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clero católico y sus problemas de sobrevivencia en América

 
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Eliseo Rabadán Fernández



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MensajePublicado: Jue Nov 02, 2006 9:44 pm    Título del mensaje: clero católico y sus problemas de sobrevivencia en América Responder citando

el tema de la confrontación entre liberales y conservadores, el apoyo de las logias francesas e inglesas a la Independencia de los hispanoamericanos , son algunas de las cosas interesantes que nos plantea el texto que pongo a continuación.

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8 Storia e spiritualità " El Oratorio y la cultura postmoderna



El Oratorio y la cultura postmoderna



Dr. Mariano González Leal



(II Incontro Internazionale Oratoriano - Mexico 1998)



En primer lugar quiero agradecer profundamente el honor que se me hace al invitarme a participar en un Encuentro de tanta trascendencia en lo que es, valga la redundancia, verdaderamente trascendente, porque pocas veces se da la ocasión de que sea un laico el que habla a sacerdotes por razones absolutamente naturales, perfectamente congruentes y del todo lógicas. El sacerdote tiene una preparación cultural sobre estos temas que le brinda la ocasión de dirigirse cotidianamente, semanalmente, a los laicos, que nosotros los laicos no tenemos de ofrecerla a ustedes. Agradezco pues, infinitamente a Dios y a quienes me invitaron, por medio de las Congregaciones de Guanajuato, Gto y León Gto.



Esta charla tiene como objetivo fundamental ponernos a reflexionar, ponernos en guardia ante aquello que amenaza nuestra cultura cristiana, desde el punto de vista del oratorio con sus dos valores esenciales, la humildad y la alegría, y desde el punto de vista universal de la cristiandad entendida como un valor católico, ecuménico y consecuentemente omnipresente.



Desde luego me referiré en especial a lo que ocurre en México, pero no podremos evitar algunas referencias a fenómenos similares que me ha tocado presenciar en el extranjero que de una o de otra manera han ido tendiendo hoy y ayer y hace mucho tiempo a socavar los valores de nuestra civilización valiéndose cada vez más de métodos más sofisticados y consecuentemente más peligrosos. Como he manifestado quiero referirme concretamente al caso de México, a la razón del catolicismo arraigado de México, a lo que generó esa manera nuestra de ser, a los testimonios que recientemente se han dado y a los peligros que han acechado nuestra identidad religiosa, y han ido adquiriendo máscaras diversas a través de los siglos para esconder siempre al mismo peligro.



México es un país culturalmente hijo de España. El ataque fundamental a la identidad de México, como bien decía Anacleto González Flores, ha sido encaminado históricamente a atacar nuestra filiación cultural hispánica, pues a través de la filiación cultural hispánica estamos, por decirlo de alguna manera, incardinados en la cultura occidental cristiana. Tenemos, desde luego, una constante histórica aparecida más o menos hacia el año de 1783 que procede siempre del mismo lugar, que viene del norte y que ha venido devaluando generación con generación y gradualmente sofisticada y peligrosa la forma, el modus essendi, el modus vivendi, de la familia, del Estado, de la patria y su relación con Dios y con los valores cristianos.



¿Por qué hago esta relación de que el inicio de todo ataque que ha penetrado algunos sectores de la misma Iglesia, aquí y en todas partes del mundo, pero sobre todo en la América española ha sido el ataque a la filiación española? Ya lo decía Poinsset, el gran enemigo de México, Wilson y Monroe, porque cuando se le cuestionaba cuándo podemos absorber a México, Poinsset, primer embajador de los Estados Unidos en México, lo dijo claramente: el día en que México deje ser español, es decir que deje de ser Católico, porque el modo de ser de México es el modo de ser de los Ausburgo, y el modo de ser de los Ausburgo es el modo de ser de los Reyes Católicos que son el origen del mestizaje cultural que nosotros vivimos y que ahora se explota en su lado negativo que es el sincretismo como una de las modalidades del New Age, remonta más allá de nuestros orígenes culturales mestizos para ir presentando gradualmente sincretismos altamente peligros. No ocurre sólo en México, lo vemos también en España, en Italia, en donde los sincretismos se presentan en relación con las antiguas culturas celtas y otras prácticas mágicas.



