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El fascismo
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Felipe Giménez Pérez



Registrado: 14 Oct 2003
Mensajes: 1050
Ubicacin: Leganés (Madrid, España)

MensajePublicado: Mie Oct 11, 2006 10:55 am    Ttulo del mensaje: Mitos políticos Responder citando

Estimados contertulios: Si son tan patriotas algunos, debieran pensar qué ideología en el caso de existir hoy, sería más patriótica y garantizaría la existencia y unidad de la Nación Española. El Estado es la misma lucha de clases, pero el núcleo de la sociedad política es la eutaxia. El fascismo, intencionalmente pretende fortalecer el Estado, la Nación política. El liberalismo pretende consolidar el mercado y la libertad. En ese sentido, el liberalismo sería patriótico del mercado. Su patria sería el mercado. En el caso del socialismo se llega a la estupidez de creer que hay un proletariado internacional. Lo que hay es un proletariado nacional. Hay que unir a las clases en la Nación. Esto es más realista que todas las tonterías progres y liberales de la libertad. Siempre oigo a los liberales exaltar la libertad y a los progres su negocio, pero España no aparece en su discurso o aparece marginalmente. Hoy por hoy, el régimen de 1978 ha demostrado sobradamente que es distáxico, que liquida a la Nación Española. Y todavía algunos hablando de socialismo. Si lo hay no debe ser universal, sino nacional. La dialéctica de los Estados es más importante y decisiva que la dialéctica de clases después de 1914. Eso sí que es ingenuidad, creer que hay algo por encima de la Nación. Los liberales exaltan el mercado sin darse cuenta de la necesidad de fortalecer el Estado para defender la libertad. Hay algo por encima del Mercado, la patria. El mercado no moviliza a nadie. El socialismo ha demostrado su incapacidad para organizar racionalmente el proceso económico. Inicialmente inicié la discusión para el fascismo con la sana intención de definirlo. Luego hemos hablado de la conveniencia del socialismo. Creo que el socialismo como supresión de la propiedad privada, la libertad económica y del mercado pletórico de bienes es un grave error. Ahora bien, ¿Qué ideología en el caso español defendería a España de modo incondicional?

Atentamente,
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Javier Pérez Jara



Registrado: 16 Oct 2003
Mensajes: 39
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MensajePublicado: Mie Oct 11, 2006 3:47 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Estimados contertulios:

Tan sólo quería hacer unos pequeños comentarios a los últimos comentarios de este hilo:

1) Creo que Socialismo, como idea funcional, la define el materialismo filosófico como la negación del particularismo, ya sea de un modo general, o específico a una sociedad o comunidad concreta. Por tanto, el capitalismo también tiene una dimensión inequívocamente socialista, en tanto universaliza el mercado, los medios de producción a través de las multinacionales, las democracias realmente existentes, etc. Sospecho que pensar que socialismo es únicamente socialismo comunista marxista es caer en lo que Bueno llama con razón secuestro ideológico. Es evidente que la economía socialista de la Unión soviética llevaba inexorablemente al Colapso por su armonicismo (como fue lo de buscar el pleno empleo, etc.), pero tratar de sacar de ese dato que toda forma de socialismo es irracional, etc., me parece mera ideología de la Cope o de Libertaddigital (que empieza por decir que el socialismo es el mal y acaba muchas veces con tesis delirantes como que los impuestos son un robo, como si hubiese propiedad privada "que robar" al margen del Estado) antes que filosofía verdaderamente dialéctica. En primer lugar porque la propia Unión Soviética no caminaba siempre, ni mucho menos, en las sendas de un socialismo genérico, porque si el Imperio universal es una Idea límite contradictoria sin posibilidad de correlato realmente existente, la socialización de los medios de producción llevada a cabo por la Unión Soviética no dejaba de ser una apropiación concreta a un Estado, por mucho que este Estado tuviese pretensiones universalistas e imperialistas en sus ortogramas políticos.

2) En mi artículo sobre el socialismo está en todo momento presente El mito de la izquierda, y por tanto la necesidad de acudir a la figura del Estado como máximo exponente de la sociedad política, para evitar la indefinición política en que caen muchas definiciones de izquierda, algunas verdaderamente ridículas y sacadas de la manga, y que tuvimos, por ejemplo, la ocasión de escuchar también en Gijón a manos de gente del público ("la izquierda se define por la crítica completa a lo real", etc.). La necesidad de acudir al parámetro del Estado la mantengo esta tesis a lo largo de todo el texto, por ejemplo:

Cita:
7. El Racionalismo y el Socialismo/Universalismo como atributos genéricos al Materialismo Filosófico y a la Idea funcional de Izquierda

Desde las coordenadas en que nos encontramos, Racionalismo y Socialismo son las características constitutivas de la función Izquierda, una función que, por cierto, sin la variable independiente del Estado, quedaría completamente indefinida en el terreno político; y es, por tanto, con el criterio del Estado con el que distinguimos las izquierdas definidas de las indefinidas (que son consideradas como izquierdas por analogía), aunque ambas compartan los atributos genéricos de racionalismo y socialismo. Pero centrémonos en estos criterios genéricos; en primer lugar hay que decir que son genéricos y no específicos al campo político porque tanto racionalismo como socialismo son ideas filosóficas con incidencias antropológicas, gnoseológicas y ontológicas. Es, por tanto, de vital importancia acudir al criterio del Estado para evitar la indefinición política y darnos cuenta de que las izquierdas, por su componente socialista o universalista, necesitan de la figura del Imperio generador para expandir sus ortogramas de racionalidad universalista a otras sociedades políticas, y en el límite, al globo terráqueo entero, aunque este límite sea en la figura de un límite revertido y por tanto sin posibilidad de correlatos realmente existentes. Hay que excluir de esto, no obstante, al anarquismo, cuyo plan de expansión universal se basa en la universalización de las revoluciones que acaben precisamente con los Estados. No obstante con esto indicamos lo gratuito y dogmático de todos aquellos que se declaran de izquierda pero miran con recelo a todo tipo de Imperio, equiparando Imperios generadores y depredadores.

Pero a pesar del criterio fundamental del Estado, las características de Racionalismo y Socialismo siguen siendo decisivas en la Idea de Izquierda.


3) La lucha originaria entre se da, efectivamente, entre la Derecha, que tiene prioridad histórica y lógica, aunque gente como Sotelo no entienda esto, y las corrientes de izquierda definidas, que precisamente tratan de negar la Derecha. Ahora bien, si los atributos genéricos de la derecha son el irracionalismo y el particularismo, es obvio que también hay lucha entre el materialismo filosófico y la derecha, toda vez que este sistema es radicalmente incompatible tanto con el particularismo (por su vinculación con el socialismo genérico) como con el irracionalismo (por su vinculación con el antignosticismo, con la asebeia). Como en las democracias realmente existentes, sustentadas por el capitalismo, se ecualizan los partidos de izquierda y derecha, la derecha de que es radicalmente enemiga el materialismo filosófico habrá que buscarla en otra parte, y como dijo Bueno en Gijón este verano, esa parte es fundamentalmente el Islam, que es el «Antiguo régimen» (aun más fanático que el antiguo europeo, debido a su cesaropapismo), y las sociedades indígenas o tolerantes del indigenismo, que está sustentado en un irracionalismo completo, o sea, en la intolerable tesis, desde la perspectiva materialista, de que determinados individuos han recibido una revelación en particular "desde los cielos" y que la sociedad ha de subordinarse a ellos.

Un saludo,
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Javier Pérez Jara



Registrado: 16 Oct 2003
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MensajePublicado: Mie Oct 11, 2006 4:58 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Quisiera resaltar algo que a mi juicio parece que no se ha comprendido del todo, a saber: que cuando el materialismo filosófico habla del irracionalismo de la derecha se refiere a que ésta acepta revelaciones particulares de los dioses o de un Dios personal; frente a este irracionalismo, el materialismo filosófico, y la función izquierda, defienden el racionalismo, que no es otra cosa que negar categóricamente toda revelación sobrenatural: esto es, el antignosticismo o la asebeia. Jamás he dicho que el irracionalismo de la derecha sea otra cosa que esto ¿cómo no va a haber racionalidad en la política de la derecha, con todos sus sistemas de operaciones normadas, con todos sus ortogramas, leyes, etc.? Gustavo Bueno en todos sus textos deja bien claro que el irracionalismo va referido a la verdad revelada, y en El mito de la izquierda vuelve a repetir, como en los artículos de El Basilisco, que un partido político que afirme revelaciones particulares no puede ser izquierda, y que por tanto izquierda cristiana o cristiana islámica son contradictorias. Esto me parece que es tan obvio y tan sabido que pretender ajudicarme la tesis de que yo defiendo que el Antiguo régimen es irracional, absurdo, de modo exento es inadmisible. Y dicho esto creo que habría que señalar, además, que el materialismo filosófico distingue racionalidad de racionalismo; el racionalismo se define por sostener que la razón es la única facultad para la obtención de verdades a través de operaciones deterministas con referenciales fisicalistas, en contra del gnosticismo esotérico asertivo o exclusivo, que sostiene la posibilidad de la verdad revelada; pero ni Dios ni los dioses existen, y M3 sólo se entiende en la dialéctica de M1 con M2, por lo que toda verdad es fruto de un proceso operatorio, nunca "revelado desde lo alto". Es en este contexto donde se fragua la distinción del materialismo filosófico entre racionalismo/irracionalismo, no pretendamos ahora decir que yo he sostenido que el Antiguo régimen es absurdo o cosas por el estilo, en primer lugar porque las verdades reveladas son ellas mismas productos racionales, en tanto suponen conductas lingüísticas, operatorias, etc. La "irracionalidad" no es otra cosa que la pretensión de que tales "verdades o mandatos divinos" son revelados, en vez de frutos culturales míticos que obedecen a reglas de formación muy precisas, y que estudian la sociología, la antropología, la psicología, etc.
Por otra parte, lo de que el Islam se mantiene fuera de la distinción izquierda/derecha es una tesis muy respetable de José Manuel Rodríguez Pardo, pero ella tendrá que enfrentarse a la tesis de Bueno, que dijo explícitamente en Gijón que hoy día la Derecha se encontraba en el Islam.
Por último, vuelvo a repetir que cuando he defendido que el materialismo filosófico es incompatible con la derecha, no he hecho otra cosa que decir algo completamente obvio, dado que el materialismo es la negación tanto del particularismo, como del irracionalismo. Es verdad, como señala José Manuel Rodríguez Pardo, que en Antiguo régimen también hay socialismo, y no sólo específico, también hay ortogramas de inspiración socialista-genérica, pero dado que el Antiguo Régimen se acaba sustentando en verdades reveladas, hay una degeneración particularista, gnóstica. En todo caso, aunque el Antiguo Régimen, ad hominem, fuese la misma esencia del socialismo genérico (que no lo es, obviamente, con su sistema de estamentos, privilegios particularistas, etc.), seguiría siendo incompatible con el materialismo filosófico por su irracionalismo, que, vuelvo a repetir, no es otra cosa que la aceptación de presuntas verdades reveladas a las que habría que adaptarse la sociedad.
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Felipe Giménez Pérez



