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EL ESTATUTO CATALÁN...y varios.
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José Mª Rodríguez Vega



Registrado: 11 Oct 2003
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MensajePublicado: Jue May 26, 2005 7:56 am    Ttulo del mensaje: EL ESTATUTO CATALÁN...y varios. Responder citando

Empieza la costestación... Sólo me incomoda de este grupo la ingenua esperanza anterior en los socialistas del PSC. Eso dice muy poco en pro de estos “intelectuales”, que se ganan la vida con el intelecto. Pues para cualquiera con un poco de bagaje político ya se sabía lo que podrían dar de sí los que jamás estuvieron en la escena política del franquismo y los que fueron metidos aquí por la CIA y compañía para evitar otra revolución de los claveles estílo Portugal. Eso, y ese “federalismo”, pues cuando se dice que: “la mejor forma de organizar España es el federalismo y la España de las autonomías ya es de hecho un Estado federal”, eso lo acercan a las tesis absurdas de IU, pues si lo que hay es de hecho ya un “Estado federal”, sobra reformar y menear el presente, ya que lo que menos importa es el nombre. Esperemos a ver por donde van los tiros. ¿Qué les parece esto, apreciados contertulios?

Adiós.
.........

CATALUNYA

POLITICA / Boadella, Félix de Azúa, Trias, Porta Perales o Tubau, entre otros, publicarán un manifiesto el 7 de junio que podría ser la génesis de un nuevo partido

Intelectuales crean una plataforma contra la «uniformidad nacionalista»

LEONOR MAYOR

BARCELONA.- Un grupo de intelectuales catalanes prepara un manifiesto, que hará público el próximo 7 de junio, con el que pretende llamar la atención sobre la situación de «uniformidad nacionalista» que se vive en Cataluña y sentar las bases para crear un nuevo partido político de carácter «constitucionalista y no nacionalista», que se situaría a la izquierda del Partido Popular de Cataluña.
El actor Albert Boadella, los escritores Féliz de Azúa, Miquel Porta Perales, Xavier Pericay, Iván Tubau y Félix Ovejero; el pensador Eugenio Trias; el abogado Francesc de Carreras o el periodista Arcadi Espada son algunos de los intelectuales que forman parte de esta plataforma.
Mantienen la tesis de que «Cataluña necesita un partido al estilo radical italiano» en defensa de un «constitucionalismo claro y neto», según explican fuentes cercanas al proyecto.
Los 18 meses de Gobierno tripartito han impulsado la actividad de este grupo de pensadores. Y es que consideran que Cataluña se halla «en una situación que era inimaginable hace años».
En su opinión, la llegada de ERC al poder ha provocado una especie de persecución hacia los catalanes que se expresan en castellano.El elevado número de multas que se imponen desde la dirección general de Política Lingüística o la obligatoriedad de ostentar el título C de catalán para impartir clases en las Universidades de Cataluña son, para este grupo, ejemplos de la escasa diversidad existente el la actual sociedad catalana.
Líneas estratégicas
Los promotores de esta iniciativa presentarán un manifiesto con las claves de su pensamientos y las líneas estratégicas de sus futuras actuaciones en un acto público que se celebrará el próximo 7 de junio.
Pero su objetivo es ir más allá y crear un partido político que pueda competir «con la uniformidad actual de la clase política catalana», según explican las mismas fuentes.
«Ahora mismo, en la sociedad catalana existe una bolsa electoral», aseguran. «Se trata de un amplio grupo de ciudadanos a quienes siempre se ha considerado apolíticos, por lo que nadie se ha preocupado nunca de representarlos bien», añaden.
Así, la intención de esta plataforma es la de registrar oficialmente este nuevo partido que defenderá los intereses «de muchos catalanes que, sin embargo, no se sienten nacionalistas».
Se trata de personas que piensan que «en Cataluña no es posible sostener una opinión contraria al catalanismo», pues eso sería políticamente incorrecto.
Este grupo ideológico se ha desentendido históricamente de las elecciones autonómicas, aunque sí suele participar en los comicios estatales y, también, en los municipales.
Durante los 23 años de Gobierno de CiU hubo sectores sociales que criticaron lo que consideraban su «excesivo» nacionalismo, aunque nunca llegaron a constituirse en un partido político.
Pero, ahora consideran que la situación ha empeorado. Estos grupos tenían la esperanza puesta en los socialistas catalanes. Y estaban seguros de que si el PSC llegaba a gobernar en esta comunidad la presión catalanista decrecería.
Sin embargo, la alianza entre el PSC y ERC «ha provocado que la situación actual sea incluso peor que con CiU», por lo que la esperanza que para este sector social representaban los socialistas «se ha desvanecido».
Además, el PP, para evitar convertirse en un partido marginal en Cataluña, ha apostado por integrarse en esta línea catalanista, bajo la batuta de Josep Piqué, y ha dejado atrás los controvertidos tiempos de Alejo Vidal-Cuadras.
Por eso, la nueva plataforma y el posible futuro partido político en que puede derivar integrará a personas de diversas tendencias políticas.

El precedente del Foro Babel
«El Foro Babel surgió por una única causa: para sacar a la luz pública, con toda libertad y abiertamente, el tema del nacionalismo catalán desde una posición discrepante de la oficial», decía en 2002 Francesc de Carreras, una de los promotores del Foro Babel.
Esta asociación, que nunca llegó a tener estructura ni se organizó jurídicamente, es el claro precedente de la plataforma que diversos intelectuales catalanes presentarán la semana que viene.
El argumentario del foro Babel se estructuraba en cuatro ideas básicas: «La condición de catalán está determinada por la condición de ciudadano por una determinada adscripción nacional, Cataluña es una sociedad culturalmente plural, Cataluña es una comunidad bilingüe y la mejor forma de organizar España es el federalismo y la España de las autonomías ya es de hecho un Estado federal», contaba De Carreras.
El Foro Babel surgió en diciembre 1996 cuando se elaboraba la ley de política lingüística y contaba con el apoyo de un buen grupo de intelectuales catalanes capitaneados por De Carreras, Eugenio Trias y la catedrática Victoria Camps.
La andadura de esta asociación se articuló a través de dos momentos clave: la presentación de sendos manifiestos publicados en 1997 y 1998.
Sin embargo, la falta de estructura impidió que esta asociación llegase a superar su carácter de punto de encuentro de un grupo de amigos unidos por un sentimiento común, según recuerdan ahora algunos de sus componentes.
La nueva plataforma no nacionalista recogerá el testigo de lo que fue el babelismo. Pero sus ambiciones son muy distintas, ya que aspira a convertirse en un partido político con posibilidades de lograr representación parlamentaria en Cataluña.
.........
© Mundinteractivos, S.A.


Ultima edicin por José Mª Rodríguez Vega el Lun Oct 31, 2005 10:42 am; editado 1 vez
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José Mª Rodríguez Vega



Registrado: 11 Oct 2003
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MensajePublicado: Lun May 30, 2005 12:40 pm    Ttulo del mensaje: Manifiesto. Responder citando

POLITICA / El documento, firmado por 16 pensadores catalanes, carga contra las políticas cultural y económica del Gobierno tripartito que los firmantes consideran heredadas del pujolismo

Intelectuales acusan al Govern de priorizar lo «simbólico» frente a los problemas reales

Su manifiesto alerta «del creciente aislamiento de Cataluña respecto a España» y destaca el «odio que difunde el Govern contra lo español»

LEONOR MAYOR

BARCELONA.- Un total de 16 intelectuales ha elaborado un manifiesto contra el «nacionalismo de izquierdas» imperante en Cataluña tras «23 años de nacionalismo conservador». Con este documento pretenden llamar la atención sobre el auge de «lo simbólico que ha desplazado una vez más a lo necesario» en la política.
Para este grupo, el hecho de que el Govern tripartito haya escogido «como principal tarea política la redacción de un nuevo Estatuto para Cataluña» no es más que un ejemplo de cómo el Ejecutivo «rinde culto a lo simbólico» y olvida «los problemas reales de los ciudadanos».
El documento -que ha sido firmado, entre otros, por el actor Albert Boadella; los escritores Félix de Azúa, Xavier Pericay, Iván Tubau y Horacio Vázquez Rial; el catedrático de Derecho Francesc de Carreras o el periodista Arcadi Espada- será presentado oficialmente el próximo día 7 de junio en el restaurante Taxidermista de Barcelona.
Para esa fecha, sus firmantes esperan nuevas adhesiones a la tesis de que el tripartito «insiste en la táctica desplegada durante más de dos décadas por el nacionalismo pujolista». Una estrategia que, a su juicio, «ha consistido en propiciar el conflicto permanente entre los catalanes y el resto de los españoles».
Según los firmantes del manifiesto, con esta política se ha conseguido enfrentar a españoles con catalanes. Y es que los intelectuales constatan «el creciente aislamiento de Cataluña respecto de España y su visible pérdida de prestigio entre los ciudadanos españoles».Al tiempo que subrayan la «cada vez más escandalosa pedagogía del odio que difunden los medios de comunicación del Gobierno catalán contra todo lo español».
Teresa Giménez Barbat, Ana Nuño, Félix Ovejero, Ponç Puigdevall o Ferran Toutain suscriben también este texto donde se defiende que esta política del enfrentamiento ha tenido nefastas consecuencias para Cataluña tanto en el ámbito cultural como en el económico.
Así, los autores consideran que la política lingüística -la normalización- que se ha aplicado en los últimos años en las escuelas con el objetivo de generalizar el uso del catalán entre los alumnos «no ha impedido que los estudiantes catalanes ocupen uno de los niveles más bajos del mundo desarrollado en comprensión verbal y escrita».
Y también denuncian la renuncia de los políticos «a aprovechar el importantísimo valor cultural y económico que supone la lengua castellana, negando su carácter de lengua propia de muchos catalanes».Una denuncia que coincide con las críticas de los editores por la decisión del Parlament de priorizar el libro en catalán en la Feria del Libro de Frankfort 2007 o la de los distribuidores cinematográficos ante la futura obligación de doblar las películas estadounidenses al catalán.
En el plano económico, sostienen que en los últimos años se ha practicado «una política victimista» con el fin de «ocultar» los fracasos en la gestión pública. Y añaden que se ha utilizado como «coartada para la corrupción» la atribución «de la decadencia económica a un reparto de la hacienda pública supuestamente injusto para Cataluña».
El manifiesto, que firman también Félix Pérez Romera, José Vicente Rodríguez Mora y Carlos Trías, concluye con una invitación «a los ciudadanos identificados con estos planteamientos» para que reclamen la constitución de un nuevo partido político «que contribuya al reestablecimiento de la realidad»
.............

MANIFIESTO:

Por un nuevo partido político en Cataluña


«Después de 23 años de nacionalismo conservador, Cataluña ha pasado a ser gobernada por el nacionalismo de izquierdas. Nada sustantivo ha cambiado. Baste con decir que el actual Gobierno ha fijado como su principal tarea política la redacción de un nuevo Estatuto de Autonomía. Muchos ciudadanos catalanes creemos que la decisión es consecuencia de la incapacidad del Gobierno y de los partidos que lo componen para enfrentarse a los problemas reales de los ciudadanos. Como todas las ideologías que rinden culto a lo simbólico, el nacionalismo confunde el análisis de los hechos con la adhesión a principios abstractos. Todo parece indicar que, al elegir como principal tarea política la redacción de un nuevo Estatuto para Cataluña, lo simbólico ha desplazado, una vez más, a lo necesario.