Si España es un país que se formó en los siete siglos de la reconquista, encontramos que la razón de ser del Estado Español, lógica y naturalmente es la evangelización. Yo siempre he pensado que en todos los pueblos del mundo y particularmente los europeos no concibo la Edad Media fuera de Europa, momento histórico en el cual la cultura cristiana se templa como centro fundamental de la vida y el pensamiento y que una de las debilidades del cristianismo ha sido el sistemático calumniar a la Edad Media como una época oscurantista, cuando la Edad Media son los siglos de la formación del cristianismo, de las grandes catedrales, los siglos en los cuales la estructura fundamental es la fe. Hoy es al revés, parece que la estructura fundamental, a la manera marxista es la economía, y que todas las demás siguen siendo superestructuras, de eso hablaremos también dentro de un momento.



Indudablemente la reconquista es un fenómeno medieval y español. La reconquista aisló a España de la participación en las cruzadas, porque España vivía su propia cruzada, la expulsión de los moros de la península tomada en el siglo VII, que comienza en Peña de Covadonga con Pelayo y termina el 6 de enero de 1492. Hay que valorar que toda su magnitud histórica, la reconquista es el prólogo de nuestra historia ideológica, esa es la razón de ser del Estado Español. Yo creo que en Europa cada país a tenido una vocación histórica y cuando la han perdido de vista se han devaluado, se han degenerado, se han perdido. Analicen, por ejemplo, el caso de Italia; su vocación artística ha sido olvidada por sus pretensiones políticas que la han hecho un Estado carente de identidad. Y así podemos hablar de las vocaciones históricas de Inglaterra, de Francia, etc.



Pues bien, España no participó significativamente en las Cruzadas del medioevo, pues tenía su propia cruzada, su propia epopeya, su propia reconquista. Esta fue la razón de ser del Estado español, de la reconquista: lograr la expulsión del islam y lograr una unidad del Estado Católico; ahí se forma y se templa la vocación de España y en consecuencia la vocación de la contrarreforma, que es la vocación de los hijos de España y que en consecuencia es también la vocación de México, que con Perú fueron los hijos predilectos de España, tanto que nuestra patria se llamó por mucho tiempo Nueva España. Y para se congruentes con este modus vivendi todavía ni siquiera pasaba un año, de la conclusión de la reconquista cuando se descubrió el Nuevo Mundo merced a la obra de España. ¿Qué hubiera pasado si los Reyes Católicas hubieran tenido un hijo varón, si Dn. Juan hubiera alcanzado la edad adulta y no se hubiera extinguido la dinastía autóctona española? No lo sabemos, pero lo que si sabemos es que en estos años tan difíciles del siglo XVI algunos dan por concluida la Edad Media, otros comienzan a hablar de una nueva mentalidad. Yo tampoco creo que se pueda considerarse que la Edad Media termina en una fecha exacta o comienza en una fecha exacta; yo creo que cada país, cada región cultural del mundo tiene su propia historia y que hablar de Edad Media en América o en Asia es francamente absurdo, que la Edad Media es un fenómeno europeo pero que la misma Edad Media se va presentando en épocas y modos distintos en la propia Europa.



¿Qué es lo que termina la Edad Media? Siempre se nos ha dicho que el Renacimiento en Italia. En lo personal yo creo que este es sólo el Renacimiento de Italia que alcanzó Florencia y algo más de la Italia del tiempo. Aunque se diga que en España la Edad Media concluyó con la Reconquista, yo pienso que realmente el legado fundamental de la Edad Media española es la Universidad de Salamanca y de sus grandes autores: Fernando López, Francisco de Vittoria, Francisco Suárez, Domingo de Soto, que son los grandes maestros de la escolástica; y si la escolástica fue el producto fundamental del medioevo que y florece en el siglo XVI en España, es claro que mientras en Italia había avanzado el Renacimiento en la búsqueda de las formas paganas con el pretexto meramente estético de la reconstrucción de los legados artísticos, en España se consolidaba apenas ideológicamente medioevo con la filosofía escolástica que curiosamente no culminó en España, sino en Portugal con Francisco Suárez en la Universidad de Coimbra.



