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Hugo Chavez y otros indigenistas en el Día de la Hispanidad

 
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J.M. Rodríguez Pardo



Registrado: 10 Oct 2003
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MensajePublicado: Mie Oct 12, 2005 3:50 pm    Ttulo del mensaje: Hugo Chavez y otros indigenistas en el Día de la Hispanidad Responder citando

Estimados amigos:

Como es bien sabido, hoy 12 de Octubre, Día de la Hispanidad, Hugo Chavez estará presente en España, celebrando esta importante efeméride. Quién lo diría, sabiendo que ese día fue propuesto en Venezuela por el propio Chavez como Día de la resistencia indígena [sic] y se consiente hasta que arrasen la estatua de Colón en Caracas, como el año anterior. Sin embargo, esta vez el indigenista Chavez ha sido atraído por Zapatero para celebrar, junto a las tropas venezolanas y del resto de países hispanos, salvo Cuba, el famoso desfile de la Hispanidad. Que el presidente venezolano haya cambiado tan radicalmente demuestra el poder de convocatoria que tiene esta fecha (al margen de la ambigüedad calculada del chavismo para dar contento a quienes defienden un cierto indigenismo en su país), y demuestra que la Hispanidad es algo más que una fecha, del mismo modo que el cargo de Rey de España es algo más que una simple institución. Es más, la presencia de Hugo Chávez no ha provocado iras en muchos detractores de esta fecha, como la publicación Rebelión, conocida de todos, que prefiere mirar para otro lado y no comentar nada. Salvo un breve artículo del inefable intelectual Eduardo Galeano, contando los mitos de siempre, nada tienen que comentar sobre el Día de la Hispanidad. Dada la visita de Chávez, prefieren ignorar esta circunstancia, como si no estuviera sucediendo.

De hecho, la reivindicación de la Virgen del Pilar como patrona de la Hispanidad logra tanto, que en un país también bastante corrompido por el mito indigenista como Paraguay, logra que los habitantes de un pueblo llamado Pilar en honor de la virgen, celebren la Hispanidad en la forma de la celebración de la fundación de su ciudad, al tiempo que miran al futuro con optimismo. La noticia del diario paraguayo ABC no deja de tener su interés y nos muestra la potencia de la Hispanidad.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.


Cita:
CAPITAL DEL ÑEEMBUCU CUMPLE HOY 228 AÑOS

Pilar festeja aniversario y honra a su protectora

PILAR (Clide Noemí Martínez, corresponsal). Pilar celebra hoy 226 años y honra a su santa patrona, la Virgen del Pilar, con expectativas de progreso. La ciudad fundada el 12 de octubre de 1779 por don Pedro Mello de Portugal y Villena proyecta su futuro contemplando la construcción de un puerto de aguas profundas y un puente internacional multimodal en la región compartida con las provincias del nordeste argentino.

Su estratégica posición geográfica, inexplotada anteriormente por la política de aislamiento al Ñeembucú, hoy surge como el mayor trampolín para su desarrollo. Entre las actividades programadas en el marco de los festejos del nuevo aniversario se destaca la reunión de negocios Chaco argentino-Paraguay organizada por la comuna local. La posibilidad de un acuerdo para la venta del cemento nacional a granel o sin triturar (clínker) y su distribución en el nordeste argentino surgen como una de las posibilidades más trascendentales de integración comercial del Paraguay con el nordeste argentino. Esta alternativa es desarrollada por la Gobernación del Chaco argentino y las autoridades de la Industria Nacional del Cemento del Paraguay. La posibilidad de esta complementación en la región fue planteada por la intendencia municipal en la reciente reunión de autoridades de la región realizada en Isla del Cerrito (Chaco argentino) y fue recibida con interés por el mismo gobernador de la provincia Roy Nikish, considerando la calidad y el costo del producto paraguayo. La compra de clínker permitirá a la vecina provincia incorporar mano de obra a través del procesamiento y distribución del cemento y abaratar considerablemente el costo de este material que es utilizado masivamente en las obras que realiza la Gobernación del Chaco. Para la INC, la venta de clínker ampliaría sus posibilidades de crecimiento, abriendo un nuevo mercado para el producto nacional. Igualmente se planteará la posibilidad de la venta conjunta de carne seca y maíz molido al mercado de Angola (Africa).
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Enrique S. Ward Suárez



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MensajePublicado: Jue Oct 13, 2005 3:41 pm    Ttulo del mensaje: América por un americano Responder citando

Hola.

Me interesaría que Rodríguez Pardo pudiera especificar lo que entiende por "mito indigenista". Porque si bien es cierto que muchos se dejan llevar por la falaz idea del genocidio español (como si los incas no hubieran maltratado y subyugado a los pueblos que conquistaban), algo que está más cerca de una visión política que histórica del pasado, que los indígenas luchen por no ser arrastrados de sus reservas o por conservar sus lenguas y sus costumbres no tiene nada de mitológico. Por lo menos acá en Argentina los indígenas son de carne y hueso.
Anoche, casualmente, me enteraba mirando por televisión que por vez primera egresará de los estudios secundarios una indígena toba en la Pcia de Buenos Aires. Cuando le preguntaban qué representaba para ella y los suyos el 12 de Octubre, refirió que ellos no pueden celebrar nada más que el 11 de octubre, "última fecha de la libertad indígena". Aquí, la historigrafía ya no prefiere hablar del "descubrimiento" de América, sino del "encuentro". Esta misma niña también refirió que más que un encuentro se trató de un choque: "El encuentro supone compartir, una cierta camaradería, y eso no fue lo que pasó."
Los españoles no maltrataron a los indígenas por ser genocidas (¡Qué va si se quiere ser anacrónico!), sino porque el maltrato a los conquistados es costumbre vieja y universal. Las civilaciones precolombinas también cometían "genocidios"; negar esto es lo que me parece una burrada. Pero ahora bien, expresar que se cae en un mito al decir que los indígenas tienen el derecho de ser reconocidos, me parece una burrada al cuadrado.
Por ello agradecería a Pardo fuera un poco más explícito, dado que corro el riesgo de haberlo malinterpretado.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Dom Nov 06, 2005 5:41 pm    Ttulo del mensaje: Indígenas en el siglo XXI Responder citando

Estimados amigos:

Aunque este tema ya tiene cierto tiempo, me gustaría precisar mis posiciones al respecto. Señala Enrique Ward que los indígenas luchan por ser reconocidos, y que eso no tiene nada de mitológico. Pero yo pregunto: ¿qué tipo de reconocimiento quieren los indígenas? Lo que necesitan los indios, así como cualquier otro habitante de una república iberoamericana, es ser un ciudadano más, no el recibir un trato especial por el mero hecho de ser indios. Y digo esto porque movimientos como el zapatista del Subcomandante Marcos lo que defiende es que los indios se rijan por unas leyes especiales, justamente lo que defendían los misioneros católicos durante el siglo XVII y hasta el siglo XIX.