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MensajePublicado: Mie Oct 11, 2006 8:15 pm    Ttulo del mensaje: Irracionalismo Responder citando

Estimados contertulios: Parece que el socialismo no es de este mundo entonces, porque si socialismo no es la supresión de la propiedad privada, del mercado y del capitalismo, entonces es algo racionalista y universalista. En el fondo, todos los programas políticos son particulares. El fascismo es particularista, por ejemplo, pero ellos también se declaran socialistas, nacionales. nacionalistas. ¿Es esto un particularismo? Sí, También la URSS era particularista, el socialismo real era particularista, dirigido por una instancia particular, el PC. ¿Defender España? ¿Es particularismo? Sí. Bueno, pues qué se le va a hacer. No creo que sea muy afortunado eso del socialismo. Dejémoslo en racionalismo y realismo. El Islam es algo peor que el fascismo. El Islam es algo que cae fuera de la distinción entre derecha/izquierda. Es puro irracionalismo teocrático. Es un universalismo irracionalismo teocrático socialista. Por eso para mí el socialismo es una aberración. Hablemos mejor de racionalismo, materialismo, ateísmo, realismo y si es particularista, pues mira qué bien, porque todo proyecto político siempre esl el mando de una parte de la sociedad sobre otra parte de la sociedad. Atentamente,
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Javier Pérez Jara



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MensajePublicado: Jue Oct 12, 2006 12:12 am    Ttulo del mensaje: Responder citando

Tiene razón José Manuel Rodríguez Pardo en señalar las dificultades que suscita identificar al Islam con la Derecha; pero José Manuel ha dicho muchas veces, y con razón, que el Islam representa hoy día el Antiguo régimen, lo que obviamente es una categorización desde nuestras coordenadas y nuestra plataforma. Así, creo que desde esta plataforma, podemos identificar el Islam con la derecha, aunque para ellos emic sea absurdo reconocerlo, en tanto en el Continente islámico no ha surgido un poder político cuyos ortogramas estén orientados a destruir el "Antiguo régimen" islámico; pero de la misma manera que desde nuestra plataforma el continente islámico representa el Antiguo régimen, representa la Derecha, y precisamente esto es de vital importancia cuando atendemos que izquierdas y derechas se «destruyen», por ecualización, en las democracias realmente existentes. Si en el continente islámico surgiese un poder político racionalista opuesto a la teocracia islámica, no habría dudas en identificar con toda claridad el continente islámico con la derecha, del mismo modo que el Antiguo régimen chino ejercita la derecha, antes de la revolución, pero sólo retrospectivamente, cuando triunfa la revolución marxista, se usan los conceptos de izquierda y derecha, aunque la mayoría de las veces desde otra plataforma distinta a la China. Ahora bien, aunque no haya surgido dicho poder político, no encuentro más dificultades en tildar el continente islámico de ejercitar la derecha que de ejercitar el Antiguo régimen en su modalidad «cesaropapista». Izquierda y derecha son categorizaciones que hacemos desde nuestra plataforma, ya que como sabemos muchas corrientes de izquierda definidas han rehusado de tildarse como izquierda, pero una cosa es la representación, y otra el ejercicio.
Creo que resulta mucho más razonable sostener que el Islam ejercita la derecha que sostener que la ejercita el PP, tesis que tanto les gusta repetir a los del Psoe, izquierda unida y demás partidos carroñeros desde su demagogia.
Por último, me gustaría señalar que el espiritualismo, en principio, está más ligado a la derecha que a las izquierdas, porque el irracionalismo, esto es, la aceptación de verdades reveladas, necesita del espiritualismo, mientras que el racionalismo de las izquierdas definidas, en principio, y por su asebeia, es incompatible con los espiritualismos religiosos. Es evidente que ha habido y hay espiritualistas militando en izquierdas definidas; el propio deísmo es un espiritualismo (al menos cuando no hablamos del Dios corpóreo de Hobbes), aunque sea incompatible con las revelaciones en particular, dado que el Dios deísta, aunque creador del mundo, se parece más al Acto puro aristotélico, que no puede amar al hombre ni interesarse por sus asuntos de mamífero insignificante y efímero. Por eso resulta mejor confrontar racionalismo/irracionalismo que materialismo/espiritualismo a la hora de tratar de esclarecer atributos genéricos a la derecha o la función izquierda, porque aunque el irracionalismo esté sustentado en un espiritualismo, no todo espiritualismo es un irracionalismo que acepta revelaciones en particular, como resulta claro en el caso del deísmo.
También vuelvo a repetir que yo no he equiparado el materialismo filosófico a ninguna doctrina política, simplemente he defendido que el materialismo es incompatible con la Idea de Derecha, propia del Antiguo régimen, porque éste está sustentado, por lo pronto, en un irracionalismo gnóstico que desde el materialismo resulta una pura impostura, toda vez que las revelaciones en particular son imposibles y ni los dioses ni el Dios monoteísta existen. Si alguien sostiene que es falsa la tesis de que el materialismo filosófico es incompatible con la derecha, que defienda que el materialismo es compatible con el particularismo o con el irracionalismo, o que aun no siéndolo, puede haber derecha racionalista y socialista en su sentido genérico. En todo caso los argumentos de ese alguien dudo que pudieran estar sustentados en las coordenadas del materialismo filosófico.

Un saludo,
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José Mª Rodríguez Vega



Registrado: 11 Oct 2003
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MensajePublicado: Jue Oct 12, 2006 1:41 pm    Ttulo del mensaje: Perpétuo universalismo. Responder citando

Hola.

Por –irracional- perpétuo entiendo lo que dura para siempre o siempre... y “siempre” (semper), es lo que es en todo tiempo y en cualquier tiempo, y lo que es en todo tiempo por ser en cualquier tiempo es lo eterno. Me parece. Y como parece que el caso límite de lo temporal sea lo perpétuo, esto es, lo que está fuera del tiempo, o sea, lo eterno, por eso he hablado de este metafísico “eterno”, por su relación intrínseca con lo perpétuo. Porque el límite real y racional de cualquier tiempo es otro real tiempo, lo mismo que el límite racional de cualquier movimiento real es otro cualquier real movimiento. El límite de cualquier medida no es lo inmensurable, ya que el límite del ser real no es la nada o lo que no es. Para poder ser “límite” hay que poder ser. Lo demás es pura abstracción vacía. Mejor lo dejamos.
....................

Dice Felipe:<“Creo que el socialismo como supresión de la propiedad privada, la libertad económica y del mercado pletórico de bienes es un grave error...”>
Parece que este indudable error consista en la supresión del universalismo que pudiera entrañablemente conllevar esa propiedad privada, esa libertad económica y ese mercado pletórico, por cuanto no puede haber un mercado pletórico particularista o raquítico ni que sea posible su existencia sin la libertad económica, ni esta libertad económica parece posible sin la existencia de la propiedad privada...entendidas estas tres cosas como cosas no santas, que diría Marx; o sea: como hoy las entiende todo el mundo: recurrentes, inmanentes. Sobre todo porque ya nadie cree que el control y la regulación de los procesos sociales de producción estén llevados por la genialidad del capitalista individual, y no por la ciencia y el Estado o en el Estado (Ver el reproche de Marx a los detractores del control social –socialista- : Karl Marx. OME 40. Pág. 384).

Y dice Felipe:
Cita:
<“Ahora bien, ¿Qué ideología en el caso español defendería a España de modo incondicional?”>
...Pues por ahora yo no lo sé, pero sí sé que no porque esa ideología fuera el fascismo, tú habrías de ser fascista. Deja como sadúceo y materialista esa cosa de la ideología para la plebe que necesita de mitos y ser hablada en necio.

Dice Rodríguez Pardo:
Cita:
<“...la lucha no es entre el materialismo filosófico y la derecha política, sino entre la izquierda y la derecha política.”>


Hace ya tiempo que hablamos por aquí de la “inexistencia de la clase del proletariado”... No acabo de ver qué tipo de lucha puede darse entre derecha e izquierda políticas sin la existencia de esa clase (revolucionaria), sin antagonismo de clase... Parece que todo se reduzca a una lucha entre las meras ideas de “izquierda” y las no menos meras ideas de “derechas”. ¿Acaso la ausencia –por su ecualización- de una verdadera polarización de las clases canónicas habría de anular los antagonismos sociales? Me parece evidente que no. Entonces lo que hay, una de las cosa que hay, debe ser una lucha entre grupos de familias por el control del Estado... Por lo menos aquí... Por esto dudo de la existencia de una real dicotomía entre los diferentes grupos y sus nebulosas ideas como una muestra de una verdadera lucha entre verdaderas y diferentes clases, entre “revolución y reacción”. Lo que nos queda del lenguaje de las “izquierdas” es un fósil de su crítica a lo que antaño negaba la derecha... Pero la derecha no niega hoy casi nunca en Occidente los universalismos recurrentes ni se recusa del Trono o el Altar. Parece que acoge a los universalismos sobre todo en lo referente a los procesos científicos en relación a la producción para un mercado pletórico mundial (que no deja de responder a las demandas de los particulares y concretos cuerpos de los sujetos operatorios)... un mercado no autárquico ni particularista... (¿Comenzó Thomas S. Kuhn con sus revoluciones científicas la clarificación de este hecho?. En esto esa derecha parece que no es “reaccionaria”, y por lo mismo las llamadas izquierdas no pueden ser revolucionarias... ¡Y una izquierda que no es revolucionaria ni es izquierda ni es nada!