Al mismo tiempo, en el norte se producía otro fenómeno que algunos consideran propio de la Edad Moderna: la Reforma. El anticristo, del que habla el Apocalipsis, ha existido siempre en diferentes rostros de acuerdo con las modas de los tiempos. Yo creo que la reforma de Lutero y el pragmatismo calvinista, posteriormente el iluminismo, el racionalismo, el marxismo y hoy el liberalismo, no han sido más que formas adaptadas a los tiempos y a las circunstancias históricas para combatir, cada vez de una manera diversa, pero con un mismo denominador, la cultura occidental cristiana. Esto me recuerda la caricatura en donde se presentaba a Marx empujando una roca grande al abismo, y un diablo riéndose de él diciendo: "este tonto cree que va a poder con ella, yo llevo veinte siglos y no lo he hecho".



Recuperando lo antes dicho. El islam y la historia de España, la Reforma en la historia de Inglaterra, el anglicanismo, el calvinismo y el surgimiento de las dos mentalidades que habían de definir los prolegómenos de nuestra propia historia de hoy en México en 1998, a dos años del fin del milenio. Es decir la mentalidad espiritual de la Reconquista de los Reyes Católicos, de la recopilación de Indias de Felipe II, de la Batalla de Lepanto, de la Conquista Espiritual de América y, por otro lado, el pragmatismo frío, calculador, metálico, anglosajón, tan maravillosamente representados, como decía Anacleto González Flores en un discurso de 1926 que llamó Nuestra Vocación y nuestra raza: los dos grandes enemigos, la Reforma y la Contrarreforma, es decir, Felipe II de España e Isabel I de Inglaterra. Ahí están los dos polos.



Vamos a lo que nos importa de nuestra historia nacional y antecedentes culturales. Felipe II, continuando y llevando a la máxima expresión la tradición española del ideal se re-convierte a la Iglesia Católica en el Escorial, el principio de la Contrarreforma y el principio de la lucha irreconciliable que aquí vivimos hasta hoy en nuestro territorio. La Conquista ha sido calumniada por los anglosajones, es decir, por los hijos de Isabel I, como una depredación. ¡No, señores!, la depredación la hicieron los ingleses en Estados Unidos. No hay que caer en la trampa de Poinsset, el juego de Isabel I de Inglaterra, no hay que seguir pensando que la recuperación de Indias de España, tuvo el mismo espíritu de la nobleza inglesa, el pragmatismo calvinista: 'a quien más galeones asalte y más oro traiga a las arcas de la corona inglesa más títulos de nobleza recibirá; en España no fue así, de España vinieron hidalgos con una visión de evangelización que requería la espada, pero que jamás olvidaron la cruz; y la prueba más clara es el conjunto de los juicios de residencia que se hicieron a todas las autoridades que se hicieron a todas las autoridades que desempeñaban cargos públicos en la Nueva España y las condenas que se hicieron a gente como Núñez Guzman, como el virrey de Branciforte que fueron traidores a los principios de la casa de Ausburgo de la Recopilación de Indias, del fomento del mestizaje, donde el objetivo principal principal era darle al indígena la dignidad de ser humano. Que hubo abusos, los hubo, pero hay que recordar que sigue habiendo un código penal que prohibe el aborto y sigue habiendo abortos. Entonces, es indispensable entender las cosas en su momento histórico, porque si salimos del momento histórico para juzgar las cosas con un criterio propio de otro momento histórico, caeremos en graves, gravísimas injusticias.



Con este espíritu se hace pues, la América española y la América portuguesa, con el otro se hace la América del Norte. Una América del Norte que tiene un lema muy claro, derivado del pragmatismo, del pragmatismo calvinista, condensado en el 'Divino Manifiesto': "yo soy más rico, yo tengo más poder, yo estoy privilegiado y, en consecuencia, yo soy el hijo predilecto de Dios y Dios me da el derecho de aniquilar a quien es inferior a mí porque Dios me quiere más que al otro. Con esta filosofía se condujo Inglaterra, con esta filosofía se conducen sus hijos. En cambio Felipe II se condujo con la filosofía: 'yo tengo la visión de administrar los bienes terrenos por un mandato divino y por ese mandato mi obligación es dar cuentas más allá de este mundo', el haber logrado extender la Palabra de Dios. Bien lo decía Vasconcelos: 'el mundo no se divide ni en rubios ni morenos, ni en ricos y pobres, ni en aristócratas y plebeyos, estas son divisiones artificiales; los seres humanos nos dividimos tan sólo en dos: en los que creen en la finitud del hombre y los que creen que hay algo más allá de este mundo, los que quieren lograrlo todo aquí, los que creen que esto es un camino para obtener algo diferente, algo trascendente. Con esta mentalidad se condujo España, por el contrario, la conducta fría y anglosajona de los pragmatistas es la de que hay que hacer las cosas aquí y ahora, que terminó con un apetito desmesurado por los bienes materiales.



