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Antonio Romero Ysern
Registrado: 12 Oct 2003
Mensajes: 386
Ubicacin: Aracena (España)
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 Publicado: Mie Ago 04, 2004 8:45 am Ttulo del mensaje: Petroleo, España y Marruecos. |
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Estimados amigos:
Creo que resulta del máximo interés esta información que recoge hoy "El País". Sobre este asunto se ha hablado ya en estos foros, pero no recuerdo exactamente dónde. Un saludo:
Madrid exige a Rabat que explique por qué autoriza a buscar crudo en aguas españolas
Moratinos y Benaissa reaccionan con prudencia para evitar un encontronazo diplomático
IGNACIO CEMBRERO - Madrid
EL PAÍS - España - 04-08-2004
España y Marruecos se esforzaron ayer por evitar que el primer roce de la nueva era en la relación bilateral se convierta en una crisis. Rabat concedió, el jueves, derechos de prospección petrolera en su Mediterráneo oriental, una zona que incluye aguas de soberanía española. De ahí que la diplomacia española haya pedido explicaciones a Marruecos, aunque no protestó formalmente. Paralelamente, el ministro marroquí de Exteriores, Mohamed Benaissa, restaba importancia al contrato firmado con tres petroleras y afirmaba estar dispuesto a "recibir cualquier oferta española" para superar el contencioso.
Miguel Ángel Moratinos, el ministro de Asuntos Exteriores, retrasó un poco, el lunes, su salida de Arcila, la ciudad cercana a Tánger a la que había acudido para asistir a un festival cultural organizado por su homólogo marroquí. Cuando empezaba a caer la noche ambos ministros se salieron de un seminario, en el que participaban, para sentarse a solas en un rincón de la cafetería del pequeño centro de congresos. Su semblante era grave. Benaissa hacía frecuentes llamadas desde su teléfono móvil.
A través de la llamada de uno de sus colaboradores Moratinos acababa de enterarse de que la Agencia Nacional de Hidrocarburos y Minas de Marruecos (Onhym) había suscrito, el jueves, un contrato con dos petroleras australianas, Pancontinental Oil and Gas NL y Cooper Energy BVI, y con una británica, Afrex.
El contrato les concede derechos de exploración durante doce meses en una zona marítima de 6.355 kilómetros cuadrados que se extiende desde el oeste de Melilla hasta la frontera con Argelia.Incluye, a primera vista, los amplios canales marítimos que parten de Melilla y las islas Chafarinas hasta aguas internacionales, y la mitad de las aguas territoriales de la isla de Alborán, que no forma parte de los enclaves españoles en el norte de África y que Marruecos no reivindica.
Moratinos pidió explicaciones a Benaissa, quien aseguró ignorar la decisión pero prometió informarse inmediatamente. El Onhym es, sin embargo, un organismo público marroquí dependiente del Ministerio de Energía, cuyo titular, Mohamed Butaleb, asistió a la ceremonia de la firma con las petroleras.
Tras este acto solemne el Onhym publicó un comunicado que la MAP, la agencia oficial de prensa marroquí, no recogió hasta el domingo -tres días después- porque el viernes y el sábado centró su labor en la Fiesta del Trono, que conmemora la entronización de Mohamed VI.
Benaissa se comprometió con Moratinos a estudiar este asunto y dejó incluso caer que, si perjudica intereses españoles, podría paralizarse la puesta en práctica del contrato, según una fuente diplomática española. Horas antes de que surgiese este roce el ministro marroquí había recalcado ante su huésped español que el rey había dado instrucciones para evitar a toda costa cualquier fricción con España.
Marruecos dialogante
Para desactivar el incipiente contencioso Benaissa tomó la palabra anoche, pero fue más comedido que en privado. "Este contrato reviste un carácter puramente técnico y está limitado en el tiempo -su duración es de tan sólo un año- y también en sus objetivos, se concentra en investigaciones sísmicas", afirmó. Rabat, añadió, "está dispuesto a recibir cualquier oferta española a este propósito y a abrir un diálogo constructivo".
Cuando se despidió de sus colaboradores en Arcila, Moratinos hizo en voz alta algunas reflexiones sobre la deficiente información que recibe su ministerio de sus embajadas y demás servicios del Estado, que ignoraban la firma del acuerdo pese a que éste había sido hecho público por la MAP. "Trabajamos a ciegas", se lamentó.
