreciaba a la CIA, que los sionistas del Pentágono consideraban “demasiado cautelosa”; la atacaba por no haber encontrado las armas de destrucción masiva. Habida cuenta de que Cambone actuaba a las órdenes de Wolfowitz y Feith, se limitaba a repetir lo que sus jefes querían escuchar y quizás esa fuese la razón por la que le confiaron la sucia y relevante tarea de “extraer” información por medio de la tortura.


Hersh intenta vincular a Cambone con la generalización de la práctica “selectiva” de la tortura a cargo del Programa del Grupo Especial, que ya estaba en marcha antes de que Cambone fuera nombrado, y cuyas operaciones dependían de la dirección de Rumsfeld, Wolfowitz, Feith y Abrams. La fecha de agosto de 2003, que proporciona Hersh como la de inicio de las torturas con Cambone y el General Miller (proveniente de Guantánamo), es falsa ya que había comenzado antes con el Grupo Especial y con los interrogadores formados por israelíes. Más aún, el Pentágono dirigido por el mismo trío (Rumsfeld, Wolfowitz y Feith) había dado órdenes a Miller para el empleo de la tortura con los “sospechosos” de Guantánamo, y ellos fueron quienes le trasladaron a Irak como recompensa por su ejemplar trabajo. Hersh no investiga los vínculos existentes entre Miller y Rumsfeld, Wolfowitz y Feith antes de su llegada a Irak. Se limita a abortar el análisis, y se centra en los niveles medios y bajos del poder: Cambone, Miller, los interrogadores y soldados enrolados. Al margen de este contexto, Hersh lleva a cabo un trabajo de periodismo de investigación selectivo. Hersh denuncia algunas cosas pero oculta otras relativas a los más activamente implicados en la preparación de la guerra y en dirigirla de la manera más conveniente para los intereses de Israel. El coste de vidas estadounidenses y la degradación de sus jóvenes soldados, obligados a asumir el papel de torturadores, preocupa poco a los sionistas del Pentágono. Incluso después de las revelaciones de torturas, asesinatos y violaciones, los principales ideólogos sionistas como Kristol, Krauthammer, Rubin, Perle, Kagan y Frum han lanzado críticas a Bus por “dar marcha atrás en la guerra”.


Los sionistas del Pentágono están siendo criticados. Ante la posible debacle de Estados Unidos en Iraq la coalición antisionista que se encuentra en el Departamento de Estado, el ejército, la CIA y algunos más, han lanzado una contraofensiva. El general de Marina Anthony Zinn, el senador Fritz Hollings y otros prominentes líderes políticos, diplomáticos y militares han señalado públicamente el papel desempeñado por los sionistas del Pentágono en el lanzamiento y dirección de la guerra para beneficiar a Israel. El giro más reciente y visible ha sido la marginalización del pro-israelí Chalabi (el protegido de Wolfowitz, Feith y Abrams). La incursión en su casa y la incautación de sus archivos, ostensiblemente para investigar irregularidades financieras, constituyen un significativo revés. También lo es la abstención de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU en relación con el ataque de Israel a Rafah, con gran disgusto de los importantes israelíes reunidos en la convención de AIPAC. En respuesta, las organizaciones judías más importantes y publicaciones de la Forward2, Liga Antidifamación3, AJC 4y otras han denunciado las críticas a los sionistas del Pentágono.


Los intentos de Hersh para desactivar a la coalición antisionista que exige que caigan cabezas, al centrarse en dos gentiles5-Rumsfeld y Cambone, ha sido en vano. Los cuchillos están en alto. Debido al poder que detentan los sionistas dentro y fuera del Gobierno, la coalición antisionista y sus partidarios tienen que emplear palabras en clave, la más común de las cuales es “neo-conservadores”, que todo el mundo sabe alude a Wolfowitz, Feith, Abrams y otros sionistas, bien formen parte del Gobierno o no. La Liga Antidifamación, AIPAC y otras importantes organizaciones israelíes, al detectar el peligro que corren sus correligionarios, se han apresurado a etiquetar a los que critican a los neo-conservadores de anti-semitas y a movilizar a miembros del Congreso, a los medios de información y a sus medios de propaganda para silenciar a la coalición y así acallarlos.


Pero la coalición está ganando influencia, y Bush insiste en hacer un simbólico traspaso de poder a los shi’íes de Irak, mediante un sutil juego de cooptación promovido por el Departamento de Estado, lo que ha dado lugar ya a que los sionistas dirigidos por Kagan y Kristol casi llamen traidor a Bush y cobarde por la “retirada”.


Las fotografías de las torturas, que han desacreditado la política de la guerra, amenazan con aislar a los fanáticos sionistas. Enfrentados a la indignación de todo el mundo civilizado ante los crímenes de guerra, los sionistas “progresistas”, como Hersh, tratan de echar la culpa a Cambone y Rumsfeld e intentan reducir las responsabilidades a “unos pocos soldados de un grupo concreto”como ha hecho el senador Lieberman, mientras la elite de AIPAC anima a Bush para que siga con la guerra, ignorando el estiércol y la sangre de la tortura.


Rumsfeld, hábilmente, ha vinculado su futuro a sus compañeros sionistas del Pentágono y del exterior, en la confianza de hacer carrera agarrado a los faldones de sus abrigos y de recoger los beneficios del apoyo del poderoso lobby judío y de sus líderes en el Estado de Israel, que se esconden detrás de ellos, ya que tiene pocos aliados influyentes que no pertenezcan a ese grupo.