La táctica desplegada durante más de dos décadas por el nacionalismo pujolista -en la que hoy insiste el tripartito- ha consistido en propiciar el conflicto permanente entre las instituciones políticas catalanas y españolas e, incluso, entre los catalanes y el resto de los españoles. Es cada vez más escandalosa la pedagogía del odio que difunden los medios de comunicación del Gobierno catalán contra todo lo «español». La nación soñada como un ente homogéneo ocupa el lugar de una sociedad forzosamente heterogénea.
El nacionalismo es la obsesiva respuesta del actual Gobierno ante cualquier eventualidad. Lo único que se le resiste son los problemas, cada vez más vigorosos y complicados. Por ejemplo, el de la educación de los niños y jóvenes catalanes. La política lingüística que se ha aplicado a la enseñanza no ha impedido que los estudiantes catalanes ocupen uno de los niveles más bajos del mundo desarrollado en comprensión verbal y escrita. Este es sólo uno de los más llamativos resultados de dos décadas de gestión nacionalista. Dos décadas en las que el poder político, además, ha renunciado a aprovechar el importantísimo valor cultural y económico que supone la lengua castellana, negando su carácter de lengua propia de muchos catalanes.
La decadencia política en que ha sumido el nacionalismo a Cataluña tiene un correlato económico. Desde hace tiempo la riqueza crece en una proporción inferior a la de otras regiones españolas y europeas comparables. Un buen número de indicadores cruciales, como la inversión productiva extranjera o las cifras de usuarios de internet, ofrece una imagen de Cataluña muy lejana del papel de locomotora de España que el nacionalismo se había autopropuesto.Su reacción ha sido la acostumbrada: atribuir la decadencia económica a un reparto de la Hacienda Pública supuestamente injusto en Cataluña. Cabe recordar que una de las acusaciones tradicionales de la izquierda al anterior Gobierno conservador había sido, precisamente, la de no saber gestionar con eficacia los recursos de que disponía y practicar una política victimista que ocultara todos sus fracasos de gestión. Poco tiempo ha necesitado el tripartito para adherirse a esta reacción puramente defensiva, que, además, ha incurrido con frecuencia en la inmoralidad. Alguno de sus consejeros no ha tenido mayor inconveniente en afirmar que, mientras el norte español trabaja, el sur dilapida. No parece que el creciente aislamiento de Cataluña respecto de España y que su visible pérdida de prestigio entre los ciudadanos españoles hayan contribuido a paliar esta decadencia.
Sin embargo, el nacionalismo sí ha sido eficaz como coartada para la corrupción. Desde el caso Banca Catalana hasta el más reciente del 3% (que pasará a la Historia por haber provocado una de las más humillantes sesiones que haya vivido un Parlamento español), toda acusación de fraude en las reglas de juego se ha camuflado tras el consenso. Un consenso que no sólo se manifiesta en los escenarios del parlamentarismo, sino que forma parte del paisaje. Puede decirse que en Cataluña actúa una corrupción institucional que afecta a cualquier ciudadano que aspire a un puesto de titularidad pública o pretenda beneficiarse de la distribución de los recursos públicos. En términos generales, el requisito principal para ocupar una plaza, recibir una ayuda o beneficiarse de una legislación favorable, es la contribución al mito identitario y no los méritos profesionales del candidato o el interés práctico de la sociedad.
Como las fuerzas políticas representadas hoy en el Parlamento de Cataluña se muestran insensibles ante este estado de cosas, los abajo firmantes no se sienten representados por los actuales partidos y manifiestan la necesidad de que un nuevo partido político corrija el déficit de representatividad del Parlamento catalán.Este partido, identificado con la tradición ilustrada, la libertad de los ciudadanos, los valores laicos y los derechos sociales, debería tener como propósito inmediato la denuncia de la ficción política instalada en Cataluña.
Oponerse a los intentos cada vez menos disimulados de romper cualquier vínculo entre catalanes y españoles. Y oponerse también a la destrucción del razonable pacto de la Transición que hace poco más de 25 años volvió a situar a España entre los países libres. La mejor garantía del respeto de las libertades, la justicia y la equidad entre los ciudadanos, tal y como se conciben en un Estado de Derecho, reside en el pleno desarrollo del actual régimen estatutario de las autonomías, enmarcado en la Constitución de 1978. Es cierto que el nacionalismo unifica trasversalmente la teoría y la práctica de todos los partidos catalanes hasta ahora existentes; precisamente por ello, está lejos de representar al conjunto de la sociedad. Llamamos, pues, a los ciudadanos de Cataluña identificados con estos planteamientos a reclamar la existencia de un partido político que contribuya al restablecimiento de la realidad».
Félix de Azúa, Albert Boadella, Francesc de Carreras, Arcadi Espada, Teresa Giménez Barbat, Ana Nuño, Félix Ovejero, Félix Pérez Romera, Xavier Pericay, Ponç Puigdevall, José Vicente Rodríguez Mora, Ferran Toutain, Carlos Trías, Iván Tubau y Horacio Vázquez Rial.
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Antonio Iglesias Díez



Registrado: 12 Nov 2003
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MensajePublicado: Lun May 30, 2005 4:20 pm    Ttulo del mensaje: Más de lo mismo Responder citando

Lo que sigue es algo que estan viviendo algo mas de la mitad de los españoles en toda España. Da igual en dónde y en que contexto. En cualquier localidad y lugar. El que no saca a relucir la Historia llena de mentiras y medias verdades de la Edad Media, aprovecha para calificar de fachón a todo con el que ha tenido alguna diferencia; da igual que se sea amigo, compañero, hermano o padre. Pienso en la simple ignorancia y en la ignorancia interesada y la mala fe, pero sobre todo pienso en una insuperable y siniestra habilidad para la manipulación de las capas mas zafias e ignaras de la sociedad, su clientela política natural con la que es absolutamente inútil argumentar nada de nada. Todo está grabado en sus mentes tabuladas. Sí he observado con carácter general que los que no comparten tanta estupidez progre procuran deliberadamente no sacar temas que den pie a las "sabias opiniones" de los de izquierdas. Sin embargo éstos estan siempre dispuestos a dejar cátedra de su excelencia humana y sabiduría política a la más mínima ocasión. Saben que les sale gratis.


Manifestaciones de fachas
Por Juan Manuel DE PRADA /ABC 30-05-2005

COMO todo el mundo sabe, en España se celebran dos tipos de manifestaciones: las que se convocan, auspician o promueven desde la izquierda y las manifestaciones de fachas. Para que una manifestación sea considerada de fachas ni siquiera es preciso que sea convocada, auspiciada o promovida desde la derecha; basta con que la izquierda decida no acogerla bajo su benéfica égida. Naturalmente, si usted participa en una manifestación bendecida por la izquierda se convierte ipso facto en un dechado de virtudes cívicas; si, por el contrario, se le ocurre participar en una manifestación que no cuente con su nihil obstat, engrosa automáticamente la hez social. En una manifestación bendecida por la izquierda, usted puede enarbolar banderas preconstitucionales sin rebozo, puede corear consignas energúmenas y extrañas a la convocatoria; también puede desfogarse vituperando a cualquier político conservador que se le pase por las mientes, apedrear las sedes de su partido y hasta liarse a mamporros con cualquier despistado señor de derechas que pase por allí. En cambio, en una manifestación que no haya sido bendecida por la izquierda dará exactamente igual que usted no enarbole banderas preconstitucionales, dará exactamente igual que se limite a corear consignas respetuosas y congruentes con la convocatoria, dará exactamente igual que se comporte intachablemente y que el vituperio no ensucie sus labios; incluso se arriesga a que a la mañana siguiente le envíen unos policías a casa, acusándole de alguna violencia fantasmagórica. Y es que, por el mero hecho de participar en una manifestación que no ha sido bendecida por la izquierda, usted se ha convertido en un facha irredento, nostálgico de la caverna, a quien conviene señalar con el dedo y colgar el sambenito de indeseable.

De nada servirán los llamamientos de las organizaciones que convocan la manifestación del próximo día 4 de junio: aunque sea más pacífica que la procesión del Corpus (otra manifestación de fachas, por cierto), aunque ninguno de los asistentes ostente símbolos franquistas, no variará su calificación. Será una manifestación de fachas, porque así lo ha decidido la izquierda, que es quien reparte discrecionalmente bulas y anatemas en el cotarro nacional. La izquierda ha logrado investirse de una suerte de supremacía moral casi que nadie discute (y quien se atreve a hacerlo es inmediatamente tildado de facha); o, si se prefiere, ha logrado trasladar sobre quien no se aviene a comulgar con sus postulados (ni siquiera hace falta que se trate estrictamente de un adversario político) una conciencia de pecado original, una «culpa ontológica» que nunca logrará sacudirse, por mucho que se empeñe. Este chollo ideológico de la izquierda, sustentado sobre un maniqueísmo grosero, admite expresiones rocambolescas que no soportan el análisis racional. Así, por ejemplo, para Gaspar Llamazares, el mero hecho de que Rajoy haya decidido acudir a título personal a la manifestación «evidencia que desea rentabilizarla». De nada sirve que la facción política que capitanea Rajoy haya concedido a sus militantes libertad absoluta para participar o abstenerse de hacerlo: al tratarse de una manifestación de fachas, esto es, no bendecida desde la izquierda, se presume que la derecha manipuladora la utiliza para crispar. Por supuesto, las manifestaciones promovidas en fechas recientes desde la izquierda eran muestras espontáneas de la sacrosanta voluntad popular.

Estas son las reglas del juego. Si usted las acepta, se le concederá misericordiosamente la condición de ciudadano respetable; de lo contrario, será expulsado a las tinieblas exteriores. Comulgue con ruedas de molino, hombre, y quédese en casita, mientras los fachas desfilan por las calles.
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Fernando Bellón Pérez



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MensajePublicado: Mie Jun 01, 2005 1:04 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Amigos del Foro,
como muchos, me he alegrado de la reacción de un grupo de catalanes contra la política de manipulación y demagogia. Es bueno salir al paso de la impostura intelectual y denunciar la corrupción que domina en aquellos pagos. Imagino que la presión sobre los españoles que no se avergüenzan de serlo debe ser tan grande que estas manifestaciones empezarán a brotar, no sé si como margaritas en verano. Leer la prensa catalana da vergüenza. Escuchar los argumentos de los catalanes que defienden el estado de cosas provoca irritación o sonrrojo.
Conozco el paño, porque en Valencia vivimos un acoso catalanista propiciado por un rebaño de caballos de Troya nacidos y criados en esta hermosa tierra, pero que desean entregarla en manos de quienes acabarían esquilmándola.
Sin embargo, me temo que la iniciativa de esos intelectuales catalanes se va a quedar corta o en nada. Primero, por su argumento nuclear,
Cita:
Todo parece indicar que, al elegir como principal tarea política la redacción de un nuevo Estatuto para Cataluña, lo simbólico ha desplazado, una vez más, a lo necesario.

¿Conmoverá a muchos ciudadanos, catalanes o no, residentes en Cataluña la denuncia de esa maniobra de desplazamiento?
Yo creo que a las personas lo que les fastidia es que no se las respete en la calle y en el trabajo, que se las ningunee en los tratos con la administración, que se impida que sus hijos aprendan español, que se tengan que tragar el catalán en las calles, en la información turística, etc. Yo hace tiempo que no subo a Barcelona, pero sí he estado en Tarragona hace poco y puedo asegurar que un ciudadano normal no sufre demasiado el impacto de las agresiones del Tripartito. Es decir, el problema son los políticos y su obsesión por desespañolizar la vida cotidiana. No lo están consiguiendo a su gusto, por eso ladran y hacen cosas desesperadas.
Por eso me parece que un partido político por la convivencia, por la unidad de España, por el respeto a todo y a todos, no puede basar su expectativa de éxito en argumentos intelectuales tan abstrusos como el del desplazamiento de lo necesario por lo simbólico.
No tienen futuro, no irán muy lejos. Al fin y al cabo, son intelectuales. Tengo la impresión de que, a pesar de su buena voluntad y de que sus ideas coincidan con las de la mayoría de los españoles, mantienen esa distancia, ese foso, entre la calidad y verdad de los seres ilustrados y el pueblo llano, con el que se tratan poco. Por eso, no sé qué zafio portavoz de Esquerra ha argumentado con astucia que los portaestandartes de la resistencia son inconsistentes burgueses que los domingos se retiran a su masía en el campo.
De todos modos, esta "sacada" de pies del tiesto de la uniformidad pancatalanista es una muestra de la tensión que allí se vive en determinadas esferas de la elite y nos proporciona esperanzas a los que deseamos lo mejor para España y para los españoles.
Cordialmente,
Fernando Bellón
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Mie Jun 01, 2005 8:25 pm    Ttulo del mensaje: Lo innecesario de lo simbólico. Responder citando

Hola.

Creo que el Sr. Fernando Bellón Pérez incurre en un error. Dice:


Cita:
Sin embargo, me temo que la iniciativa de esos intelectuales catalanes se va a quedar corta o en nada. Primero, por su argumento nuclear:

Todo parece indicar que, al elegir como principal tarea política la redacción de un nuevo Estatuto para Cataluña, lo simbólico ha desplazado, una vez más, a lo necesario.

¿Conmoverá a muchos ciudadanos, catalanes o no, residentes en Cataluña la denuncia de esa maniobra de desplazamiento?
Yo creo que a las personas lo que les fastidia es que no se las respete en la calle y en el trabajo, que se las ningunee en los tratos con la administración, que se impida que sus hijos aprendan español.........

......Como todas las ideologías que rinden culto a lo simbólico, el nacionalismo confunde el análisis de los hechos con la adhesión a principios abstractos. Todo parece indicar que, al elegir como principal tarea política la redacción de un nuevo Estatuto para Cataluña, lo simbólico ha desplazado, una vez más, a lo necesario.