El ministro se enteró, el lunes por la noche, de lo sucedido porque un miembro de su equipo le comunicó que, el martes, el diario económico Expansión iba a publicar una amplia información sobre el contrato petrolero.
Moratinos pidió, a continuación, al servicio jurídico del ministerio que "estudie detenidamente el alcance y la naturaleza de la decisión del Gobierno" de Marruecos para "averiguar si perjudica a derechos nacionales". Cuando se determine, Exteriores decidirá la actuación a seguir pero parece probable que, con discreción, señalará a Rabat que su iniciativa "vulnera derechos españoles y formulará una reserva expresa", indica un colaborador del ministro.
No hará, por tanto, una protesta oficial, como la formulada por el Gobierno de José María Aznar en 2000, después de que Rabat otorgase a la petrolera norteamericana Conoco derechos en una zona marítima comprendida entre Melilla y Tánger, que también incluía aguas territoriales españolas. Conoco no encontró crudo.
A finales de 2001 fue, en cambio, Rabat la que se quejó dos veces de que la petrolera Repsol hubiese obtenido derechos de exploración cerca de las islas de Fuerteventura y Lanzarote en una zona que, según el Gobierno alauí, pertenecía a la plataforma continental marroquí.
La firma del último contrato por Marruecos, cuando las autoridades españolas y marroquíes viven una auténtica luna de miel, "pone de relieve hasta qué punto el vecino es imprevisible", señala un diplomático español conocedor del Magreb.
En la sede de Exteriores se barajaban tres hipótesis sobre la iniciativa marroquí. Algunos la achacan a la mala coordinación en el seno del Gobierno de Driss Jettu; otros la atribuyen a la caverna integrada por algunos cortesanos empeñados en abortar la reconciliación con España y, por último, se sospecha también que Rabat ha querido dejar claro que la amistad con su vecino no significa renunciar a sus reivindicaciones.
A través de la llamada de uno de sus colaboradores Moratinos acababa de enterarse de que la Agencia Nacional de Hidrocarburos y Minas de Marruecos (Onhym) había firmado, el jueves, un contrato con dos petroleras australianas, Pancontinental Oil and Gas NL y Cooper Energy BVI, y con una británica, Afrex.
El contrato les concede derechos de exploración durante doce meses en una zona marítima de 6.355 kilómetros cuadrados que se extiende, aproximadamente, desde el oeste de Melilla hasta la frontera con Argelia.
Incluye, a primera vista, los amplios canales marítimos que parten de Melilla y las islas Chafarinas hasta aguas internacionales, y la mitad de las aguas territoriales de la isla de Alborán, que no forma parte de los enclaves españoles en el norte de África y que Marruecos no reivindica.
Moratinos pidió inmediatamente explicaciones a Benaissa, quien aseguró ignorar la decisión pero prometió informarse inmediatamente. El Onhym es, sin embargo, un organismo público marroquí dependiente del Ministerio de Energía, cuyo titular, Mohamed Butaleb, asistió a la ceremonia de la firma con las petroleras.
Tras este acto solemne el Onhym publicó un comunicado que la MAP, la agencia oficial de prensa marroquí, no recogió hasta el domingo -tres días después- porque el viernes y el sábado centró su labor en la Fiesta del Trono, que conmemora la entronización de Mohamed VI.
Benaissa se comprometió con Moratinos a estudiar este asunto y dejó incluso caer que, si perjudica intereses españoles, podría paralizarse la puesta en práctica del contrato, según una fuente diplomática española. Pese a su aparente buena voluntad por quitar hierro al tema, Rabat no puede llegar a reconocer que los enclaves españoles poseen aguas territoriales.
Instrucciones reales
Horas antes de que surgiese este problema, Benaissa había recalcado ante su huésped español que el rey había dado instrucciones de evitar a toda costa cualquier fricción con España.
Cuando se despidió de sus colaboradores en Arcila, Moratinos hizo en voz alta algunas reflexiones sobre la deficiente información que recibe su ministerio de sus embajadas y demás servicios del Estado que ignoraban la firma del acuerdo pese a que éste había sido hecho público por la MAP. "Trabajamos a ciegas", se lamentó.