Conclusión


A fin de cuentas, incluso si Wolfowitz, Feith, Abrams, Rubin, Libby y la actual camada de sionistas en el Pentágono se vieran obligados a dimitir ello sólo supondría un revés pasajero. Las organizaciones políticas sionistas se mantienen intactas, conservan su aplastante influencia en el Congreso y tienen la promesa de los dos principales candidatos a la Presidencia de que “ La causa de Israel es la causa de Estados Unidos” (Bush y Kerry). El gigante sionista ha dado una vuelta de tuerca al asegurar sanciones contra Siria y pedir el bombardeo de las supuestas instalaciones nucleares de Irán. Si no se pueden encontrar amenazas reales para Estados Unidos es probable que la nueva cosecha de sionistas en el poder cocine otro “pretexto consensuado”. Holbrooke y Sandy Berger pueden aconsejar a EE.UU. en guerras multilaterales de agresión



Hasta aquí un análisis sólido, y ya digo que interesante al que en todo caso podrían discutírsele detalles puntuales ( la tendencia a llamar "muro" a lo que en realidad es una "valla", el hecho de que Petras sin perjuicio de darse cuenta de que a unos tales "sionistas" les interese que EUA ataque Irak para defender la posición de Israel , no entre después a explicitar las razones por las que Israel necesita un Irak distinto del de Saddam - ¿ o se trata nada más que un capricho avieso de Sharon?-, etc, etc,.... Bien, pero sea como sea, a renglón seguido nos encontramos con un párrafo directamente repugnante, por cuanto delata que en lo que se refiere a Petras, "Kitty" ( véase la entrega de Perednick de este mes en El Catoblepas) sigue gritando... sin resultado naturalmente



Cita:
Mientras tanto, los que todavía niegan el poder del sionismo en la política exterior estadounidense, sólo tienen que leer los informes de la conferencia de AIPAC celebrada en Washington en mayo de 2004. En un momento en el que Israel asesinaba niños en las calles de Rafah y destruía centenares de casas ante los aterrorizados ojos del mundo civilizado; mientras un indignado Consejo de Seguridad al fin se ponía firme y condenaba unánimemente a Israel, los líderes del Congreso estadounidense y los dos candidatos a la Presidencia prometían apoyo incondicional a Israel, entre los aplausos sanguinarios de agentes de bolsa, dentistas, médicos y abogados – la crema de la crema de la sociedad judía estadounidense. “La Causa de Israel es la Causa de Estados Unidos” se oía de la boca de los dos candidatos mientras los bulldozers de Israel arrasaban casas y los francotiradores disparaban a niñitas cuando iban a comprar caramelos. Da la impresión de que Sharon ha querido demostrar el poder de los sionistas en EE.UU. al planear que la vil destrucción de Rafah coincidiera con la convención de AIPAC y con la asquerosa imagen de los débiles políticos estadounidenses apoyando los crímenes contra la humanidad que se estaban cometiendo. Ni una sóla voz se ha elevado para protestar aunque fuera débilmente. Quienes afirman que los sionistas no son más que uno entre los muchos influyentes lobbies, tienen que dar explicaciones sobre el apoyo incondicional que los más poderosos políticos de Estados Unidos prestan al genocidio que lleva a cabo Israel con el pueblo palestino.


Resulta casi un placer morboso contemplar a Sharon untar con la mierda y la sangre derramada en Rafah las serviles caras de los políticos estadounidenses, que unos y otros se lo merecen. Pero para quienes somos partidarios de una política exterior anti-imperialista, constituye uno de los más humillantes momentos de la historia de los Estados Unidos. Algo que no leeremos en las denuncias de Hersh ni en los eruditos tratados sionistas que defienden guerras sin fin



Atentamente
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Eliseo Rabadán Fernández



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MensajePublicado: Mie Ago 04, 2004 1:18 am    Ttulo del mensaje: ¿ repugnante por criticar la política de Bush o por ...? Responder citando

El mensaje de Iñigo Ongay en la sección textos, resulta confuso, al menos me lo ha parecido en una primera lectura.
La confusión me surge cuando se afirma que una parte importante del artículo que se cita de james Petras , le parece a Iñigo
Cita:

interesante análisis de James Petras sobre el peso del poderoso Lobby Feroz ( los sionistas neocons al estilo Wolfoficz, Kagan, etc, etc) en la determinación de los planes del Imperio relativos a la política exterior, y en particular a la vinculada a Próximo Oriente

Y los dos últimos párrafos, tras la que a Iñigo decía parecerle interesante parte del texto de Petras ( es lo que se entiende de su propio texto )
, tendríamos una última parte, en la sección de "conclusión" del texto de Petras, que
Cita:

a renglón seguido nos encontramos con un párrafo directamente repugnante, por cuanto delata que en lo que se refiere a Petras, "Kitty" ( véase la entrega de Perednick de este mes en El Catoblepas) sigue gritando... sin resultado naturalmente



Me parece muy bien que se tome partido por las tesis pro-sionistas y pro israelíes , tal como lo hace Iñigo en este mensaje( si lo he enttendido bien) y tal como se toma partido de tales posiciones en la sección que Perednik tiene en la revista El Catoblepas.

También resulta normal y lógico que si se opta por apoyar las tesis del sionismo, se desprecie e incluso insulte a Petras. También en estos temas habrá quienes opten por defender las tesis de Petras. Son asuntos de la política.
Lo que me parece que se espera de la filosofía es que se hagan análisis apegados a los fenómenos . Y el problema es que en la política , los componentes emic son de gran peso , por lo cual difícilmente se puede ser capaz de mirar los hechos con la necesaria "frialdad".