Probablemente se quede en nada esa iniciativa... no lo sé. Pero de lo dicho por Fernando Bellón Pérez, parece como si esos intelectuales del manifiesto estuviesen en su iniciativa por el argumento “nuclear” del <desplazamiento de lo necesario por lo simbólico>, cuando es eso precisamente lo que denuncian..., ya que lo “necesario” es para ellos, sin duda alguna por lo que dicen, lo mismo que para Bellón Perez.

No es abstruso el argumento de contraponer a lo simbólico del tripartito, esto es, a su estatut y a su retahíla del victimismo catalanista y a su rollo del <som i serem una nació>, contraponerle, digo, los asuntos “necesarios” que verdaderamente preocupan a los ciudadanos españoles y por ello catalanes.

Al margen de esta confusión, a mi lo que me parece más notable es que se digan y sitúen a “la izquierda del PP”, pues aparte ecualizaciones actuales, eso sólo parece significar dos cosas: restarle votos al PP por su “izquierda” (con lo que estarían en las políticas del PSOE-PSC de anular toda democracia al anular cualquier oposición)... o lograr que aquellos que repugnan de la “derecha de siempre” y no soportan lo denunciado de las políticas ridículas y delirantes del tripartito, tengan un partido al cual poder votar, que sin ser el PP, sea ante todo “español”, y que por serlo, es catalán, y defienda una Cataluña normalita y viable, dentro de la actual Constitución... De estos votos, si logran cuajar como partido, tendrán un montón, creo. Adiós.
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Juan A. Rodríguez Molina



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MensajePublicado: Jue Jun 02, 2005 1:45 am    Ttulo del mensaje: ¿Intelectuales al poder? Responder citando

Tiene razón Vega en criticar a Bellón cómo lo hace; es más iba a decirlo yo: quizá sea lo “mejor” del proyecto. Sin embargo, el segundo dice otra cosa en la que estoy más de acuerdo con él que con el primero (Vega). En efecto son un grupo de intelectuales y, posiblemente, consiguieran los votos suficientes para sentar a alguno del grupo en el Parlament (o como se llame) ¿Y qué? Seguramente, como son intelectuales y alguno de ellos muy conocidos, tengan la misma (poca, no nos engañemos) utilidad fuera que dentro. Pero ¿y si consiguieran tantos que pudieran formar parte del gobierno o, incluso, formar gobierno? ¿Qué haría una panda de intelectuales con las riendas de Cataluña? ¿Han pensado ellos en esta posibilidad? Creo que no. Entonces, ¿en qué han pensado? Como intelectuales que son, ¿habrán seguido un impulso, una inspiración?

Salud
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Jue Jun 02, 2005 6:59 am    Ttulo del mensaje: Gentuza. Responder citando

Apreciado Molina: No hay ahí “proyecto”. Hasta ahora lo único que parece haber es un manifiesto y una recomendación al pueblo para que reclamen un nuevo partido, según dice Leonor Mayor:

Cita:
<<El manifiesto, que firman también Félix Pérez Romera, José Vicente Rodríguez Mora y Carlos Trías, concluye con una invitación «a los ciudadanos identificados con estos planteamientos» para que reclamen la constitución de un nuevo partido político «que contribuya al reestablecimiento de la realidad»


Pero es que al margen de eso, más nos valdría cualquier grupo de sabios (¿) metidos a platonianos políticos que defiendan lo español, que no la caterva de abogaduchos y leguleyos, estupendos butifarreros del seny, del 3 % y del burret, antiespañoles arteras siempre, amigos de los etarras y pueblerinos de barratina...

El “impulso y la inspiración” que han seguido, apreciado Molina (y entre ellos no hay ni uno sólo que se reclame un materialista filosófico), es el mismo impulso e inspiración que me impele a mi a aborrecer a esta actual gentuza. Estos intelectuales –por ahora- no pretenden gobernar ni ser el “núcleo” ejecutivo de ningún partido político, sino acaso sólo su núcleo ideológico. Y eso ya es bastante, dado el panorama nacional desierto de todo excepto de pensamiento único y políticamente correcto.

Decir, para acabar, que este “manifiesto” no ha sido dado a conocer (creo) por ningún diario catalán aparte de la excepción de El Mundo... cosa muy natural y que convierte a todas las actuales fuerzas políticas catalanas, menos al PP, en una pandilla de indeseables de la peor calaña.
Así, que si se diera el supuesto del que hablas, que llegasen estos intelectuales a gobernar Cataluña, no nos podría ir peor nunca con ellos que con esta actual gentuza.
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Juan A. Rodríguez Molina



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MensajePublicado: Jue Jun 02, 2005 10:38 am    Ttulo del mensaje: Puñeteros impulsos Responder citando

Eso también es verdad. Quizá quien ha seguido un impulso he sido yo; mi anti-partidismo me ha obcecado. Gracias.

Salud
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Vie Jun 03, 2005 11:43 am    Ttulo del mensaje: Ágora socialista. Responder citando

Hola.

En el ABC de hoy (creo que tampoco sale en otros diarios), sale este manifiesto de estos fundamentalistas democráticos... ¡Mira que decirse socialistas y democráticos! A la vez que fian en el Sr. Montilla y en el Sr. Caldera, como si estos dos posmodernos fuesen trigo limpio respecto al Estado unitario.

Estos chicos están por el manifiesto de los intelectuales, aunque no con su propuesta de creación de un nuevo partido... Parece que ellos sí que lo harían bien y que la posible competencia les moleste... aunque uno no se explica cómo habiendo tanta “deriva” en el PSC del Maragaleches, no han dimitido y desertado de ese hediondo partido hace ya tiempo. <Ni el discurso actual del PSC, ni su minoría dirigente les merece crédito>, dicen... ergo es la falta de sindéresis lo que les mantiene dentro:



Cita:
Por una Cataluña plural y plenamente democrática
AGORA SOCIALISTA, Corriente crítica del PSC/

Ágora Socialista, que desde su fundación ha dado muestras de su compromiso con los valores del socialismo democrático y con los derechos de ciudadanía, justo en el momento en el que asistimos a un proceso de aceleración de la vida política en Cataluña, manifiesta:

1 - Que AGORA SOCIALISTA no ha participado, ni directa ni indirectamente, en la elaboración del documento «Por un nuevo partido político en Cataluña».

2 -Una vez accedido al citado documento, tras analizarlo y debatirlo en nuestra Comisión Permanente, declaramos compartir la mayor parte de éste, excepción hecha de aquello que parece desprenderse de su título y de las palabras que se pronuncian por la necesidad de un nuevo partido político en Cataluña. En efecto, es conocida nuestra preocupación por la existencia de un gran vacío en la representación política de la sociedad de Cataluña; lo hemos denunciado en nuestros documentos, propuestas y análisis. Es tan grave esta situación que la hemos denunciado como un gran daño a la democracia misma, ejercido con pasmosa indiferencia por la clase política al asumir la abstención como un hecho consustancial, cuando no deseado, para no perjudicar el «idilio catalán». Pero no es menos cierto que en esos mismos documentos abogamos por la necesidad de que sea el PSC el partido capaz de representar a tanto desamparado político, para lo cual tiene que elaborar un nuevo discurso a la totalidad y tiene que dotarse de un nuevo liderazgo creíble para su explicación y defensa. Ni el discurso actual del PSC, ni su minoría dirigente nos merece crédito para cumplir este cometido, por lo que son necesarias correcciones a la deriva nacionalista, a la pérdida de fidelidad a su proyecto fundacional, a la lealtad y a la fraternidad con el resto del PSOE y con los demás pueblos de España, muchos de cuyos descendientes constituimos la espina dorsal del socialismo catalán y de la propia Cataluña como país.

3 - En todo caso, queremos hacer constar nuestro respeto hacia ese documento y hacia todos y cada uno de los promotores y firmantes, coherentemente con la participación y el apoyo que muchos de nuestros compañeros de Ágora y del Partido Socialista dieron en su momento a documentos de mayor calado como fueron los manifiestos del Foro Babel «Sobre el uso de las lenguas oficiales de Cataluña» (Abril, 1997) y «Por un nuevo modelo de Cataluña» (Julio, 1998), los cuales, en lo esencial, se mantienen vigentes y necesarios ante la situación de huída hacia la nada de unos y el despertar de modorra de otros.

4 - Por otra parte y en relación con la correctísima carta que un numeroso grupo de compañeras y compañeros socialistas han enviado a dirigentes orgánicos e institucionales del PSC y del PSOE, para trasladarles un extenso y atinado análisis de la situación en Cataluña y en el seno del PSC, desde Ágora Socialista no podemos sino celebrar esta iniciativa y señalar nuestra coincidencia plena con los argumentos que desarrolla. Confiamos además en que la unidad de criterio, de formas y de objetivos acabe comportando la unidad de acción.

5 - Finalmente, en nuestra apuesta y nuestro compromiso por una Cataluña plural dentro de una España plural, y desde el ámbito del socialismo democrático, hacemos un llamamiento a todas las fuerzas progresistas y democráticas, así como a todos los sectores ciudadanos, para unir esfuerzos en esta nueva lucha pacífica y democrática contra este régimen que nos atenaza.

Barcelona 2 de Junio de 2005
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Mie Jun 08, 2005 6:32 am    Ttulo del mensaje: Un manifiesto valiente y comprometido. Responder citando

Para muchos está muy claro que los políticos catalanes son, como ha dicho Albert Boadella, unos “cursis analfabetos con su correspondiente porcentaje de manga patrias”. Pego aquí lo del día (sobre el manifiesto de los intelectuales)para solaz de los contertulios.

Lo peor de todo: que se siga con el tópico de la “pluralidad”, de la España plural... como si se diera la posibilidad de que cualquier cosa no fuese siempre “plural”. Lo mejor: que efectivamente ERC es de “ultraderecha”... aunque esto podría ser extensivo a toda la purria actual de los llamados de “izquierdas”... Adiós.
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Un manifiesto valiente y comprometido

Un grupo de intelectuales catalanes ha decidido romper con la corrección política y denunciar, alto y claro, la uniformidad nacionalista en la que está sumida la clase política catalana y el conjunto de la sociedad. Y han sido amenazados. El actor y director teatral Albert Boadella ya lo ha denunciado ante la policía y también lo ha explicado de forma pública, pero muchos otros han optado por el silencio. Pese a que el manifiesto Por un nuevo partido político en Cataluña, presentado ayer oficialmente, ha sido suscrito ya por dos centenares de personas de diversos ámbitos de la sociedad, muchas otras han optado por no suscribirlo por miedo a las «represalias», según denunció ayer el escritor Félix de Azúa. El manifiesto, un valiente paso adelante de una parte de la sociedad silenciosa y silenciada de Cataluña por algunos medios de comunicación, rompe con la corrección política del oasis y a algunas personas esto parece molestarles.

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EL DEBATE NACIONALISTA / El documento será presentado a la sociedad en un acto público el día 21 en el CCCB / Boadella asegura que ha recibido amenazas de muerte y las ha denunciado ante la Policía

Los intelectuales no nacionalistas dicen que hay quien teme «represalias» si firma su manifiesto


LEONOR MAYOR

BARCELONA.- «En muy pocos lugares de Europa, el hecho de expresar una opinión política puede dar lugar a represalias. Cataluña es uno de estos lugares», explicó ayer el escritor Félix de Azúa durante la presentación del manifiesto Por un nuevo partido político en Cataluña, un documento suscrito por un grupo de intelectuales que denuncia la uniformidad nacionalista en que se ha instalado la clase política de esta región.