Pero las revoluciones en América no pasaron en balde, y plantear eso hoy día es ridículo. Los indios tienen el derecho y el deber de conocer el español, que es la lengua en la que se expresan los candidatos a la presidencia de la república y los tribunales de justicia, y pretender que sea un derecho que se les enseñe en lenguas indígenas que apenas hablan unos pocos miles, es algo que a la larga terminará por marginarlos más. De hecho, hablar de indígenas en el siglo XXI me parece ridículo, una cosa más para atraer a los turistas sacándoles fotos previo pago que una situación real. Pero siempre se podrá decir, siendo blanco las más de las veces, que la culpa es de los españoles que llegaron hace 500 años. Como veo que Enrique Ward no se cree esas cosas, no las comentaré, pero tampoco se puede despreciar ese victimismo, que es el discurso habitual de los grandes mandatarios en América como justificación a sus errores.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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Enrique S. Ward Suárez



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MensajePublicado: Lun Nov 07, 2005 1:52 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Agradezco a Rodríguez Pardo por acatar mi pedido de ser más explícito. Entiendo ahora que lo de "mitológico" tiene que ver más bien con un tipo de argumentación, y no con que existan o no los indígenas (?). Pero, con todo, me gustaría hacer algunas observaciones.

Creo que Rodríguez Pardo no llega a tener una clara noción de lo que habla. No debería extrañarme, ya que él habla desde Europa, desde una realidad distinta. Es un garrafal error meter a todos los indígenas en la misma bolsa. El movimiento del Subcomandarte Marcos sí que luchaba por leyes especiales para los indígenas; no se puede esperar otra cosa de un pueblo que se muere de hambre ¿no?. Recuerdo a Espinoza: "Lo que es tiende a perseverar en el ser". Una lucha por el hambre tienen derecho a efectuarla todos los pueblos, es el derecho de resistencia a la opresión. A menos que neguemos a los indígenas también el derecho de ser un pueblo.

Rodríguez Pardo dice: ¿qué tipo de reconocimiento quieren los indígenas? Lo que necesitan los indios, así como cualquier otro habitante de una república iberoamericana, es ser un ciudadano más, no el recibir un trato especial por el mero hecho de ser indios. Resulta que "por el mero hecho de ser indios" los indígenas viven de promesas incumplidas, casi, casi, como la mayoría de los blancos que habitamos estas repúblicas iberoamericanas. En este sentido, son tan ciudadanos como yo. Una de las tantas promesas incumplidas es la del derecho a conservar sus reservas, cada vez más mínimas. Mas como la civilización también necesita tierras para expandirse, el que termina teniendo razón es el más fuerte; y con esto, también tienen razón los sofistas de la hora clásica.

Pero hay que hacer una salvedad: No a todos los indígenas les interesa integrarse. No todos los indígenas ven en estos sistemas de gobierno una forma de gobierno que los represente. ¿Por qué iban a sentirse excluidos, al desconocer el español?. Eso ya supone una voluntad de integración que no todos los pueblos indígenas poseen. Lo que muchos quieren, más abiertamente, es que los dejen en paz. Poco tiene que ver entonces la cantidad de personas que hablen sus lenguas: es la suya, con eso les basta. Sentirse marginado es el resultado de un intento de integración fallida. Y yo no sé si les interesa integrarse.

Pero creo que debe quedar claro que la situación de los indígenas sí es real, se los utilice o no en las arengas políticas. Por ello, porque se trata de una realidad que pese a quien pese también es "siglo XXI", es que nosotros mismos nos encontramos hablando de ellos. No es ridículo; será, en todo caso, contradictorio, pero es real.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Jue Nov 10, 2005 10:21 pm    Ttulo del mensaje: Sorpresa Responder citando

Estimados amigos:

No puedo dejar de manifestar mi sorpresa ante la respuesta de Enrique Ward, a la que me gustaría contrarreplicar.

Enrique S. Ward Suárez escribi:
Creo que Rodríguez Pardo no llega a tener una clara noción de lo que habla. No debería extrañarme, ya que él habla desde Europa, desde una realidad distinta. Es un garrafal error meter a todos los indígenas en la misma bolsa. El movimiento del Subcomandarte Marcos sí que luchaba por leyes especiales para los indígenas; no se puede esperar otra cosa de un pueblo que se muere de hambre ¿no?. Recuerdo a Espinoza: "Lo que es tiende a perseverar en el ser". Una lucha por el hambre tienen derecho a efectuarla todos los pueblos, es el derecho de resistencia a la opresión. A menos que neguemos a los indígenas también el derecho de ser un pueblo.


En primer lugar, quiero aclarar que no hablo desde Europa, sino desde la realidad de la Hispanidad, es decir, desde un país donde se habla español. Respecto a los indios, sin duda los indígenas podrán ser un pueblo, pero ese carácter de pueblo carece de entidad política. Lo que cuenta es Méjico, Argentina, Brasil, no los chiapanecos o los toltecas. Y perseverar en el ser, digo yo que Marcos debe perseverar mucho, pero no sé si los indios a los que dice defender perseveran tanto. Aun así, debo preguntar, ¿acaso la situación de hambre de esos indios no les viene precisamente por la propia marginalidad que provocan quienes quieren mantenerles al margen de toda civilización? No digo que la civilización vaya a ser salvífica de por sí, pues existen los suburbios y la pobreza, pero desde luego que el vivir en la selva Lacandona al margen del idioma oficial de Méjico, el español, no les va a dar precisamente posibilidades de integración.

Enrique S. Ward Suárez escribi:
Resulta que "por el mero hecho de ser indios" los indígenas viven de promesas incumplidas, casi, casi, como la mayoría de los blancos que habitamos estas repúblicas iberoamericanas. En este sentido, son tan ciudadanos como yo. Una de las tantas promesas incumplidas es la del derecho a conservar sus reservas, cada vez más mínimas. Mas como la civilización también necesita tierras para expandirse, el que termina teniendo razón es el más fuerte; y con esto, también tienen razón los sofistas de la hora clásica.


Los indios no tienen ningún derecho a preservar sus reservas porque esos terrenos son propiedad del Estado. Es más, las reservas indias son lo mismo que granjas; es decir, que a los indios se los tiene encerrados y marginados en esas extensiones de terreno, manteniéndolos al margen de la civilización. Precisamente es lo que se ha hecho con los indios en Estados Unidos, que se han convertido en una atracción de feria. ¿Es ese el "perseverar en el ser" que defiende Enrique Ward? Me parece bastante desafortunada esa propuesta, y si no se les ha integrado a los indios que viven en reservas es por la carencia de recursos y desatención propia del liberalismo decimonónico que aún colea en Hispanoamérica. Es más, si los indios de esas reservas tuvieran algún derecho sobre esas tierras, lo habrían ejercido en efecto, pues para el perseverar en el ser espinosiano hace falta mucho derecho natural, es decir, mucha fuerza. Y no se ve que desde su marginalidad puedan defender tales terrenos.

Enrique S. Ward Suárez escribi:
Pero hay que hacer una salvedad: No a todos los indígenas les interesa integrarse. No todos los indígenas ven en estos sistemas de gobierno una forma de gobierno que los represente. ¿Por qué iban a sentirse excluidos, al desconocer el español?. Eso ya supone una voluntad de integración que no todos los pueblos indígenas poseen. Lo que muchos quieren, más abiertamente, es que los dejen en paz. Poco tiene que ver entonces la cantidad de personas que hablen sus lenguas: es la suya, con eso les basta. Sentirse marginado es el resultado de un intento de integración fallida. Y yo no sé si les interesa integrarse.