Lo que plantea Petras es simplemente, ami juicio, una serie de hechos realmente existentes en el ejercicio del poder político en los Estados Unidos en el actual gobierno de Bush y por lo que se espera, en el eventual de Kerry.El poder de los sionistas en la política realmente existente en EEUU. Antes están los intereses de Israel que los de los cuidadanos norteamericanos no judíos y no sionistas.
Lo de Kitty está muy bien , pero me parece demasiado simplista, o por decirlo de otra manera, muy efectista y literario, para quienes no queiran dejarse convencer por las tesis de Perednik y sus admiradores y seguidores.
Si no analizamos el artículo de Petras "menos emicmente", no creo que podamos discutir sobre los fenómenos que en él se platean .Quiero decir, que si todo se reduce a decir que
Cita:

un párrafo directamente repugnante, por cuanto delata que en lo que se refiere a Petras, "Kitty" ( véase la entrega de Perednick de este mes en El Catoblepas) sigue gritando... sin resultado naturalmente


Quiero decir, ¿qué significa lo de que "Kitty -Petras" sigue gritando..sin resultado naturalmente?. No lo entiendo. Me parece que algún resultado puede tener, aunque a Perednik o Iñigo no les sea de interés para sus tesis. Pero resultado , puede ser que alguno sí pueda tener , no "el gritar" sino todfo el argumento sobre los sionistas y los antisionistas en EEUU a los que Petras hace referncia. Se agradece, de momento, que nos aporte (Petras) información a quienes no tenemos acceso a toda la información que él parece manejar sobre lo que sucede en EEUU.
Un saludo
Eliseo R.
Post Scriptum: una nota breve sobre esas "puntualizaciones" a que Iñigo se refiere, como es el caso de lo de llamr Muro a una Valla...el llamado Muro de Berlín no era un muro, era una valla al menos en algunos tramos , ¿por qué se le conoce como muro de Berlín? pero ¿es esto esencial?
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Íñigo Ongay de Felipe



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MensajePublicado: Mie Ago 04, 2004 1:49 am    Ttulo del mensaje: Responder citando

...Es que Eliseo, sólo el cinco por ciento de este muro es de cemento ( por cierto, cemento al parecer vendido por empresas palestinas en gran medida, vinculadas al entorno del "Rais" como hemos sabido esta semana), con lo que la valla sólo es muro en un cinco por ciento, es decir, más llanamente: no es muro, sino valla. Por otro lado, hay una cierta diferencia entre el de Berlín, y el de Gaza, mientras que uno estaba puesto para evitar la salida de ciudadanos de la RDA a la RFA, el otro parece que lo han construido los israelíes para bloquear la entrada de hombres-bomba...



Veamos, señala Eliseo:


Cita:
Lo que plantea Petras es simplemente, ami juicio, una serie de hechos realmente existentes en el ejercicio del poder político en los Estados Unidos en el actual gobierno de Bush y por lo que se espera, en el eventual de Kerry.El poder de los sionistas en la política realmente existente en EEUU. Antes están los intereses de Israel que los de los cuidadanos norteamericanos no judíos y no sionistas



Y si estas palabras se refirieran a la primera parte del artículo, no tendría nda que objetar. Pero la cuestión reside en que en el último párrafo de su texto, Petras dice algunas cosas que sencillamente no resultan serias ( insisto cosas directamente repugnantes), y que en modo alguno constituyen hechos "realmente existentes":



[En un momento en el que Israel asesinaba niños en las calles de Rafah[/quote]


Cita:
y destruía centenares de casas ante los aterrorizados ojos del mundo civilizado


Cita:
mientras un indignado Consejo de Seguridad al fin se ponía firme y condenaba unánimemente a Israel


Cita:
entre los aplausos sanguinarios de agentes de bolsa, dentistas, médicos y abogados – la crema de la crema de la sociedad judía estadounidense



Cita:
los bulldozers de Israel arrasaban casas y los francotiradores disparaban a niñitas cuando iban a comprar caramelos.



Cita:
la vil destrucción de Rafah coincidiera con la convención de AIPAC y con la asquerosa imagen de los débiles políticos estadounidenses apoyando los crímenes contra la humanidad que se estaban cometiendo


Cita:
al genocidio que lleva a cabo Israel con el pueblo palestino.




Cita:
Resulta casi un placer morboso contemplar a Sharon untar con la mierda y la sangre derramada en Rafah las serviles caras de los políticos estadounidenses, que unos y otros se lo merecen.



Me parece que tales frases se comentan ellas solas , no obstante si Eliseo quiere saber las razones por las que considero inadmisible que alguien pretenda vendernos cosas como las anteriores no tendría inconveniente en extenderme un poco más en el análisis.


Atentamente


Post Scriptum: Confieso que lo de las niñitas y los caramelos casi podría mover a la risa, si no se tratase de algo tan serio claro está.
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Eliseo Rabadán Fernández



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MensajePublicado: Mie Ago 04, 2004 9:05 am    Ttulo del mensaje: nuevo texto sobre la política exterior de Bush Responder citando

Aparte del texto de Petras quisiera proponer la lectura de otro texto, de Noam Chomsky.
Me parece que desde luego algunas partes del texto de Petras, pueden considerarse en cuanto a los contenidos emic que cita Iñigo , repugnantes , con lo cual el análisis se mueve en un ámbito de calificaciones psicológico-morales, en las que nos podemos centrar y dejar a un lado los fenómenos políticos que hay en el texto de Petras.

Desde que existe el Estado de Israel ha habido ( y seguirá habiendo) textos que contienen esos elementos psicológico - morales, en los que se califica de repugnante una frase , o un argumento psicológico moral con el que no está , emic, de acuerdo quien lo lee . Y esto lo encontramos en textos pro y contra palestinos o judíos. Es inevitable encontrar estos componentes emic.
Y la dificultad de disociar los componentes emic de componentes etic en estos asuntos resulta un hecho que afecta a la posibilidad de discriminar la realidad en cuanto a la Idea de verdad o de apariencia falaz.