La Casa de Ausburgo se extinguió en España, y había sido, sin embargo, tan grande nuestro legado que durante su reinado se constituyeron los valores que informaron a toda nuestra civilización desde entonces, los tres valores tradicionales nos fueron enseñados en épocas pasadas y quisiera que en la de todos: la religión, la patria y la familia. Son los tres valores por los que tantos héroes dieron la vida durante la cristíada, lo que aprendimos de Dn. Anacleto González Flores, y los grandes sabios: Dios, Patria y Familia. En el norte estos son los tres valores que hay que socavar. Efectivamente, con el advenimiento de la casa de Borbón ¿qué ocurrió? En Europa, la Revolución francesa, que bajo la máscara de los principios de igualdad, libertad y fraternidad cometieron los crímenes más atroces en la historia de Europa igual que los que se cometieron con el bolchevismo en los asesinatos de la Revolución de 1910. Libertad, igualdad fraternidad, conceptos absolutamente filantrópicos pero no católicos divorciados de una concepción creyente, trascendente; absolutamente ligados con las cosas terrenas y finitas; con esa misma máscara se proyecta el iluminismo, el racionalismo y el positivismo que tuvo auge en el siglo pasado destruyendo los valores trascendentes: 'no puedo creer lo que mis sentidos no me demuestran que existe'. Claro, por lo que toca a las ciencias experimentales no podemos negar que durante el siglo pasado hubo un gran apogeo, pero ¿qué ocurrió con la metafísica, con la teología y las ciencias no experimentales? Un retroceso gigantesco que tuvo que enfrentar heroicamente a un positivismo que produjo grandes sabios, pero la mayor parte de ellos divorciados de una concepción cristiana de la vida.



