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El Gran Jardín del Edén.
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Autor Mensaje
J.M. Rodríguez Pardo



Registrado: 10 Oct 2003
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MensajePublicado: Sab Ene 30, 2010 11:16 am    Ttulo del mensaje: El Edén del insensato marginalista catalán Responder citando

Estimados amigos:

El insensato hace gala de su insensatez contestando un tema de Actualidad en el que yo escribo en un foro distinto. Debe ser a causa de su profunda agorafobia, que le impide salir de su estrecho reducto de este tema, sutil metáfora de la estrechez de sus mientes.

Respecto a su recomendación de privatizar todo, le diré que lo primero que tendrá que explicar es por qué Estados Unidos no privatiza sus empresas estatales y deja, en nombre del libre mercado, que las compren los chinos y sea China quien domine su economía. O por qué no lo hacen los países europeos, caso de España. Es muy fácil decir que empresas como Telefónica están privatizadas, pero resulta que si una empresa extranjera quiere comprarla, el Estado posee la acción de oro, es decir, no se vende si él no quiere. Por cierto, la empresa petrolera de Venezuela, es decir, del malévolo Hugo Chávez, se llama PDVSA, es decir, Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima, así que no veo yo eso del malvado intervencionismo por ningún lado. Eso sí, es empresa privatizada en manos estatales, por la que hubo una dura pugna en la huelga petrolera de 2002-2003 para derribar a Chávez y vendérsela después a Estados Unidos a bajo costo.

Dejémonos de monsergas sobre cómo debería ser el mundo. El mundo es como lo vemos, y ese mundo está dominado por los países más desarrollados, los de la OCDE, se compone de países que destinan más del 60 por ciento del PIB al gasto público. Eso es así, porque el Gran Jardín del Edén del insensato no ha existido ni existirá jamás. Ni siquiera habría dinero para darle una mísera pensión con la que tratarse sus serios problemas físicos y psíquicos, que le impedían rendir de forma adecuada al modo de producción capitalista. Se libró el Estado, de modo generoso, de esa pesada carga para endosársela a otros hombres más liberales que generosamente le tratan de sus problemas mentales.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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José Mª Rodríguez Vega



Registrado: 11 Oct 2003
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MensajePublicado: Sab Ene 30, 2010 8:01 pm    Ttulo del mensaje: Un hombre mierda. Responder citando

Es evidente que no escribo en el Foro de Actualidad porque allí domina este sabihondo experto en decir y soltar eso de..."Ni siquiera habría dinero para darle una mísera pensión con la que tratarse sus serios problemas físicos y psíquicos"...

Si yo me dedicara a hablar de tus miserias no acabaría nunca, lerdo mío.

Es muy instructivo ver como se recurre al cuerpo del contrario para "desprenderse" de él...Cuando para un materialista lo más sagrado, por decirlo así, ha de ser el cuerpo, y el cuerpo humano muy en concreto:<Nuestros punto de partida es siempre el «mundo de los cuerpos»...../...../.....<El «mundo de los cuerpos» se nos presenta, por tanto, como el mismo espacio práctico (operatorio) de los sujetos racionales y la conservación de los cuerpos de estos sujetos corpóreos como la «primera ley» de la sindéresis, como el principio mismo de la ética>


¿Necesita la cosa más explicación? ( http://www.fgbueno.es/edi/rec2005m.htm )

Yo, gracias a lo que sea, me encuentro cojonudo (me hago unos mil km en bicicleta al més, si hace buen tiempo!!) y los míos me dicen que soy bastante guapo. No me puedo quejar..., pero estoy pensando en tantos y tantos que tienen el cuerpo "embotado y atrofiado" por la enfermedad, que no pueden moverse, ni tan siquiera comer o hablar..., cojos, paralíticos, dementes profundos, gentes con alzheimer, deformaciones congénitas, afasicos, ciegos, etc. No se trata de "com-pasión"... Se trata de racionalismo, precisamente de racionalismo y de la ética o bioética materialista que antepone el cuerpo al "espíritu" en el que no cree:<...ni nadie que no sea un envidioso puede deleitarse con mi impotencia y mi desgracia>...Claro, está sacado de contexto la frase. Pero eso es mucho mejor que poner las cosas sin contexto alguno. Nos podríamos extender más...

Usar el ataque a cualquier cuerpo como instrumento dialéctico es repugnante!!

¿Será por eso que los comunistas (cuando lo éramos) siempre saludábamos con aquello de <¡Salud!>?

Pues salud!!
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José Mª Rodríguez Vega



Registrado: 11 Oct 2003
Mensajes: 1429

MensajePublicado: Sab Ene 30, 2010 11:45 pm    Ttulo del mensaje: Como los cangrejos 2 Responder citando

Rodríguez Pardo ha dicho:<Si la Economía es ante todo Economía Política, la privatización de empresas públicas, normalmente estratégicas, tales como aquellas dedicadas a la extracción y comercialización del petróleo, y dejarlas en manos privadas, es tanto como poner los recursos de la Nación de referencia en manos de terceros. ¿Cabe algo más suicida?>

Bien. Al margen de que "lo político" de la economía "política" no es ni mucho menos lo "público" (como si lo privado no fuese político)..., lo contrario parece entonces ser lo correcto: la estatalización de todas las empresas privadas, o por lo menos de esas empresas "normalmente estratégicas, tales como aquellas dedicadas a la extracción y comercialización del petróleo".