Este manifiesto ha conseguido en apenas dos semanas -y antes de hacerse público- unas 200 adhesiones. Pero, en opinión de sus promotores, podrían haber sido muchos más los suscriptores.¿Qué ha impedido incrementar esa cifra?: «Hay gente que no ha podido firmar porque temen que les hagan el vacío y eso tendría repercusiones en su vida y en su trabajo», aseguró De Azúa.
El escritor se refería principalmente a empleados de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona quienes, según los promotores del manifiesto, han expresado su temor a rubricar el documento por miedo a perder sus puestos de trabajo. Y, es que, según De Azúa, en Cataluña «el poder está constituido como un bloque sin fisuras y quien va en contra es marginado».
Algunas de estas represalias podrían tener un carácter todavía más grave. Así lo denunció el actor Albert Boadella, también firmante del manifiesto, quien aprovechó para explicar que fue amenazado de muerte a través de Internet y tuvo que acudir a la Policía para presentar la denuncia correspondiente: «Esto no me había pasado ni en la época de Franco», subrayó.
Para Boadella, situaciones como ésta se producen porque en Cataluña se vive «una escalada de integrismo que cada vez toma más fuerza gracias a los mensajes subliminales que lanzan muchos medios de comunicación».
Los redactores de este manifiesto quieren poner fin a este proceso de auge identitario. Están «cansados» y han llegado «a la conclusión de que la política catalana no se corresponde con la realidad», pues sus líderes viven «en un universo de ficción, que lleva a Cataluña a una decadencia cada vez más marcada», señaló Xavier Pericay, periodista y escritor.
Durante el último año, estos intelectuales -entre los que también se encuentran el catedrático de Derecho Constitucional Francesc de Carreras, los escritores Ivan Tubau, Ferran Toutain u Horacio Vázquez Rial- han articulado su manifiesto a través de la celebración de cenas mensuales.
En estos encuentros, han constatado «el déficit de representatividad política que sufre Cataluña» y han detectado como «la clase política catalana ha perdido el sentido de la realidad y ha abandonado la idea de ciudadanía para priorizar la de Cataluña», subrayó el escritor Félix Ovejero.
En la misma línea, De Carreras destacó que «se califica más a la gente como catalán que como ciudadano». Mientras, De Azúa resaltó que la situación es diferente a la del País Vasco «donde no se plantea una hostilidad hacia todo lo español como en Cataluña».
De Azúa calificó de «surrealista» episodios como el de un alto cargo del Departament d'Educació, quien anunció que en Cataluña no habrá exámenes de septiembre porque «éstos son una costumbre netamente española».
Tras detectar estos precedentes, los intelectuales han hecho «un diagnóstico de la situación de crisis», que se ha recogido en el documento presentado ayer, donde se denuncia «la decadencia política y económica» en que se ha sumido Cataluña «tras 23 años de nacionalismo conservador», ahora reemplazado por «el nacionalismo de izquierdas».
Los firmantes del documento reconocen que tenían «las esperanzas depositadas en el PSC», pero que éstas se desvanecieron tras el acuerdo de Gobierno de los socialistas con «la extrema derecha catalana», según dijeron, en referencia a ERC.
«Como todas las ideologías que rinden culto a lo simbólico, el nacionalismo confunde el análisis de los hechos con la adhesión a principios abstractos. Todo parece indicar que al elegir como principal tarea política la redacción de un nuevo Estatuto para Cataluña, lo simbólico ha desplazado una vez más a lo necesario», reza el documento presentado ayer.
Y añade que el olvido de los problemas reales de los ciudadanos ha conducido a una decadencia cultural y económica que ha servido de coartada a los políticos para ocultar distintos casos de corrupción.
Recuerda el manifiesto, por ejemplo, que «la política lingüística que se ha aplicado en la enseñanza no ha impedido que los estudiantes catalanes ocupen uno de los niveles más bajos del mundo desarrollado en comprensión verbal y escrita».
Y agrega que «desde hace tiempo la riqueza crece en una proporción inferior a la de otras regiones españolas y europeas comparables».De Azúa denunció ayer que la Generalitat gasta «el presupuesto en la identidad, por ejemplo, en la creación de oficinas de denuncia lingüística y luego se queja de que los niños en Extremadura tienen un ordenador para cada uno».
Críticos tradicionales del pujolismo y desengañados del socialismo, ahora, este grupo de intelectuales planea «hacer un llamamiento a la sociedad», que se articulará a través de la presentación del manifiesto en un acto público el próximo 21 de junio en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) y de la obtención de nuevas adhesiones en la web ciutadansdecatalunya.com.
Y, en un futuro, la plataforma de intelectuales confía en que el proceso culmine con la creación de un nuevo partido que llene el hueco dejado por el nacionalismo en la sociedad. Los firmantes no se encargarán de esta tarea y, según afirmaron ayer, no han tenido contactos con la clase política para encomendársela.
Sin embargo, la presentación del documento coincide con el resurgimiento de diversos sectores críticos en el seno del PSC que también han atacado lo que consideran la deriva nacionalista de su formación.

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EL DEBATE NACIONALISTA

Adhesiones desde la sociedad civil


SERGIO MUÑOZ

BARCELONA.- Unos 200 profesionales de distintos ámbitos de la sociedad catalana han apoyado con su firma el manifiesto por un nuevo partido político en Cataluña.

Entre los firmantes hay personalidades destacadas de la sociedad civil catalana. El amplio espectro de adhesiones abarca los ámbitos más insospechados. El mundo de la literatura cuenta con un nutrido elenco de autores de la talla de Ramón de España, Lázaro Covadlo, Cristina Pérez Rosi, Ignacio Vidal Folch, Javier Coma o el poeta Javier Pérez Escohotado entre otros.
El mundo académico catalán está representado por nombres como el de Francisco Caja, profesor de Filosofía de la Universidad de Barcelona y presidente de la entidad Convivencia Cívica Catalana.Caja saltó a la palestra recientemente al ser víctima de amenazas e insultos por parte de un grupo de independentistas dentro del recinto de la universidad.
Otro filósofo, Eugenio Trías, se encuentra también entre las firmas ilustres del manifiesto. Trías pasa por ser uno de los intelectuales más galardonados de Cataluña. Cuenta entre sus premios con el Nacional de Ensayo, el Ciutat de Barcelona y el Friedrich Nietzsche. En la actualidad Trías es catedrático de Filosofía de la Universitat Pompeu Fabra y preside el consejo asesor del Instituto de Filosofía del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Más allá del ámbito estrictamente académico, la iniciativa ha contado, además, con el apoyo de profesionales del periodismo como Andrés Astruells, Cristina Fallarás, José R. Palomar, Miguel Angel Santos, Fernando Santullo o Soledad Gomis.
La amplia nómina de adhesiones abarca campos tan dispares como el sindicalismo, representado por Carlos Elias y Enrique Galiana, y el mundo de la farándula. En éste último se sitúan Alfonso de Vilallonga, uno de los mejores showmans y artista de cabaret catalanes, y Sabino Méndez, músico, ex componente de Los Trogloditas, y autor de esa disección de los años ochenta que es 'Corre rocker, corre'.
Los apoyos suscitados van desde Marie Claire Uberquoi, directora del Museo de Arte Contemporaneo de Palma de Mallorca, hasta Juan Zamora Terrés, capitán de la marina mercante.
La disparidad de procedencias del resto de firmantes engloba la mayor parte del espectro profesional de la sociedad.
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El tripartito tilda el documento de «lerrouxista» y «panfletario»
Reacción unitaria tras la presentación del texto 'Por un nuevo partido político en Cataluña'

DANI CORDERO
BARCELONA.- Ante el ataque externo, los tres partidos que forman parte del Govern recibieron la presentación del manifiesto a la defensiva. Consideran que el panorama que dibujan los firmantes de Por un nuevo partido político en Cataluña está instalado fuera de la realidad, que los objetivos que los firmantes recogen no son exactamente los que propugnan en el escrito y que existe alguna fuerza detrás que los ha aupado hasta su puesta de largo.Incluso, el conseller primer, Josep Bargalló llegó a mofarse del calificativo «intelectuales» que se atribuye a los Azúa, Boadella, Espada y Tubau: «La interpretación de lo que es un intelectual es libre», aseguró ayer tras la reunión del Consell Executiu.
Bargalló insinuó que el manifiesto firmado ayer se puede equiparar al que Amando de Miguel y Federico Jiménez Losantos firmaron en 1981, el Manifiesto de los 2.300, con el que denunciaban la política de defensa del catalán iniciada por el Gobierno de Jordi Pujol. De hecho, dijo Bargalló, «en Cataluña existe una amplia tradición de manifiestos». Además de realizar oposición conjunta, los diferentes portavoces de los partidos del Govern catalán mostraron «un gran respeto por la libertad de opinión y de asociación», según las palabras utilizadas por el conseller primer de la Generalitat.
Pese a esa disposición a admitir críticas, las reacciones también fueron duras. Joan Ridao como Joan Boada, portavoces de ERC e ICV, respectivamente, fueron los más críticos. Ridao aseguró que el texto es un instrumento más de «una campaña anticatalanista», e incluso insinuó la participación del Partido Popular, desde Ferraz, en el fondo de la crítica y la reivindicación de los firmantes. Tras constatar «el escaso rigor analítico» y el estilo «panfletario y demagógico» de los autores, el diputado republicano los situó en «la marginalidad política». En su opinión, «su realidad se identifica exactamente con el proyecto nacional español que ellos propugnan».
El ecosocialista Boada estuvo cerca de las afirmaciones de Ridao, aunque utilizó el término «lerrouxista» para definir la plataforma estrenada ayer, y cuyos objetivos «no son los que manifiestan».En su opinión, el Ejecutivo de Pasqual Maragall no ha caído en la «deriva nacionalista» como denuncian. En su opinión, tendrán que ser «los ciudadanos los que digan» si la creación de un nuevo partido «tiene futuro o no».
«Fuera de la realidad»
Según la opinión de la socialista Lidia Santos, «nunca existe la necesidad de un nuevo partido». La diputada cree que la iniciativa «es más un reto intelectual e ideológico que una realidad» al considerar que el manifiesto «plantea un determinado debate que tampoco no es ni real ni cierto». Santos considera que, al responder a una determinada visión de la realidad, puede llegar a «erosionar la convivencia» y no al PSC, como sostienen el PP y CiU.
La socialista no comparte las tesis de los manifestantes y apuntó ayer que las demandas de mayor autogobierno en las que está embarcado el tripartito responden a la necesidad de realizar reformas sociales.
Los grupos de la oposición aprovecharon el nacimiento de un grupo crítico organizado con el Govern para arremeter contra su política.El portavoz de CiU, Felip Puig, considera que el movimiento «bebe de las aguas del PSC» y nace por un supuesto trabajo mal hecho de Josep Piqué al frente del PP catalán: «no acaba de aglutinar del todo a algunas sensibilidades». Puig comentó que la iniciativa parece basarse en un «nacionalismo español» con «cierta pátina pijo-progresista», por lo que «creo que no va con CiU».
El presidente de CiU, Artur Mas, también replicó al grupo de intelectuales que han decidido firmar el manifiesto. En su opinión, es «irreal culpar al nacionalismo catalán de todos los males de Cataluña».
En declaraciones a COM Radio, Mas aseguró que «históricamente a Cataluña siempre le han cortado las alas» y ha tenido que competir en un «terreno de juego desequilibrado» con respecto al resto de España.
En este sentido, se refirió al «déficit fiscal» que arrastra Cataluña y al «desequilibrio» en las inversiones del Estado, ya que «nosotros aportamos el 19% en la creación de riqueza» del país, mientras que en los últimos 20 años España «ha invertido aquí el 10%».
Mas consideró una «barbaridad» contraponer «identidad y bienestar social», algo de lo que «se ha dado cuenta Pasqual Maragall al llegar a la presidencia de la Generalitat» y les recordó al grupo de intelectuales no nacionalistas que «no es tan fácil tirar adelante un partido político».
Por su parte, el PP no cree que la propuesta pueda generar problemas en su estructura interna. Francesc Vendrell aseguró ayer que «es importante que la ciudadanía empiece a decir que no». El diputado acusó la situación a que el debate político «se ha llevado excesivamente al tema del nacionalismo».
(http://elmundo.es/diario/catalunya/)
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Y en: (http://www.libertaddigital.es/opiniones/opi_desa_25395.html)
Cataluña
El Manifiesto
José García Domínguez


Si algo caracteriza a los regímenes totalitarios es la tipificación del disidente como criatura enajenada. Así, quien no participe de los dogmas del sistema será tratado como un enfermo mental cuya patología constituye un factor de riesgo epidémico; peligro que habrá de ser atajado cuanto antes por el bien de todos, incluido el propio extraviado. El hereje, en su locura, se asirá a la fantasía de que sus síntomas asociales son producto de aplicar la razón a la comprensión de la realidad. Pero los guardianes de la ortodoxia jamás accederán a rebatir ni uno de sus argumentos. Y no lo harán porque saben que lo que él cree ideas, no son más que manifestaciones externas de una dolencia moral grave catalogada por las autoridades. He ahí la razón de que la URSS eligiera internar a los opositores en hospitales psiquiátricos, de que China siga llamando “centros de reeducación” a sus campos de concentración para presos políticos o de que, en Cataluña, se prescriba la muerte civil a cualquiera que se declare antinacionalista.

La causa de esa incapacidad intelectual de los totalitarismos para admitir el rechazo en sus súbditos procede de la otra gran seña de identidad que comparten: el negarse a sí mismos, en tanto que meras ideologías. Los sátrapas nazis y comunistas se percibían como productos necesarios de las leyes inmutables de la Historia o de la Biología; y no eran cínicos al pregonarlo, lo pensaban realmente. De idéntico modo, los catalanistas creen a pies juntillas que ellos son la única emanación política legítima de algo que toman por la identidad espiritual del pueblo. Y es que en la psique del totalitario, el repudio al dominio que él ejerce, únicamente puede tener dos orígenes: o la conspiración extranjera o una pandemia sanitaria.