Pero por mucho que los indios quieran que se les deje en paz, no debemos olvidar que son ciudadanos de alguna de las repúblicas hispanoamericanas, donde el español, repito, y no alguna de las lenguas indígenas, es el idioma en el que se redactan las leyes y se usa como vehículo de expresión en todo el continente (en Brasil también avanza el uso del español). Y difícilmente puede hablarse de igualdad ante la ley si ni siquiera se les ofrece la oportunidad de conocer esa ley. Además, los indios que aparentemente viven al margen de la civilización, habitan reservas mantenidas por el Estado, cobran dinero de los turistas para ser fotografiados, venden sus productos, etc. Es estúpido pretender que no se integren de forma más profunda simplemente porque ellos no quieran abandonar las reservas. Habrá que obligarles a salir de esa marginalidad aunque sea imponiéndoles el español, cosa que por cierto ya se hizo en el siglo XIX, cuando los revolucionarios tipo Bolivar y Sanmartín impusieron el español a sangre y fuego. De ahí vienen los 400 millones de hispanohablantes.

De hecho, el 90 por ciento de la población hispanoamericana habla español. Que se incorpore el 10 por ciento restante es cuestión de tiempo, el mismo que tarden en integrarse o en desaparecer tras ser invadidos sus terrenos por carreteras, presas o cualquier otra construcción. Por eso sería mejor garantizar su integración antes de que sufran peor destino, pero ya veo que no todos piensan igual.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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José Mª Rodríguez Vega



Registrado: 11 Oct 2003
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MensajePublicado: Vie Nov 11, 2005 9:14 am    Ttulo del mensaje: Otra vez el multiculturalismo étnico? Responder citando

La fuerza es el primer conatus del derecho positivo. Una mínima fuerza establece ya un status, un derecho no natural. El derecho natural deja de existir en el instante mismo en que aparece un mínima fuerza natural, pues es esa fuerza la que hace nacer el jus. O de otra manera: todo derecho natural es derecho positivo, basado en una fuerza natural y luego artificiosa. Lo mismo que no existe una fuerza sin derecho, tampoco existe un derecho sin fuerza. La debilidad ha de estar sometida al derecho, esto es, a la fortaleza natural y artificiosa.

Cuando la historia es pasada por el cedazo de la bondad y los buenos sentimientos `pánfilos´ actuales, cuando la historia –el relato ese- es cribada por la concepción cursi de los actuales “derechos humanos” que van siempre de la mano de la ideología del neoliberalismo más radical, entonces todo queda invertido, puesto del revés de cómo debería ser realmente visto. El deber ser, el perseveratum no es para el que ya ha sucumbido, sino para el que de una manera u otra supo prevalecer por las causas que fuesen: “natura dedit omnia ómnibus”, que la naturaleza ha dado todas las cosas a todos los hombres (Hobbes. Elementos de Derecho Natural y Político. Alianza, 2005. Pág. 173), lo cual es equivalente, dice Hobbes, a como si ningún hombre tuviese derecho a nada... De ahí la toma de la tierra, del mar, el derecho de conquista, &c.

Los indígenas, lo mismo que los catalanes o vascos, no luchan por prevalecer, sino por sucumbir al no ser aquello más grande que los hace ciudadanos dentro de un Estado moderno, al renunciar a ello impulsados por las ideologías postmodernistas y multiculturalistas propias del neoliberalismo made in USA. Luchan por la debilidad suya y de su Estado y para beneficio siempre de alguna cercana camarilla o algún otro Estado no muy lejano. La lucha de lo pequeño por perseverar en ser pequeño es un rasgo típicamente feudal, o por lo menos muy pueblerino.

<"El encuentro supone compartir, una cierta camaradería, y eso no fue lo que pasó.">

“camaradería y compertir”...ya eso bien analizado nos dice qué parámetros son usados en ese juicio cursi, pánfilo, que diría Bueno.
La tasa de mestizaje en Hispanoamérica es la que dice qué fue lo que pasó sobre ese “maltrato”. Hubo conquista. Esa es la palabra y ese fue el hecho.
Lo que es absurdo es juzgar y esperar que unas gentes habituadas a la guerra y al derecho de conquista de siempre –allí y aquí- fuesen a pararse a “compartir una camaradería”, y que después de lo mucho que ha costado la independencia de España –para bien o para mal- y la constitución del Estado moderno, allí y aquí, fuesen ahora los pueblos verdaderamente políticos a ceder ante la sosería pánfila de los pueblos étnicos y no políticos.

Dice S. Ward:

<...Una lucha por el hambre tienen derecho a efectuarla todos los pueblos, es el derecho de resistencia a la opresión. A menos que neguemos a los indígenas también el derecho de ser un pueblo.

No existe el “derecho de resistencia a la opresión” dentro del Estado de Méjico. Ese derecho no está escrito ni positivado en ninguna parte, porque no lo necesita nadie, no es cosa del derecho... es cosa de la voluntad, voluntad que bien podría dirigirse contra la “opresión” que el Estado clásico pudiese hacer o hace sobre los inditos o indígenas, esto es, sobre una parte de su verdadero pueblo que es el pueblo mejicano. La lucha contra el hambre debe ser hecha –según yo lo veo-, no por los chiapatecas, sino por los mejicanos de la región de chiapatecas o de la etnia de chiapatecas en tanto mejicanos. No en tanto “inditos”, sino en tanto mejicanos con todos sus derechos como dice Rodríguez pardo.

Si se salen fuera del Estado de Méjico –porque no se les negase a ser un pueblo diferente al pueblo mejicano-, entonces muy bien se les puede aplicar de nuevo el estado de guerra por Méjico o por cualquier otra Nación vecina. El único derecho que tienen es a ser pueblo mejicano, que es lo que son.

<Pero hay que hacer una salvedad: No a todos los indígenas les interesa integrarse. No todos los indígenas ven en estos sistemas de gobierno una forma de gobierno que los represente. ¿Por qué iban a sentirse excluidos, al desconocer el español?. Eso ya supone una voluntad de integración que no todos los pueblos indígenas poseen. Lo que muchos quieren, más abiertamente, es que los dejen en paz. Poco tiene que ver entonces la cantidad de personas que hablen sus lenguas: es la suya, con eso les basta. Sentirse marginado es el resultado de un intento de integración fallida. Y yo no sé si les interesa integrarse.>

Nos movemos aquí entre “la sofistica de la hora clásica” y la visión pánfila del acontecer político.

Parece que por allá todos los indígenas se parecen al traidor nuestro del Carod Rovira: que al que no le gusta su Estado cree tener todo el derecho a no integrarse en él o incluso a socavarlo. Esta es, desde luego, la visión del fundamentalismo democrático que se cree con derecho a todo y que cree que la forma legal o no de la representación democrática es la única forma política válida para esos lares.

Si no quieren integrarse habría que integrarlos a la fuerza, que la fuerza está para eso entre otras cosas. Y si la democracia no sirviese para eso, ¡pues la dictadura!

Si no quieren integrarse...¡fácil!....<Lo que muchos quieren, más abiertamente, es que los dejen en paz.>

¡Qué bonito!

¡Que bueno es Bueno al denominar a estas visiones a lo Sagri-Lá con el epíteto de “pánfilas”.

Pues eso de que “los dejen en paz” es una panfilada digna ya de una mentalidad hace tiempo derrotada y pervertida por la “tolerancia” y el “pacto de civilizaciones” y la germanot del género humano.

Ni tienen derecho a que los dejen en paz ni a pesar de que padeciesen una infinita miseria. ¡Que se rebelen como mejicanos exigiendo derechos mejicanos! (otros no hay) Pues la rebelión dentro del Estado es una cuestión estatal, de política interna, pero salirse fuera del Estado es ahondar más la debilidad propia pues eso siempre es caer casi seguro en otro peor Estado, y es además una cuestión de pura traición. Si no los protege Méjico pues los ataca el vecino, se los integra él y eso acaso fuese aun peor. ¡Que los dejen en paz! ¡¡Pero si la única paz que pueden tener y de hecho tienen aún y en la miseria, es la paz en el Estado, la paz que posibilita ese Estado! No hay otra paz posible. Fuera de ahí todo es estado de guerra!