Esta es la receta ya fracasada del intervencionismo (que se sigue suponiendo de "izquierdas" en la época de la ecualización). Un efecto y una receta que para cualquiera no necesita ser más explicado. Fruto de este intervencionismo es la actual crisis, que sin los gobiernos y bancos centrales (dinero fiduciario) -y la ambición de los ninjas y los trabajadores bancarios- nunca hubiera podido desarrollarse.

Aparte de esto, se me ocurre que esta "estatalización" o socialización es lo que muchos países -sobre todo muchos de los países hermanos iberoamericanos- deberían hacer siguiendo el consejo de Pardo con las grandes empresas españolas afincadas en ellos: estatalizarlas a todas como hace el Hugo Chávez y otros estupendísimos populistas y grandísimos patriotas (ver por ejemplo: http://en.scientificcommons.org/javier_santiso_guimaras . Sobre todo: http://dialnet.unirioja.es/servlet/oaiart?codigo=2520213)

Así, parece, que CON LO CONTRARIO A LA PRIVATIZACIÓN, con la estatalización de todas las empresas españolas, y principalmente de las grandes ("normalmente estratégicas"), se ejercería la verdadera "economía política" -ya que parece que la empresa privada no es "política" (?)- y de paso se cortaría de golpe y cuajo la "tendencia al Imperio", pues "Imperio", tanto el generador como el depredador, es EXPANSIÓN de las empresas españolas -u otras- fuera, por el mundo entero, expansión y dependencia. Precisamente la tesis de Gustavo Bueno y de otros materialistas de un «Continente iberoamericano» o bloque responde a una realidad de biocenosis no precisamente ni necesariamente armonista: <La situación del planeta al inicio del siglo XXI permite reconsiderar las posibilidades de futuro que pueda tener la transformación del Continente iberoamericano en una unidad con algún tipo de significación política, económica y cultural, que no implicará el aislamiento del resto de los continentes, principalmente por los vínculos con España y Portugal, y por la creciente presencia de población hispana en el continente angloamericano.>
Suponemos que "lo económico" no es aquí un significado de "cooperación" de justísimos "equivalentes"... El desarrollo, para serlo, ha de ser, por supuesto, desigual (pues es plural), porque desigual es el punto de partida (Cf. Págs. 258 y 259).
................

A pesar de todo:
<Repsol anunció a finales de julio la firma de un contrato con el Gobierno venezolano para afianzar su presencia en el país, uno de los más ricos en petróleo y gas del mundo. La comapañía presidida por Antonio Brufau también llegó a un acuerdo para el suministro de gas natural en Estados Unidos. Además, el director general de Operaciones de la petrolera afirmó recientemente que “Brasil es el futuro de Repsol”, gracias a los recientes descubrimientos de yacimientos de gas y petróleo que han hecho y porque el país es políticamente más estable que Argentina o Bolivia. Por su parte, Gas Natural recibió la autorización del Gobierno italiano para construir una regasificadora en Trieste (al norte) por 500 millones de euros.>

¡Que se liquide todo esto!, ya que...dejar a estas grandes empresas "en manos privadas, es tanto como poner los recursos de la Nación de referencia en manos de terceros". Esta es pues, otra bonita flor en mi Gran Jardín del Edén...¿Cabe algo más idílico y bello? Adiós.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Dom Ene 31, 2010 12:22 pm    Ttulo del mensaje: Insensatez exponencial Responder citando

Estimados amigos:

El insensato eleva su insensatez ya de por sí preocupante repitiendo sus argumentaciones, como si las mías no existieran, y quejándose porque le pisotean su soberana insensatez subjetiva con «insultos». Debe ser que epítetos proferidos por la sucia lengua catalana del insensato, tales como «pardillo», «lerdo», «enano», «progre», «copto fanático», «proles», «epsilones» y basura similar que surgió más allá del pútrido arco de sus dientes desde el primer día que pisó estos foros, no son insultos. Claro, la soberana subjetividad olvida lo que dice debido a sus graves dolencias psíquicas, propias de un esquizofrénico que a los cinco minutos no se acuerda de lo que ha dicho. Habrá que decir eso para ser generoso con él, y no llamarle directamente majadero y basurero.

Respecto a la distinción entre lo público y lo privado, en ningún momento la he manejado. Yo he dicho que existen muchas empresas estatales privatizadas, pero en manos estatales. Así que ninguan división entre público y privado hay ahí. Para todo lo demás, sus insultos se los come con pan, que están muy ricos y la coprofagia es la consecuencia natural de la esquizofrenia aguda que padece. Bon dia, barrufet.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Dom Ene 31, 2010 11:29 pm    Ttulo del mensaje: Las guerras del guerrero. Responder citando

Lean y aprendan: http://www.elrevolucionario.org/rev.php?articulo1590

<¿Cuántas veces ha ido el lector al mercado a cambiar un billete de un dólar por otro billete idéntico y luego otra vez y otra…?> Esto lo preguntamos a los que cambian "equivalentes"!!
....................