El ministro se enteró, el lunes por la noche, de lo sucedido porque uno de sus colaboradores le comunicó que, el martes, el diario económico Expansión iba a publicar una amplia información sobre el contrato petrolero.
Moratinos pidió, a continuación, al servicio jurídico del ministerio que "estudie detenidamente el alcance y la naturaleza de la decisión del Gobierno" de Marruecos para "averiguar si perjudica a derechos nacionales". Cuando se determine, Exteriores decidirá la actuación a seguir pero parece probable que, con discreción, señalará a Rabat que su iniciativa "vulnera derechos españoles y formulará una reserva expresa", indica un colaborador del ministro.
Tanta cautela se explica porque el jefe de la diplomacia española quiere evitar romper el buen clima que prevalece con Marruecos desde la llegada al poder del PSOE.
No hará, por tanto, una protesta formal, como la formulada por el Gobierno de José María Aznar hace cuatro años, después de que Rabat otorgase a la petrolera norteamericana Conoco derechos en una zona marítima comprendida entre Melilla y Tánger, que también incluía aguas territoriales españolas. Conoco no encontró crudo.
A finales de 2001 fue, en cambio, Rabat la que se quejó dos veces de que la petrolera Repsol hubiese obtenido derechos de exploración cerca de las islas de Fuerteventura y Lanzarote en una zona que, según el Gobierno alauí, pertenecía a la plataforma continental marroquí.
La firma del último contrato por Marruecos, cuando las autoridades españolas y marroquíes viven una auténtica luna de miel, "pone de relieve hasta qué punto el vecino es imprevisible", señala un diplomático español conocedor del Magreb.
En la sede de Exteriores se barajaban tres hipótesis sobre la iniciativa marroquí. Algunos la achacan a la mala coordinación en el seno del Gobierno de Driss Jettu; otros la atribuyen a la caverna integrada por algunos cortesanos empeñados en abortar la reconciliación con España y, por último, se sospecha también que Rabat ha querido dejar claro que la amistad con su vecino no significa renunciar a sus reivindicaciones. |
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Íñigo Ongay de Felipe
Registrado: 09 Oct 2003
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| Publicado: Mie Ago 04, 2004 7:15 pm Ttulo del mensaje: |
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Estimados Contertulios;
Sobre este tema que comenta Antonio, también ha dicho algo nuestra admirada Trini Jiménez que parece que, con el buen talante que caracteriza a estos muchachos, no quiere molestar demasiado a nuestros vecinos. Y ello , según se ve, aunque nos quieran dar por...
| Cita: | NO ES OPORTUNO, NO CONDUCE A NADA”
Trinidad Jiménez dice que hablar ahora de prospecciones petrolíferas daña la relación con Marruecos
El hecho de que Marruecos haya concedido prospecciones petrolíferas en aguas españolas a empresas extranjeras (una británica y dos australianas) es para Trinidad Jiménez un asunto sobre el que no se debe especular. Dice que "entre España y Marruecos existe una relación como no existía hace años" y "abrir elementos de conflicto o especular sobre determinadas cuestiones no conduce a nada". Benaissa le dijo a Moratinos durante su visita a Marruecos que no sabía nada del asunto y le prometió investigar.
L D (Agencias) Una vez más, la concejala madrileña socialista y secretaria de Política Internacional, Trinidad Jiménez, habla en público de cuestiones que atañen al Ministerio que dirige Miguel Ángel Moratinos. Ahora el frente diplomático se abre en Marruecos, donde precisamente gira visita el jefe de la diplomacia española, por la concesión de derechos de prospección petrolífera en aguas españolas a empresas extranjeras.
Trinidad Jiménez, en declaraciones a la agencia EFE, advirtió este miércoles de que no es "oportuno" hablar en este momento de si Marruecos ha concedido o no prospecciones petrolíferas a empresas extranjeras en aguas reclamadas por España, porque "no conduce a nada" y perjudica la relación bilateral con el país norteafricano.
El nuevo frente parte de la autorización concedida por Marruecos a la empresa petrolera británica Afrex y a las australianas Pancontinental Oil y Cooper Energy para que realicen prospecciones de crudo en un área que incluye las aguas que rodean Melilla, y las limítrofes con el archipiélago de las Chafarinas y la isla de Alborán. La superficie afectada por el acuerdo, que tendría una duración de un año, es de alrededor de 6.300 kilómetros cuadrados.