Me pregunto en el día del desfile de las Fuerzas armadas y de la Hispanidad si las bombas atómicas norcoreanas son particularistas o universalistas, si las guerras por y en el el harland derivan de visiones universalistas de dominio depradatorio particularista o de un efectivo universalismo de los procesos recurrentes reales y posibles... Parece que el asombro de Felipe en su último mensaje no es del todo infundado, ya que sin particularidad corpórea no puede darse efectivamente ningún real universalismo.
Y para acabar, Plejanov frente al proudhoniano Hertzen: “El proletariado occidental es el pequeñoburgués del futuro”; resultado: Hertzen 1 Plejanov 0=<“Donde quiera que dirijo la vista –escribía Hertzen- sólo veo canas, arrugas, espaldas agobiadas, testamentos, resúmenes, conclusiones y finales y busco un comienzo, pero sólo existen en las teorías y en las abstracciones”> (Jorge Plejanov: La ideología del pequeñoburgués. Ed. Roca. México 1972. Pág. 54)

Además: Sociedad futura como Comunismo entraña un irracional finalismo: el Destino... Destino al cual no nos llevan las prolepsis y programas recurrentes, sino el “sentido” irracional de la Historia por el supuesto determinismo económico entrañado en el desarrollo material (sic!) de los procesos de producción. No es que el Plan fuera malo, es que no había ni hay plan universal posible.

Otro irracionalismo... como dijo Marx, “La revolución ha sucumbido: Viva la Revolución”... Y acaba el viejo Plejanov:<Marx comprendía que el desarrollo de las relaciones económicas en Europa Occidental no conducía, en modo alguno, al triunfo de la pequeña propiedad, y que el papel histórico del proletariado no consistía en el hecho de confundirse con la propiedad pequeño burguesa...> (Op.cit. pág. 55)

¡Pobre Plejanov, pobre Marx! La revolución ha sucumbido: Viva la universalización del consumo!...Y es que lo universal del consumo es que todo los particulares cuerpos consuman. Total, y como dijo Josep Pla:“La revolución sólo consiste en el cambio de la clase dirigente”. Adiós.
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Javier Pérez Jara



Registrado: 16 Oct 2003
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MensajePublicado: Sab Oct 14, 2006 12:46 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Como señala José Manuel con el caso de los chiitas o de los sunnitas, las dos corrientes más importantes del Islam, creo que puede decirse con toda propiedad que las teocracias islámicas ejercitan un «cesaropapismo» sui generis porque en ellas, «Estado» e «Iglesia» son lo mismo, en contra del Antiguo régimen católico, donde, a pesar del llamado agustinismo político, etc., hay una diferencia entre Estado e Iglesia no sólo en la práctica, sino también en la teoría, como se ve en la filosofía política de Santo Tomás.
Respecto de la incompatibilidad del materialismo filosófico con la Derecha, porque ésta está sustentada en el gnosticismo en el plano de la teoría, señalé numerosas veces en mi artículo que esto no debe llevar, bajo ningún concepto, a pensar que el materialismo filosófico, así por así, es compatible con las corrientes de izquierda definida:

Cita:
8. El materialismo filosófico, aunque compatible con la Idea funcional de Izquierda e incompatible con la Derecha política, mantiene una necesaria distancia con las generaciones de izquierda existentes en nuestro presente

Un materialista filosófico en ningún caso puede declararse como de derechas, ¿pero de qué corriente de izquierda definida se habría de declarar entonces si la alternativa hispana o china no fuesen viables, y sería pura «izquierda indefinida» el declararse de izquierda sin más, pero sin definir con qué corriente se es solidario?

¿Puede acaso solidarizarse el materialismo filosófico con la ideología de la socialdemocracia de nuestros días, una ideología fundamentalista, agnóstica, llena de «pensamiento Alicia», solidaria del mercado pletórico propio del capitalismo? ¿Y si no tiene sentido desde el materialismo filosófico, cuya plataforma política actual es España, solidarizarse con China? ¿Y si del Continente iberoamericano no se constituye una séptima generación de izquierdas efectiva y fuerte capaz de hacer frente al «capitalismo depredador» de Europa y Estados unidos o al irracionalismo islámico? ¿Y qué sentido tendría que España se solidarizase con países como Cuba, que han llegado a apoyar la causa asesina y fanática de ETA, o con países con una explícita ideología antiespañola (aunque digan sus proclamas en español y no estén como primitivos en el bosque gracias a España), como el caso de Venezuela? ¿Y qué decir de «simpatizar» con políticos con ridículas y repugnantes ideologías indigenistas, como Evo Morales? ¿Y por qué el materialismo filosófico se debería solidarizar con corrientes de izquierda latinas basadas en un discurso marxista dogmático, cuando no fundamentalista democrático, en muchos puntos incompatibles con el materialismo filosófico? http://www.nodulo.org/ec/2006/n054p01.htm


Creo que aquí queda claro que lo que he defendido es que el materialismo filosófico es incompatible con la Derecha por su gnosticismo, y compatible con la Idea Funcional de Izquierda por su racionalismo universalista, pero la función izquierda puede determinarse en corrientes de izquierda definida llenas completamente de mitos armonicistas o incluso ridículos; esto tampoco significa que el materialismo filosófico deba tener siempre la misma distancia respecto de todas las corrientes de izquierda definidas; algunas son, por así decirlo, más míticas que otras, y habrá que analizarlas en cada caso. Es evidente, por ejemplo, que el materialismo filosófico estuvo más cerca de la 5º generación que del anarquismo, y no por motivos ideológicos, sino puramente filosóficos. Pero esto tampoco debe hacernos olvidar, por ejemplo, todas las críticas al dogmatismo de la Unión Soviética, un monismo armonicista, implícito en sus ortogramas políticos y que llevó inexorablemente a este imperio al colapso.
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Felipe Giménez Pérez



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MensajePublicado: Dom Oct 15, 2006 11:41 am    Ttulo del mensaje: Los dos cuerpos del rey Responder citando

Estimados contertulios: Creo que ha habido un error en eso de los dos cuerpos del rey. Kantorowicz dice que una cosa era la persona física del rey, psicológica, individual y otra era la institución. Esos eran los dos cuerpos del rey. Por eso el rey no moría jamás. No confundir eso con la doctrina de las dos espadas de Gelasio. En el Islam hay una teocracia absoluta. Todo es Islam. Es imposible una política secularizada, una separación entre la Iglesia y el Estado. Sólo hay Allah. Por eso el Islam es radicalmente irracionalista y fideísta y la guerra con el Islam es inevitable. Ya fue declarada en tiempos de Mahoma. El objetivo: un Imperio Universal Islámico. Cuando todos los hombres seamos musulmanes habrá paz. Mientras tanto, las treguas son inestables y forzosamente provisionales. Es peor el Islam que el fascismo. Un fascista por lo menos tiene cabeza, pero ¿Qué decir de un musulmán? Nos enfrentamos con una fuerza irracional muy poderosa y absolutamente incompatible con nuestra civilización. Sólo la guerra puede dirimir las diferencias con el Islam. Para ellos la Yihad es santa y justa. Nosotros deberíamos tener al Papa Urbano II como cuando proclamó en Clermont Ferrand en 1095 la I Cruzada: "Dios lo quiere". Ahora tenemos a Benedicto XVI que está asustado pidiendo perdón a los bárbaros. Atentamente,
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Dom Oct 15, 2006 4:46 pm    Ttulo del mensaje: Universalismo de izquierda. Responder citando

Hola.

Si no lo entiendo mal, lo que nos dice javier Pérez Jara es que todo <racionalismo universalista>es de “izquierda”, que no cabe un racionalismo universalista de “derechas”..., ya que, según dice R. Pardo...<...el materialismo filosófico es incompatible con cualquier forma de implantación gnóstica de la conciencia filosófica.>... Pero la conciencia gnóstica filosófica es un asunto individual como lo es toda conciencia, de este o aquél sujeto operatorio, y no parece que el ser “de izquierdas” tenga mucho que ver con lo individual de la conciencia, pues cabe imaginar o ver que hay o puede haber muchos sujetos operatorios de “izquierdas” (que votan a una “izquierda”) que tienen una conciencia individual gnóstica o incluso irracionalista, que aún y siendo de “izquierdas” creen en el vudú, por ejemplo. ¿Significa esto que son de “derechas” y votan a las izquierdas porque no saben que en realidad son de derechas?

Y es que estoy hecho un lío, pues yo ahora me tengo por materialista y ateo y por ser un contrario radical a cualquier “izquierda”, con lo que debo ser, parece, de “derechas”... No logro ver en una determinada clase –si la hay o hubiera- ese “universalismo”, por cuanto a todas las veo como particularidad que usan de los conceptos aureolados para acabar en mera singularidad. Al fin y al cabo es en lo singular del cuerpo del sujeto operatorio individual donde únicamente puede darse cualquier conciencia atea o gnóstica o creyente, a menos, claro es, que la “conciencia filosófica” no sea también ella una conciencia más de clase, una “conciencia de clase” atea, colectiva, colectivamente atea........ Y a lo colectivo todo parece venirle desde “afuera”, desde alguna Academia...

¿No serán todos estos conceptos, sin dejar uno, puramente ideológicos e inútiles y perturbadores, anacrónicos e ilusorios para analizar la situación, cualquier situación, a pesar de la supuesta perduración de su capacidad para aclarar algo? (Cf. Zapatero y el pensamiento Alicia, pág. 102)
¿Y no es el Materialismo filosófico una materialidad terciogenérica (M3), una operación filosófica que cualquier sujeto operatorio puede llevar a cabo consecuentemente o usar más o menos adecuadamente? ¿Es que el MF tiene una implantación política al margen de los sujetos operatorios que lo usan? ¿Y todos los que lo usan son de “izquierdas”?
¿No fue Materialismo histórico más usado convenientemente y acaso mejor por los que supuestamente eran sus contrarios, por los burgueses reformistas?

De facto, hoy, ya no hay ni Trono ni Altar... Y sin embargo sigue habiendo –según parece- una “derecha”, pues el MF precisamente ha surgido en este tiempo: cuando ya no hay ni Trono ni Altar clásicos.
..............
Felipe tiene razón en lo que dice de Kantorowicz, y eso, encima, es hoy aún cierto y vigente:<Lo que no se queda Cristo se lo lleva el Fisco.>, y el Ficus/fixus nunca muere. ¡Qué más da que hoy no haya ni Trono ni Altar cuando lo que importa es el mando y la obediencia! ¿Hay algo mas universalista que la fuerza de obligar a pagar tributos y los tributos mismos? (Cf. G. Bueno. El Basilisco Nº 33)
¿Son estos tributos de izquierda o de derechas? ¿Es que acaso no pervive la cabeza del Rey (ausente) en el nombre de quién hoy cobra el fisco, esto es, en el nombre del irrefrenable y Soberano Pueblo en tanto Estado? ¿Y qué es el Estado sino el “yo” de Sieyés en tanto fuerza de obligar por los particulares que dominan?