Hay que ser jocosos y dicharacheros, hay que ser como esta perla archirevolucionaria que es nuestro inefable progre Diego Guerrero. ¡Qué manía le tengo! No le negaran ustedes cierto gracejo:<Bueno, yo les diría que en todo caso yo no soy un marxista trasnochado, sino más bien trasnochador, porque ayer me acosté a las cinco...> Poneos, pues, al día, atontados, ya que un marxista moderno es un marxista "trasnochador", que se acuesta a las cinco ¿comprendéis?. Porque eso es "estar al día"...<Y en cualquier caso, se puede defender las teorías de Marx y estar al día.>, ya que estar al día es estar como está el guerrero, pensando con el resacón que "del pensamiento de Marx todo es relevante y todo es muy útil para la realidad actual, hasta el punto de que cuando uno lo lee parece que está escribiendo sobre el momento presente, sobre el siglo XXI, más que sobre el siglo XIX, ¿no?" Sí. Parece que aún esté haciendo hoy sus escarceos amorosos con los muslos ocultos de la Lenche de su pobrecita y proletaria criada:<Si Marx intentó (tras estuprar a su criada) que las proletarias dejaran de ser abusadas sexualmente (y cargadas de prole bastarda) por capitalistas mal nacidos...>, como dijo el necio de Fernando Arrabal, ya que es y fue muy cierto que Carlos Marx tuvo un hijo con su criada, la muy actual Lenche Demuth, y se lo endosó a su muy actual amigo el Federico Engels. Hoy, actualmente, a esta violencia actual de sexo la llamarían los actuales lerdos "violencia de género presente", por eso es que a Marx es muy bueno actualizarlo al leerlo, como hace el Diego Guerrero, ya que..."Realmente, su modelo se refiere a una sociedad que se parece más a la nuestra que a la suya, y es una delicia leerlo desde todos los puntos de vista" ¡Estupendo, delicioso! O ya hemos llegado al comunismo y yo con estos pelos, o ya hemos llegado a su "modelo" -el de Marx- que era por lo que se ve el modelo del Mercado pletórico y del capitalismo triunfante hasta en la China comunista. Lo que ocurre y lo que ha ocurrido es que el famoso "manar a borbotones la riqueza social" del supuesto Orden Nuevo hiperproductivo es un logro -no deseado por estos izquierdosos- del capitalismo liberal y, entre otras cosas, gracias al fracaso del comunismo del Gulagggg y otras prendas de similar caletre, pero, sobre todo a "La Conclusión del sistema marxiano", conclusión apoteósica y no sólo teórica, y de la cual no se enterarán nunca nuestro bravos y entusiastas guerreros.

¿Pero hacia donde vamos?, le preguntan al joven guerrero rojo...Y el joven guerrero responde:<Yo creo que vamos, como decía el propio Marx, hacia el comunismo> ¡Hecho! No hay duda. La meta de este empedernido ciclista es el comunismo de siempre, la igualación imposible de la miseria. Por muy fuerte que esté el capitalismo incluso con la actual crisis, por muy amodorrados que estén y sigan estando los archirevolucionarios pueblos del planeta entero, vamos ¡como no! hacia el comunismo de siempre, moderno, de hoy en día, actual... Lo que ocurre, claro, es que infinitos son los caminos que conducen al Señor:<Lo que pasa es que desde luego no vamos en línea recta, ni se ve mirando hacia delante el comunismo tan fácilmente.> Este es el famoso desarrollo en "zig-zag", un paso adelante y mil pasos atrás. Lenin redivivo. Únicamente los grandes guerreros ven bien la realidad, pues son ellos los que sí saben que no vamos hacia ese comunismo ni en linea recta, ni lo vemos mirando hacia delante tan fácilmente. Para ver cosas tan sublimes es necesario tener puestos los anteojos del guerrero excursionista:<Es decir, tenemos una serie de montañas y una serie de..., de accidentes geográficos, que nos impiden ver a dónde vamos, ¿no? Hay que elevarse un poco por encima para saber por dónde sigue el camino, y precisamente para esto sirve estudiar y analizar, pues para elevarse, digamos, sobre lo que son las creencias que difunden los medios de comunicación, que mayoritariamente difunden creencias que no son correctas, o que están impregnadas de ideología, etcétera...> Lo primero para saber a donde vamos es saber qué buscamos, y este guerrero parte ya del supuesto de que él sabe qué cosa es el comunismo y parece creer -o da por descontado- que también lo sabemos nosotros, o que el viejo Moro Marx -que de ese comunismo jamás habló-, también lo supiera. La "elevación" del professsor Guerrero debe ser muy alta para poder ver lo que nadie ha visto jamás. Él sabe por dónde sigue el camino al margen de la necia doxa plebeyuna que nos meten en el cerebro los clásicos opiadores del mundo. La ideología es entonces -no el comunismo en sí-, sino todo aquello que "no ve el comunismo" ni el camino que nos conduce tortuosamente pero ineluctablemente a él. Es por eso que son el estudio y el análisis de las alturas montañosas los que nos alejan de la plebe proletaria (que ni estudia ni analiza desde tan alto, pues al fin y al cabo es esa plebe proletaria la que supuestamente nos tendría que traer el comunismo). Altísimos estudios y análisis que le "vienen de fuera" (como decía el gran Lenin), que le vienen a los pobres proles y demás plebe indocta de las cabezas elevadas y clarividentes que saben ver por encima de los accidentes geográficos de las ideologías en acto. ¡Vaya un fundamentalista! El intelectual orgánico queda reducido al partido y el partido queda reducido aquí y ahora al professsorrrr. Esto mismo nos dicen del Paraíso y de Dios los curas: que está "más allá", después de algunas sinuosas curvas o penitencias... El comunismo entonces, "se eleva por encima de las colinas y tal que nos tapan"... ¡Qué manía con las "alturas"! Este hombre está elevándose a toda hora.
Desde esas alturas del análisis y los altos y encumbrados estudios, nuestro bonhome el aguerrido archirevolucionario <...ve que efectivamente el comunismo no es algo que alguien se haya inventado, una receta sacada de la imaginación, sino que es algo que ya se empieza a ver en nuestra propia sociedad.> ¡Está muy claro! Está ahí, ¿no lo ven ustedes? El comunismo es lo que salga de esta sociedad sea lo que sea, y ella, la sociedad, lo ve, pues <...es algo que forma parte de la dinámica capitalista, ¿no?>, dice. ¡Pues no! De la dinámica capitalista lo que sale es más capitalismo, más riqueza, y por tanto más desigualdad. La desigualdad se explaya con el capitalismo al explayarse la riqueza de manera desigual (Página 260 de El Fundamentalismo), mientras que con el socialismo se contrae, y con esa contracción por la igualdad se angosta la riqueza y deviene lo que los mercados socialistas ya conocen de sobras: los anaqueles vacíos y nada de Mercado pletórico, el horror ì]vacui[/i] de Wojciech Jaruzelski.
Usted, señor professsorrr no da una y pretende mostrarnos la misma y radiante exuberancia que otro Gran Alumbrado:<El hombre superior hace consciente en sí mismo esta ley y encuentra la filosofía.>. El hombre superior ve el comunismo allí en lontananza y encuentra con toda naturalidad que "hay que elevarse un poco por encima para saber por dónde sigue el camino" y al mirar -por encima- encuentra la filosofía, y con ella lo ve, ve al comunismo allí a lo lejos, esperando al insigne professsorrr o a no sé quién a que lo agarre y lo ponga en práctica. Esta es la suprema filosofía del "hombre superior" phantoche.