Aquí, en América aquí qué ocurría. Ocurría que en los mismos años (1813) el Barón de Humbold publicó su ensayo Político Sobre las cosas de la Nueva España que fue conocido desde entonces en los Estado Unidos. Unos Estados Unidos que ya se veían profundamente influenciados por su propia ideología pragmática, inglesa, calvinista de la vida y por la masonería francesa que habían hecho la revolución. Lo que pasó es que no habían reparado que al sur había riqueza y que al sur había posibilidad de explotarlas, pero había un grave impedimento: el catolicismo, la herencia de Felipe II, entonces se preguntaron ¿cuándo podremos hacer nuestra toda esta riqueza? Y se contestaron aquél día en que aquello deje de ser hispano, y entonces eso significaba el día que aquello deje de ser católico. Y merced, a la obra que el Barón de Humbold, que con la mayor buena fe del mundo dio a conocer, cinco años después el plan estaba hecho, y de las logias norteamericanas salieron las independencias de los países hispanoamericanos que curiosamente se presentaron en fenómenos aparentemente independientes, pero todos profundamente ligados los unos a los otros, desde Texas hasta la Patagonia. Así, en el lapso de 30 años se hicieron todas las Revoluciones de Independencia y se promulgó después la doctrina Monroe, cuyo lema 'América para los Americanos' da ya una idea de cuál era el concepto de la vida del único país que tiene el nombre oficial de América. Este mensaje comenzó a traducirse inmediatamente aspectos perfectamente claros. Primero las independencias y luego lo que Poinsset concibió de una manera perversa: 'es indispensable que el hispanoamericano se desprecie a sí mismo y nos vean a nosotros como seres superiores'. La manera más ágil fue hacer que los hispanoamericanos perdieran su identidad, haciéndolos creer que son hijos de un Padre asesino, de un Padre violador, de un Padre depredador y de una madre ignorante, indigna, violada y abandonada; no permitirle que sienta el honor de ser descendiente de alguien como Pelayo o el Cid, o de héroes como Moctezuma y Cuahutemoc, no permitirle que entienda que este mestizaje fue un parto doloroso que produjo 21 patrias, más bien que se entienda como una violación que produjo una raza despreciable e inferior. Ahí nace el complejo de inferioridad de los pueblos hipanoamericanos que tan hábilmente ha trabajado los Estados Unidos del Norte. Y luego, en la destrucción de nuestros propios sistemas de gobierno, ya iniciado en las reformas borbónicas. Si ustedes comparan la primera Constitución de 1824 con la Constitución Norteamericana de 1774 encontrarán traducciones literales (el caso de otorgar al Presidente de la República Mexicana facultades para otorgar patentes de corso, algo jamás hecho en España y que más bien es una institución inglesa, heredada a Estados Unidos y se tradujo a la Constitución Mexicana). A esto siguió la destrucción de la memoria de los pueblos a través del sistema de enseñanza. Después, se fraccionó arbitrariamente al país para romper la tradición monárquica en base a calumnias. Es cierto, la monarquía había decaído en absolutismo con los Borbones, pero no por eso había dejado de ser una Institución apreciable y, desde luego, mucho más valiosa que cualquier República y digan ustedes si no se vive hoy mejor en las monarquías (Finlandia, Bélgica, España, Suecia, Noruega, etc.) que en las Repúblicas (Haití, Bolivia, Colombia, Ecuador, etc.). A la división aristotélica de los sistemas puros e impuros de gobierno dolosamente se introdujo la concepción de los sistemas estrictamente norteamericanos con calumnias a la filosofía escolástica y a la tradición aristotélica y se comenzó a confundir la monarquía con el absolutismo para poder erradicar cualquier influencia europea. Y en esta doctrina Monroe, Estados Unidos considerará una agresión a sí mismo cualquier intervención europea o cualquier intento español para reconquistar sus colonias. ¡Momento señores! Estas jamás fueron colonias españolas. No hay un sólo término en la legislación española que llame a estos lugares colonias, es un término anglosajón, estas fueron las provincias ultramarinas. Las colonias fueron las colonias anglosajonas. Entonces, la introducción del término 'colonias' está hecho con dolo para despreciarnos a nosotros mismos, para renegar de nuestra propia tradición, y así abominar de nuestra propia cultura occidental cristiana.



El primer paso estaba dado, la Independencia, después la penetración borbona en España que vino a descomponer a la propia España y que en México a través de las Logias se planteaba el segundo gran momento, es decir, la división de partidos. El segundo programa de Poinsset era el hacer de México una nación divida, que había sido una monarquía unida. Las primeras logias que se crearon en México fueron las de los escoceses y las de yorkinos y de ahí en adelante no ha vuelto a haber una patria unida. Los partidos parten, porque dividen a la nación, hacen fragmentos a la nación e impiden la concepción universal de Patria que tienen el sistema monárquico en donde se puede gobernar con un laborista, con un conservador o con un sindicalista porque siempre hay un árbitro que significa la unidad de la patria y que está como símbolo nacional más allá del interés del grupo. Aquí todavía se llama al Presidente de la República el 'primer panista' o el 'primer perredista', y los demás ¿no somos mexicanos? La visión, pues, partidista que se introdujo en el siglo pasado ha venido también tomando sus formas, sus diversas máscaras según las épocas históricas, yorkinas y escoceses, liberales y conservadores, posteriormente hay un intento de unificación cuando triunfa el liberalismo luego del aniquilamiento de la última monarquía que intentó unificar los criterios, pero ya lo había dicho Maximiliano: 'México no podrá ser una Nación mientras no acepten trabajar para la misma patria los liberales y los conservadores'. Por eso él conformó un equipo de gobierno en donde había liberales y conservadores. Y fue tan grande la fobia desatada entre los liberales contra los conservadores que entre ambos acabaron con el que los quiso unir, porque nadie entendió cuál era la visión de patria unida que se quería. Triunfaron los liberales y detrás, como siempre, estaba la mosonería de Estados Unidos que esto más que un régimen liberal surtía de armas a los dos ejércitos. Y cuando por fin Dn. Porfirio entendió que esto más que ser un régimen liberal era necesario un régimen de progreso y comenzó a apartarse de la dependencia Norteamericana, y cuando ya muy viejo se dio cuenta que lo necesario era unir a la patria, el problema ya lo había rebasado y Estados Unidos había advertido que México podía ser más rico que ellos.