Respecto al español la cosa es fácil: cuanto menos lo hablen más sufrirán porque más difícil les será la integración (deberían también estudiar inglés). La cosa no tiene solución: o se integran como mejor puedan o su “estar en paz” es su inmediata desaparición como ciudadanos y como animales humanos.

Es desesperante que en la época del mestizaje global se nos hable de la preservación de unas minúsculas etnias. De seguir por esa filosofía pánfila aún estaríamos con los layetanos y los saguntinos y en la edad de la piedra.

¿Cuándo va a desaparecer el mal y el sufrimiento de este mundo? ¿Pues jamás!
Por esto han de perseverar en lo que verdaderamente son: mejicanos, o lo que sea.

¿Creen acaso los amables y pacíficos contertulios que estas palabras de Hobbes están “pasadas de moda”?: <”Pues el derecho que tiene un hombre le resultará de poca utilidad y beneficio cuando otro tan fuerte o más fuerte que él tenga derecho a lo mismo”> (Ibid)

Pues claro que no está eso pasado de moda! Lo que ocurre es que ese estado primitivo de igualdad natural ya fue sobrepasado por la necesidad de abandonar cada cual su igual poder para entregárselo al Estado (Ver ese capítulo de Hobbes y el capítulo XV de la primera parte).

Y nosotros sabemos que “esa entrega” o esa “debilidad” es irreversible..., ¿entonces a santo de qué íbamos ahora a condolernos por la situación política de una parte arriesgando el todo político?

Como dice Rodríguez Pardo: <<”Es estúpido pretender que no se integren de forma más profunda simplemente porque ellos no quieran abandonar las reservas. Habrá que obligarles a salir de esa marginalidad aunque sea imponiéndoles el español, cosa que por cierto ya se hizo en el siglo XIX, cuando los revolucionarios tipo Bolivar y Sanmartín impusieron el español a sangre y fuego. De ahí vienen los 400 millones de hispanohablantes.”>>

Efectivamente, porque el derecho es eso: que impone y manda el más fuerte. Lo contrario sería un mundo para morirse de risa. Adiós.
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Enrique S. Ward Suárez



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MensajePublicado: Sab Nov 12, 2005 7:37 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Buenas...

Voy a intentar responder a estos interesantes mensajes de Rodríguez Pardo y Rodríguez Vega de manera conjunta. Lo primero que urge aclarar es que yo no defiendo nada, me mueve únicamente el interés por mostrar una realidad que está lejos de ser "mitológica". Es decir, entiendo como mitológicos los discursos que constantemente escuchamos por parte de gobernantes como Chávez, argumetaciones que, completamente de acuerdo con R.P., tienden a confundir y a ocultar sus errores bajo el emblema del victimismo. En eso no hay discusión, y era el asunto titular de este tema. Pero no me parece en absoluto inteligente descalificar por mitológicas las luchas de las comunidades aborígenes. Por la sencilla razón de que existen, son reales. Y como son reales, insisto en que son particulares y no cabe medirlas con el mismo criterio a todas. Es necesario distinguir, si se quiere llegar al fondo de la cuestión, el caso Chiapas de los demás "casos". Es necesario distinguir, claro, si se quiere ver con claridad qué es lo que está pasando.

Dice R. P.: no hablo desde Europa, sino desde la realidad de la Hispanidad, es decir, desde un país donde se habla español. Yo también hablo desde un país donde se habla español, idioma que llevo hasta con orgullo. Pero hablo desde América, y Pardo desde Europa. Esto es innegable. No es lo mismo (!) hablar desde el país en que se gestó la lengua que hablan millones y millones de personas en América, que hablar desde un país que recibió esa lengua, adoptándola incluso oficialmente. Ustedes la tienen per se; nosotros, per accidents.
La lengua que yo hablo es un legado europeo, impuesta, como dice R. V. por la conquista. Esta simple ubicación geográfica necesariamente debe cualificar el asunto, tanto como los histórico.

Se pregunta Pardo:¿acaso la situación de hambre de esos indios no les viene precisamente por la propia marginalidad que provocan quienes quieren mantenerles al margen de toda civilización? . Y aquí es donde no se deben mezclar las cartas. ¿De quiénes estamos hablando? Supongamos que sí, que es aplicable al conjunto de las comunidades aborígenes, a los "inditos" (como dice despectivamente Vega; los "gallegos", como decimos despectivamente nosotros... tan en vano.). Pero entonces no se explican inconsistencias como ésta: Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan, y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni sucetible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones. (Constitución de la Nación Argentina, art. 75, inciso 17) No se explican, digo, desde "esto" que nos dice Pardo:...si no se les ha integrado a los indios que viven en reservas es por la carencia de recursos y desatención propia del liberalismo decimonónico que aún colea en Hispanoamérica. Es más, si los indios de esas reservas tuvieran algún derecho sobre esas tierras, lo habrían ejercido en efecto, pues para el perseverar en el ser espinosiano hace falta mucho derecho natural, es decir, mucha fuerza. Y no se ve que desde su marginalidad puedan defender tales terrenos.
¿No será, entonces, que los aborígenes sí tienen el derecho, reconocido positivamente, el derecho mismo que no se les respeta? ¿Qué pasa, entonces, con los Wichis en el norte de Formosa? ¿O lo que reclaman los Wichis es mentira?

El proceso de participación que se procura desde el derecho positivo argentino no excluye un reconocimiento de su valores tradicionales. Las leyes 23.302/85 y 24.071/92 establecen dentro, de sus pautas, la facilitación de un desarrollo autónomo. Si se integran, se integran como lo que son, es decir, ocupando las tierras que ocupan desde hace siglos, aunque ahora como "reservas", y conservando sus costumbres. Ahora bien, como esto no se cumple, luego los aborígenes tienen el derecho de perseverar.

Los indígenas, lo mismo que los catalanes o vascos, no luchan por prevalecer, sino por sucumbir al no ser aquello más grande que los hace ciudadanos dentro de un Estado moderno, al renunciar a ello impulsados por las ideologías postmodernistas y multiculturalistas propias del neoliberalismo made in USA. Luchan por la debilidad suya y de su Estado y para beneficio siempre de alguna cercana camarilla o algún otro Estado no muy lejano. La lucha de lo pequeño por perseverar en ser pequeño es un rasgo típicamente feudal, o por lo menos muy pueblerino. (Rodríguez Vega)

De ninguna manera es parangonable la situación de los indígenas americanos con la de los catalanes o vascos. ¡Hombre, éso es el colmo de la abstracción! Hay distintos fundamentos; primero históricos, segundo territoriales y tercero demográficos. Los indígenas en Argentina están constituidos por 18 grupos étnicos diseminados por todo el país: Collas en Jujuy, Huarpes en Mendoza, Ranqueles en Buenos Aires, Guaraníes en Misiones, Diaguitas en Salta, Tehuelches en Chubut, etc... hacen a más de 500.000 personas, según el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Aborígenes). Actualmente, en Mesoamérica hay alrededor de 6 millones de personas que hablan lenguas... ¡mayas! (unos pocos miles, dijo Pardo. Nada menos que unos seis mil miles).