Y cuando los castillos de naipes se derrumban con estrépito, entonces al mago Akinator, al guerrero comunista, se le ocurre que esto es y fue debido a que...<Fallaron los primeros intentos –es verdad que lo intentaron con buena voluntad, con buena fe y tal, pero seguramente no estaban maduras las condiciones, y entonces los proyectos se corrompen— y además históricamente los primeros intentos nunca son fáciles de que triunfen, ¿no?> Pues otra vez no! ¡Con "buena voluntad, con buena fe y tal"! Dice el guerrero del estalinismo y del Pol Pot de Phnom Penh. Y como las "condiciones no estaban maduras entonces los proyectos se corrompen", se corrompen con cincuenta millones de asesinatos, con esos costes excesivos (página 272) de los cuáles este buenazo de professorrrr ni se acuerda.
Las "condiciones nunca están maduras" para cualquier Adviento y siempre los profetas resultan falsos y prematuros ¡¿cuando vendrá por fin a la tierra el Paraíso luterano del comunismo?!, ya que "desde Platón los filósofos -como el professorrr- quisieron cambiar el mundo, pero había que determinar qué caminos eran posibles o deseables...Y lo que los filósofos habían hecho hasta entonces no era tanto intentar conocer lo que es el hombre, sino intentar infructuosamente determinar que caminos eran posibles y cuales eran imposibles"...(página 273). Por eso es necesario según estos inasequibles al desaliento, que los primeros intentos fracasen, ya que "nunca son fáciles"... Tenemos pues, que esperar a un segundo o tercer intento para cambiar el mundo sin ni saber esta gloriosa vez si va a costar otros cincuenta millones o más de muertos. Es evidente que -a mi modo de ver- detrás de todo esto hay una suciedad moral inaudita que consiste en lo de siempre y que ya criticó Raimond Aron mejor que nadie, a saber: que los gurús del porvenir sacrifican siempre gustosos el presente real a las ficciones futuras de su sucia y voluntariosa phantasmata;<Se intentará varias veces y podrá fracasar varias veces, pero es que la sociedad actual, tal y como está organizada ahora económicamente, no tiene futuro, porque está llena de problemas, de problemas crecientes, de antagonismos, de miseria, de guerra, lo estamos viendo todos los días...> Por tanto para el ,professorrr guerrero el comunismo es la sociedad no alienada, sin antagonismos, sin "problemas crecientes", sin miseria, etc. Debemos, pues, superar esta "alienación" del Género Humano por medio del comunismo que es o será la "organización económica de la sociedad" de una manera definitivamente homogénea, sin desigualdades...¿Es esta esa clase homogeneizada de Hegel y de Marx de la que habla Bueno en la página 271 de El fundamentalismo democrático?

La sabiduría tapa-agujeros del professorrr es pasmosa:<...es decir, la gente no come, a la gente le pegan un tiro, y todo eso tiene que ver con el sistema de organizar la economía y con el mercado...> El mercado es el demonio capitalista, pues la gente comía muy bien en el socialismo real y en la experiencia y práctica reales y a esos cincuenta millones de muertos ningún comunista real les pegó un tiro. Este fundamentalista arreglamundos posee un lado oscuro de la virtud bastante notable y no lo sabe. Cree y predica la posibilidad de que el hombre deje de ser hombre y se transforme en comunista, es decir, en un buen exceso de humanidad, que coma hasta hartarse con sus recursos nunca escasos y que en un sublime pacifista "abajo las armas" no reciba nunca más un tiro...