Ya vale. Adiós.
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Javier Pérez Jara



Registrado: 16 Oct 2003
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MensajePublicado: Lun Oct 16, 2006 5:21 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Hola, amigos:

Haciendo una exégesis sobre el último mensaje de Zarpax con la intención de entender lo que en él se dice, diría que yo, obviamente, jamás he dicho que «todo <racionalismo universalista>es de “izquierda”»; lo que he defendido, siguiendo El Mito de la izquierda, así como otros textos de Gustavo Bueno, es que los ortogramas de las izquierdas definidas, frente a la Derecha, se guían por un racionalismo universalista. Y vuelvo a repetir: racionalismo, contra el gnosticismo esotérico de la derecha; universalismo, contra el particularismo. Que toda corriente de izquierda pretenda guiarse por un racionalismo universalista no significa que todo racionalismo universalista tengo algo que ver con la izquierda, porque la idea de un racionalismo universalista es genérica y no específica al campo político. De hecho, sin el criterio del Estado, racionalismo universalista ni siquiera tiene por qué ver nada con la política. Ni siquiera el universalismo se puede considerar siempre unido al racionalismo, pues si el racionalismo implica universalismo, la recíproca no es cierta (como se puede ver, por ejemplo, en las pretensiones de un «universalismo islámico»).
En lo de si los tributos son de izquierda o de derecha, pues depende de la orientación de los ortogramas que los guíen:

Cita:
Si definimos la Izquierda por este racionalismo socialista que renuncia a construir desde el principio, haciendo tabla rasa del pasado, y que sabe que sólo puede construirse in medias res, a partir de materiales operables, entonces habrá que admitir también que la Izquierda tiene un signo predominantemente metodológico. Es de la mayor importancia constatar, para el entendimiento del alcance de esta función, que su efectividad normativa no depende de los valores extremos más altos que ella pueda arrojar: la función se realiza igualmente en los valores intermedios que en los extremos. Dicho de otro modo: la Izquierda, así definida, no tiene por qué entenderse como un «proyecto de sociedad igualitaria y racional definitiva» (que podría ser tenido por utópico); pero ni siquiera porque esta sociedad haya de concebirse como un «ideal inalcanzable, pero de valor regulativo». No, al menos desde la perspectiva de una idea funcional, sólo se requiere la posibilidad de aplicación de la función en determinadas franjas del curso de las variables. Una ley sobre el impuesto progresivo de la renta es de izquierdas, aunque no suprima a los ricos. Con esto quiere decirse que la razón por la cual esa ley del impuesto puede considerarse de izquierdas hay que ponerla no tanto en el supuesto «milenarista» de que sus resultados hayan de entenderse únicamente como estadios intermedios hacia la «igualdad final», cuanto porque la misma ley del impuesto puede ser considerada de izquierdas ya en el presente y al margen del ulterior curso de los acontecimientos históricos. (Gustavo Bueno, «La ética desde la izquierda», http://www.filosofia.org/rev/bas/bas21701.htm)

Es obvio que el impuesto no progresivo, tiende a acrecentar las diferencias entre ricos y pobres, y por tanto es una medida que busca fortalecer a la clase de los ricos, frente a los pobres. Este ortograma es de derecha por su particularismo. En cambio, el impuesto progresivo está guiado por un ortograma socialista, en el sentido filosófico de crítica al particularismo antes señalado.
Por otra parte, los tributos ponen en cuestión la propiedad privada, ya que el Estado «con todo derecho» (sobre todo, y argumentando ad hominem, en el «Estado de derecho») quita una parte de las posesiones a sus ciudadanos; pero sin tributos, no hay Estado (pues el Estado no puede vivir del aire), y por tanto tampoco propiedad privada, dado que es el Estado el que gestiona y constituye la propiedad privada, que no cabe hipostasiar y tildarla de independiente de la sociedad política, apelando al derecho natural o a cualquier mitología ad hoc. Pero es salirse del tema hablar de esta dialéctica que, por lo pronto, y vuelvo a repetir, no suele ser entendida por aquellos liberales que dicen que los impuestos son un robo.
Yo como no sé cuál es la teoría de la izquierda de Zarpax, no puedo criticarla, porque desconozco sus presupuestos. Así que si Zarpax se considera de derechas, pues muy bien, pero yo quizá apuntaría a la hipótesis de que sus motivos se encuentran más en fuentes ideológicas como la COPE que en las obras del materialismo filosófico, dado que Zarpax parece no compartir afirmaciones mías que están literalmente extraídas de libros y artículos de Gustavo Bueno.

Respecto a los comentarios de José Manuel, yo repetiría de nuevo, para tratar de dejar más claro el asunto, y aun a costa del necesario simplismo de los resúmenes o esquemas, que mi argumentación es algo más o menos como:

1) El materialismo filosófico es, como dice José Manuel con toda rectitud, una filosofía políticamente implantada, siguiendo en este punto, como en muchos otros, al materialismo histórico.
2) El materialismo filosófico es incompatible con la Derecha, ya sea por su irracionalismo (dado en función del gnosticismo esotérico asertivo o exclusivo), ya por su particularismo (dado en función, contra el socialismo genérico, de ortogramas que sólo buscan el fortalecimiento de la única clase o grupo social, por marginación de otros, o los restantes). Si el gnosticismo esotérico o el particularismo forman notas constitutivas y no meramente contingentes de la Idea de Derecha, no cabe disimular la incompatibilidad de ésta con el materialismo filosófico, y mucho menos negarla (y no estoy diciendo que José Manuel haga alguna de estas cosas, simplemente estoy resumiendo y repitiendo mi argumentación).
3) El materialismo filosófico, que es incompatible con la Derecha, es compatible con la Idea funcional de izquierda, cuyos ortogramas se guían por un racionalismo universalista, o de cuño socialista-genérico antignóstico.
4) El materialismo filosófico, por tanto, sería, en principio, virtualmente compatible con corrientes de izquierda política guiadas por ese racionalismo universalista que se enfrenta a las notas constitutivas del Antiguo régimen, y que son incompatibles con el materialismo. Ahora bien, la función izquierda es muy indeterminada, porque hay muchas formas de negar la derecha, y entonces (y contando con el criterio del Estado para hablar de izquierdas políticas) es absurdo pensar que el materialismo filosófico, aun siendo compatible con la función izquierda, va a ser compatible, así como así, con las corrientes de izquierda definidas que se vayan produciendo a lo largo de la Historia (entre otras cosas porque estas corrientes son mutuamente incompatibles entre sí), porque éstas, aunque estén guiadas, en principio, por un «racionalismo universalista», pueden, a su vez, estar llenas de mitos armonicistas, ideológicos, etc., luego el materialismo filosófico, aun siendo una filosofía políticamente implantada, ha de guardar una necesaria distancia con las corrientes de izquierda definida (para lo que primero tiene que analizarlas y triturar sus componentes míticos, monistas, etc.), entre las que destacará, sin embargo, a algunas como más racionales, o menos míticas, que otras.
Dicho esto señalo que estoy de acuerdo con José Manuel en que si alguien compara la función de El Mito de la izquierda con la del Manifiesto comunista, está errando, y esto contando con que Gustavo Bueno ha señalado muchas veces que la función de El mito de la izquierda era de revulsivo para las izquierdas, «para que espabilasen» (sic), y se dejasen de tanto mito armonicista, etc.
Respecto a lo de no optar, aunque sea dialécticamente, por una ideología política dado el carácter políticamente implantado del materialismo filosófico, parece más problemático; aunque más que por ideologías, habría que hablar por optar por políticas realmente existentes. Si en España hay dos partidos principales, hay que optar por uno de ellos, aunque sea apagógicamente, porque no cabe el escepticismo, sobre todo cuando la alternativa es consentir un partido que concede el estatuto de naciones a lo que son más que partes de España, la única nación política existente, que tiene una política de inmigración absurda, que tiene una ideología reinsercionista más acusada que la del PP, que se salta a la torera todo el derecho romano y la antropología y llama matrimonios a determinadas uniones entre homosexuales, etc. Esto no significa, por seguir con el ejemplo, solidarizarse ideológicamente con el PP plenamente; la defensa es puramente apagógica, dado que no cabe mantenerse en una epojé pirrónica. El PP está lleno de ideologías basura, como el patriotismo constitucional, el fundamentalismo democrático con su metafísica del Estado de derecho, su tolerancia, en muchos casos, a las partes más míticas y absurdas del catolicismo, etc., pero, vuelvo a repetir, como no cabe la epojé escéptica, hay que estar optando continuamente por políticas realmente existentes, en contra de otras, y no por motivos ideológicos, como muchos se han empeñado en señalar («proyectando su miseria al prójimo»), sino por motivos tan filosóficos y dialécticos como los que pueden estar detrás de la formación de teorías como la inconmensurabilidad de los géneros de materialidad.
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Mar Oct 17, 2006 11:00 am    Ttulo del mensaje: Impuestos progresivos. Responder citando

Parece que Javier Pérez Jara tiene toda la razón y yo debo ser de derechas...¡Aunque juro que no lo sabía!

De todas formas, aquellos países que hayan aplicado o apliquen el impuesto progresivo deben ser considerados...con políticas económicas ¿de “izquierdas”?

Yo Javier, no escucho la COPE, aunque no estoy cerrado a nada... Los liberales argumentan al contrario:


Los impuestos progresivos pueden ser regresivos...


<<Un ejemplo de sistema progresivo sería: alguien de renta 10.000 pagará 10.000 x 0,15= 1.500, mientras que alguien de renta 100.000, pagará 100.000 x 0,30= 30.000. En un sistema no progresivo, el segundo pagaría 15.000 (100.000 x 0,15). Es decir, en un sistema no progresivo, las personas más ricas pagan más impuestos que las más pobres en términos absolutos, pero lo mismo en términos relativos. A todos los ciudadanos se les trata por igual. (El ejemplo es indicativo, ya que el cálculo debería realizarse por tramos).>>.....&c.

Y esto, según estos liberales señores, acaba en el comunismo total, esto es, en la absoluta confiscación, y, por tanto en un sistema no recurrente respecto cuando menos de la libertad... de empresa y de capitales en y “para” una sociedad democrática.