Ellos no luchan por continuar siendo pequeños, luchan por sobrevivir según el estado les ha concedido el derecho. Cada cosa, en tanto que es en sí, se esfuerza en perseverar en su ser (Ethica... III, poposición VI).
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Enrique S. Ward Suárez



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MensajePublicado: Sab Nov 12, 2005 8:03 pm    Ttulo del mensaje: Una última cosita... Responder citando

Me olvidaba: Lo del Derecho de Resistencia a la Opresión no es, naturalmente, un invento mío. Lo postularon Locke y Rousseau, entre otros. Hobbes no, por supuesto, dado que nos dice (Leviatán, II, Cap. XXX): La misión del soberano (ya sea un monarca o una asamblea) consiste en el fin para el que fue encomendado el poder soberano, es decir, el procurar la seguridad del pueblo, a lo que está obligadopor la ley de la naturaleza, y de lo que tiene que rendir cuentas es a Dios,autor de dicha ley, y a nadie más.
El pueblo tiene el derecho de alzarse cuando los gobernantes no cumplen con su misión, pero teniendo en cuenta que es el pueblo el depositario de la soberanía, y no Dios. Donde termina la ley, empieza la tiranía, si la ley se trangrede para daño de alguien. Y quienquiera que, como autoridad, exceda el poder concedido a ély haga uso de la fuerza que tiene bajo su mando para imponer sobre los súbditos lo que la ley no permite, cesa de ser un magistrado y, por actuar sin autoridad, puede hacérsele frente, como cualquier hombre que invade por la fuerza el derecho de otro. (Locke, Segundo Ensayo sobre el Gobierno Civil, Cap. XVIII, § 202)
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Dom Nov 13, 2005 10:40 am    Ttulo del mensaje: Los inditos y otras cuestiones. Responder citando

Hola.


Parece que Enrique S. Ward Suárez, es un indio o aborigen americano, puesto que habla el español ”per accidents”, dice él...

<No es lo mismo (!) hablar desde el país en que se gestó la lengua que hablan millones y millones de personas en América, que hablar desde un país que recibió esa lengua, adoptándola incluso oficialmente. Ustedes la tienen per se; nosotros, per accidents.>

También recibieron “todo lo demás”...

Yo no comprendo eso de que la Argentina sea “un país que recibió esa lengua, adoptándola incluso oficialmente”. ¿Qué significa esto? ¿Es que acaso Argentina en algún momento de su historia ha hablado otra lengua diferente a la lengua española, para poder desde esa lengua no española adaptar posteriormente el idioma español? Argentina siempre ha hablado el español en su modalidad argentina... no se ha adaptado a nada, pues la lengua española se ha “gestado” tanto en argentina como en Méjico o España, y al día de hoy tal vez más. Ward Suárez parece que tienda más a lo ward que a lo suárez.

<La lengua que yo hablo es un legado europeo, impuesta, como dice R. V. por la conquista. Esta simple ubicación geográfica necesariamente debe cualificar el asunto, tanto como los histórico.>

Después de cinco siglos es muy natural que la lengua que tú hablas la “gestes” tanto tú como nosotros.

Para mi está muy claro que lo mejor que les puede ocurrir a los pueblos étnicos “salvajes”, es ser civilizados lo más pronto posible por la Nación más avanzada y “humanista” y con la mejor religión.

Lo diré de manera llana: quién está a favor de preservar aquellos dioses y quincalla, ese tal es un irresponsable o un infame.

De los “inditos” no es Vega quién habla despectivamente (aquí les llamamos indios a secas), sino ustedes que son los que usan esa expresión meiorativamente, con conmiseración y limosnaje, como quién dice chiquito, pequeñito, pobrecito...ito...ito...
Una vez dado el choque lo menor debe integrarse en lo mayor, esto es, las culturas precolombinas en la malla de relaciones hispánicas, buenas y malas: el Estado unitario argentino debe ser unitario o no es Estado (G. Bueno: España no es un mito. Pág. 116)

Por lo demás me parece muy bien que lo pequeño quiera perseverar en su ser tanto como lo grande. Allá se las vean ellos, que ese es el camino seguro para ser aún menos, más pequeños!..., Que en cuanto al parangón con catalanes y vascos la cosa será sin duda distinta, vale, pero es por completo idéntica en lo que se refiere a las relaciones postmodernistas y de lo “pequeño” y su relación con el debilitamiento del Estado y su idónea colocación para el asalto actual del neoliberalismo.
A mi me parece muy bien que la Constitución argentina respete y regule todo lo que sea necesario:

Cita:
Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan,
... Pues más les valdría a todos aprender a ser científicos nucleares o médicos o peónes camineros o lo que sea que no a saltar al compás de sus tradiciones y “preexistencias étnicas”. La ciudadanía como argentinos no debería reflejarse en las tradicionales “plumas” o demás morralla étnico-cultural y folklórica, sino en sus derechos civiles comunes a todos los demás argentinos. El mundo jamás volverá a adorar al Sol, y su “desarrollo humano” del que hablas no dejará de ser humano por actualizarse y ponerse al socaire de la “civilización” capitalista y burguesa..., dejando a un lado esa “conservación de sus costumbres”, esas sardinas en lata que a nada conducen. Mientras los tratéis en sus diferencias “étnicas” serán diferentes, esto es, inferiores. No hay que respetar sus culturas, sino que a todos hay que imponerles la moderna y actual “argentinidad”.

Que se dejen “desbordar” por la potencia de la cultura hispánica, <”...que no puede en ningún modo equipararse, en orden de magnitud, con las culturas específicas que engloba y por las que se difunde: catalana, quechua, vasca, gallega, azteca...-o “maya”-”> (Ver a G. Bueno. España no es un mito, pág. 193)

Cualquier resistencia a ser “englobados” por la cultura hispánica será aprovechada para ser englobados por la cultura inglesa más o menos pronto. Es sólo cuestión de saberlo y elegir.

Al fin y al cabo, esos seis millones de aborígenes acabarán como los seis millones de catalanes: hablando español, inglés o chino, pero no lograrán conservar sus lenguas o el catalán. Lo pequeño de Schumacher no es hermoso. A veces es ridículo.

En el mundo del subcomandante Marcos caben muchos mundos... en el sueño zapatista cada quién puede soñar su sueño, cada quién puede acabar aislado precisamente por su sueño, como la cucaracha de Kafka en su habitación. ¡Vaya una cáscara vacía!

En cuanto a la proposición de Espinosa no podemos olvidar que ya Aristóteles sabía lo que Diego de Covarrubias nos recuerda: <que toda servidumbre natural redunda en la mayor utilidad de los que carecen de prudencia, sujetándoles al régimen sabio y prudente de otros> (Textos jurídico-políticos. Instituto de estudios políticos, Madrid 1957, pags. 131 y 132) y que esa institución de “la sujeción del menos prudente al más prudente” –dice Covarrubias-... “existiría aún en el estado de inocencia”.
Y es que en eso del perseveratum gana precisamente el más prudente, o sea, el más fuerte.

Ser sujetado es ser sujeto, persona... persona sujeta a derechos y deberes en y del Estado.


¡Viva el mestizaje!
¡Viva la América hispánica y la lusitana!
¡Viva España!



Luego, en eso del “derecho de resistencia” eres un fundamentalista democrático que cree en patrañas como esa de que es “el pueblo el depositario de la soberanía” (hoy en el Magazine de El Mundo diario Pío Caro Baroja nos dice que “el sufragio universal es una estupidez, aunque sea lo menos malo”), este Pió es un sabio!.
Nadie te podrá negar que ante la tiranía existe la rebelión... Pero en ese asunto el que tiene razón y es un verdadero sabio es Hobbes, no Locke ni Rousseau.