Y a la pregunta de... ¿Qué diferencias tendría ahora el nuevo comunismo?, responde:<Pues la diferencia esencial es que se atendería a las necesidades de la gente, y no al beneficio, como punto de partida...../...../.....el beneficio será una consideración secundaria. Por tanto, lo que hay que cambiar es que todo esté girando en torno al beneficio.> ¡Esta es la cuestión! Con el comunismo la cosa girará en torno a las pérdidas, ya que para estos lumbreras eso de las "necesidades" no es la satisfacción de un bien (bene, beneficĭum), no es un beneficio, sino la satisfacción del comunismo como escasez, como miseria. Él y sólo él trabajaría como professorrr para ganar siempre menos, para satisfacer la miseria y el decrecimiento del no beneficio (pues sin beneficios no hay ahorros que valgan). Para estos masoquistas la economía es la búsqueda del dolor contrito que altruistamente dejan eso del beneficio como una cuestión "secundaria". ¿Qué se invertirá y cómo se reinvertirá para el logro y recurrencia de la reproducción de la sociedad comunista? Esto no se explica jamás como nunca se explicó la caída del Maná del Cielo, pues la magia de este marxismo ramplón muta el claro concepto de "beneficio" para la reinversión y la reproducción y consumo capitalista y burgues por el de "excedente" -¡secundario!- acaparado por el Estado comunista para la reproducción de las galletas comunistas. El ahorro reaparece como la parte que el Estado quita a los comunistas para la reproducción austera comunista..., ya no es, pues, el ahorro que el capitalista quita a los proles comunistas y que reinvierte en la reproducción capitalista, sino su opuesto nominalista, a saber, que el Estado socialista quita a todos para al final bajar la persiana y decirle a los capitalistas: "Os vendemos entera la Unión Soviética", os vendemos entero este inmenso desastre al cual aún llamamos "socialismo". Y es que no hay problemas para estos equitativos que crecen que crecerán con sus cambios entre justos y angelicales "equivalentes". "Excluyen de su sistema, por hipótesis, la fastidiosa realidad y mientras logran mantener en pie tal exclusión, no entran en conflicto con ella... (Eugenio Von Böhm-Bawerk La conclusión del sistema marxiano, pág. 133 y ss.)

El «economista brujo» nos dice:<Por tanto, lo que hay que cambiar es que todo esté girando en torno al beneficio (y si no hay beneficio se deja de producir, se deja de crear empleo y se provocan todos los demás problemas de este sistema), y darle la vuelta a todo el sistema y hacerlo girar en torno a la satisfacción de las necesidades de toda la gente, las necesidades en las que la gente coincide expresadas democráticamente, no expresadas a través de la camisa de fuerza que significa el capitalismo, en la cual, o dentro del cual unos pocos votan mucho y tienen mucho que decir, pero la mayoría prácticamente no puede decir nada.>
¡Que grandiosidad! Ahora el comunismo advendrá para este fundamentalista "en torno a la satisfacción de las necesidades de toda la gente, las necesidades en las que la gente coincide expresadas democráticamente". El proletariado elevado a clase universal desaparece aquí para ser suplantado por las necesidades de TODA la gente..., por las necesidades en las que la gente coincide... democráticamente" Este es el "socialismo posterior a Marx del que hablaba (Böhm-Bawerk en La conclusión del sistema marxiano, pág. 170 y ss.)

<Pero saber, por ejemplo, que va a llover siempre hacia abajo, normalmente, o que los ríos también bajan cuando llegan, cuando se dirigen hacia el mar, es muy distinto de saber, cuando nace un río, por dónde va, por dónde va a transcurrir exactamente, ¿no?>

Y esto lo sabe Diego Guerrero el «economista brujo». El río del comunismo postmarxista ya ha nacido y ya sabemos. dice, "por dónde va, por dónde va a transcurrir exactamente...¿no?"

<Yo creo que es una muestra más de las catástrofes que se producen de hecho y que se seguirán produciendo de forma creciente en un mundo que está dominado por la racionalidad catastrófica, es decir, donde cada cual toma sus decisiones por su cuenta, donde no se piensa que hay que sistematizar la cooperación, donde es imposible cooperar de forma sistemática, porque el sistema se basa en que..., en que cada uno decida por su cuenta, en contra de los intereses de los demás –o en cualquier caso, sin tener en cuenta los intereses de los demás.>

Esto de la "racionalidad catastrófica"es una paradoja típicamente marxista, es decir, mejor, típicamente marxistoide, de aquellas cosas que al viejo Moro le hubiera gustado pulverizar... Es la racionalidad burguesa vil-ipendiada de manera desesperada, ya que si la cosa odiada es racional por lo menos ha de ser funesta, catastrófica. La contradicción de los términos es lo de menos ya que se trata de lo de siempre, a saber, creer que este mundo ha de ser "racional" en todo ahora y siempre. Pero este "defecto" del irrealismo político es un defecto típicamente liberal como bien enseñó el realista de Hans J. Morgenthau en sus Escritos sobre política internacional (Tecnos 1990. Pág. 39) y que es común a todos los alumbrados de este corrupto y sublunar mundo.

Con todo, la realidad es que el comunismo resultó ser -como socialismo real- una real irracionalidad catastrófica, una completa irrecurrencia, la mayor del siglo XX junto con las dos grandes guerras provocadas por un socialismo o nacionalsocialismo (con cincuenta millones de muertos, pero estos muertos no lo fueron de las dos grandes guerras, sino de ese socialismo, como dice Gustavo Bueno).