El texto de Petras , insisto, aun reconociendo sus componentes ad hoc de carácter emic, señalados por Iñigo y que pueden sin duda ser repugnates, no supone que todo el texto deba ser deshechado por ello. Me parece que los datos que aporta pueden etic ser de mucho interés para hacer un análisis serio de lo que supone el modus operandi de la política exteriior de los EEUU. Y ahora pongo el texto de Chomsky que puede resultar interesante en tanto complementario al menos de la parte no repugnante del texto de Petras.

Cita:

24 de mayo de 2004


El autismo del imperio
Noam Chomsky
Le Monde Diplomatique. Traducido para Rebelión por Rocío Anguiano



En contra de lo que se podría pensar, las ocupaciones militares, incluso cuando se realizan del modo más brutal, pueden salir triunfantes. Sirva como ejemplo la ocupación por parte de Hitler de Europa occidental o la de los países de la Europa del Este por parte de Rusia durante la posguerra. En ambos casos, los territorios ocupados estaban gobernados por colaboradores que tenían a su disposición aparatos locales civiles y militares y que contaban únicamente con el apoyo de las tropas de los ocupantes. En el caso de Hitler surgió una valiente resistencia, pero sin la ayuda exterior habría sido eliminada. En Europa del Este (así como en Rusia), Estados Unidos trató de apoyar a la resistencia antisoviética hasta principios de la década de 1950, sin éxito.




Consideremos, en cambio, la invasión de Irak. Ha acabado con dos regímenes monstruosos, uno del que se podía hablar, otro del que no. El primero era el reino del tirano; el segundo las sanciones impuestas por Estados Unidos y Gran Bretaña, que han matado a centenares de miles de personas, devastado la sociedad, reforzado el poder del tirano y obligado a la población a confiar en él para sobrevivir (a través del racionamiento), preservando, de este modo, a Saddan Hussein del destino de otros dictadores apoyados por distintos gobiernos de Estados Unidos y, en particular, por los miembros y amigos de la actual administración americana –Suharto, Marcos, Duvalier, Mobutu, etc.- que fueron derrocados desde dentro. Algo así era plausible antes de la guerra.




No hay duda de que la población ha acogido bien el fin de las sanciones y el fin del régimen de Saddam Hussein; los que se oponían a la guerra contra Irak en todo el mundo también, aunque este hecho se haya ocultado por parte de la administración actual. Pero se podían suprimir las sanciones sin conflicto; además, si estas hubieran sido abolidas, la población probablemente habría logrado librarse de la dictadura. Las investigaciones del inspector David Key, nombrado por el presidente George Bush tras la victoria, no solo han desmentido de forma clara la presunta posesión de armas de destrucción masiva por parte de Irak, sino que también han demostrado que, en los años anteriores a la invasión norteamericana, el poder que ejercía Saddam Hussein era muy frágil. Todo ello ha confirmado, a posteriori, las tesis de numerosos expertos que conocían bien la situación interna de Irak. Por ejemplo, Denis Halliday (1) y Hans van Sponeck, coordinadores de la ayuda humanitaria de la Organización de Naciones Unidas (ONU) habían afirmado repetidas veces que, si el embargo y las sanciones impuestas por Washington y Londres no hubieran afectado a la población, los mismos iraquíes se habrían ocupado de derrocar al tirano.




Sabemos que las intervenciones militares pueden tener efectos secundarios positivos: así, el bombardeo de Pearl Harbour por parte de la aviación japonesa, en diciembre de 1941, condujo a la expulsión de las potencias imperiales occidentales de Asia, salvando así los millones de vidas que se habrían perdido en las guerras de liberación. ¿Justifica esto el fascismo japonés y sus crímenes? Está claro que no. Y estoy convencido de que la agresión japonesa contra Estados Unidos fue un crimen de guerra, el “crimen capital” según el tribunal de Nuremberg.




Arthur Schlessinger, el historiador americano de mayor prestigio, al iniciarse los bombardeos de Irak, recordaba con toda la razón el precedente de Pearl Harbour. El presidente Franklin D. Roosevelt, escribía, no se equivocaba cuando decía que el ataque japonés era una fecha señalada en la infamia y que los norteamericanos deberían vivir el ataque contra Irak como una infamia comparable a la de la política imperial japonesa.




Con el fin de los dos regímenes, el de las sanciones y el de Saddam Hussein, Estados Unidos disponía de inmensos recursos para reconstruir Irak. La población se sentía aliviada y la resistencia no tenía prácticamente ningún apoyo externo. Sin embargo, esta se ha ido desarrollando en el interior, básicamente en respuesta a la violencia y a la brutalidad de los invasores. Hacia falta verdadero talento para sufrir un fracaso...




Y es que la invasión ha desencadenado un ciclo de violencia que ha engendrado, a su vez, todavía más violencia, como demuestran los terribles combates en Faluya en donde los civiles iraquíes son las primeras victimas. Si los vínculos entre el antiguo régimen iraquí y la red terrorista Al-Qaida no han existido nunca, todo el mundo admite que el Irak ocupado se ha convertido en un “santuario de terroristas”. Esto lo ha demostrado de forma especial Jessica Stern, especialista en terrorismo de la Universidad de Harvard, en un estudio publicado por el New York Times (2) tras la destrucción de la sede de la ONU en Bagdad.




La guerra contra Irak se llevó a cabo a pesar de la oposición de la opinión pública internacional, que temía que esta agresión llevara a una diseminación del terrorismo. La administración George Bush consideró este riesgo como menor comparado con la perspectiva de hacerse con el control de Irak y de sus riquezas, de lanzar la primera “guerra preventiva” y de reforzar su influencia en el panorama interno norteamericano.