Puedes “resistirte”, claro... Pero decir que la resistencia es un derecho es no saber qué es el derecho... La resistencia es un asunto de la voluntad libre, no del derecho. No atañe al derecho eso de “alzarse cuando los gobernantes no cumplen con su misión”, pues ¿quién es el que sabe qué misión es esa y cuando se “incumple” o no?

Hobbes hace muy bien en poner ese asunto en manos de Dios. Tú lo pones en manos de las leyes, cuando precisamente es a través de las propias leyes como se establecen las mejores y más duraderas tiranías.

En fin, este tema es muy complejo y creo que se ha tratado ya mucho en el Foro de Teoría política. Lo dejo. Adiós.
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Enrique S. Ward Suárez



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MensajePublicado: Dom Nov 13, 2005 3:12 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Hola.

Reclama Rodríguez Vega, con razón: Yo no comprendo eso de que la Argentina sea “un país que recibió esa lengua, adoptándola incluso oficialmente”. ¿Qué significa esto? ¿Es que acaso Argentina en algún momento de su historia ha hablado otra lengua diferente a la lengua española, para poder desde esa lengua no española adaptar posteriormente el idioma español? Argentina siempre ha hablado el español en su modalidad argentina... no se ha adaptado a nada, pues la lengua española se ha “gestado” tanto en argentina como en Méjico o España, y al día de hoy tal vez más. Ward Suárez parece que tienda más a lo ward que a lo suárez.

Tiene razón, digo, porque la República Argentina es indisociable de la lengua española. No he sabido expresarme, y le doy toda la razón. Ahora llego a entender también en mejor medida lo que había querido decir Rodríguez Pardo con que no hablaba desde Europa, sino desde un país que habla español.

Luego dice R. V.: quién está a favor de preservar aquellos dioses y quincalla, ese tal es un irresponsable o un infame. Yo entiendo que usted pueda, quiera o deba pensar así. Seremos unos infames, como usted dice, y yo el primero de ellos. La cuestión me parece que radica en que el territorio que los aborígenes ocupan no es independiente, ni lo será jamás. Si terminan siendo englobados, no será entonces tanto porque sean pequeñas comunidades, sino más bien porque quien se engloba es el Estado Argentino, el mismo que les reconoce esos derechos ya apuntados y que luego les da la espalda. No digo que esté bien o mal, digo que es así como ocurre. Y la nación Argentina no es "unitaria", es Federal; si ha estudiado la historia argentina sabrá lo que significan esas palabras para nosotros. Y si no, le recomiendo lea a Félix Luna.

No acabo de entender porqué sería yo un fundamentalista democrático por explicar que lo del derecho de resistencia a la opresión no era un invento mío. Usted dice que yo me lo creo; yo no digo nada más que lo que usted dice: si hay tiranía, hay rebelión. Había utilizado aquella expresión, ahora veo, de un modo bastante infeliz.

Además dice usted: La ciudadanía como argentinos no debería reflejarse en las tradicionales “plumas” o demás morralla étnico-cultural y folklórica, sino en sus derechos civiles comunes a todos los demás argentinos ¡Es que la argentinidad no se refleja en las plumas! ¿De dónde saca usted esas ideas? No sé por qué se delira tanto.

Rodríguez Pardo había dicho que en Brasil también avanza mucho el español. No podría decir que sea en efecto así, pero en la selva Misionera no sé si es tanto el español como el portugués lo que avanza. Se habla ahora de una fusión de ambas lenguas, una cosa que tiene mucho de engendro y se llama portuñol. Por lo pronto, me parece que habría que reconsiderar la perspectiva, porque para los brasileños posiblemente quien avance sea el portugués. El colmo sería que, con el tiempo, la selva misionera se llene de portuñeses que reclamen el derecho de ser independientes.

El hombre europeo, siempre que se ha puesto a interpretar la complejísima realidad americana, ha hecho gala de una impensable ignorancia. No podría ser de otra manera: Europa es, efectivamente, el ombligo del mundo. Y si no surge pensamiento en Europa, no sé yo de dónde podría salir. Europa se creó a sí misma, imponiéndose; las repúblicas americanas, de cara al viejo mundo y con todos los pormenores del mundo nuevo. El europeo ve barbarie donde no haya Europa. En eso son netamente griegos, que llamaban bárbaro al que no hablara su lengua, ya que les sonaba como un “bar, bar, bar...”
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Dom Nov 13, 2005 7:54 pm    Ttulo del mensaje: La argentinidad. Responder citando

Apreciado Ward, sólo tres cosas:

Si la ciudadanía como argentinos no se refleja en las tradicionales “plumas” o demás morralla étnico-cultural y folklórica, sino en sus derechos civiles comunes a todos los demás argentinos, tanto mejor para todos, pues entonces habremos de hablar y decir que no se respetan los derechos argentinos de los argentinos, no de los “indígenas” y sus no se qué. Todos los argentinos son idénticamente “indígenas”, esto es: argentinos. Sobran distinciones étnico-culturales o “precolombinas”.


Una cosa que me gustaría que usted comprendiera es que esto: <”...Y la nación Argentina no es "unitaria", es Federal.”>

Es irrelevante. Y falso por muy verdadero que parezca. Cualquiera que medite unos minutos comprende que todo Estado –tenga la forma que tenga- es una unidad política. La “NACIÓN” nombrada por usted, en su mismo concepto, ya dice todo sobre su unidad. El concepto de `federal´ es sólo un concepto formal en el proceso constituyente. Una vez ese proceso federal ha sido acabado o fijado en una Constitución escrita o no escrita, toda federación pasa eo ipso a ser un Estado unitario como otro cualquiera, y así se comporta frente a los demás y los demás respecto a él. La soberanía de muchos se reduce a la Soberanía única de una única Argentina, de una única Nación.

Sobre lo superfluo de las naciones étnicas (y el pluralismo tan de moda) me remito al reciente libro de Bueno.


La resistencia –cuando la hay- es un hecho que para nada necesita un derecho. Es un acto de la voluntad que lo es con indiferencia del derecho. El derecho aparece después como justificador de lo logrado. Nada más.
Es indiferente que se resista a una “injusticia”. A la postre, lo justo es posterior a cualquier acto de la voluntad, y ha habido actos muy canallescos o injustos (¿) que han acabado formando un derecho tan recto como otro cualquiera. El que resiste a eso le llama justicia y derecho... pero el que reacciona a esa resistencia y una vez triunfa contra ella también a su triúnfo le llama con toda razón “Derecho”. La piratería inglesa estableció un nuevo nomos del mar y de la tierra de manera tan contundente a como lo hizo el anterior descubrimiento y conquista de América.

Llamar a los hechos “derecho”, que se tiene derecho a actuar en un hecho es absurdo... a menos, claro es, que no se crea en un Derecho establecido antes de todos los tiempos, esto es, en un derecho divino que viene predeterminado por su divino principio y por su santa y escatológica finalidad. Los actos de voluntad tampoco podemos encuadrarlos en el llamado y antiguo “derecho de gentes”, pues éste deriva igualmente de una supuesta voluntad divina (Covarrubias, Textos jurídico-políticos. Instituto de estudios políticos, Madrid 1957, pags. 120 y 121)

El Sr. Ward tiene toda la razón en una cosa: soy un ignorante de la Argentina y de las Américas en general. Me limito a conceptos abstractos y universales en lo que digo. Tal vez a él le ocurra lo mismo sólo que a la inversa.