Por nuestra cuenta lo hacemos todo, incluso eso del pensar que hay que "sistematizar la cooperación" (¡como si la producción capitalista no fuese un sistema, una gran "cooperación" de empresas, de proyectos, de inversiones, de trabajos, etc., mil veces más cooperante y sistematizada que las mil phantasías de este comunistiya o «economista brujo»!) Como siempre, los brujos y los gurús del espléndido futuro, nos prometen todo lo bueno idílico y nos niegan la cruda realidad que consiste en que cada cual todo lo hace "por su cuenta" y sin que le importen mucho eso de los intereses de los demás (y así es y así debe ser! ¡Como si la oferta no contara con la demanda!, qué genio...), pues saben de sobras que los demás hacen y harán siempre lo mismo que ellos, y que es de eso de cada cual "por su cuenta" lo que surge y llamamos y entendemos por "mercado". El resultado de tantas particulares y egoístas "cuentas" es el intercambio generalizado, el mercado en el cual cuando los intercambios prosiguen y en el que siempre ganan todos, pues nadie es tan tonto que cambie con otro algo cuyo resultado sea el inalterado y supuesto cambio de los justísimos "equivalentes" (pues de aquí puede salir ilesa la teoría de la plusvalía marxista, pero salen muy mal paradas las políticas de aumentos salariales, ya que -en esta absurda teoría del sagrado nivel- es el salario obrero lo "justo" necesario, es decir, un equivalente como otro cualquiera enfrentado al empresario o egoísta patrono. Por lo que parece, los cambios entre equivalentes son todos y en todas partes equivalentes, menos en los cambios del trabajo vivo por el salario. Aquí reina la objetiva subjetividad: cada cual aguanta porque le conviene.

Claro que con el marxismo o con Marx, ni con la superación teórica de Marx, no acabó el socialismo ni los sueños del incansable comunismo y de los incansables comunistas... Este socialismo, tanto teórico como práctico, como dijo el genio de Eugenio Böm.Bawerk, existirá posteriormente a Marx, pues "así como existió un socialismo antes de Marx, así continuará existiendo también después de él", ya que la "fuerza motora del socialismo" consiste entre otras cosas en la famosa `gota de aceite´ con que hoy los políticos -y los señores professores- tratan por doquier de lubricar sus propuestas en beneficio propio. "Se aprovechan aún de los soportes más sólidos del socialismo que no están en la mente convencida de sus defensores, sino en sus corazones, en sus deseos y esperanzas" por venales y veniales que sean (Cf. Eugenio Von Böhm-Bawerk en La conclusión del sistema marxiano, pág. 170 y ss.). La ingenuidad práctica es un crimen de lesa majadería. Esta ha sido mi flor de hoy.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Lun Feb 01, 2010 6:43 am    Ttulo del mensaje: Autismo del insensato Responder citando

Estimados amigos:

El insensato se dedica ahora a escribir en su auténtico autismo sobre cuestiones que no vienen al caso. Como vio que no pudo enredarme en sus sofismas, ahora huye hacia adelante citando a autores que no vienen al caso. Yo no escribo en El Revolucionario, aunque me llama la atención la inquina con la que ataca a sus autores y colaboradores, inquina que no he visto que manifieste contra periódicos como El Mundo o El País.

En el colmo de la insensatez, habla de socialismo invocando un fantasma, sin entender que el socialismo específico caído en 1991 no invalida el socialismo genérico de toda sociedad política, al que insensatos como Von Mises jamás llegaron, dada su cortedad de miras y plomizo discurso. Mal ejemplo para curarse de sus graves dolencias elige el insensato. Yo, que intento encauzarle generosamente para que no sufra más antes de asilarse, me encuentro con que se abraza a las obras de esos falsos profetas, ya desechados los del socialismo real que tan bien abrazó en el PSUC de sus entretelas. En fin, insensato, Soc de la Penya i ho sento si aixó t´ emprenya.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Lun Feb 01, 2010 9:11 am    Ttulo del mensaje: Responder citando

¿Y a ti qué te importa?

Parece mentira que un filósofo tan grande como tú, dedique su tiempo a un enano vulgar como yo.

Te estás haciendo famoso y llenando de mierda por mi roce... ¡Animo! que acabarás ridiculizándote una vez más.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Lun Feb 01, 2010 1:30 pm    Ttulo del mensaje: Generosidad Responder citando

Estimados amigos:

En nombre de la virtud ética de la generosidad intento enseñar al que no sabe, esto es, al insensato, aunque éste no lo valore en su justa medida. Intento sacarle de su Gran Jardín del Edén liberal, que sobresale entre otros edenes como el del oasís catalán donde se encuentra, unido así el liberalismo con el separatismo en la insensata y soberana subjetividad. Así, gracias a tan benefactora acción, quizás pueda vivir unos cuantos años más y equipararse al español promedio, del que tanto se ha alejado últimamente según las últimas encuestas, dadas sus dolencias psíquicas y psíquicas. Eso de atribuir cosas que no se dicen a otra persona indica esquizofrenia paranoide, algo que puede curarse con buena filosofía. Para eso estamos.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Lun Feb 01, 2010 3:10 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

¿Y a ti qué te importa?

Parece mentira que un filósofo tan grande como tú, dedique su tiempo a un enano vulgar como yo.