Por otra parte, la “guerra contra el terrorismo” ha fracasado y los ataques sangrientos se han extendido por todo el mundo. Para desgracia de sus habitantes, el número de ciudades a las que ha alcanzado el terror tras el 11 de septiembre de 2001 no deja de aumentar, especialmente después de la guerra de Irak. Actualmente incluye a Bagdad, Casablanca, Estambul, Yakarta, Jerusalén, Haifa, Ashdod, Mombasa, Moscú, Riyad y Madrid. Antes o después, a este ritmo, es posible que el terrorismo y las armas de destrucción masiva acaben por juntarse en el seno de una misma organización violenta cuyos ataques podrían ser aún más terribles.




El concepto de “guerra preventiva” tan apreciado por Bush ha revelado su verdadera naturaleza: un simple eufemismo para poder agredir libremente a quien se quiera. El carácter arbitrario y peligroso de esta doctrina, y no solamente su aplicación en Irak, fue lo que dio lugar en febrero de 2003 a las grandes protestas contra la invasión, rechazo que se ha ido ampliando a partir de entonces, especialmente por la incapacidad de Washington para probar que el régimen de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva, una acusación que apunta a una gran mentira de Estado.




En abril de 2003, los sondeos de opinión mostraban que los ciudadanos americanos deseaban que la ONU ejerciera la responsabilidad principal durante la posguerra en la reconstrucción política y económica de Irak. A pesar de todo, el fracaso de la ocupación resulta sorprendente, dada la potencia militar y los recursos con los que cuenta Estados Unidos y ha llevado a la administración Bush a dar marcha atrás y a resignarse a solicitar la ayuda de Naciones Unidas. Sin embargo, la ONU querría saber si Irak va a ser algo más que un Estado vasallo de Washington. Norteamérica construye en Bagdad su sede diplomática más grande del mundo con 3000 funcionarios, lo que indica claramente que el trasvase de soberanía previsto para el próximo 30 de junio de 2004 será muy limitado.




Este sentimiento se ve reforzado por la pretensión norteamericana de mantener en Irak importantes bases militares y una gran presencia de sus fuerzas armadas. Esta voluntad de hacer de Bagdad su vasallo, se confirma asimismo por las ordenes dadas por Paul Bremer, el procónsul de Washington, para que la economía local permanezca abierta y controlada por los extranjeros. La pérdida del control de la economía reduce radicalmente la soberanía política y las perspectivas de un desarrollo sano. Es una de las lecciones más claras de la historia. Ningún país colonizado ha podido desarrollarse mientras su política y su economía han estado dominadas por la potencia ocupante.




En diciembre de 2003, una investigación del Program on International Policy attitudes/Knowledge Networks señaló que la misma población norteamericana solo apoya de forma muy débil la decisión de mantener, permanentemente, una fuerte presencia militar en Irak. Esta inquietud popular proviene del hecho de que la gente no cree en la justicia de la causa. Si esta se reflejara en las urnas, el próximo mes de noviembre, podría provocar un cambio político importante. Incluso si la oferta electoral en Estados Unidos es muy reducida y si la gente sabe que las elecciones normalmente están amañadas. Al candidato demócrata John Kerry se le describe a veces como un “Bush con pocas calorías”, Sin embargo, puede ocurrir que las dos facciones de lo que llaman el “Partido de los empresarios” presenten políticas diferentes. Pequeñas variaciones, al principio, entre los dos candidato pueden dar lugar, a la larga, a impactos gigantescos y de naturaleza muy contrastada según que el elegido sea Bush o Kerry. Eso se confirmará el próximo mes de noviembre como se confirmó en el 2000 cuando se enfrentaron Bush y Albert Gore.




Bush expone así su doctrina: “Liberar el mundo del mal y del terrorismo”. “Declarar la guerra al terrorismo, afirmó tras el 11 de septiembre de 2001, supone también declarar la guerra a cualquier Estado que de refugio a los terroristas. Porque un Estado que acoge en su suelo a terroristas es a su vez un Estado terrorista y debe por lo tanto ser tratado como tal”. En nombre de esta doctrina, Bush declaró la guerra a Afganistán en el 2001 y a Irak en el 2002. Y amenaza a otros países como Siria. Podemos preguntarnos si Bush realmente es coherente, ya que hay muchos otros Estados que acogen terroristas, que los protegen y a los que ni se bombardea ni se les invade. Empezando por... ¡los mismos Estados Unidos!




Es sabido que desde 1959 los Estados Unidos han apadrinado ataques terroristas contra Cuba. Entre ellos se pueden señalar la invasión de la bahía de Cochinos en 1961, el ametrallamiento aéreo contra civiles, las bombas en lugares públicos de la Habana y en otros sitios, el asesinato de funcionarios, la destrucción en vuelo de un avión de línea cubano en 1976 que causó más de ochenta muertos, así como decenas de complots para matar a Fidel Castro. Uno de los terroristas anticastristas más conocidos, acusado de ser el cerebro del atentado contra el avión civil en 1976, es Orlando Bosch. En 1989, George Bush padre anuló la decisión del Ministerio de Justicia que había denegado una solicitud de asilo formulada por Bosch. En consecuencia, vive tranquilamente en Estados Unidos en donde prosigue con sus actividades anticastristas.




La lista de terroristas que han encontrado refugio en Estados Unidos incluye también a Emmanuel Constant, de Haití, conocido por el nombre de “Toto”, un antiguo líder paramilitar de la época de los Duvalier. “Toto” es el fundador del Frente Revolucionario para el Avance y el Progreso de Haití (FRAPH), grupo paramilitar que, a las ordenes de la junta que derrocó al presidente Aristide, aterrorizó a la población de 1990 a 1994. Según informes recientes, “Toto” vive en el Queens en Nueva York. Y Washington ha denegado la petición de extradición presentada por Haití. ¿Por qué? Porque “Toto” podría revelar los vínculos entre Estados Unidos y la junta culpable de haber hecho asesinar –por los hombres del FRAPH- entre 4000 y 5000 haitianos... Hay que añadir que entre los gansters que han participado, al lado de las fuerzas americanas, en el reciente golpe de estado contra el presidente Aristide figuran varios ex dirigentes de la organización terrorista FRAPH.