Sobre el etnocentrismo europeo: barbarie la han de ver los mismos argentinos allí donde no se sigan los parámetros de la actual sociedad burguesa y capitalista. Me da lo mismo ver a un indito con taparrabos en la selva amazónica y con arco y flechas que a un berebere en camello andando por el desierto del Sahara. Ambos han de desaparecer casi con toda seguridad y llorar eso es absurdo.
La “conservación antropológica” de todo eso es una indecencia y una mentira que no conduce a nada positivo, esto es: que su objetivo no es el que la ideología multiculturalista predica.

No hay tal eurocentrismo desde el momento en que un argentino se vea a sí mismo, no como un “vestigio precolombino” o como una pluralidad de “culturas”, sino como una verdadera proyección de Europa, como lo que es: una proyección o “recinto nacional” argentino derivado de la potencia cultural de España: Cfr. Gustavo Bueno. España no es un mito, pág. 193.
Recintos nacionales éstos, que acaso acaben siendo ellos los continuadores de la “cultura hispánica” dado como andan por aquí las cosas.

El argentino debería ver barbarie donde no ve argentinidad, esto es, hispanidad (también por el asuntillo de la lengua española). Más vale eso y hablar español que no volver al sacrificio maya o a las garras yankees con lengua inglesa, digo yo... Salud!
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Lun Nov 14, 2005 10:36 am    Ttulo del mensaje: Confusiones y «realidad compleja» americana Responder citando

Estimados amigos:

No voy a añadir mucho más a lo que responde Rodríguez Vega, que me parece pertinente al asunto. Ward Suárez dijo que habla el español per accidens y señala la compleja realidad hispana. Pues desde luego que no será en Argentina, donde se practicó un sistemático exterminio de los gauchos y de los indios durante el siglo XIX. De hecho, la realidad en esa región era muy compleja durante la época del Imperio español: ahí están las misiones que mantenían a los indios lejos del mal ejemplo que prosperaba en las ciudades americanas, aunque nunca desde la visión roussoniana del buen salvaje alejado de la civilización, desde luego. Fue con la independencia cuando el español se convirtió también en la lengua de los indios, de quienes no salieron huyendo a la selva. ¿Va a decirme Enrique Ward que lo que aplicaron los fundadores de la Argentina es algo per accidens? Más adelante parece desdecirse de lo que señala, pero no se ve muy bien cómo combina eso del derecho a la resistencia indígena y la existencia de naciones políticas en América. ¿Qué Estado codifica el derecho indígena a la resistencia?

Por otro lado, yo veo mis apellidos y son Rodríguez Pardo. Veo los de mi oponente y son Ward Suárez. Los míos podrían ser de muchos habitantes de América. Los de mi oponente son medio «europeos». A saber quién es más «europeo». Además, los apellidos de los indios hasta el siglo XIX no eran españoles, sino los suyos de origen: empezaron a imponerse apellidos españoles en el siglo XIX, sin que la «resistencia indígena» hiciera nada salvo refugiarse en la selva.

Por último, tenga en cuenta Ward Suárez que los grupos indígenas que parecen tener derecho a resistirse son sociedades preestatales que ignoran la Filosofía. Alguien como usted que ha publicado un manual que desea tenga mucho éxito y ayude a su país, no debería estar a favor de mantener a los indios en su situación. ¿No le gustaría a Enrique Ward que esos indios también se beneficiaran de su manual? De otro modo, me parecería una doble contradicción fatal. Primero, por restringir su manual a determinados grupos. Segundo, porque el materialismo filosófico es completamente opuesto a semejantes veleidades indigenistas.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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Enrique S. Ward Suárez



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MensajePublicado: Mie Nov 16, 2005 3:10 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Ciertamente esta discusión me ha beneficiado bastante, ya que en el devenir he tenido que replantearme ciertas cosas a las que no había dedicado antes suficiente atención. Espero, también, que a mis oponentes les haya resultado útil. Me gustaría, no obstante, responder a los últimos mensajes de Rodríguez Vega (RV) y Rodríguez Pardo (RP).

Es cierto que una nación es una unidad política. Es esto lo que RV quiso decir cuando afirmó que la Nación Argentina era unitaria. La federalización no es más que un proceso de organización.

Lamento mucho no tener a mano la última obra de Bueno, de la que sólo he leído la (aparentemente) excelente reseña de RP publicada en el Catobeplas. Bueno en Argentina es intolerablemente desconocido. Mi decisión de incluirlo en el curso que estoy dictando y ya está por concluir pretende ser un modo de neutralizar dicho silencio. Creo, en efecto, que no sólo la Argentina, sino toda América es una proyección de Europa, pero que con lo dicho no basta para equiparar ambas realidades.

Se verá: cuando RP me dice yo veo mis apellidos y son Rodríguez Pardo. Veo los de mi oponente y son Ward Suárez. Los míos podrían ser de muchos habitantes de América. Los de mi oponente son medio «europeos». A saber quién es más «europeo», está desconociendo algo que es central para entender la realidad argentina y americana en general, algo que es irreductible a los apellidos que se tenga o no: la inmensa llegada de inmigrantes de todas partes del continente europeo en el período que va desde 1880 hasta 1910. Mi apellido es de origen irlandés, ¿y qué...?; también corre en mis venas “sangre italiana”; tenemos apellidos de origen balcánico, italiano, ingleses, rusos... “El hombre desciende del mono; los argentinos descienden de los barcos”, es un dicho popular que ilustra nuestro proyecto de la Argentina como un “crisol de razas”. Proyecto que supieron teorizar nuestros mayores, sobre todo Sarmiento, y lo ejecutaron como nunca los dirigentes del Partido Autonomista Nacional (PAN), con Roca a la cabeza. Hoy las razas, claro, prácticamente ni existen. Habría que actualizar dicho proyecto postulando la Argentina como un “crisol de grupos étnicos”.

Por ello no puedo decir que veo barbarie donde no veo hispanidad. Yo mismo debería reconocerme un bárbaro, puesto que aunque soy argentino tengo apellido irlandés (a vuestro juicio más “europeo” que americano), luego la ley argentina (escrita en español) no está hecha para mí, que soy un bárbaro... Ya se ve que el “criterio de los apellidos” es un poco corto para entender lo que pasa en América. Lo que San Martín (así se escribe, no “Sanmartin”) hizo con sangre y fuego no fue “imponer el español”, sino luchar por la independencia, librarnos de una vez por todas de los focos contrarrevolucionarios realistas, en Chile y en Perú. Que se hablara o no español, me parece era algo accesorio en dicha empresa independentista. Si lo que se buscaba era la supremacía de la “lengua castellana”... ¿para qué luchar contra los españoles?

Veamos esto. Se me dice: Alguien como usted (...) no debería estar a favor de mantener a los indios en su situación. Es perfectamente comprensible que RP vea que me “contradigo” cuando ni siquiera alcanza a entender lo que “digo”. Le ruego que lea más de una vez, si es necesario, antes de contestar. Porque ha hecho caso omiso al reconocimiento que he hecho con respecto al “derecho de resistencia a la opresión” cuando dije: Había utilizado aquella expresión, ahora veo, de un modo bastante infeliz. Y porque ha insistido en que yo estoy “a favor” de que los indígenas continúen marginados, aún cuando dije: Lo primero que urge aclarar es que yo no defiendo nada, me mueve únicamente el interés por mostrar una realidad que está lejos de ser "mitológica". Es decir, entiendo como mitológicos los discursos que constantemente escuchamos por parte de gobernantes como Chávez, argumentaciones que, completamente de acuerdo con R.P., tienden a confundir y a ocultar sus errores bajo el emblema del victimismo. En eso no hay discusión, y era el asunto titular de este tema. Pero no me parece en absoluto inteligente descalificar por mitológicas las luchas de las comunidades aborígenes. Por la sencilla razón de que existen, son reales.