Puede verse esto: http://revista.libertaddigital.com/articulo.php/1276231807

O esto otro en http://libros.libertaddigital.com/articulo.php/1276230341 :
LA LEY, DE BASTIAT
Impuestos progresivos, saqueo masivo
Por Gorka Echevarría Zubeldia
Hace mucho tiempo, el Estado sólo se ocupaba de defender la libertad, el derecho a la vida y la propiedad de las personas. A ese Estado se le denominaba "Estado gendarme". Pronto comenzó a buscar más recursos para crecer, y se inventó la "solidaridad" para justificar su expansión.

A partir de ahí se crearon nuevos derechos, que cubrían todos los aspectos de la vida. La sociedad tenía derechos a una vivienda digna, a la seguridad social, a una pensión…Y los impuestos crecieron y crecieron hasta convertirse en una pesadilla. ¿Será que "no hay nada tan cierto en el mundo como la muerte y los impuestos" (Franklin)?

Precisamente ahora, en plena campaña de la renta, conviene analizar si los impuestos son realmente justos. Para Bastiat, un economista francés del siglo XIX, cuando las leyes pasan de defender los derechos esenciales (vida y propiedad) a justificar el "despojo legal", esto es, quitar a unos para dar a otros, los impuestos legalizan el robo.

En un principio la redistribución se aplicaba únicamente a la asistencia social, pero pronto acabó extendiéndose el reparto de ricos a pobres a transferencias cruzadas de pobres a ricos, de ricos a ricos y de pobres a pobres.

En este sentido, como subraya Bastiat, cuando la legislación "pone la mano en la riqueza adquirida por todas las clases para aumentar la de una clase dada (…), no habrá clase alguna que no pretenda con razón poner también la mano sobre la Ley". El resultado es claro: la ley defiende la injusticia.

Habrá quien se plantee por qué es injusto que el Estado tome de unos para dárselo a otros, cuando realmente a algunos "les sobra" y todos tenemos que contribuir al "bien común". De entrada, la redistribución social se apoya en una concepción de la justicia claramente marxista: de cada quien según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades. Por eso la gente oculta progresivamente "sus capacidades", para no verse sometida al yugo de la sociedad, mientras crece el negocio de dedicarse a vivir del prójimo.

En cambio, en la concepción clásica, el leit motiv de la justicia era el suum cuique, es decir, "a cada cual lo suyo". Sin embargo, cuando el Estado, guiado por una causa aparentemente buena (por ejemplo, mejorar la situación de los más desfavorecidos), decide que los impuestos no se destinen únicamente a sufragar la policía, el ejército y la administración de justicia, sino también a financiar la cultura, la educación, las empresas, las asociaciones, la ayuda al Tercer Mundo o la investigación con células madre, etcétera, entonces, precisa Bastiat, estamos ante un claro "despojo legal".

Ante este sistema de latrocinio caben dos alternativas: o reducirlo o anularlo. Reducirlo equivaldría a decidir que sólo se puede destinar una parte de los impuestos a la beneficencia y el resto a las funciones tradicionales del Estado. Anularlo supondría permitir la verdadera solidaridad: que cada cual decidiera cómo ser generoso con los demás, sin que le obligaran a ello so pena de acabar en la cárcel.

Por supuesto, también se puede continuar con este sistema claramente injusto. Ahora bien, las consecuencias de mantener el "despojo legal" son perversas. Por un lado, la gente ve cómo se penaliza el ser emprendedor y se premia el no serlo. Por otro, hay quien se dedica a organizarse con otros para pedir partidas presupuestarias que financien su "causa". "La ley" ata la mano derecha a quienes quieren prosperar y firma cheques en blanco a quienes saben cómo reivindicar que sus necesidades son "sociales".

En definitiva, como precisa Bastiat, la cuestión estriba en si cabe "la fraternidad obligada por la ley, sin que quede destruida la libertad y hollada la justicia… por la ley".

Así que, al presentar su declaración del Impuesto sobre la Renta, piense por un momento en si puede calificarse de solidario un acto que, de no hacerse, equivale a multa o cárcel. Si sigue pensando es muy probable que llegue a la conclusión de que paga demasiado y recibe muy poco, que vive angustiado por su seguridad y que trabaja muchísimo para que le queden cuatro perras en su cuenta. Seguro que acabará por tenerle más miedo al Fisco que a la mismísima muerte.

Y, por favor, no se olvide de que, cuando muera, Hacienda le recomendará lo mismo que el recaudador de impuestos de la canción de los Beatles 'The Taxman': "Declare sus peniques, preferiblemente, sobre sus ojos".


Frédéric Bastiat, La Ley, Madrid, Alianza Editorial, 2005, 136 páginas. Prólogo de Carlos Rodríguez Braun.

En fin, que hay aquí para todos los gustos: http://www.google.es/search?q=Impuestos+progresivos&hl=es&lr=&start=10&sa=N


Y esto de Bueno –que parece muy cierto-:<“Una ley sobre el impuesto progresivo de la renta es de izquierdas, aunque no suprima a los ricos.”> no nos explica por ahora que estos impuestos van a parar eminentemente al Estado... Con lo que, por lo que parece, el ser de izquierdas coincide con el incremento del Estado, de la Nación moderna; cosa que a mi, dado lo estatalista que me he vuelto, en nada me incomoda.

En fin... que ni pretendo tener razón y el estar equivocado no me sabe nada mal..., por eso lo dejaré en esta noble derrota mía..., pero..., si no puedo o debo “compartir o discrepar de afirmaciones tuyas –de Javier- que están literalmente extraídas de libros y artículos de Gustavo Bueno”, como dices... ¿Entonces qué hacemos aquí?

Yo no es que discrepe de ti o de Bueno... Seguramente es que no lo sé hacer de otra mejor manera... Pero un Foro de debates no es para estar de acuerdo con Bueno, sino para tratar de estar en desacuerdo con él y contigo. ¡Lástima que yo no pueda o no sepa conseguirlo!

Habrán de perdonarme mi diletantismo por tratar de sacar problemas allí donde acaso no los haya. Cuando menos, si salgo derrotado, como parece que así es, la cosa se me quedará mejor gravada en mi dura mollera y eso que habré ganado.

¡Y sin embargo ha habido y hay tantos ministros de Hacienda de derechas que han aplicado los impuestos progresivos! ...Y que nunca en su vida han conocido al “Antiguo régimen” o que todo lo más que hicieron en tanto clase “burguesa” fue asacar y despegar a la Nación misma del Dios/Rey del Antiguo régimen (El mito... pág. 290). Por lo visto ahora el ser de “izquierdas” es la perennidad de la Nación y del Estado modernos a través de la perennidad del Fisco moderno y sus impuestos progresivos en tanto esta ley de los impuestos progresivos es –como dice Bueno-, porque “...puede ser considerada de izquierdas ya en el presente y al margen del ulterior curso de los acontecimientos históricos” en tanto es una ley “funcional”, que funciona y es recurrente: <“la posibilidad de aplicación de la función en determinadas franjas del curso de las variables”>. Con lo que tenemos que la aplicación de estos impuestos progresivos o de otros en determinados tiempos es un asunto de la prudencia política.

Así parece que por “izquierda” entendemos la racionalidad universalista (frente a la razón particularista) de la prosecución indefinida de la eutaxia en las unidades políticas en su marcha hacia el Imperio... ¡Estupendo! ¡¡Yo firmo eso!! Adiós.
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Javier Pérez Jara



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MensajePublicado: Mar Oct 17, 2006 12:25 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Zarpax ahora afirma no haber insinuado nunca que se sentía de derechas, cuando hay múltiples fragmentos de sus textos donde se puede extraer la consecuencia contraria:

Cita:
Y es que estoy hecho un lío, pues yo ahora me tengo por materialista y ateo y por ser un contrario radical a cualquier “izquierda”, con lo que debo ser, parece, de “derechas”


Aunque dada la ambigüedad del texto, quizá Zarpax se refiriese a que no es ni de izquierdas ni de derechas.
Por otra parte, Zarpax preguntó que si los impuestos eran de derecha o de izquierdas, y yo contesté que depende de los ortogramas que los guiasen, y por eso puse que el impuesto progresivo era de izquierda, porque su ortograma era socialista, frente al particularismo propio de las derechas (aunque también se reconozcan derechas guiadas por un universalismo, pero entonces también por principios revelados). Si Zarpax quiere, discutimos sobre la dialéctica de los impuestos; cómo los límites de éstos no pueden estar fijados a priori, o cómo los tributos ponen en cuestión la propiedad privada, y, a la vez, la garantizan, dado que sin tributos no hay Estado, y sin éste, tampoco propiedad privada (cuando los tributos no llegan al límite de la confiscación). No cabe absolutizar la propiedad privada («los impuestos son un robo»); tampoco cabe, a mi juicio, anularla, en un Estado centralista que confiscase todas las propiedades privadas. Esto se ha demostrado a lo largo de la historia que ha llevado a situaciones irracionales desde el punto de vista político y, a la larga, al colapso de dichas sociedades. Parece que los dos límites llevan a irracionalidades (teóricas o reales), y entre medio hemos de movernos, si pretendemos mantener la Eutaxia de la sociedad política de referencia:

Cita:
Si un Estado está controlado por una oligarquía nacional o multinacional, la izquierda, por su variable socialista, tendrá que orientarse en el sentido de la estatalización de las grandes empresas productoras o comerciales; si el Estado es socialista (en cuanto al control de las grandes fuentes de producción y distribución) la izquierda, por su variable racionalista, y en determinadas circunstancias (en las cuales la socialización burocrática haya conducido a situaciones «irracionales») podrá defender la privatización en algún sentido, precisamente para devolver la posibilidad de que actúen otros mecanismos de la razón dialéctica. (Gustavo Bueno, «La ética desde la Izquierda» -cursivas mías-)


Por mi parte, la certera tesis de Zarpax de que políticos de derecha también han defendido el impuesto progresivo no demuestra más que la ecualización entre partidos de izquierda y de derecha en las democracias realmente existentes de nuestros días, sostenidas por el mercado pletórico, esto es, por el capitalismo.