Te estás haciendo famoso y llenando de mierda por mi roce... ¡Animo! que acabarás ridiculizándote una vez más.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mar Feb 02, 2010 9:06 am    Ttulo del mensaje: El día de la marmota Responder citando

Estimados amigos:

El gran barrufet se encuentra preso de un grave complejo de inferioridad, su Superyo se ha vuelto un Ego diminuto que sólo repite argumentaciones (como si viviera prisionero del tiempo) y se siente a la altura de la última hez. Supongo que será consecuencia, como ya se comentó en estos foros, de haber abandonado la teoría del valor-trabajo en nombre de la utilidad marginal de su propia subjetividad. Una verdadera degeneración mental que le pondrá a la altura de grandes autores como el del hombre que leía tres libros a la vez y no entendía ninguno. Ha llegado a decir que Aristóteles es marginalista (sic) y que los escolásticos formaban una Escuela de Salamanca, algo ridículo, pues órdenes tan opuestas como los agustinos, dominicos y jesuitas (habiendo disputado estos últimos de forma tan enconada en la cuestión de auxiliis sobre la libertad humana), iban a elaborar teoría económica tan valiosa cuando en aquella época la Economía ni siquiera formaba una disciplina definida, sino que era una parte de la Filosofía Moral. En fin, visca la demagogia demoliberal, visca el Barça.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Mar Feb 02, 2010 4:46 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Este tío está enfermo y hace el ridículo de manera evidente....No pienso discutir con este demente enfermo ni una sola vez más. Meto lo mismo por lo que el mete también lo mismo: para "taparme".... No volveré aludirle ni indirectamente.

Lo que ocurre es una demostración de que estos Foros están requetemuertos.
.....................

Lean y aprendan: http://www.elrevolucionario.org/rev.php?articulo1590

<¿Cuántas veces ha ido el lector al mercado a cambiar un billete de un dólar por otro billete idéntico y luego otra vez y otra…?> Esto lo preguntamos a los que cambian "equivalentes"!!
....................


Hay que ser jocosos y dicharacheros, hay que ser como esta perla archirevolucionaria que es nuestro inefable progre Diego Guerrero. ¡Qué manía le tengo! No le negaran ustedes cierto gracejo:<Bueno, yo les diría que en todo caso yo no soy un marxista trasnochado, sino más bien trasnochador, porque ayer me acosté a las cinco...> Poneos, pues, al día, atontados, ya que un marxista moderno es un marxista "trasnochador", que se acuesta a las cinco ¿comprendéis?. Porque eso es "estar al día"...<Y en cualquier caso, se puede defender las teorías de Marx y estar al día.>, ya que estar al día es estar como está el guerrero, pensando con el resacón que "del pensamiento de Marx todo es relevante y todo es muy útil para la realidad actual, hasta el punto de que cuando uno lo lee parece que está escribiendo sobre el momento presente, sobre el siglo XXI, más que sobre el siglo XIX, ¿no?" Sí. Parece que aún esté haciendo hoy sus escarceos amorosos con los muslos ocultos de la Lenche de su pobrecita y proletaria criada:<Si Marx intentó (tras estuprar a su criada) que las proletarias dejaran de ser abusadas sexualmente (y cargadas de prole bastarda) por capitalistas mal nacidos...>, como dijo el necio de Fernando Arrabal, ya que es y fue muy cierto que Carlos Marx tuvo un hijo con su criada, la muy actual Lenche Demuth, y se lo endosó a su muy actual amigo el Federico Engels. Hoy, actualmente, a esta violencia actual de sexo la llamarían los actuales lerdos "violencia de género presente", por eso es que a Marx es muy bueno actualizarlo al leerlo, como hace el Diego Guerrero, ya que..."Realmente, su modelo se refiere a una sociedad que se parece más a la nuestra que a la suya, y es una delicia leerlo desde todos los puntos de vista" ¡Estupendo, delicioso! O ya hemos llegado al comunismo y yo con estos pelos, o ya hemos llegado a su "modelo" -el de Marx- que era por lo que se ve el modelo del Mercado pletórico y del capitalismo triunfante hasta en la China comunista. Lo que ocurre y lo que ha ocurrido es que el famoso "manar a borbotones la riqueza social" del supuesto Orden Nuevo hiperproductivo es un logro -no deseado por estos izquierdosos- del capitalismo liberal y, entre otras cosas, gracias al fracaso del comunismo del Gulagggg y otras prendas de similar caletre, pero, sobre todo a "La Conclusión del sistema marxiano", conclusión apoteósica y no sólo teórica, y de la cual no se enterarán nunca nuestro bravos y entusiastas guerreros.