Pero Jiménez subraya que discutir ahora estos asuntos sólo puede deteriorar las relaciones con Marruecos. Muy al contrario que su postura adoptada respecto a Gibraltar –“no vamos a permitir que un ministro británico acuda a un acto oficial a Gibraltar”– esta vez la concejala cree que "entre España y Marruecos existe una relación como no existía hace años" y "abrir elementos de conflicto o especular sobre determinadas cuestiones no conduce a nada".
Añade la responsable de Política Internacional del PSOE que "realmente, no creo que sea oportuno hablar en este momento y hacernos eco de que si se están haciendo o dejando de hacer determinadas prospecciones petrolíferas" porque, en su opinión, "todo se va a ir abordando desde la normalidad, desde la legalidad establecida, desde los acuerdos comerciales establecidos".
Además –concluye Jiménez–, "no hay por qué pensar que se está haciendo nada que esté al margen de lo ya acordado y establecido por los dos países y por las empresas que tienen que estar trabajando al respecto".
Por su parte, el titular de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos pidió explicaciones al respecto el pasado lunes a su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, durante su vista al país norteafricano. El ministro marroquí dijo que no conocía las polémicas concesiones pero que estarían dispuestos a anular esa autorización si afectaba a las reivindicaciones españolas sobre aguas jurisdiccionales, según informaron fuentes diplomáticas destacadas por la agencia EFE.
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Toma ya... Realmente viene muy al caso recordar aquí un texto de Gustavo Bueno de 1996, que los contertulios sin duda conocerán ( está disponible en www.fgbueno.es) y que llevaba por título «Peor casi imposible». Efectivamente, atinaba don Gustavo: Casi... |
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Íñigo Ongay de Felipe
Registrado: 09 Oct 2003
Mensajes: 371
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| Publicado: Sab Ago 21, 2004 7:16 pm Ttulo del mensaje: |
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Estimados Contertulios;
Aparecía hoy en la prensa madrileña ( La Razón), el siguiente artículo de César Vidal acerca de la "cuestión saharaui", muy valioso análisis como complemento de otras informaciones que ya disponemos ( ver al respecto, vgr, la reseña de Gustavo Bueno Sánchez publicada en El Catoblepas).
| Cita: | El abandono del Sahara
César Vidal es escritor e historiador
Entre las nada escasas muestras de amistad que el gobierno socialista presidido por Rodríguez Zapatero ha brindado a Marruecos en los últimos meses se encuentra la de señalar que está dispuesto a asumir las posiciones marroquíes sobre el conflicto del Sahara. He manifestado en repetidas ocasiones mis diferencias con la política exterior del actual gobierno que nos ha distanciado de los Estados Unidos, nos ha sometido a Francia, ha reducido nuestro papel en Europa y, para colmo de males, ha lanzado el claro mensaje de que si nos golpean, nos asustamos y retrocedemos. Con todo, lo del Sahara me parece una indignidad de tal calibre que casi no encuentro calificativos para definirla. Marruecos ambicionó el Sahara –que nunca formó parte de su territorio– al menos desde su acceso a la independencia a mediados de los años cincuenta. La concesión de la independencia a Mauritania imposibilitaba su defensa y, por lo tanto, desde 1960 la administración española lo consideró un territorio no autónomo lo que implicaba reconocer su independencia a corto plazo. Ansioso de apoderarse de una fuente de fosfatos que competían con los propios, Marruecos orquestó entonces una campaña –con el apoyo de un amplio abanico de dictaduras tercermundistas y comunistas– supuestamente encaminada a que se celebrara un referéndum de autodeterminación del Sahara y, en realidad, destinada a anexionarlo. De hecho, durante los sesenta y los setenta –siguiendo el precedente de la guerra de Ifni– Marruecos infiltró en el Sahara español a guerrilleros que eran presentados como luchadores por la independencia. En 1973, el denominado Frente Polisario inició además una serie de acciones armadas que en los meses siguientes se traducirían en ocasionar una decena de muertos y paralizar la producción de fosfatos. En un intento, que se revelaría vano, de abandonar el Sahara con honor, en 1974 el gobierno español elaboró un estatuto para el territorio y planeó la celebración de un