Washington rehuye continuamente entregar a aquellos que le han servido bien, incluso cuando se trata de terroristas. Así, en febrero de 2003, Venezuela pidió la extradición de dos oficiales que habían participado en el golpe de estado del 11 de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez y que, acto seguido, habían organizado un atentado en Caracas para después huir a Miami, en donde encontraron refugio. Claro está, Washington la denegó.




Y es que no todos los terroristas son iguales. Y los que sirven a los intereses de Estados Unidos no deberían ser calificados con la fea palabra “terroristas”. Son los nuevos “combatientes de la libertad”, como llamaban los medios de comunicación antes al mismo Osama bin Laden, en la época en la que aterrorizaba a los soviéticos por cuenta de Estados Unidos...




Véase Denis Halliday, “Des sanctions qui tuent”, Le Monde diplomatique, enero de 1999.

Jessica Stern, “How America Created a Terrorist Haven”, The New York Times, 20 de agosto de 2003.



No parece que en el texto de Chomsky haya componentes repugnantes emic, pero veamos que análisis se puede hacer de su lectura.

Las críticas de Chomsky son vistas por algunos como críticas hechas por un enfermo mental, desde luego, pero para otro, resultan al menos en parte, de cierta utilidad para el análisis crítico de la política del Imperio.

Lo que está claro, al parecer, también, en elcaso de los artículos de Petras, es que no es defensor de la política imperial colonialista norteamericana. Y desde luego, no me parece una necesidad absoluta considerar como (veluti una mens, en términos de Espinosa el filósofo del siglo XVII, es decir , como un solo Estado o sociedad política)una sola mente las sociedades israelí y la norteamericana. El asunto es dejar lo más claro posible cuáles son los intereses de Israel y los de EEUU y los de los Estados de la UE, entre ellos España. No me parece que sea explicable únicamente con una metáfora como la de Perednik con su ejemplo de Kitty . Ojalá fuera tan sencillo el asunto.
Un saludo
Eliseo
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Íñigo Ongay de Felipe



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MensajePublicado: Mie Ago 04, 2004 5:48 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Completamente de acuerdo con lo señalado por Eliseo Rabadán; únicamente quise matizar que si alguien se quiere creer , por los motivos que sean, que los israelíes son una suerte de nazis redivivos que se dedican a masacrar niñitas que van a comprar caramelos , practicando un genocidio contra el pueblo palestino ante la horrorizada mirada del "mundo civilizado" ( ¿ cree Petras que Israel es una sociedad bárbara?, ¿ hasta tal punto llega su maniqueísmo?, un maniqueísmo enteramente anti-marxista por cierto), y los aplausos sanginarios de los médicos, abogados y dentistas que constituyen la crema de la judería yanqui... pues con su pan se lo coma.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mie Ago 04, 2004 10:15 pm    Ttulo del mensaje: Pregunta sobre Petras Responder citando

Estimados amigos:

Hay algo que nunca consigo entender de los análisis de Petras. Cuando señala al sionismo existente en determinados lobbys estadounidenses, ¿a qué se refiere Petras? Lo digo porque parece insinuar que EEUU está dominada por Israel, suponiendo que los sionistas no son norteamericanos, sino israelitas. Para decirlo en términos del materialismo filosófico, ¿considera Petras que los lobbys que él denomina sionistas son parte de la capa cortical de Israel o de la de EEUU?

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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Eliseo Rabadán Fernández



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MensajePublicado: Jue Ago 05, 2004 7:19 pm    Ttulo del mensaje: lobbies sionistas y políticos en EEUU Responder citando

El artículo de Petras al que José M Rodríguez Pardo se refiere ( el que Iñigo Ongay y yo hemos tratado de comentar ) me parece que deja bastante claro:
1- que una cosa son los judíos que viven en los Estados Unidos y que pueden estar ejerciendo puestos como miembros de la capa cortical , tales como los Douglas Feith director y Abraham Shulsky principal responsable del OPS, la Oficina de Planes Especiales - que curiosamente tenía originalmente otro nombre al que ahora se pretende volver para ocultar los mangoneos de estos políticos sionistas - ( colocado ahí por Wolfowitz ) .
2- otra cosa son los llamados lobies que no necesariamente son directamente miembros oficiales de una "capa política"( cortical o conjuntiva)o sea funcionarios del Estado.

No he leído en el artículo citado de Petras que haya insinuado , como sugiere JM R Pardo,
Cita:
que parece insinuar -[Petras]-que EEUU está dominada por Israel, suponiendo que los sionistas no son norteamericanos, sino israelitas

Lo que sí es conocido en EEUU y no se trata de una inisnuación de Petras, es que hay lobbies judío-norteamericanos para potenciar la cooperación política y militar entre EEUU e Israel.

Por lo que se, en EEUU hay muchos judíos nacidos en distintos países europeos que son producto de la diáspora tras el holocausto y persecución nazi y otros que emigraron antes a EEUU y que siguen siendo judíos aunque legalmente sean ya ciudadnos de EEUU con lo cual pueden estar en cargos políticos , y auqnue pueda resular paradójico, seguir a un tiempo siendo judíos.

Por si no entiende el modo en que Petras hace referencia a los modos de operar de estos judíos en torno al gobierno de Bush respecto de la guerra en Irak, voy a permitirme poner los textos de Petras para que quede más claro mi mensaje. Y también otros textos que espero que aporten alguna información de interés.