En el escritorio del embajador Wilson se trazó el plan parar acabar con la base económica de México que era la producción de la tierra se creo el sistema del ejido y con él se quitó el sentido de propiedad del campesino, se impidió el sentido de explotar para bien lo de uno mismo, y al mismo tiempo se perfeccionó el proyecto de normas constitucionales que regularan en un determinado sentido la educación. Pero no obstante, todas estas tragedias y perversidad, de hacernos renegar de nuestros propios padres, subsistía el valor fundamental de la familia. La generación de los liberales de 'dientes para afuera' (de apariencia), fue seguida de la generación de la postrevolución, sin embargo, a través de la mujer mexicana siguió existiendo la familia.



El último brote, y para mí el único auténticamente patriota, fue la cristiada de 1926. Fue inicuamente abatida, traicionada y vendida por los famosos arreglos de 1929 que otorgó la amnistía por el gobierno callista a los líderes cristeros hubo más muertos que durante la guerra.



Lo que siguió fue una especie de desmoralización, se comenzó a vivir un poco del recuerdo de la forma católica. Añadan ustedes a esto el crecimiento del desarrollo de los medios de comunicación y la tecnología, la sofisticación se va haciendo mayor y más peligrosa. Hoy el enemigo tiene un trono en nuestra casa, la Televisión, está en el lugar central de la casa, es la nana más barata y de tiempo completo, que adoctrina con los 'simpson', las telenovelas, las revistas de todo tipo: ovnis, pornografía, misticismo, etc. que jamás se compararán a las grandes Novelas y obras artísticas de ayer.



En esta sociedad, hoy urge la recuperación del papel del sacerdote en la sociedad, que vuelva a tomar su principal central en la comunidad cristiana. Es decir, ¡no bajemos la guardia! Estamos a tiempo para hacerlo.



Yo quisiera concluir esta exposición que fue más bien una enumeración de fenómenos históricos poniendo de manifiesto que el enemigo no es nuevo, que el anticristo, a mi juicio, a existido siempre, me he referido a él en relación con nuestra propia historia. Terminó el marxismo, una de sus máscaras, pero ahora tiene otra: el neoliberalismo, aniquilador de la familia, aniquilador de las convicciones e identidades nacionales que nos ha vendido la fatal idea de la globalización como si fuera un fenómeno irreversible que no podemos detener; la globalización no es más que otro engaño de que tenemos que ser igual a los demás para perder el sentido de patria; y lo más trágico es que la reacción contra la globalización que se nos ha vendido como forzosa, como lengua y moneda únicas, es el fundamentalismo que aquí en México se presenta como fundamentalismo indígena. De la globalización pasamos a la reacción extrema del fundamentalismo sin entender nuestro mestizaje que es nuestra indentidad y sin entender que la solución no está ni en la ni en la izquierda, ni en la derecha, ni en los partidos políticos, sino en el sentido de trascendencia del hombre, en el humanismo trascendente, es decir, en no 'bajar la guardia'.



Yo quisiera que no olvidemos, los que somos padres de familia y los sacerdotes que hay un punto focal y superior en la sociedad, ese punto focal y superior es el sacerdote; debe, creo yo, ser el punto de referencia de la cultura cristiana, debe ser, como lo fue antes, el consejero confiable de las familias, debe ser un hombre que por su cultura, que por su investidura, que por su presentación física misma inspire respeto, inspire amor, inspire protección, inspire un sentido de superioridad para que nosotros que somos la Iglesia militante podamos ascender en nuestro nivel cultural, en lugar de que nuestros guías espirituales desciendan, como en mi diócesis ha pasado.



En fin, yo quisiera exhortarlos a que se nos oriente a los laicos para asumir nuestro papel en la sociedad y que la cultura cristiana no sucumba ante esa amenaza del Tercer Milenio. El Tercer Milenio, ¡Señores! No es nada nuevo, es lo mismo de siempre, el enemigo ha estado siempre, ahora tiene un nombre y se nos espanta con el New Age y el Nuevo Milenio, pero el fenómeno es el mismo de siempre; no caigamos en engaños y tratemos de dar testimonio en nuestra propia familia, en nuestras propias parroquias, en nuestras propias diócesis y en nuestras propias comunidades de que todavía podemos hacer una vida cristiana.



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