referéndum de autodeterminación. Fue lo más cerca que los saharauis estuvieron de la independencia porque ésta se vio abortada por la agresión de Marruecos. El 8 de julio, Hassán II de Marruecos –que contaba con el apoyo de Francia, de Yasir Arafat y de buena parte de las dictaduras islámicas y comunistas– lanzaba un discurso instando a España a entregar el Sahara ya que, de lo contrario, procedería a la «movilización general». El momento no pudo resultar más adecuado ya que al día siguiente un Franco muy enfermo era hospitalizado a causa de una tromboflebitis. Sin embargo, el general no estaba dispuesto a doblegarse. Convaleciente, se entrevistó en junio con Kurt Waldheim, secretario general de la ONU, y el 17 de agosto anunció que el referéndum de autodeterminación iba a celebrarse en el primer semestre de 1975. La respuesta de Hassán II consistió en cercar Ceuta y Melilla y en anunciar que iba a recurrir al tribunal de La Haya. El 16 de octubre de 1975, el tribunal internacional de La Haya emitió una resolución que, en contra de lo esperado por el monarca musulmán, afirmó que Marruecos no tenía ningún derecho sobre el Sahara. Sin embargo, a esas alturas, el rey de Marruecos había ya jugado la carta americana y, frente a una España cuyo jefe de estado tenía los días contados, se presentó como la garantía de estabilidad en la zona del Estrecho. Apenas unas horas después de publicada la resolución del tribunal internacional de justicia, Hassán II anunció que trescientos cincuenta mil civiles marroquíes iban a entrar en el Sahara. Se trataba de la Marcha Verde que penetró en el Sahara el 6 de noviembre. Se cuenta que un Franco agonizante ordenaba que el general Yagüe, muerto años atrás, se enfrentara inmediatamente con los moros invasores. Sea o no cierto, de lo que no cabe duda es de que, mientras Franco se moría, el gobierno de Arias Navarro negoció unos acuerdos en Madrid que, supuestamente, garantizaban la defensa de los intereses españoles a cambio de la salida del Sahara. Como ha sido habitual en el último medio siglo, España cumplió su parte y Marruecos, no. Para colmo, la entrada del ejército marroquí en el Sahara revistió verdadero carácter de genocidio. El coronel Dlimi había asegurado que en tres meses acabaría con la resistencia saharaui y para lograrlo machacó con napalm y fósforo blanco a más de cuarenta mil civiles que en su mayoría eran ancianos, mujeres y niños. Las violaciones de saharauis ante sus familiares, las torturas, los saqueos, el maltrato de prisioneros se convirtieron en prácticas habituales del ejército de Marruecos. Por el contrario, las únicas manifestaciones de decencia en aquel bochornoso episodio se dieron entre los soldados españoles que se negaron a brindar con los oficiales marroquíes, que estaban dispuestos a dar una lección al déspota de Marruecos o que en el fuselaje del último avión que salió del Sahara pintaron con letras grandes: ¡Viva el Frente Polisario! De entonces hasta hoy –¡casi treinta años!– los saharauis no han dejado de resistir en terrible inferioridad de condiciones la agresión marroquí. España, gobernara la izquierda o la derecha, al menos, se ha mantenido en la insistencia en garantizar la existencia de ese pueblo. Ese mínimo ha desaparecido, al parecer, con el gobierno de Rodríguez Zapatero, tan cercano a Mohamed VI de Marruecos y, al mismo tiempo, tan ignorante de la Historia. Semejante abandono de los saharauis debiera haber despertado la cólera de los mismos que clamaron por plazas, mercados y teatros contra la guerra de Iraq. No ha sido así. De hecho, tras contemplar el listado de aquellos que han firmado un reciente manifiesto pidiendo al gobierno que recapacite y no de la espalda a los saharauis, he podido observar que las coincidencias con la gente del «No a la guerra» son muy escasas y que prácticamente no está ninguno de los que cobran subvenciones. Quizá es que el tiempo va aclarando las cosas. Cuando, con ocasión de la guerra de Iraq, algunos éramos partidarios de la intervención contra un terrible dictador, ellos estaban en contra. Ahora, cuando los que se opusieron a derribar al tirano irakí están en el poder y apoyan a otro dictador también musulmán, callan mirando hacia otro lado para no ver el genocidio de un pueblo que lucha por su libertad desde hace casi tres décadas. Al final, como decía Cervantes, somos hijos de nuestras obras.
César Vidal es escritor
e historiador
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