Cita:


Hay algo que nunca consigo entender de los análisis de Petras. Cuando señala al sionismo existente en determinados lobbys estadounidenses, ¿a qué se refiere Petras? Lo digo porque parece insinuar que EEUU está dominada por Israel, suponiendo que los sionistas no son norteamericanos, sino israelitas. Para decirlo en términos del materialismo filosófico, ¿considera Petras que los lobbys que él denomina sionistas son parte de la capa cortical de Israel o de la de EEUU?



a lo largo de su exposición, Hersh omite deliberadamente el papel desempeñado por los sionistas (Wolfowitz, Feith- que ocupan el segundo y tercer puesto de mando en el Pentágono), quienes promovieron y apoyaron la guerra, las torturas en los interrogatorios y, en concreto, hicieron posible que expertos israelíes impartieran seminarios para formar a los miembros de la Inteligencia Militar de EE.UU. en sus técnicas de tortura, adquiridas en medio siglo de práctica en los interrogatorios de los prisioneros árabes.

Cita:


Hersh se remonta a textos académicos y a los manuales de hace 20 años de la CIA, pero en ningún caso alude a las prácticas ampliamente difundidas por los asesores del Mossad y del Shin Bet que, en la actualidad, están implicados en la tortura en la vecina Palestina y en Irak.


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Eliseo Rabadán Fernández



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MensajePublicado: Jue Ago 05, 2004 7:24 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

textos de Petras donde se explica el papel de los sionistas en EEUU y que son norteamericanos a la vez que pueeden ser sionistas.
Cita:

Hersh se remonta a textos académicos y a los manuales de hace 20 años de la CIA, pero en ningún caso alude a las prácticas ampliamente difundidas por los asesores del Mossad y del Shin Bet que, en la actualidad, están implicados en la tortura en la vecina Palestina y en Irak.


En lugar de mencionar a un desconocido profesor de la Universidad de Chicago, Hersh debería haber citado la influyente opinión en defensa de la tortura del profesor de Derecho de Harvard, Alan Dershowitz ( colega sionista ) ampliamente leído por los “civiles militaristas” que mandan en el Pentágono y dirigen la cadena de mando que ha conducido a los interrogatorios con aplicación de torturas.

y el incondicional apoyo político y militar que Estados Unidos presta al Estado de Israel, el principal ejecutante, desde hace mucho tiempo y a gran escala, de la tortura contra los árabes. La más vitriólica y sistemática denigración de los árabes y de los musulmanes en Oriente Próximo se basa en los escritos y discursos de influyentes ideólogos sionistas que residen en EE.UU, como los Pipes (padre e hijo), los Kristol (mayor y menor) los Kagan, Cohen, Goldhagen, entre otros.

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Eliseo Rabadán Fernández



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MensajePublicado: Jue Ago 05, 2004 7:30 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Cita:
La principal fuente de “información” y propaganda para la invasión y ocupación de Irak, en parte, provino de la Oficina de Planes Especiales (OPS) y del Grupo de Evaluación Antiterrorista creado por el ultra sionista Douglas Feith, subsecretario de Defensa (tercero en la jerarquía del Pentágono) con el firme apoyo de Wolfowitz, Abrams


Si se quiere se puede encontrar información sobre la judeidad de Abram,por ejemplo.
me permito poner aquí un enlace sobre Abrams

Elliott Abrams
> National Security Council: Senior director
> Project for the New American Century: Signatory
> Ethics and Public Policy Center: Former president

el NSC es una institución de la capa cortical de EEUU y los otros dos son digamos, lobbies...es claro que son cosas distintas pero puede ser que el finis opris sea coincidente con el finis operantis en todos los casos.
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Eliseo Rabadán Fernández



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MensajePublicado: Jue Ago 05, 2004 7:37 pm    Ttulo del mensaje: objeto de la crítica de Petras Responder citando

a mi juicio, el artículo de Petras se dirige concreta y precisamente a un objetivo:
mostrar que un periodista con fama de un nivel muy respetable en tanto "periodista de investigación" , lo que hace en la revista The New Yorker es todo lo contrario de una investigación seria . Y esto es el meollo del artículo de Petras y lo que me parece interesante para un análisis de la política de EEUU e Israel en la guerra de Irak y la lucha contra el terrorismo a raíz del 11-S.
lo que está sucediendo con la guerra en Irak sin duda está también en estos momentos determinado por la campaña electoral en EEUU, de ahí los manejos de Hersch en sus analisis sobre el papel de los sionistas o neocons en el Pentágono y desde luego, en la Casa Blanca.No se trata sólo de asuntos de la capa cortical ...o diplomática y militar...
ermino las citas de Petras
Cita:

Hersh no investiga los vínculos existentes entre Miller y Rumsfeld, Wolfowitz y Feith antes de su llegada a Irak. Se limita a abortar el análisis, y se centra en los niveles medios y bajos del poder: Cambone, Miller, los interrogadores y soldados enrolados. Al margen de este contexto, Hersh lleva a cabo un trabajo de periodismo de investigación selectivo. Hersh denuncia algunas cosas pero oculta otras relativas a los más activamente implicados en la preparación de la guerra y en dirigirla de la manera más conveniente para los intereses de Israel. El coste de vidas estadounidenses y la degradación de sus jóvenes soldados, obligados a asumir el papel de torturadores, preocupa poco a los sionistas del Pentágono. Incluso después de las revelaciones de torturas, asesinatos y violaciones, los principales ideólogos sionistas como Kristol, Krauthammer, Rubin, Perle, Kagan y Frum han lanzado críticas a Bush por “dar marcha atrás en la guerra”.
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Eliseo Rabadán Fernández



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MensajePublicado: Jue Ago 05, 2004 7:49 pm    Ttulo del mensaje: otra manera de ver el tema de los neocons Responder citando

Desde el diario israelí también se coincide con algunas de las afirmaciones de Petras...transcribo un texto parte del artículo de Ari Shavit , aunque está en inglés, por lo cual pido disculpas a quienes no lean esta lengua.