La virulencia de la reacción de la elite nacionalista ante a la iniciativa de unos simples particulares para promover en nuestra región un partido constitucional sin complejos es la penúltima muestra de ese afán liberticida que anima al movimiento catalanista. Empezando por el presidente de la Generalitat, pasando por los alguaciles mediáticos de la Esquerra y terminando en el más humilde escribidor en nómina de CiU, con los nervios, estos días se les está escapando la verdad de entre los labios a todos. Como ya es costumbre, el más torpe a la hora de revelar el fondo genuino de su pensamiento ha vuelto a ser Maragall. Fiel a sí mismo, con el verbo abrupto de rigor acaba de mentar en el Parlament la sombra de un “caballo de Troya”, anunciando acto seguido que es el tiempo “del patriotismo”. Por su parte, el boletín de la Esquerra que dirige un asesor personal de Carod, nos da pistas de cómo habrán de activar tan perentorio patriotismo: “Es necesario que los catalanes nos preparemos frente a esa ofensiva y actuemos con contundencia”, editorializaba la semana pasada. Mucho más inteligentes y sutiles –hay que reconocerlo–, los monaguillos de Pujol prefieren la insidia ad hominen: Boadella, ya se sabe, es un inmaduro emocional; tal firmante, un impostor intelectual porque en Google no aparecen libros firmados por él; el otro, qué me vas a decir tú a mí, si siempre ha sido un pijo de Pedralbes resentido…

En fin, esos quince ciudadanos firmantes del Manifiesto, paritaria mezcla de agentes infiltrados del enemigo español y enfermos crónicos con ADN autóctono, se presentarán en público el martes, en Barcelona. Que el dios de la tribu nos coja confesados: la cola de los cirujanos de hierro que se ofrecen voluntarios para cortar de raíz la infección, a estas horas ya da varias vueltas a la Plaza Real.
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José Mª Rodríguez Vega



Registrado: 11 Oct 2003
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MensajePublicado: Jue Jun 09, 2005 6:28 pm    Ttulo del mensaje: Las verdades de la mentira. Responder citando

La verdad de las mentiras
El nacionalismo cultural catalán, hoy


Hace dos días se presentó en Barcelona un Manifiesto “Por un nuevo partido político en Cataluña” respaldado por una veintena de intelectuales que denuncia cómo el nacionalismo de izquierdas está empobreciendo la vida cultural de Cataluña. Como tampoco se ha apagado la polémica sobre la “priorización” de los autores que escriben en catalán en la feria de Frankfurt de 2007, en la que Cataluña será protagonista, El Cultural ha invitado a uno de los firmantes del Manifiesto, el economista y sociólogo Félix Ovejero, y a un reconocido narrador nacionalista, Miquel de Palol, para que defiendan sus puntos de vista en torno a la política sobre el catalán, sus verdades y mentiras. Como información previa, publicamos un breve informe sobre el número de lectores que frecuentan el catalán, las cifras de la edición en catalán, si crece o disminuye, y en qué se está traduciendo, al fin, la gestión del gobierno tripartito en lo que al libro catalán se refiere.

Hagamos memoria: tras las elecciones del 16 de noviembre de 2003, Pasqual Maragall nombró consejera de Cultura de la Generalitat a una persona de su entera confianza, la doctora Caterina Mieras, una dermatóloga mallorquina que había sido responsable de Cultura en el Ayuntamiento de Badalona desde 1999 hasta 2003, y miembro del Parlamento catalán. Desde el primer momento, Mieras marcó sus prioridades: se trataba, declaró, de preservar la memoria, consolidar las empresas culturales e impulsar la creatividad, “sin olvidar la cooperación con los ayuntamientos, la proyección exterior de la cultura catalana y la cohesión social interna, como las conexiones con programas educativos y la integración de la población inmigrante”. Y para llevarlo a cabo, Mieras ha contado para 2005 con un presupuesto cercano a los 240 millones de euros, superior en un 23 por ciento, es decir, en 45 millones, al de 2004. Si el último año de Pujol Cultura dispuso de 173 millones, el tripartito pretende que en 2007 sean 346 millones de euros, el 2 por ciento del presupuesto global de la Generalitat, con un aumento del 20 por ciento en los próximos dos años.

Cambios en el sistema de ayudas
En la actualidad, las partidas se agrupan no por direcciones generales sino por programas, y la más cara es la destinada a gastos de personal, con 54’7 millones de euros. Al fomento del libro en catalán, en este 2005 se destinarán 3’2 millones de euros, superando en casi el 60 por ciento al del gobierno convergente.

No se trata sólo de dar más dinero, dicen los tripartitos, sino de racionalizar el esfuerzo, así que el mayor cambio se ha producido en el sistema de ayudas al sector editorial en catalán. El gobierno de Convergencia daba dinero a cambio de ejemplares de cada título subvencionado, ejemplares que no se controlaban demasiado, al punto de que, según la actual directora de Cooperación Cultural, Assumpta Bailac, en almacenes convertidos en auténticos cementerios literarios se han encontrado 208.000 ejemplares de los que 20.000 se han considerado anticuados, y otros 25.000 han pasado al fondo de bibliotecas catalanas. Ahora, en cambio, hay una subvención automática para todos los libros en catalán que lleguen a librería con una tirada entre 1.000 y 3.500 ejemplares. Como ya no se dan libros a cambio de la subvención, las bibliotecas catalanas cuentan con una partida para comprar éxitos comerciales, títulos de referencia y géneros minoritarios. En catalán, por supuesto.

¿Y se nota? Parece que no, al menos editores como Oriol Castanys, de RBA, o Sergio Gaspar, de DVD, no ven cambio alguno. Castanys niega la mayor y Gaspar es el más explícito: “En esencia, la situación ni ha mejorado ni ha empeorado. Algunos dirán que no mejorar ya es una forma de empeorar. Yo prefiero decir que vivimos un momento de lento y difícil tránsito, porque veo que, entre algunos de los nuevos responsables de la política cultural en Cataluña, lo mismo que entre editores y escritores en ambas lenguas, se encuentran personas con ganas de disminuir la incomunicación, la indiferencia, el alejamiento, incluso en ocasiones la desconfianza y la hostilidad que definen el ambiente actual. También existen intereses –sobre todo, políticos– por mantener esta situación, incluso por acrecentarla”.

Por el momento, los lectores parecen poco sensibles al esfuerzo nacionalista. Tanto que el azote del tripartito en temas culturales, la diputa-
da convergente Carme-Laura Gil, la misma que exigió que a Frankfurt no fuesen escritores catalanes en castellano “ para que no fuese Guadalajara II”, ha denunciado en el Parlamento catalán que “el 53% los niños hablan castellano en su casa. La lengua catalana peligra y la Conselleria promueve un proceso de españolización al querer adecuar Cataluña dentro de una pluralidad globalizadora”. El propio Gremio de Editores en catalán reconoce que en 2003 se publicaron 300 títulos menos que en 2002, y que en 2004 ocurrió algo similar. En cambio, los precios de los libros en catalán se encarecieron con respecto a los publicados en castellano. También según datos de la propia Generalitat, el porcentaje de quienes sólo leen en catalán lleva veinte años bajando de manera lenta y persistente, y pasa del 4’7 de 2001 al 4’4 por ciento en 2004. En cuanto a los que a veces leen en catalán, del 25’1 por ciento de 2001 se pasó a un 18’8 en 2004. En cambio, aumenta la facturación, que pasa de los 213’74 millones de 1999 a 268’37 de 2003 (últimos datos contrastados), aumentan los números producidos (7.362 en 1999 frente a 8.386 de 2003) y los títulos vivos en catálogo, pero no el número de ejemplares ni la tirada, que ha disminuido en esos cinco años un 22 por ciento.

Para Oriol Castanys, la clave del aumento de lectores en catalán “nada tiene que ver con las subvenciones sino con la enseñanza y el uso del idioma. Dudo que nadie haya conseguido nunca ni en ningún lugar hacer lectores a base de subvenciones”. Jaume Vallcorba, editor de Acantilado y Quaderns Crema, también lamenta a menudo que las subvenciones a la edición catalana no hayan llevado a ningún sitio, pues “sirvieron para promocionar una industria para un público inexistente”. A su juicio, el grueso de las ayudas resultan “estériles”, sin una buena política de promoción de la lectura. Y Arcadi Espada, uno de los firmantes del Manifiesto, va más allá: “Se han equivocado gravemente: son a los lectores a quienes hay que subvencionar”.

Más ignorados que perseguidos
Mientras llega esa subvención ideal, pues, el gobierno catalán intenta promocionar esta lengua dentro de los que denomina Paisos Catalanes, y fuera, por ejemplo, en la polémica Feria de Frankfurt de 2007, para la que cuenta con una partida de 230.000 euros para traducciones que en principio irán destinados sólo a editoriales en catalán. Oriol Castanys tercia en una “polémica inútil y además muy aburrida”de manera contundente: “Odio las discriminaciones y las positivas me parecen, además, un cinismo”.

Porque no se trata, pues, de que los escritores catalanes que escriben en castellano sean tanto perseguidos como ignorados. En palabras de Arcadi Espada, “en Cataluña quien escribe en castellano tiene asegurada su desaparición del espacio institucional catalán, que llega hasta la Universidad pasando por la escuela. Esta desaparición tiene nula importancia si uno se llama Espada. Pero si uno se llama Cervantes, Cadalso, Jovellanos, Galdós, Valle, Baroja, Camba, Lorca, Benet o Ferlosio las consecuencias afectan a la salud pública.” Por eso, dice, el manifiesto ha despertado una especie de “¡por fin!, colectivo, y, curiosamente, protagonizado por muchos jóvenes. Los que peor lo llevan son unos tipos muy raros que cada vez que hablamos empiezan a gritar en francés o quizá sea en sioux, porque la verdad es que sólo les entiendo ¡...oux ...oux!, y la espuma que sacan por la boca”.
Nuria AZANCOT

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La Cataluña real: plural y mestiza
por Félix Ovejero


Parece increíble que a estas alturas haya quien se pregunte si es escritor catalán quien no escribe en esa lengua. La pregunta equivalente: “¿Se puede considerar catalán a quien no habla en catalán?”, resultaría absurda, quitaría la condición de catalán a la mayor parte de los habitantes de Cataluña. Lo que no es es escritor en lengua catalana. Pero que el ruido no nos confunda: no hay lengua propia de “Cataluña”, hay la lengua de los catalanes, dos, desde hace tiempo. Ya a finales del siglo XV se imprimían en Cataluña tantos o más libros en castellano que en catalán. Y hoy Barcelona sigue siendo el principal centro editorial del mundo en castellano. El castellano no es un injerto extraño de la cultura catalana. Por eso en Frankfurt debería estar presente toda la cultura catalana, plural y mestiza como la sociedad catalana.

Cuando me plantean si los escritores castellano-hablantes tienen motivos hoy para sentirse perseguidos, mi respuesta es categórica e inmediata: no, no los tienen. No, al menos, más que un ciudadano común que tiene un comercio y puede ser denunciado, víctima de delación, por no rotular o tener impresos o no contestar en catalán. Lo que sí hay es una legión de casos que muestran las trabas de los agentes culturales institucionales a la difusión de la literatura en castellano. Y que afectan, indirectamente, a la propia literatura en catalán. Por ejemplo, hace un tiempo, antes de que falleciera el poeta, una editorial quiso hacer un libro bilingüe con poemas de Miquel Bauçà; el trabajo estaba listo y realizado por buenos conocedores de su obra, y, ante esa iniciativa, que pretendía difundir la obra poética de un autor en catalán en el ámbito de lengua castellana, la respuesta fue: “no es prioridad, para los derechohabientes de esta obra, su difusión en esa lengua (el castellano). Primero nos esforzaremos en darla a conocer en otras”.

Otra cuestión muy distinta es la eficacia de las medidas concretas de la Generalitat para fomentar la difusión del libro en catalán. Este año, por ejemplo, se han destinado 3’2 millones de euros, una cifra que convendría no descuidar cuando se asegura que el “expolio” fiscal impide hacer política social. Y, sin embargo, a pesar de ese esfuerzo económico, el número de lectores en catalán no aumenta. De hecho, ése es un lamento continuo. Lo podemos valorar como queramos, pero el hecho indiscutible es que no hay detrás una demanda cultural de la sociedad catalana, una realidad reprimida. Más bien al contrario.