Así mismo, lo de que Zarpax extrae buena parte de sus argumentos no del materialismo filosófico, sino de la metafísica ideológica de los liberales, lo muestra él mismo poniendo textos de libertaddigital, etc., donde se mantienen las clásicas tesis de que los impuestos acaban siendo un robo, que hay impuestos injustos, etc., como si, repito, hubiese propiedad privada al margen del Estado o Justicia (¿de qué Justicia hablan estos señores, del derecho natural? ¿Quizá del derecho divino?). Todo esto no es más que una ideología metafísica para legitimar los intereses de los grandes accionistas de las empresas privadas, que no quieren renunciar a una buena parte de sus ganancias e ingresos, esto es, que quieren hacerse aun más ricos y no pagar nada al Estado del que sin embargo se benefician.
Esta ideología lleva a situaciones claramente particularistas: el Estado debe orientar sus ortogramas solamente para beneficiar a los grandes empresarios. ¿Dónde se encuentra este deber ser? Simplemente piden el principio y disfrazan su ideología con tesis metafísicas excelsas como la Libertad, la Justicia, el Orden, etc. ¿Pero qué es esto? Y esto sin contar con que estos individuos están a favor del libre arbitrio, o del individualismo. Esta ideología es una basura, y lo más curioso es que la suelen mantener muchos funcionarios (aunque no sea el caso de Zarpax); si estuviesen en una empresa privada sin sueldo mínimo, sin máximo de horas laborales, sin posibilidad de contrato fijo, sin seguridad social, con un sueldo ridículo casi de subsistencia, etc., ya veríamos si sostenían esta ideología de la Libertad, la Justicia, etc., etc. Y esto sin contar con que estos ideólogos, que no dejan de ver «irracionalidades» e «injusticias» en los ortogramas de inspiración socialista, luego curiosamente no ven irracionales cosas como la Bolsa, en el que la gente pierde o gana dinero de un modo prácticamente aleatorio, movido por las leyes del azar, y no por procesos racionales que quepa atribuir a la responsabilidad de los sujetos operatorios.
Otra cosa que no entiendo del todo bien es cómo Zarpax parece, a la vez, simpatizar con el liberalismo, que defiende un Estado mínimo (y, a veces, en el límite, la propia desaparición del Estado, al anarquismo donde todo está controlado por empresas privadas, una vez que los tributos se han anulado completamente), y, al mismo tiempo, declararse profundamenta estatalista, lo que obviamente contradice al Estado mínimo defendido por los liberales. ¿Quizá se refiere a que el Estado debe ser mínimo en materia económica y máximo en otros aspectos de la vida social o política? ¿Y cómo puede un Estado mínimo en materia económica no ser un Estado débil y sin fuerza, dado que no consigue el suficiente dinero a través de los tributos? Esto parece un misterio.
Por último, dejo aquí algunos textos de materialismo filosófico, para que Zarpax los coteje con su muestario de textos liberales:

Cita:
La degeneración gnóstica del capitalismo podría también ejemplificarse analizando ciertas instituciones suyas que, aunque irrenunciables, acaso pueden considerarse como irracionales (en consecuencia, como habiendo perdido todo contacto con los procesos entre los cuales se mueve el materialismo racionalista), a saber, por ejemplo, las instituciones que se acogen a las leyes del azar –los juegos de azar, la lotería, la bolsa, por cuanto las leyes estadísticas por las que se regulan sus transacciones no suprimen la aleatoriedad de las decisiones del inversionista–. Estas instituciones segregan grupos o elites capaces de conquistar posiciones en la escala social no ya por el «esfuerzo racional» propio de los grandes empresarios (que a su vez están, sin duda, determinados u orientados por las redes sociales familiares y de las clases a las que pertenecen dentro de una sociedad política determinada: no es lo mismo pertenecer a la clase social proletaria en Francia, en Alemania, en España, en la Unión Soviética o en Afganistán; el «proletariado universal» es una clase puramente teórica que el Diamat interpretó como clase histórica real, y éste fue su catastrófico error), sino como resultantes de las leyes de azar. Resultados que aquí no corresponde condenar como «injustos» (desde la perspectiva de un socialismo igualitarista) sino por su probabilidad de conducir a la formación de grupos gnósticos que se acogen con facilidad a las ideologías de un darvinismo social que legitima y ensalza a los «triunfadores» por el simple hecho de haber triunfado, es decir, por el simple hecho de haber sido «elegidos» por el destino. (Gustavo Bueno, «Notas sobre la socialización y el socialismo» http://www.nodulo.org/ec/2006/n054p02.htm)


Cita:
«Una y otra vez comprobamos cómo un crecimiento económico acelerado en una economía de mercado libre determina un enriquecimiento asombroso de grupos de privilegiados (entre ellos algún reciente llegado de las filas de las clases pobres) y un empobrecimiento vergonzoso de capas muy amplias de la población; son lanzadas a la miseria muchas personas, obligadas a dormir en las calles de las grandes ciudades: el aumento del bienestar, felicidad (en el sentido tradicional político) o riqueza común va aquí unido a la agudización de la desigualdad entre los ciudadanos, a la injusticia. [...].»
«Cuando el Estado estimula, por ejemplo, el crecimiento económico, favoreciendo las inversiones privadas a fin de lograr incrementos importantes de la riqueza nacional debe saber que dará lugar también a una agudización de las desigualdades, de la injusticia social y que en vano intentará, como Estado benefactor o de bienestar (Welfare State), atenuar estas desigualdades y disimularlas mediante subsidios a los desempleados, porque estos subsidios no tendrán fuerza para corregir la marginación que el propio subsidio determina [...]»
«En cualquier caso parece enteramente gratuito considerar [el] incremento del «gasto público» –y en particular, el incremento del «gasto de replicación»– como un proceso intrínsecamente degenerativo (distáxico) de la sociedad política, o del Estado. Tales consideraciones suelen estar formuladas en nombre de un deber ser puramente ideológico, la ideología del Estado liberal (el Estado «guardián de noche» de las empresas privadas capitalistas) y la del Estado subsidiario de las «democracias cristianas». ¿En nombre de qué principios el Estado debe ser sólo subsidiario, debe ser sólo guardián de noche? Bajo el pabellón del deber ser se esconden los intereses de empresas nacionales o multinacionales, o de organizaciones religiosas, también multinacionales.» (Gustavo Bueno, Primer ensayo sobre las categorías de las 'ciencias políticas', págs. 209, 219-220, 311.)
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Javier Pérez Jara



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MensajePublicado: Mar Oct 17, 2006 6:23 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Confieso que no sé bien a qué se refiere José Manuel cuando habla de una cuestión ideológico-política. ¿Es una cuestión ideológico-política la defensa por parte del materialismo filosófico de la Nación española? Si rechazamos el adjetivo ideológico, por su connotación peyorativa, y hablamos de cuestión filosófico-política, entonces no veo cuál es el problema de decir que es una cuestión filosófico-política (de filosofía política) señalar que el materialismo filosófico es incompatible con el Antiguo régimen, como lo es de aquellas sociedades que fundamentan su legitimidad en principios revelados. Yo nunca he identificado el materialismo filosófico con ninguna izquierda definida, sino antes bien, he defendido su necesario distanciamiento, dado que las izquierdas definidas, tanto como las ideologías que las sostienen, están llenas de mitos monistas y armonistas que el materialismo filosófico no puede aceptar, sin perjuicio de lo cual este sistema puede estar de acuerdo con determinados contenidos doctrinales de alguna de estas corrientes. Habrá que analizarlo en cada caso y no dictaminar leyes a priori.
Tampoco entiendo del todo por qué José Manuel no parece estar de acuerdo con que los ortogramas particularistas se definan por su orientación a fortalecer a una clase o grupo social, en «detrimento» del resto (en tanto no gozarán de las ventajas que conceden los ortogramas particularistas para la elite). Que en una sociedad haya varias clases sociales con relaciones asimétricas, y que la dominante obtenga ventajas de los ortogramas particularistas, frente, y en perjuicio del resto de la sociedad, no implica que dicha sociedad sea inestable, porque eso sería tanto como decir que las sociedades no socialistas están condenadas al fracaso, cuando la historia obviamente desmiente esto, y sociedades clasistas, a veces con condiciones de explotación o sometimiento vergonzosas, han sido bien numerosas, y sin embargo han durado mucho tiempo (contando siempre, claro está, que toda sociedad política es contingente, y que tarde o temprano desaparecerá).


Cita:
La derecha, a diferencia de la izquierda vendría determinada, sobre todo, por el particularismo (elitista, mesiánico, racista), consistente en que un grupo, o una nación, o una iglesia, se considere como depositaria de las facultades superiores de la Humanidad que, desde su punto de vista, han de cifrarse en facultades de índole praeterracional (revelación, fe, intuición salvadora). La derecha, sin embargo, no sólo se define por ese particularismo, sino por la tendencia «metodológica» a mantenerlo de algún modo como procedimiento prudente para lograr una selección social (lo que no excluye que pueda incorporar muchas de las reivindicaciones, en un momento dado, comunes a las de la izquierda). En el supuesto del socialismo religioso o místico es evidente que nos situamos cerca de una corriente comunalista que tampoco puede considerarse de izquierdas, en el sentido dicho. (Gustavo Bueno, «La ética desde la izquierda»)


Cita:
Por su componente particularista las derechas se autoconcebirán principalmente como alternativas políticas orientadas al fortalecimiento de un grupo, raza, pueblo o clase social (sin que sea por ello necesario que la derecha haya de considerar a los demás grupos razas o pueblos como 'cantidades despreciables'). (Gustavo Bueno, «En torno al concepto de “izquierda política”»)


Cita:
Ante todo, el socialismo genérico (tanto en el sentido histórico, como en el teórico) se delimita frente al subjetivismo individualista y, después, frente al subjetivismo de grupo (de un «grupo subjetivista», en la medida en que tienda a retraerse, encerrarse o enrocarse en sus propios contornos). Si englobamos ambos tipos de subjetivismo en un solo concepto podríamos hablar de particularismo. Y entenderíamos aquí como particularismo (en cuanto posición más teórica o emic, que histórica etic) a cualquier pretensión de erigir una parte de la sociedad humana (de cada sociedad distributivamente tomada, o de la sociedad universal en sentido atributivo, cuando a este sentido pueda corresponderle un correlato histórico y no sólo teórico) en representación única de lo humano, en general, con segregación (histórica o teórica) de todas las demás «pretendidas partes». (Gustavo Bueno, «Notas sobre la socialización y el socialismo», http://www.nodulo.org/ec/2006/n054p02.htm)