Cita:

in the course of the past year, a new belief has emerged in the town: the belief in war against Iraq. That ardent faith was disseminated by a small group of 25 or 30 neoconservatives, almost all of them Jewish, almost all of them intellectuals (a partial list: Richard Perle, Paul Wolfowitz, Douglas Feith, William Kristol, Eliot Abrams, Charles Krauthammer), people who are mutual friends and cultivate one another and are convinced that political ideas are a major driving force of history. They believe that the right political idea entails a fusion of morality and force, human rights and grit. The philosophical underpinnings of the Washington neoconservatives are the writings of Machiavelli, Hobbes and Edmund Burke. They also admire Winston Churchill and the policy pursued by Ronald Reagan. They tend to read reality in terms of the failure of the 1930s (Munich) versus the success of the 1980s (the fall of the Berlin Wall).

El enlace a este artículo completo es
[url] http://w w w . h a a r e t z . c o m][/url]
[url]
http://www.haaretz.com/hasen/pages/ShArtVty.jhtml?sw=ari+shavit&itemNo=280279[/url]

un saludo
Eliseo
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Eliseo Rabadán Fernández



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MensajePublicado: Jue Ago 05, 2004 7:59 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Lo que está detrás de los llamados neocons no son ni todos los lobbies judíos que existen en EEUU, ni todos los políticos que son miembros de las capas cortical o conjuntiva de EEUU, sino que entre los neocons hay además cristianos católicos ultraconsercadores , auqnue el mayor poder en el grupo de los neocons está al parecer en un grupo de judíos norteamericanos ultraconservadores. Me permito poner este breve texto aunque está en inglés , creo que puede ayudar a aclarar algunas de lasa dudas sobre lo que Petras había escrito.
Quiero decir que la política exterior de EEUU y de Israel están al servivio de sus respectivos Estados, pero lo que parece es que hay intereses mutuos que han dado lugara una especie de coalición más o menos fuerte entre ambos Estados . Que los judeo-norteamericanos neoconservadores tengan hasta la fecha una capacidad de influir en las estrategias de política tanto interior como exterior en los EEUU no resulta a mijuicio tan difícil de entender.
Un saludo
Eliseo R.


Cita:

POLITICS:
What Is a Neo-Conservative Anyway?

Commentary - By Jim Lobe


WASHINGTON, Aug 12 (IPS) - With all the attention paid to neo-conservatives in the global media today, one would think that a standard definition of the term would exist. Yet, despite their now being credited with a virtual takeover of U.S. foreign policy under President George W. Bush, a common understanding of 'neo-cons' remains elusive.

A brief description of their basic tenets and origin can help distinguish them from other parts of the ideological coalition behind the administration's neo-imperialist trajectory; namely, the traditional Republican Machtpolitikers (Might Makes Right), such as Vice President Dick Cheney and Pentagon chief Donald Rumsfeld, and the Christian Rightists, such as Attorney General John Ashcroft, Gary Bauer, and Pat Robertson.

As neo-con godfather Irving Kristol once remarked, a neo-conservative is a ''liberal who was mugged by reality''. True to that description, neo-cons generally originated on the left side of the political spectrum and some times from the far left. Many, such as Kristol himself, have Trotskyite roots that are still reflected in their polemical and organisational skills and ideological zeal.

Although a number of prominent Catholics are neo-conservatives, the movement remains predominantly Jewish, and the monthly journal that really defined neo-conservatism over the past 35 years, 'Commentary', is published by the American Jewish Committee. But at the same time, neo-conservative attitudes have reflected a minority position within the U.S. Jewish community, as most Jews remain distinctly liberal in their political and foreign-policy views.

Neo-conservative foreign-policy positions, which have their origin in opposition to the New Left of the 1960s, fears over a return to U.S. isolationism during the Vietnam War and the progressive international isolation of Israel in the wake of wars
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Felipe Giménez Pérez



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MensajePublicado: Vie Ago 06, 2004 12:14 am    Ttulo del mensaje: El Imperio frente al Islam Responder citando

Estimados contertulios: Los EE.UU. apoyaron a Israel frente a los árabes en un principio debido a la guerra fría. La URSS apoyaba a algunas dictaduras árabes o musulmanas frente a otros países árabes o musulmanes sostenidos por EE.UU. Además EE.UU. apoyaba a Israel frente a la URSS, con su antisemitismo de toda la vida. Cayó la URSS y el problema es que los países musulmanes han adoptado todos o casi todos una actitud belicista, hostil contra los países capitalistas occidentales, esto es, contra el orden capitalista mundial. Esto a los progres les encanta. Odian el capitalismo y saben que es necesario, odian a EE.UU. y son capaces de apoyar cualquier barbarie antinorteamericana. El problema es si los EE.UU. deben dejar de apoyar a Israel y apoyar al Islam, enemigo acérrimo de los EE.UU. como impíos, politeístas, cafres, ateos, inmorales, etc. Apoyar al Islam es suicida para un occidental. Es necesario apoyar a Israel. Por eso la causa de Israel es nuestra causa. Lo inteligente es que los EE.UU. apoyen a Israel. En EE.UU. la política exterior es una política de EStado, de Imperio. En España, se antepone el espíritu de secta al interés nacional y ahora nos ha tocado una secta estúpida y suicida que ama al Islam porque odia a la Iglesia Católica y a EE.UU. y a Israel. TEnemos un ministro de Asuntos Exteriores amigo de Arafat, uno de los grandes asesinos del siglo XX. Petras puede decir lo que quiera, pero los neoconservadores se rigen por la razón de Estado igual que los que no lo son como Kerry. Tal vez los neoconservadores tienen más lucidez política, la lucidez política del pensamiento reaccinario. O nos unimos todos los países capitalistas en una cruzada contra la barbarie en Irak o estamos perdidos. Atentamente,
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