Lo cierto es que el hostigamiento permanente, el rechazo de todo lo que se juzga “español”veta la llegada de muchas actividades culturales. Y el impulso. Una disposición, dicho sea de paso, muy inconveniente para la cultura en catalán, que se podría subir a lomos de un caballo con mucha proyección. Resulta revelador, en ese sentido, lo que puede suceder con la cultura científica, seguramente la más relevante a largo plazo, si cuaja la iniciativa más reciente: la exigencia del nivel C de catalán a los profesores impedirá el acceso o el interés de estudiantes de doctorado de profesores de España o latinoamericanos, muchos de ellos formados en Estados Unidos. Esta misma semana un alto cargo de la Generalitat vetaba por “español” el examen de septiembre. Que esto se pueda considerar un argumento lo explica todo. En realidad, la catalanización de la Universidad supone el alejamiento de la Cataluña real.

Estamos instalados en un mundo de ficción. Apenas un veintitantos por ciento de los catalanes cree que Cataluña es una nación, pero el nuevo Estatuto dirá que es una nación. Pero la ficción no sale gratis. Eso supone, hacia adentro, ahormar a quienes no se atienen a una identidad nacional y, hacia fuera, alentar la visión de España como una reunión de “pueblos”, no como una comunidad de ciudadanos iguales en derechos y libertades y comprometidos con los mismos principios de justicia. Esa visión instala en la fuerza, en la imposición y el mercadeo, en donde no importan las necesidades de los ciudadanos, sino la fuerza o el poder negociador de cada “pueblo”, que ve a los otros como rivales. Todo ese léxico de “solidaridad” entre comunidades está viciado de origen, lo que importa es la justicia entre ciudadanos. Por lo demás, el juego es una carrera sin final: ninguna comunidad querrá quedarse atrás y pedirá lo mismo y un poco más.

Muchos ciudadanos catalanes, de distinto modo, parecen cansados de no estar a la altura del país de ficción en nombre del cual habla buena parte de su clase política. Y empiezan a reaccionar de distinto modo. Algunos hemos redactado un manifiesto en el que demandamos una respuesta política. No impulsamos un partido político, pero sí reclamamos su necesidad. No para que represente a los “otros”, sino para que defienda una idea de ciudadanía no excluyente. Estaríamos encantados de que los partidos existentes respondieran al llamamiento, pero, visto lo visto, no tenemos razones para ser optimistas. Lo que sí es inmediato, lo que hemos percibido entre muchos ciudadanos, es un respiro de alivio, de que, por fin, alguien dice en voz alta lo que muchos pensaban y no se atrevían a decir.

( http://www.elcultural.es/HTML/20050609/Letras/LETRAS12201.asp)
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Antonio Iglesias Díez



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MensajePublicado: Vie Jun 10, 2005 7:56 pm    Ttulo del mensaje: La nación inexistente Responder citando

Saludos.

Yo me pregunto. Si una nación se identifica por el uso común de una lengua y de una cultura que se reconocen en un territorio determinado ¿dónde diablos está la "nación catalana" y no digamos la vasca?

He estado hace poco en Barcelona; el uso del castellano en la calle, no me atrevo a decir que es mayor, pero sí igual como mínimo al catalán. En la zona alta de la ciudad creo haber obsevado predominio del castellano. Y en cuanto al centro, Ramblas, Puerto Olímpico, vida de noche etc. el predominio del castellano es incuestionable. Y si a éso le añadimos las lenguas de los árabes, paquistaníes y japoneses que pululan por todas partes, siguiendo sus necios razonamientos ¿no será que Cataluña no es una nación sino como mínimo dos o incluso varias?

Contra más pienso en ello más me convenzo de que los que se dicen nacionalistas catalanes y vascos tienen más de lo que se merecen. La necedad, la ignorancia, la mala fe y la bastardía del recurso contínuo a los tópicos victimistas y sentimentales dirigidos al populacho, sólo demuestran una cosa, tanto en los "padres" de la patria catalana y vasca como en los que les dan oídos: que son unos mediocres envidiosos, cobardes e incapaces de toda acción social y política mínimamente positiva digna e histórica. A mí me daria verguenza si fuera nacido catalan que sigan con la exaltación de tantas "virtudes" patrias y excelencia humana tan "diferenciada" de unos principios que no han tenido capacidad, inteligencia ni valor para haber logrado sus própositos hace ya siglos. Es patética tanto exaltación de la diferenciación e identidad cultural (¿idénticos a quién?) para en resumidas cuentas seguir estando en el s. XXI tan vilipendiados desde hace siglos.


La historia de los catalanistas foreros se las trae en cuanto a felonía. Juraron fidelidad a Felipe V porque éste juró sus Fueros en las Cortes de Barcelona en 1701 y en 1704 ya estaban firmando el Pacto de Génova con el Archiduque. Sólo hay que ver que consideran un héroe a Rafael de Casanovas, que la famosa noche del 11 de septiembre huye con un rasguño, pide al médico que le extienda un certificado de defunción y sale huyendo y se refugia, creo que en Reus, donde acabó su vida tranquilamente al cabo de un montón de años ejerciendo de abogado picapleitos sin que el monstruo de Felipe V le importunara lo más mínimo. !Cómo se puede presumir de una patria con semejantes próceres!

Dice Suárez que cuando Fernando el Católico quiso recuperar el Rosellón y la Cerdaña que su padre había perdido, convocó Cortes en Barcelona para pedir hombres y dinero y se lo negaron. Tuvo que esperar a que acabara la Guerra de Granada para que Isabel (o sea, Castilla, como siempre) pusiera los hombres y recursos que lo hicieron posible.

Tambien la política en el exterior europeo y mediterraneo en la que predominaban los intereses de Aragón, por entonces, sólo se pudieron mantener casi exclusivamente gracias al respaldo político, económico y militar de Castilla. Dice Jerónimo de Zurita al relatar lo del Rosellón:"Ni los señores de los lugares ni de los pueblos a quienes mucho cumplía para guarda de sus haciendas el reparo y defensa de los lugares no acudían a ellos ni se les podía mandar por las ordenanzas de la guerra. Y pues cumplía al servicio del Rey conservar el amor de los pueblos, era forzado darles contentamiento guardando sus libertades. Y ellos se excusaban diciendo que aquella guerra era por la voluntad del rey y no por sus haciendas".

Su otro héroe, Companys, también fue condenado por la República a 32 años de cárcel por felón. !Otro héroe que se entregó en menos de 24 horas!.

Aunque no hace falta ir tan lejos. Tambien aceptaron la Constitución del 78 y los consejeros del gobierno Maragall se negaron cuando aceptaron sus cargos a prometer o jurar acatamiento a la misma y al Rey.

Desde luego si algún dia lo logran no serán por su méritos. Seran todos los españoles quien se la serviran en bandeja y, encima, se autoalabaran hasta la demencia.

Por lo que he oído por allí Cataluña está asfixiada por los dogmas catalanistas. En la Cataluña ideológica y oficial (prensa, medios y toda la funcionariada incluidos) no hay ciudadanos; sólo los que participan de ése algo místico y esencial-fascista son ciudadanos de pleno derecho por su adhesión total al nacionalismo. A los demás los toleran, siempre que no manifiesten en voz alta crítica a la idea de los nacionalistas y sus aliados los izquierdistas. El que lo haga deja de pertenecer al género humano, tal es la descalificación moral que hacen aquellos nacionalsocialistas.

!Y éstos son los del Foro de las Culturas!

Basta que me estoy cabreando y no merece la pena si la mayoría del resto de los españoles parecen que han decidido mantenerse "neutral" !!
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Mie Jun 22, 2005 2:10 pm    Ttulo del mensaje: FÉLIX DE AZÚA. Responder citando

¿DE QUÉ DEMOCRACIA HABLAMOS?

• Treinta años de nacionalismo han traído a Catalunya la ruina económica y la abulia cultural

FÉLIX DE AZÚA
ESCRITOR

En buena medida, uno de los objetivos del manifiesto Por un nuevo partido en Catalunya ya fue alcanzado cuando Josep Bargalló, máxima autoridad catalana después del president, apareció en TV3 para comentar el documento y comenzó a lanzar insultos como si hablara del Real Madrid. Sólo le faltaba el puro. Que mostrara una pobreza mental tan acusada, una inseguridad tan evidente y tal falta de respeto por la gente que paga su sueldo ya era suficiente. Sus insultos formaban parte de un imaginario que merece un examen psiquiátrico: pijos, resentidos, españolistas, hermanos de Jiménez Losantos.
La vulgaridad del personaje reflejaba exactamente lo que contiene su cabeza. ¿Qué entenderá este hombre por pijo? ¿Y por resentimiento? ¿No es su partido una máquina de explotación del resentimiento? El ultranacionalismo es justamente la manipulación sentimental que une bajo una misma consigna toda suerte de resentimientos. ¿Extrema derecha? ¿El partido que tuvo de presidente a Heribert Barrera, el cual, junto con Marta Ferrusola, quería limpiar de inmigrantes este país... y un jefe que juzga a los trabajadores por la lengua que hablan y no por sus necesidades? El fariseísmo de estos derechistas no engaña a nadie. No así el cambio de camisa del PSC.
Uno de los columnistas que más ha bebido en los abrevaderos del Régimen por una vez escribió una frase sensata: a los votantes socialistas se nos había puesto cara de tontos tras el giro de Maragall una vez alcanzado el poder. Nunca se ha visto a un socialista nacionalista. Sólo en Alemania y en los años 30. El socialismo es lo opuesto al nacionalismo. El socialismo defiende a las personas, no a los territorios. Es laico y agnóstico, no puede participar del mito religioso nacionalista. El socialismo se preocupa por los problemas prácticos de las gentes, no por los simbólicos. El socialismo es racional, no sentimental. El socialismo es europeísta, los nacionalistas votaron no a Europa. El socialismo quiere construir futuro, no restaurar el pasado. Y distingue pobres y ricos, no nativos y extraños. La lista de incompatibilidades es inacabable.
¿Insinúo que los socialistas catalanes deben renunciar al poder? Si su alianza con los ultras les conduce, como parece, a traicionar los principios del socialismo, a mí no me cabe duda: mejor mantener la dignidad en la oposición que envilecerse desde el poder. A la larga, eso les garantizaría una mayoría absoluta, pero si continúan imitando a Convergència, se hundirán en el descrédito.

TREINTA AÑOS de nacionalismo han traído a Catalunya la ruina económica, la abulia cultural, la antipatía de los españoles, la carcajada de los Països Catalans, el aislamiento y la asfixia ideológica. Por Barcelona circulan inspectores lingüísticos que te miran la lengua o te imponen sanciones. Muchos cargos de responsabilidad están en manos de afectos al Régimen, no de expertos o ejecutivos con experiencia. La decadencia de Barcelona, como me atreví a vaticinar, es evidente y ya sólo nos quedan los turistas.
Sería excesivo machacar sobre otra consecuencia de la unanimidad nacionalista: la corrupción generalizada que tuvo su espectáculo de masas cuando los políticos se declararon inocentes de lo mismo que se habían acusado un minuto antes. Quizá ellos se sientan aliviados, pero ni un solo ciudadano lo ha olvidado. Como la Italia de los años 60, Catalunya se desliza hacia la separación total entre unos políticos cada vez más sindicados y una población que prescinde de ellos.
Ya estoy oyendo la airada voz de la buena conciencia. ¿Y Madrid? ¿Y el PP? ¿Y la guerra de Irak? ¿Y la boda de Aznar? ¿Y los papeles de Salamanca? ¡Por Dios! Arrojar huevos al PP, tronar contra Aznar, imitar al Rey, todos estos infantilismos están bien para actores mediocres y columnistas de relleno. En mi opinión, son una cortina de humo para no cumplir con el deber de todo periodista, que es enjuiciar al poder real, al que nos domina. Mientras el PP no se convierta en un partido liberal y europeo no merece ni una línea, pero criticar a nuestro Gobierno, al que nos manipula aquí mismo, supone riesgos y perder prebendas.
Hay otro aspecto aún más inquietante. Me pregunto qué derecho les asiste cuando niegan un examen en castellano, si ellos están satanizando todos los días a los castellanohablantes... pero en castellano. No quieren que Mendoza, Ruiz Zafón o Marsé vayan a Fráncfort porque escriben en castellano, pero ellos escriben en castellano todos los días en la prensa de aquí y de allá para exigir que los que escriben en castellano no vayan a Fráncfort. Un modo estupendo de suprimir la competencia. El viejo proteccionismo catalán.