Los ortogramas liberales son particularistas (o tienen una «degeneración particularista», si se quiere, dado que también tienen una dimensión «universalista» en principio), por ejemplo, no porque no cuenten con la clase trabajadora, sino porque dichos ortogramas están orientados a beneficiar únicamente a los ricos, definidos generalmente por su posesión de los medios de producción. Fortalecen a la clase de los ricos en detrimento de la clase trabajadora, que se verá sometida a condiciones de explotación a veces vergonzosa (salario ridículo, sin posibilidad de costearse seguros médicos decentes, lo mismo con la educación para sus hijos, etc., sin máximo número de horas laborales, sin paro, sin jubilación, etc.).
En el Antiguo régimen, el particularismo, vertebrado por la sociedad de estamentos, etc., estaba, como señala José Manuel, constituido por una racionalidad política anatómica (una racionalidad político-operatoria que, a su vez, descansaba sobre principios «irracionales», esto es, revelados: y por eso el gnosticismo esotérico es constitutivo del Antiguo Régimen y no meramente contingente); para acabar con este particularismo era necesario que el Estado llevase a cabo una racionalización por holización que destruyese las partes anatómicas constituyentes del Antiguo Régimen (los tres estados, el trono, el altar…) llegando a los individuos como átomos sociales, operando con ellos de tal manera que no formasen parte de estamentos, o demás partes anatómicas del Antiguo Régimen, en la configuración política resultante, precisamente porque dichas partes anatómicas han sido trituradas, para constituir una nueva forma de sociedad política, en el proceso de holización característico del racionalismo de la izquierda en su sentido positivo, (ya que en el sentido negativo, racionalismo es como hemos señalado antignosticismo, asebeia). Aunque, como también ha indicado numerosas veces Gustavo Bueno en El mito de la izquierda, el Panfleto contra la democracia realmente existente, etc., siguiendo a Marx, la destrucción del Antiguo Régimen dio lugar, a través del capitalismo, a situaciones de explotación y particularismo si cabe más intensas que las dadas en el Antiguo Régimen.
Por otra parte, yo no niego que la apropiación de determinados medios de producción a cargo del Estado venezolano o boliviano no tenga o pueda tener una racionalidad política, de cuño socialista y eutáxica para ellos, frente al liberalismo económico. Pero de reconocer esto a postular la conveniencia de una solidaridad de España con Evo Morales o Hugo Chávez me parece que va un salto mortal. El propio Gustavo Bueno ha dicho que Evo Morales es un impresentable ridículo, que «disfrazado de tintín» (sic), se solidarizaba con las revelaciones particulares más repugnantes y estúpidas del indigenismo, y esto no es ninguna «cantidad despreciable» que quepa ningunear, o ocultar bajo las medidas socialistas de apropiación de medios de producción por parte del Estado. Por otra parte, que la apropiación de los medios de producción del petróleo, por ejemplo, pueda ser beneficiosa para Venezuela, o para Bolivia, no significa que lo sea para España (primer interés político a defender, dado que es la Nación española el contexto donde está implantado el materialismo filosófico), a menos, claro está, que se esté en un Monismo de la Armonía, donde se piense que cualquier medida socialista que beneficie a un Estado hispanohablante beneficiará a los restantes.
Por supuesto, tampoco pienso que sea siempre bueno que el Estado se apropie de todos los medios de producción de su territorio; ese ortograma comunista ha estado guiado por un claro armonicismo que ha llevado al colapso de las sociedades comunistas. China, por ejemplo, antes del «giro de timón» de Den XiaoPing («un País, dos sistemas») iba directa al derrumbe. Y hay que analizar las causas de esto; no cabe identificarlas con motivos contingentes, como no fue contingente el motivo del derrumbe de la Unión Soviética, pese a sus incuestionables logros como Imperio generador (aunque los cuestionen los fundamentalistas del capitalismo). A veces lo racional será la apropiación de determinados medios de producción a cargo del Estado; a veces, será la privatización. Dudo que se puedan crear leyes fijas a priori, ignorando los ritmos de los sujetos operatorios, y los contextos en que viven, y en ese sentido, en mi anterior mensaje rescaté este texto de Gustavo Bueno que vuelvo a copiar:

Cita:
Si un Estado está controlado por una oligarquía nacional o multinacional, la izquierda, por su variable socialista, tendrá que orientarse en el sentido de la socialización, a manos del Estado, de las grandes empresas productoras o comerciales; si el Estado es socialista (en cuanto al control de las grandes fuentes de producción y distribución) la izquierda, por su variable racionalista, y en determinadas circunstancias (en las cuales la socialización burocrática haya conducido a situaciones «irracionales») podrá defender la privatización en algún sentido, precisamente para devolver la posibilidad de que actúen otros mecanismos de la razón dialéctica. (Gustavo Bueno, «La ética desde la Izquierda»)


Y como ya repetí, entre los límites de la sociedad liberal con confiscación y tributación nula (un límite que es como sabemos ideal, pues sin Estado no hay economía: no hay acuñación de monedas, no hay propiedad privada, no hay fronteras, etc.) y el Estado de intención totalitaria donde «todo se haya confiscado», habremos de movernos, buscando las soluciones que, estando en contra del particularismo (y por tanto enfrentándonos en este punto a los liberales que quieren un Estado mínimo), no caigan en medidas distáxicas, como fue la concesión del pleno empleo en países de economía socialista en el sentido económico-político. Por lo que a mí respecta, pienso que el Estado totalitario también es un límite ideal, como defiende Bueno en el Primer ensayo sobre las categorías de las ciencias políticas, porque el Estado no puede ser, como ha dicho Felipe alguna vez, Dios padre; no puede controlar toda la vida cultural y social. Eso a lo sumo será un mero ortograma, pero nunca una realidad efectiva, y desde luego no está claro que ese ortograma haya de ser, a priori, beneficioso, sobre todo cuando los dirigentes del Estado en cuestión estén guiados por ideologías metafísicas.
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Felipe Giménez Pérez



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MensajePublicado: Mar Oct 17, 2006 8:21 pm    Ttulo del mensaje: Racionalismo Responder citando

Estimados contertulios: Materialista será el que propugne una política económica racional y eutáxica al servicio del Estado. Materialista será el que crea en el mercado capitalista de bienes y servicios, mercado pletórico de la sociedad capitalista del bienestar. Libertad económica, libertad política, mercado libre capitalista, propiedad privada. Estos son los elementos necesarios para que la sociedad política no caiga en el caos y en la miseria. Por aquí se camina hacia la eutaxia. Izquierda/derecha. Esta distinción ha perdido su sentido y su vigencia histórica. Hablemos de políticas eutáxicas y distáxicas o racionales e irracionales. Materialista es toda política que fortalezca a España como´nación e irracionalista la que disuelva España. Lo demás no me interesa. Una política nacionalista española que ponga la Nación Española por encima de cualquier otra consideración será lo más razonable. Lo más útil para el pueblo. ¿Es eso de izquierdas o de derechas? Absurdo. Por eso al final, el socialismo es socialismo nacional. Si toda sociedad es socialista de alguna manera, porque el individualismo es falso, entonces el fascismo es lo más razonable porque no se engaña en esas consideraciones liberales. Tampoco cree en la tontería del proletariado internacional. El ámbito de solidaridad es la Nación. Eso es una afirmación importante. Atentamente,
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Javier Pérez Jara



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MensajePublicado: Mie Oct 18, 2006 6:50 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

El extracto de entrevista a Gustavo Bueno que cita José Manuel me recuerda a la conocida entrevista que le hizo Julia Otero a Gustavo Bueno en la televisión, y que aquí transcribo por si a alguien no la ha visto:

Cita:
[Entrevista de Julia Otero a Gustavo Bueno en el programa de la 1º cadena «Un paseo por el tiempo»]

Julia Otero: Profesor Bueno, ¿qué significa –en quince segundos– qué significa hoy, aquí, en España, ser de izquierdas?
Gustavo Bueno: No ser de derechas.
Julia Otero: ¿Y qué significa ser de derechas?
Gustavo Bueno: Ser de derechas es… significa principalmente creer, entre otras cosas, que hay unas personas que por razones… no se sabe qué… pues tienen unos derechos sobre otros, verdad, cuando no los tienen; que tienen unos privilegios que no han demostrado que lo sean
Julia Otero: O sea, usted es de izquierdas, vaya
Gustavo Bueno: Sí, sí, desde luego.




Aquí, a mi juicio, dice explícitamente Gustavo Bueno que el materialismo filosófico es incompatible con la derecha, aunque, obviamente, dado el carácter de la entrevista, no pueda responder con más amplitud, simplemente cita el absurdo del particularismo fundamentado en principios irracionales.
José Manuel en su último mensaje escribió:

Cita:
En todo caso el materialismo filosófico defenderá una serie de coordenadas políticas (holización de la sociedad política, Economía Política estatal, lucha de estados, etc.) que podremos encontrar ejercitados en determinadas corrientes políticas de las formas más diversas. Pero eso no significa que el materialismo filosófico sea incompatible con la Derecha política, sencillamente porque lo que será incompatible es la revelación agustiniana o el superhombre nietzscheano con el materialismo filosófico, en base precisamente a su concepción de la Idea funcional de Izquierda.



Evidentemente, que el materialismo filosófico sea incompatible con la Derecha no se desprende de lo que dice José Manuel, sino de la argumentación que he repetido ya unas cuantas de veces, y que en el texto de José Manuel queda, por así decirlo, completamente oculta. No obstante, José Manuel en otros mensajes ha declarado estar de acuerdo con mi argumentación sobre la incompatibilidad del materialismo filosófico con la derecha, por lo que no sé qué quiere decir esto ahora. Pero repito: el materialismo filosófico es incompatible con la Idea Derecha, y con las corrientes políticas sustentadas en este idea (algunas de las cuales se autodenominarán gratuitamente de izquierdas, como las políticas indigenistas o el movimiento asesino de ETA) porque ésta está vertebrada por notas constitutivas como el gnosticismo esotérico o el particularismo que son inadmisibles desde el racionalismo materialista. Vuelvo a repetir que quien esté en contra de esto, que argumente dialécticamente, pero que no cambie de tema u oculte mi argumentación.