Ningún estadista sería lo suficientemente torpe como para reglamentar jurídicamente la rebelión contra sí mismo. Si existe una constitución tal, me gustaría conocerla. Lo único que yo quiero mostrar es una inconsistencia: que nuestra Constitución les otorga un derecho que en la práctica no se cumple. Pero no es que no se cumpla con ellos porque estemos tratando con ab-orígenes, sino porque el Estado Argentino viola ése como muchos otros derechos con toda su población, lista que sería ocioso reproducir aquí. La integración se reglamenta reconociendo (para bien o para mal) una identidad que, no obstante, no es reconocida como independiente. Se les reconoce autonomía, claro, pero el territorio que ocupan es patrimonio argentino. No es como en 1810, que para viajar a Córdoba había que respetar una ruta precisa si se quería conservar la vida. Hoy yo puedo viajar al Chubut y tratar a los tehuelches como ir al Tucumán y conocer a los Calchaquíes. ¿Se entiende lo que digo?

Entonces tendríamos que corregir nuestra Constitución. Pero a nadie parece molestarle demasiado...
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Jue Nov 17, 2005 8:46 am    Ttulo del mensaje: Nación política. Responder citando

Nos dice el Sr. Ward Suárez:


<Mi apellido es de origen irlandés, ¿y qué...?; también corre en mis venas “sangre italiana”; tenemos apellidos de origen balcánico, italiano, ingleses, rusos... “El hombre desciende del mono; los argentinos descienden de los barcos”, es un dicho popular que ilustra nuestro proyecto de la Argentina como un “crisol de razas”.......... Hoy las razas, claro, prácticamente ni existen. Habría que actualizar dicho proyecto postulando la Argentina como un “crisol de grupos étnicos”>

Eso del “crisol de razas” es un concepto muy de principios del siglo XX, eso está obsoleto. La sangre no hace nada y es sólo una idea falsa.

Argentina se dice en español (no se dice ni en italiano ni en inglés) y eso ya me basta. Por otra parte el asuntillo de las “razas” es falso: no hay razas dentro de la especie humana... entre los perros sí.
Lo que determina a una Nación es la política y la cultura, no la biología, aunque por supuesto no se pueda prescindir de ella para clasificar a los argentinos como de la especie humana, lo que ocurre es que por ese camino no los podemos distinguir de los españoles o los canadienses o los pigmeos, &c.

Igual cabe decir de la etnología..., la etnia nada hace, ni hablamos aquí de “naciones étnicas”, sino de Naciones políticas. Parece como si lo “étnico” viniese aquí a suplir a lo “racial”, cuando en el fondo es lo mismo.

La ley está escrita en español para ti por que eres argentino y lo eres sólo y gracias a que antes Argentina fue una parte de la misma España. La ley también está escrita en español para los indios, para que dejen de ser y de hacer el indio y sean por completo argentinos como antes fuerón considerados españoles...la estratagema consiste en darles aparentemente su “autonomía” para hacerles dejar de ser argentinos: el Estado se destataliza, se hace el harakiri en pro del neoliberalismo. Al neoliberalismo le encanta ese canto insulso a la libertad de los pueblos oprimidos y sus “identidades y hechos diferenciales”. Es la mejor manera de oprimir a todos los demás. Usted esto parece no comprenderlo.

Dice:
<No es como en 1810, que para viajar a Córdoba había que respetar una ruta precisa si se quería conservar la vida. Hoy yo puedo viajar al Chubut y tratar a los tehuelches como ir al Tucumán y conocer a los Calchaquíes. ¿Se entiende lo que digo?>

Claro que se entiende: usted hoy va al Chubut y no trata con argentinos, va al Tucumán y tampoco trata con argentinos... A los argentinos al final no los encontrará por ninguna parte.
Al final de todo este proceso usted viajará desde la Patagonia al Colorado a traves de miles de fronteras “étnico-políticas”, de miles de “autonomías” en pura dependencia, para que cuando llegue al Colorado se encuentre con una sóla Nación potentísima e independiente a punto de comérselos a todos ustedes a través del inglés y la Coca-Cola de un solo bocado y sin pegar ni un solo tiro.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Jue Nov 17, 2005 10:35 am    Ttulo del mensaje: Formalismos y lecturas Responder citando

Estimados amigos:

No niego que estas discusiones sean bastante provechosas, aunque sea para conocernos y ver de qué pié cojeamos todos. Pero, ya que se insiste en la incomprensión, me gustaría aclarar que tampoco creo que Ward Suárez me entienda en lo que digo.

Me señala Ward Suárez que desconozco los flujos migratorios habidos en América durante el siglo XIX. Le respondo que: 1) Sí los conozco y 2) No es eso de lo que estaba hablando. Yo lo único que hice fue responder al epíteto de «europeo» con que me obsequió para caracterizar mi presunta incomprensión de América: Ward Suárez es tanto o más «europeo» que yo, teniendo ascendientes irlandeses. Luego ese argumento es falaz.

Respecto a que San Martín no quisiera imponer el español, me permito recordarle que los focos realistas en toda América a los que se venció eran sobre todo de indígenas, que no querían que se produjese la independencia. El caso más paradigmático es el del realista Bobes, que con un gran ejército de indios y con el lema «Muerte a los blancos», tuvo en jaque a Simón Bolívar mucho tiempo. Esos indios, precisamente por los privilegios del Antiguo Régimen (los realistas), no hablaban en español. Y Bolívar, San Martín y otros, que predicaban la igualdad, la abolición de la esclavitud, etc., tenían que concretar sus prédicas de alguna forma. No puede haber igualdad ante la ley si los ciudadanos de la república no pueden siquiera conocer esa ley. Por lo tanto, esa ley debe no sólo ser expresada en español, como se hacía hasta entonces, sino que debía ser el idioma español el único utilizado en la vida pública, para poder conocer esa ley. Y en la Filosofía, cómo no, puesto que en América se filosofa en español, inglés o portugués, pero nunca en guaraní o quechua.

Respecto a los derechos constitucionales que se les reconoce a los «indios», no creo que pasen de ser un mero formalismo; pero tengamos en cuenta que no es simplemente un engaño más: es el engaño de los engaños, puesto que la existencia de reservas indias demuestra que no existe igualdad ante la ley y se practica la marginación de una parte de la población. Ward Suárez podrá decir que no defiende nada, pero si piensa que los indios deben seguir tal cual, entonces está a favor de su marginación. Podremos decir que esos indios existen, pero la cuestión es por qué y a quién beneficia esa existencia en la marginalidad. Sobre estas cuestiones hay que tomar partido y definirse, cosa que no acabo de ver muy clara en mi interlocutor. Al menos tengo que ser yo quien la deduzca, al parecer sin acierto, porque siempre se me dice que no le entiendo. Pues entonces que se defina de una vez si hay que dejar a los indios como están, sin tocarles, o hay que integrarles en la civilización ya en marcha. Sólo eso.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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