EL DÍA EN QUE ERC vuelva a reivindicar autopistas gratuitas (de las que se ha olvidado desde que tiene línea con La Caixa), el día en que exijan la catalanización de La Vanguardia (en la que ahora escriben todos sus cofrades), el día en que frenen la especulación inmobiliaria, el día en que consideren catalán a cualquiera que sea explotado en este país, ese día creeré en sus palabras. Mientras tanto, me parecen tan derechistas y manipuladores como los de CDC. Y por algo el PP fue el socio privilegiado de Convergència. ¿Qué puede pactar un socialista con esa gente? Mi convicción es que a más nacionalismo, menos libertad. Que cuanta más intransigencia simbólica en el Gobierno, más violenta es la base agresiva del nacionalismo, esa kale borroka de la que habla Artur Mas. Que Barcelona, un centro bastante culto y liberal para el resto de España en el franquismo, se está convirtiendo en una especie de Bilbao, pero sin Guggenheim. Y que aquí está prohibida la disidencia y la insumisión. Por eso hay que dar una última oportunidad a lo que quede en este país de disidencia, de insumisión, de izquierda real y de liberalismo. O sea, de democracia.

...............


Y digo yo: muy curioso resulta que para felix de Azúa, la “izquierda real” sea “insumisa” hoy en día, y que encima de esa soberana estupidez, sea puesta esa “izquierda real” al mismo nivel de “insumisión” que el “liberalismo”. La confusión conceptual es notable... así por ejemplo, cuando tilda al PP de partido no liberal:

<”Mientras el PP no se convierta en un partido liberal y europeo no merece ni una línea,”>

¿Entonces qué es para este genio el PP? ¿Son fascistas? ¿Son antiespañoles?

Parece que Azúa trata de unificar todas las virtudes de la ideología dominante (el fundamentalismo democrático y pacifista vergonzantes) en el PSC; partido político que sí sería, según él, “liberal” y de la “izquierda insumisa”. La contradicción in terminis entre insumisión y liberalismo en nada incomoda al Sr. Azúa, para el cual el más alto grado de insumisión es el grado al que se llega por vía de la “izquierda de segunda generación” (G. Bueno: El Mito de la Izquierda, pág. 180 y ss.), o sea por vía liberal, esto es, socialdemocrática. Lo que no se comprende es contra qué es “insumisa” esa “izquierda liberal”... a menos, claro es, que su jacobinismo liberal no sea la defensa a ultranza (en realidad de manera tibia) de la Nación española, cosa también muy propia del jacobinismo no menos tibio del PP.

También es nuevo eso de que la “izquierda insumisa” sea europeísta, pues en la medida en que la actual y llamada “izquierda” es desde luego aquí en España europeísta, es plenamente sumisa... Sumisa a las directrices del neoliberalismo rampante del Departamento de Estado norteamericano en sus prólepsis para poner orden en estos “Balcanes globales”, según la atinada expresión de Zbigniev Brzezinski. Con esto no estaríamos muy en desacuerdo –dadas las coordenadas del realismo político-, pero cuando menos, cabría pedirle al Sr. Azúa un poco más de claridad: que nos diga de una vez por todas que la ecualización con el PP es total en la medida intima en que ambos partidos son liberales, esto es, que ninguno de ellos está por la “insumisión” respecto a nada de nada, y que las diferencias que a todo trance tratan de establecer son debidas únicamente a la necesidad de diferenciarse para el procedimiento electoral y sus consecuentes prebendas crematísticas. Por lo demás, aquí y en todo esto no se nos ha dicho nada que nosotros ya no supiéramos. Es grotesco que este genio argumente que <“El socialismo es europeísta, los nacionalistas votaron no a Europa”>, cuando ha sido la “izquierda” francesa la primera en decir NO a Europa. La diferencia –al margen de sus residuos stalinistas- es que los franceses son antes franceses que no de “izquierdas”, mientras que aquí la empanada estriba en ser antes cualquier cosa que no españoles. Adiós.
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Vie Jul 08, 2005 10:49 am    Ttulo del mensaje: Las verdades de Rodríguez Ibarra. Responder citando

Apreciados y ocultos, callados y desconocidos incontertulios,

Aquí les muestro esta noticia recogida en el periódico Hoy de Badajoz, aunque les recomiendo una ojeada a la misma en el diario El Mundo, que la recoge con más enjundia y profundidad:<No se puede ser socialista y nacionalista> y que se <mostrará en contra y a muerte> contra cualquier privilegio económico para Cataluña o ante el hecho de que la financiación de esta comunidad se incluya en la reforma estatutaria.


............

Nacional

Ibarra avisa a Maragall de que «combatirá» su propuesta de financiación
El presidente extremeño dice que Cataluña nunca será una nación aunque lo diga su Parlamento
PAULA DE LAS HERAS/MADRID.
Juan Carlos Rodríguez Ibarra avisó ayer al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, de que planteará batalla a todas aquellas reformas estatutarias que impliquen «privilegios» de unas autonomías sobre otras; un supuesto en el que incluyó el sistema de financiación que el tripartito catalán pretende introducir en su nuevo marco normativo. El presidente de Extremadura -que participó en el curso 'La cohesión social y territorial de España' organizado por la Universidad Complutense en El Escorial- se mostró convencido de que, con su propuesta, el PSC, ERC, ICV e incluso CiU desde la oposición no buscan ser más eficaces sino»romper uno de los pilares funda- mentales del Estado» como es el IRPF.

Ampollas

El 'barón' socialista, que desde el primer momento dio por hecho que sus aseveraciones levantarían ampollas, insistió en el argumento que ha venido defendiendo desde que el Gobierno catalán hizo pública su intención de recaudar por sí mismo todos los impuestos, tanto los propios como los estatales y los compartidos, y entregar en un segundo paso a la Hacienda central hasta el 50% de lo obtenido. A su juicio, la primera perversión de la propuesta catalana es que dibuja un sistema tributario en el que son las comunidades autónomas la que ejercen la solidaridad territorial. «Y los impuestos -subrayó- los pagan las personas, no los territorios».

Aún así, lo más grave para Ibarra no es la propuesta en sí, sino lo que subyace tras ella. Aseguró que tanto desde Cataluña como desde el País Vasco se ha demostrado una gran «deslealtad» hacia España que ha hecho extremar todo celo a la hora de abordar sus demandas. «¿Por qué a nadie le preocupa el fuero navarro y sí el vasco? ¿por qué a nadie le inquieta la reforma del Estatuto de Valencia que, desde mi punto de vista, contiene quince agresiones a la Constitución? Porque pensamos que los valencianos y los navarros actúan con lealtad y los otros no», reflexionó. Los otros, según su criterio, buscan «romper la columna vertebral al Estado» y «desmembrarlo».

Además, dejó bien claro que, por más que el Parlament apruebe por mayoría absoluta un estatuto en el que se defina a Cataluña como una nación, no lo será nunca (al menos a sus ojos). «Usted puede votar lo que quiera -avisó- pero a lo que no estoy dispuesto es a que se falsee la historia». Según su visión, decir que esta comunidad autónoma es un nación es tanto como decir que los españoles somos marcianos. «Si el Congreso se reuniera hoy y determinara esto sería legal ¿Cuál es el problema? Que estaríamos ante una legalidad que es mentira», aseveró.

http://hoy.es/pg050708/prensa/noticias/Nacional/200507/08/HOY-NAC-126.html-

Carod: «Es una bendición que no sea diputado»
EFE/BARCELONA.
El presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, aseguró ayer que es una «bendición» que Rodríguez Ibarra, no sea diputado en el Congreso a la hora de que se vote el Estatut en Madrid.

Carod señaló que el texto estatutario que se ultima es «lo máximo» a lo que puede aspirar Cataluña con la actual correlación de fuerzas del Parlament», aunque ha apuntado que ésta será la vez que Cataluña obtenga «más poder político» desde 1714. Además, ha mostrado su confianza en que no habrá «recortes» en Madrid porque «aquí ya participa un partido que es lo mismo que el que gobierna en Madrid». «Se supone que lo que dice aquí el PSC ya tiene el acuerdo del PSOE», ha agregado.

En declaraciones a TV3 recogidas por Efe, Carod también ha advertido de que Esquerra sólo admitirá «alguna enmienda de carácter técnico» en el trámite estatutario de las Cortes y que si, por contra, se produce un «recorte»del texto remitido por el Parlament, ERC no dará su apoyo en Madrid.

http://hoy.es/pg050708/prensa/noticias/Nacional/200507/08/HOY-SUB-127.html-
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Mie Sep 07, 2005 3:00 pm    Ttulo del mensaje: Entrevista a Albert Boadella en Ciutadans de Catalunya. Responder citando

Hola.

Para todo aquél que esté interesado en la parafernalia del nacionalismo catalán, ofrezco aquí una entrevista a Albert Boadella, coautor del Manifiesto que dio pié a este tema. No faltan ni la verdad ni la salsa ni el picor. Muy interesantes las opiniones de Felix Ovejero. Considero imprescindible visitar la Web de estos “ciutadans de catalunya”. Ella es enteramente –a pesar de algunas divergencias con el MF- una clara denuncia del verdadero fascismo actual y una denuncia de muchos de aquellos que decían en su estulticia política votar socialista por “ser de izquierdas”.

Esta entrevista y otras del grupo de intelectuales que firmarón el Manifiesto las puden encontrar aquí:

“ciutadansdecatalunya.com”
.............

Entrevista a Albert Boadella

«Maragall está tan contaminado por el nacionalismo
que se ha vuelto inútil»

Por Iva ANGUERA DE SOJO y María Antonia PRIETO


Le importa «un comino» si los papeles de Salamanca vuelven o no a Cataluña, escriben Iva Anguera de Sojo y María Antonia Prieto este lunes en ABC. Una entrevista de especial interés para el lector, en la que Albert Boadella revela cómo la lucha política ha sido una constante en su vida. En el año del 5º centenario de «El Quijote», el director utiliza al personaje de Cervantes como parodia del estado psicológico de la sociedad catalana. Ambos tienen que ver que son «razonables, sensatos y cultos», salvo cuando les tocan ciertos temas, sean los libros de caballerías o la identidad catalana, «ahí pierden la chaveta y deliran».


–Alguien que menosprecia a la clase política, ¿qué hace firmando un manifiesto que tiene como objetivo la creación de un nuevo partido?

– Lo he hecho por razones casi físicas, por desprenderme de la desagradable sensación de claustrofobia y ahogo que siento ante este festival permanente de simbología y de nacionalismo. Siento pena hacia mi propio pasado, hacia las esperanzas que de joven tenía depositadas en este territorio, en esta comunidad catalana.

––Tras 23 años de gobiernos de Jordi Pujol ¿por qué han decidido organizarse ahora y no entonces?

– En la época de Pujol yo estuve muy activo, casi fui el único, de hecho fui el malo oficial. Lo que ocurre es que algunos de mis colegas quizá pensaban que un cambio de gobierno permitiría darle la vuelta a la situación y ahora están decepcionados porque se han dado cuenta de que éstos son más nacionalistas que los otros. Cuando te sientes traicionado por los tuyos, la reacción siempre es más fuerte, porque del adversario ya no esperabas nada.

– En esta nueva etapa, ¿en qué ha notado el odio hacia lo español que denuncia el manifiesto?

– En el continuismo, en el seguidismo del mensaje pujolista. Desde hace años se nos ha machacado con el mensaje de que nuestro enemigo está más allá del Ebro y se ha vivido con la idea de que un día Cataluña pasará cuentas con el pasado. Me parece demencial que un país esté inmerso en esta paranoia. Yo pensaba que ahora experimentaríamos un cambio importante y, en cambio, todo se ha agravado. Los del tripartito están intentando trasladar a la población la idea de que nos roban el dinero, nuestro dinero. Somos ciudadanos que pagamos impuestos, no un país que paga impuestos, no un territorio que paga impuestos, así que hay que establecer unos mecanismos de solidaridad. Creíamos que el PSC haría una política distinta, pero escorado por ERC, se ve en la necesidad de hacer continuas demostraciones de pedigrí nacionalista.

– ¿Ve al PSC como un partido acomplejado?

– Sí, sin duda. Ya lo demostró en sus tiempos de oposición.

– ¿El PSOE debería plantearse recuperar la federación en Cataluña?

– No me pareció mal la idea de conseguir una cierta unión entre el PSC y el PSOE. El problema es que los dirigentes del PSC se erigieron en los ideólogos de la cuestión, barrieron para casa y gente que tendría que estar en CiU o en ERC están en el PSC.

– ¿Como por ejemplo?

– Casi todos los dirigentes socialistas que están en el gobierno.

– ¿Incluido Pasqual Maragall?

– Sí. Maragall podría haber sido perfectamente un hombre de CiU. No veo las diferencias.

– ¿Ha llegado demasiado tarde Maragall a la Generalitat?

– Maragall y el conjunto del PSC. Si hubieran gobernado en los ochenta quizá no se habrían contaminado tanto del nacionalismo, pero esta espera viendo el éxito triunfal de Pujol determinó absolutamente a la oposición. Es como la historia de «Lorenzaccio», que se coloca al lado del tirano para cargárselo, pero cuando tiene que hacerlo ya está contaminado por él, ya es incapaz. Maragall está tan extraordinariamente contaminado por el nacionalismo que se ha vuelto inútil. Y el PSC también.