Como ya dije también en mensajes anteriores, y argumentado contra el liberalismo y su defensa del Estado mínimo, pienso que la socialización de medios de producción fundamentales a manos del Estado constituye una condición prácticamente necesaria para configurar Estados fuertes; la confiscación de determinados medios de producción para que recursos fundamentales (como el petróleo, el gas, la electricidad, etc.) sean manejados por el Estado y no por una entidad extranjera o independiente en mayor o menor grado del Estado, así como una adecuada política de tributación orientada por ortogramas no particularistas (esto es, tributos mínimos para los ricos, con lo que se beneficia a los ricos sobre el resto de la sociedad) son notas necesarias para constituir Estados sólidos, porque para que un Estado sea fuerte, por lo pronto, y aunque sea obvio decirlo, necesita dinero (aunque también debemos ser conscientes de que tales medidas socialistas pueden provocar la enemistad de Estados vecinos con los que se mantenían «relaciones amistosas», necesarias para el funcionamiento de la economía nacional: y aquí hay que mirar continuamente por la prudencia política). Por tanto, y como también señalé, la apropiación a cargo del Estado venezolano o boliviano de medios de producción relacionados con el petróleo puede resultar una medida eutáxica y socialista para ellos; aunque ni siquiera a mi juicio puede decirse que sea eutáxica a priori, porque también podría argumentarse que con dicha nacionalización lo que se consigue es desviar la inversión extranjera a otros países donde el control gubernamental es menos férreo («¿qué multinacional se expandiría por un País en el que corre el riesgo de que sus medios de producción sean apropiados por éste?» Podrían preguntar algunos), lo que, muy probablemente, perjudicaría al Estado boliviano, por ejemplo, y a la economía nacional, sobre todo cuando, hoy por hoy, «es el capitalismo lo que funciona» (y esto no es una defensa del liberalismo, sino simplemente la patentización de una cuestión de hecho). Lo que yo señalé es que no cabe ocultar, o ningunear que tales políticas no puedan perjudicar al Estado español (primer interés político a defender: y «primer» aquí no significa «único», como parecen atribuirme algunos), porque como sabemos podría argumentarse que tal socialización de los medios de producción a cargo del Estado perjudica a Repsol YPF, que es una empresa española con capital español y con miles de trabajadores españoles. Admitamos ad hominem que esto fuese perjudicial para España: ¿deben incluso tolerarse perjuicios para España, en un afán de altruismo, todo sea para que se fortalezca la comunidad hispánica, guiada en el futuro, según muchos, bajo la bandera de una séptima izquierda a su vez «tutelada» bajo los auspicios del materialismo filosófico? En el presente, no puede obviarse la dialéctica entre Estados hispanoamericanos; la carencia de unidad política (países liberales como Perú frente a países de inspiración socialista como Venezuela, Bolivia o Cuba); la carencia de una filosofía política fuerte y coherente (antes bien, toda Hispanoamérica está anegada de ideologías basura: antiespañolismo, indigenismo, marxismo dogmático, teología de la liberación, fundamentalismo democrático…) así como que hay Estados, como Cuba, que deben declararse como explícitos enemigos de España, toda vez que han apoyado a ETA.

Cita:
Sabemos que la perspectiva emic de ETA fue reconocida ampliamente, «comprendida», incluso apoyada, por otros Estados democráticos europeos (Bélgica, por ejemplo), americanos (Cuba, por ejemplo), africanos o islámicos. A todos estos Estados, decimos por nuestra cuenta, España tendría que considerarlos como enemigos suyos. (Gustavo Bueno, «El debate democrático sobre el “proceso” (de pacificación del País Vasco)» http://www.nodulo.org/ec/2006/n052p02.htm).



También tengo que señalar que en mi anterior mensaje hablé del comunismo como el ortograma fundamental de apropiación a cargo del Estado de todos los medios de producción de su territorio, no de los que gestionan recursos más importantes; es evidente que los países desarrollados han socializado sus medios de producción más importantes (referidos al gas, a la electricidad, etc.), pero ello no contradice a las empresas privadas y a la economía capitalista, siempre que la socialización se mantenga dentro de unos márgenes dictados por la propia dialéctica de la prudencia política y económica. No pretenda José Manuel decir que yo he llamado comunismo a la apropiación, por parte del Estado, de algunos medios de producción, porque evidentemente no he defendido tal cosa; todos los países capitalistas se han apropiado, en mayor o menor medida, de determinados medios de producción: el comunismo sería el límite de esta apropiación o confiscación, que haría desaparecer a las empresas privadas, y, teóricamente, a las clases sociales, dado que al desaparecer las empresas privadas (apropiadas, y por tanto «socializadas» por el Estado), también desaparece la «elite de ricos» que poseían esos medios de producción y que acumulaban las plusvalías producidas por las fuerzas de trabajo, situación que generaba pauperismo en el capitalismo. Lo que también señalé es que estos ortogramas comunistas, guiados por un monismo armonicista, han llevado al colapso de las sociedades políticas que los han ejercitado. Estas sociedades «no le han dado la vuelta a Marx», como sí ha hecho el materialismo filosófico, pero tampoco se la dan los políticos hispanoamericanos de orientación comunista de nuestros días, por lo que, aunque pudiesen cumplir sus pretensiones, no se sabe por qué las sociedades comunistas configuradas no desembocarían en un colapso distáxico o en una situación de pauperismo aún mayor que la que se supone querían combatir. Y si no es el comunismo lo que proponen los países hispanoamericanos autodenominados socialistas ¿qué es exactamente lo que proponen ante el liberalismo capitalista?

Por mi parte, y como en mi artículo del Catoblepas (http://www.nodulo.org/ec/2006/n054p01.htm), también sostengo aquí mis recelos a la creencia de la formación de una 7º generación de izquierda en Hispanoamérica a corto plazo (aunque dicho Continente sea una plataforma virtual innegable en la que se pudiese formar una nueva generación de izquierda, debido a su escala continental y a su idioma común, el español), y ello porque, si atendemos a las dos notas constitutivas de la izquierda fundamentales, a saber, el racionalismo y el socialismo, veremos que tales notas están continuamente siendo obstruidas (o si se quiere «ahogadas») por las ideologías que generalmente vertebran los enemigos del liberalismo en Hispanoamérica que se declaran de «izquierda» (como si tuvieran una teoría de la izquierda minimamente coherente, que fuese capaz de dar más de dos pasos). El indigenismo, por ejemplo, es una negación categórica tanto del racionalismo (sobre todo en su sentido negativo de «antignosticismo esotérico») como del socialismo (políticas orientadas particularistamente a los indígenas).

Cita:
El gnosticismo de grupo –cuando rechaza a los demás grupos como insignificantes para sus intereses filosóficos– sigue oponiéndose al socialismo en su sentido genérico; sigue siendo un particularismo. Por ejemplo, el particularismo fideísta de quienes han defendido, como Escoto Eriúgena o San Pedro Damián, que sólo a través de la fe cristiana revelada a la Iglesia es posible la filosofía; o el particularismo de quienes apelan a la sabiduría de ciertos pueblos indígenas –mayas, aymaras...– para fundar una verdadera «filosofía de la liberación». (Gustavo Bueno, «Notas sobre la socialización y el socialismo»))


Como señala José Manuel, siempre encontraremos, desde el materialismo filosófico, reparos a una determinada ideología política, pero los «reparos» pueden ser, obviamente, de diversos alcances; por mi parte, creo que no cabe equiparar, dentro de la propia «basura ideológica» el indigenismo con el fundamentalismo democrático, por ejemplo. El indigenismo es mucho peor; es inadmisible en todos sus puntos, y él no sólo constituye un obstáculo para la formación de una izquierda definida sólida y racional (sobre todo cuando es defendido por la mayoría de los partidos autodenominados de izquierda de Hispanoamérica), sino, antes bien, ejercita la Derecha completamente, como explícitamente señaló Gustavo Bueno en el congreso de Gijón de este año. Incluso diría más: el liberalismo capitalista me parece una ideología «menos criticable» desde el materialismo filosófico que el indigenismo; y por tanto, el liberalismo, comparado con el indigenismo, me parece, si se quiere, más cercano a la Izquierda por su universalismo que no tiene por qué apoyarse en ningún principio revelado.

Cita:
¿Y cómo refutar la dimensión universalista procesual recurrente del capitalismo moderno de la Revolución científica-industrial, del comercio internacional? Desde nuestro punto de vista, el capitalismo se nos revela también como un socialismo genérico, es decir, como un gigantesco proyecto de socialización de las sociedades feudales del Antiguo Régimen a las que llegó a destruir.

El capitalismo logró establecer el contacto social entre los pueblos más diversos y alejados, universalizando el mercado, socializando el comercio y universalizando los idiomas y la democracia. (Gustavo Bueno, «Notas sobre la socialización y el socialismo», http://www.nodulo.org/ec/2006/n054p02.htm)


Y esto, claro está, sin olvidar las degeneraciones particularistas en que incurre el capitalismo, pero señalando que el indigenismo no es que acabe en degeneraciones particularistas; es que es desde sus comienzos una aberración particularista e irracional. Por supuesto, de todo esto, que no extraiga nadie la conclusión sofística de que yo defiendo el liberalismo; simplemente digo que el capitalismo y su ideología, pese a todas sus irracionalidades, comparativamente es bastante menos absurdo que el indigenismo, aunque no sea más que por su dimensión universalista y porque, realmente, la economía de libre mercado funciona sin que con ello se quiera decir que debamos estar orgullosos de ella (¿cómo estar orgullosos de un sistema que crea explotación laboral, consolidación de grupos gnósticos de grandes empresarios que se creen superiores al resto de la sociedad, etc.?), sino sólo constatar simple y llanamente que sus alternativas han fracaso, y además que no lo han hecho por motivos contingentes, sino implícitos en sus propios ortogramas políticos. Y no sé, francamente, hasta qué punto Hugo Chávez o Evo Morales son conscientes de esto.

Dicho todo esto, añado que no estoy, en modo alguno, en contra de las tesis de España frente a Europa –como quizá pudiera objetarme alguien– dado el peligro de que España se disuelva en la «Europa de los pueblos» (como se ve hoy día en los estatutos que saltan de la comunidad autónoma en cuestión a Europa «saltándose a la torera» a España: de hecho sin si quiera nombrarla). Lo que yo quiero señalar son todas las dificultades, problemas y contradicciones que hay en Hispanoamérica, sobre todo cuando de ella se espera la formación de una 7º generación de izquierda guiada bajo los auspicios del materialismo filosófico, o cuando se sostiene que en Hispanoamérica hay más unidad política de la que en realidad hay, ocultando las diferencias y luchas irreconciliables entre países liberales y países socialistas, por ejemplo. Si señalar esto es confuso, más confuso me parece a mí ocultar todas estas dificultades y contradicciones bajo la esperanza de que vayan siendo paulatinamente superadas en el futuro.
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