– Pero en el PSC también hay otros dirigentes decididos a mantener la marca PSOE, como José Montilla...

– Todos estos están acomplejados. Se encuentran en la posición del converso, porque existe la idea de que arrimado a los postulados más nacionalistas del PSC se está en la elite intelectual y económica y formas parte de las grandes familias de Cataluña. Así creen que están con los buenos catalanes.

– ¿Hay catalanes de primera y de segunda?

– Sí, el nacionalismo lo primero que hace es fijar la lista de buenos y malos. Yo estoy en la lista de malos y me siento orgulloso, pero en el fondo es un drama.

– ¿Cree que en la Cataluña actual alguien como Montilla podría llegar a la presidencia de la Generalitat?

– Lo veo complicado. Quien pudo haber sido un gran candidato fue Josep Borrell. Era el hombre adecuado para dar el giro en Cataluña porque nació en el corazón del Pirineo, así que no hay duda sobre su pureza, y es un hombre de izquierdas y que no comulga para nada con las ideas nacionalistas. Pero por eso mismo se convirtió en un político incómodo y odiado por el régimen pujolista y por el propio PSC.

– ¿Sería un error que el PSC volviera a presentar a Maragall como candidato?

– El PSC tiene que cambiar de dirección y escuchar a los ciudadanos, a esa gran masa de votantes que tiene en sus grandes feudos del cinturón de Barcelona. Esos son sus votantes. Es una barbaridad jugar con los sentimientos de la gente y el PSC se ha convertido en un secuestrador de sentimientos. ¿No ven que la política sólo se puede hacer desde la razón? En Europa, la política de los sentimientos ha llevado a unas guerras espantosas en el último siglo, el más sanguinario de la historia de la humanidad. Y aquí nos hemos inventado una Cataluña soñada que no tiene nada que ver con la Cataluña real y con sus graves problemas.

– ¿Qué papel le reserva al PP en Cataluña?

– El PP se ha sumido en este pozo, sin duda. Todo el Parlamento catalán está de acuerdo en que Cataluña es una nación. Me parece surrealista que el PP también esté jugando la carta nacionalista. No es que yo esté cercano a los postulados más derechistas de este partido, pero sí les aplaudiría si levantaran la voz y dijeran «nosotros no somos nacionalistas».

– ¿Qué es Cataluña? ¿Una nación, una nacionalidad, una comunidad nacional?

– Cataluña es una parte más del Estado español. Es una parte de un acuerdo de hace muchos siglos. Este dilema constante de si somos, no somos, o nos separamos es pesadísimo. Estoy de acuerdo en que hay que reformar la Constitución en un punto: hay que introducir el delito de la pesadez. Llevamos tantos años planteándonos cómo tiene que ser España que se nos están escapando las mejores coyunturas.

– Hay quien les recrimina que nieguen la necesidad de defender la identidad catalana pero, en cambio, insistan en la necesidad de defender la identidad española.

– La identidad española no hay que defenderla porque ya existe. Nosotros formamos parte de España, aunque haya gente que no les guste. Yo soy un hombre de este territorio y mis hijos hablan la lengua que escucharon en casa, pero jamás he hecho de la lengua un efectivo militar, jamás. Ni me ha servido para discriminar a nadie.

– ¿La lengua no crea identidad?

– En absoluto. La lengua es un vehículo absolutamente práctico y funcional. El catalán acabó con el latín y un día a lo mejor el castellano o el inglés acabarán con el catalán. Natural, eso ha ocurrido a lo largo de la historia. Ponerse a defender una lengua es una muestra de paranoia. Estoy de acuerdo con la esquizofrenia catalana, me parece fantástico el bilingüismo, pero que eso genere paranoia, en el sentido de persecución, es otra cuestión. Tenemos generaciones de gente joven paranoica como los cachorros de ERC, que son muy peligrosos. Esquerra es un partido muy cercano a la extrema derecha; ni es republicano ni es de izquierdas.

– ¿Se refiere a extrema derecha en términos de fascismo?

– Sí, de algo parecido. No hay tanta diferencia entre ERC y Le Pen. Su base es la gran nación. Detrás del nacionalismo siempre hay racismo, hay unos buenos y unos malos. No hay nacionalismo sin enemigo exterior y en el caso de Cataluña el enemigo es España.

– Usted ha recibido amenazas por decir lo que piensa, pero la clase política insiste en que Cataluña es tierra de paz que no tiene nada que ver con el País Vasco.

– Me hace gracia cuando se dice que Cataluña no es ni ha sido nunca un país violento. Pero por favor, si antes de los años 30 aquí había asesinatos a mansalva. Ahora no hay violencia en el sentido que la hay en el País Vasco, pero las situaciones pueden cambiar y yo no me fío de estas cosas. No me hace ninguna gracia que me envíen amenazas. No me parece nada divertido. Y seguramente me las envían chavales que no saben que yo, durante una época, también pensaba ingenuamente que llegaría un día que Cataluña sería esa tierra soñada de libertad.

– ¿Quién o qué le hizo cambiar de idea? ¿Pujol, quizá?

– Sí. Jordi Pujol no debiera haber existido como político. Ha sido un hombre absolutamente nefasto para Cataluña. Es una lástima que Tarradellas no fuera más joven, porque él sí sabía exactamente cual era la relación con el resto de España. Sabía qué podíamos tener y a qué no podíamos aspirar.

– ¿La situación actual es fruto de todos estos años de pujolismo?

– Evidentemente. Ahora nos están gobernando los hijos naturales de Pujol... Un poco más y nos habrían gobernado los hijos legítimos.

– Sectores de la izquierda le recriminan que sus críticas contra el nacionalismo puedan ser instrumentalizadas por la derecha.

– Me da igual. Fantástico. Si hay gente de derechas que está de acuerdo conmigo, me parece estupendo.

– Perseguido por el franquismo, ¿cómo lleva que ahora le acusen de poner en peligro la convivencia?

– Es delirante. En Cataluña está todo tan envenenado y hay tan poco sentido democrático que te acusan de poner en peligro la convivencia por abrir un debate intelectual. Cataluña es un territorio en el que subsiste todavía el franquismo, la herencia del antifranquismo. Franco está muy presente en la mente y en la forma de actuar de los catalanes. Cuando alguien dice algo que no gusta inmediatamente se comenta que «ese tipo es un franquista». El trauma franquista no se ha digerido bien y eso es algo que me parece grave.

¿Existe el riesgo de que se produzca una fractura social similar a la que existe en el País Vasco entre los votantes de CiU y ERC y los ciudadanos que están de acuerdo con el manifiesto que usted suscribe?

– La actitud que han adoptado los políticos frente al manifiesto demuestra que esto puede ocurrir. La seguridad de que existe un grupo importante de ciudadanos que apoyaría una opción no nacionalista no me la ha dado la reacción de la gente, sino la reacción de los políticos, que se han puesto histéricos, se han dedicado a insultar. Existe una profunda separación entre los políticos nacionalistas y los problemas reales de la ciudadanía. Pensar que para los catalanes en este momento lo más importante es el Estatuto es de locos. A la gente le importa un comino el Estatuto. Así que al menos nosotros hemos puesto nuestro grano de arena para encontrar una brecha.

– ¿Tiene indicios de que en el PSC se esté produciendo algún movimiento en este sentido?

– Hay gente del PSC que me ha telefoneado dándome ánimos y diciendo que están de acuerdo pero que no quieren abandonar la militancia socialista. No hay duda de que despertamos simpatías y prueba de ello es cómo ha reaccionado el PSC, diciendo que esto es un intento de fractura social. El futuro partido que se cree también puede recoger opciones de centro. En todo caso, tiene que ser una opción amplia, no hay que ser sectarios en este sentido.

– Toda una generación se ha criado con el discurso nacionalista y puede que no entienda su denuncia. ¿Teme que esta iniciativa llegue tarde?

– Cuando dicen que los catalanes tenemos que estar unidos se me ponen los pelos de punta. Esto lo decía Franco, son teorías dictatoriales. Sin duda alguna, durante la época de Pujol se impuso la sensación de que quien se movía podía ser represaliado. En mi propio terreno, el del teatro, Pujol hizo un escarmiento con «Els Joglars». Lo hizo para demostrar al conjunto de la profesión que en Cataluña había libertad de opinión, pero si esta opinión no coincidía con las tesis oficiales te quedabas sin TV3, sin Teatro Nacional y sin subvenciones. Nadie se movió.

– ¿Por eso, tal vez, representantes del grupo «Comediants» afirmaron, en reacción a su manifiesto, que ellos la política la hacen en la calle?

– Sin duda alguna. «Comediants» es una compañía que vive de la iniciativa pública, porque los grandes eventos sólo los organizan las instituciones públicas. Pujol creó una gran extensión de estómagos agradecidos y fue colocando a la gente en listas de marginación. Si «Els Joglars» sólo hiciera teatro catalán ya no existiría... o nos hubiéramos tenido que afiliar a Convergència. Nos ha salvado que el 80 por ciento de nuestra actividad se hacía en el resto de España y el extranjero.

– ¿No le preocupa convertirse en un antisistema, primero contra Franco, luego contra Pujol y ahora contra Maragall?

– Tengo esta desgracia. Quizá si gobernara Borrell no me vería en esta necesidad. Un día me consultó si debía librar una batalla interna para ser candidato a la Generalitat y yo le dije que él tenía que ser presidente de España. Creo que me equivoqué, lo cual demuestra que no tengo ninguna visión política.

– La decadencia económica que denuncian, ¿puede ser consecuencia de la falta de inversiones?

– No sé cuánto invierte el Estado en Cataluña pero antes de quejarse de los demás uno tiene que analizarse a fondo. Cuando una sociedad es dinámica no es necesario que le den las cosas hechas. Yo construí una compañía que lleva 45 años en acción con poquísimas ayudas. Siempre es fácil echar las culpas a los demás y en Cataluña cuando hay un problema rápidamente se mira en dirección a Madrid. Seguro que los empresarios tienen algo de razón, porque Madrid tiene todavía el tic de gran capital, pero Cataluña es una comunidad mentalmente enfermiza, con un deseo permanente de pasar cuentas, de apelar a la memoria histórica.

– Si Cataluña aporta lo que aporta al resto de España, ¿a qué vienen las acusaciones de insolidaridad?

– Es culpa de un envenenamiento que hemos provocado nosotros. Cataluña es el familiar cabreante que siempre se quiere largar de la familia porque, como es el pariente rico, el resto le parecen muy cutres. Nuestra obligación era seducir al resto de los españoles para conseguir cosas. Tarradellas no sólo habría conseguido los papeles de Salamanca, sino que se habría traído entero todo el archivo sin herir a nadie.

– ¿Tienen que volver los legajos a Cataluña?

– Me importa un comino si los archivos vuelven o no vuelven, con toda sinceridad. Es un debate absurdo.

– El envenenamiento del que habla, ¿no se agrava si alguien como Rodríguez Ibarra dice que «los catalanes se metan el dinero por donde les quepa»?

– Sin duda, pero el problema es que Ibarra aprovecha la brecha que nosotros hemos abierto. Estúpidos los hay en todas partes, pero no perdamos de vista que hemos sido los provocadores. Tras la muerte de Franco, los catalanes tuvimos una oportunidad extraordinaria. Recuerdo las giras con «Els Joglars». Éramos como los embajadores catalanes y nos llevaban en bandeja. Cataluña tenía un prestigio enorme como la adelantada de la democracia y esto se ha hecho añicos estúpidamente por falta de auténtico sentido político de nuestros dirigentes.

– ¿El actual poder político de los nacionalismos pone en cuestión la unidad de España?

– Creo que existe un firme deseo de secesión entre los dirigentes políticos del País Vasco y de Cataluña, que desean un sistema en el que la intervención del Estado sea mínima, por no decir nula. Pero cuando un Estado no tiene disposición ni fuerza moral para, en el momento en el que hay un acto de desobediencia constitucional, poner los tanques en el territorio que comete este acto de desobediencia, la situación se puede volver muy complicada.

¿Está diciendo que en alguna ocasión debieron salir los tanques?


– No sé, pero sería importante que quienes plantean estos desafíos fueran conscientes de que los otros pueden sacar los tanques.

– Es decir, que la reacción al Plan Ibarretxe tendría que haber sido más tajante.


– Yo creo que sí. Hasta el momento sólo ha habido conatos, pero estaría bien que algunos supieran que hay maneras de responder ciertas provocaciones.

Publicado en: ABC, 13 de junio de 2005, y reproducido en Periodista Digital.
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