¿Pero hacia donde vamos?, le preguntan al joven guerrero rojo...Y el joven guerrero responde:<Yo creo que vamos, como decía el propio Marx, hacia el comunismo> ¡Hecho! No hay duda. La meta de este empedernido ciclista es el comunismo de siempre, la igualación imposible de la miseria. Por muy fuerte que esté el capitalismo incluso con la actual crisis, por muy amodorrados que estén y sigan estando los archirevolucionarios pueblos del planeta entero, vamos ¡como no! hacia el comunismo de siempre, moderno, de hoy en día, actual... Lo que ocurre, claro, es que infinitos son los caminos que conducen al Señor:<Lo que pasa es que desde luego no vamos en línea recta, ni se ve mirando hacia delante el comunismo tan fácilmente.> Este es el famoso desarrollo en "zig-zag", un paso adelante y mil pasos atrás. Lenin redivivo. Únicamente los grandes guerreros ven bien la realidad, pues son ellos los que sí saben que no vamos hacia ese comunismo ni en linea recta, ni lo vemos mirando hacia delante tan fácilmente. Para ver cosas tan sublimes es necesario tener puestos los anteojos del guerrero excursionista:<Es decir, tenemos una serie de montañas y una serie de..., de accidentes geográficos, que nos impiden ver a dónde vamos, ¿no? Hay que elevarse un poco por encima para saber por dónde sigue el camino, y precisamente para esto sirve estudiar y analizar, pues para elevarse, digamos, sobre lo que son las creencias que difunden los medios de comunicación, que mayoritariamente difunden creencias que no son correctas, o que están impregnadas de ideología, etcétera...> Lo primero para saber a donde vamos es saber qué buscamos, y este guerrero parte ya del supuesto de que él sabe qué cosa es el comunismo y parece creer -o da por descontado- que también lo sabemos nosotros, o que el viejo Moro Marx -que de ese comunismo jamás habló-, también lo supiera. La "elevación" del professsor Guerrero debe ser muy alta para poder ver lo que nadie ha visto jamás. Él sabe por dónde sigue el camino al margen de la necia doxa plebeyuna que nos meten en el cerebro los clásicos opiadores del mundo. La ideología es entonces -no el comunismo en sí-, sino todo aquello que "no ve el comunismo" ni el camino que nos conduce tortuosamente pero ineluctablemente a él. Es por eso que son el estudio y el análisis de las alturas montañosas los que nos alejan de la plebe proletaria (que ni estudia ni analiza desde tan alto, pues al fin y al cabo es esa plebe proletaria la que supuestamente nos tendría que traer el comunismo). Altísimos estudios y análisis que le "vienen de fuera" (como decía el gran Lenin), que le vienen a los pobres proles y demás plebe indocta de las cabezas elevadas y clarividentes que saben ver por encima de los accidentes geográficos de las ideologías en acto. ¡Vaya un fundamentalista! El intelectual orgánico queda reducido al partido y el partido queda reducido aquí y ahora al professsorrrr. Esto mismo nos dicen del Paraíso y de Dios los curas: que está "más allá", después de algunas sinuosas curvas o penitencias... El comunismo entonces, "se eleva por encima de las colinas y tal que nos tapan"... ¡Qué manía con las "alturas"! Este hombre está elevándose a toda hora.
Desde esas alturas del análisis y los altos y encumbrados estudios, nuestro bonhome el aguerrido archirevolucionario <...ve que efectivamente el comunismo no es algo que alguien se haya inventado, una receta sacada de la imaginación, sino que es algo que ya se empieza a ver en nuestra propia sociedad.> ¡Está muy claro! Está ahí, ¿no lo ven ustedes? El comunismo es lo que salga de esta sociedad sea lo que sea, y ella, la sociedad, lo ve, pues <...es algo que forma parte de la dinámica capitalista, ¿no?>, dice. ¡Pues no! De la dinámica capitalista lo que sale es más capitalismo, más riqueza, y por tanto más desigualdad. La desigualdad se explaya con el capitalismo al explayarse la riqueza de manera desigual (Página 260 de El Fundamentalismo), mientras que con el socialismo se contrae, y con esa contracción por la igualdad se angosta la riqueza y deviene lo que los mercados socialistas ya conocen de sobras: los anaqueles vacíos y nada de Mercado pletórico, el horror ì]vacui[/i] de Wojciech Jaruzelski.
Usted, señor professsorrr no da una y pretende mostrarnos la misma y radiante exuberancia que otro Gran Alumbrado:<El hombre superior hace consciente en sí mismo esta ley y encuentra la filosofía.>. El hombre superior ve el comunismo allí en lontananza y encuentra con toda naturalidad que "hay que elevarse un poco por encima para saber por dónde sigue el camino" y al mirar -por encima- encuentra la filosofía, y con ella lo ve, ve al comunismo allí a lo lejos, esperando al insigne professsorrr o a no sé quién a que lo agarre y lo ponga en práctica. Esta es la suprema filosofía del "hombre superior" phantoche.

Y cuando los castillos de naipes se derrumban con estrépito, entonces al mago Akinator, al guerrero comunista, se le ocurre que esto es y fue debido a que...<Fallaron los primeros intentos –es verdad que lo intentaron con buena voluntad, con buena fe y tal, pero seguramente no estaban maduras las condiciones, y entonces los proyectos se corrompen— y además históricamente los primeros intentos nunca son fáciles de que triunfen, ¿no?> Pues otra vez no! ¡Con "buena voluntad, con buena fe y tal"! Dice el guerrero del estalinismo y del Pol Pot de Phnom Penh. Y como las "condiciones no estaban maduras entonces los proyectos se corrompen", se corrompen con cincuenta millones de asesinatos, con esos costes excesivos (página 272) de los cuáles este buenazo de professorrrr ni se acuerda.
Las "condiciones nunca están maduras" para cualquier Adviento y siempre los profetas resultan falsos y prematuros ¡¿cuando vendrá por fin a la tierra el Paraíso luterano del comunismo?!, ya que "desde Platón los filósofos -como el professorrr- quisieron cambiar el mundo, pero había que determinar qué caminos eran posibles o deseables...Y lo que los filósofos habían hecho hasta entonces no era tanto intentar conocer lo que es el hombre, sino intentar infructuosamente determinar que caminos eran posibles y cuales eran imposibles"...(página 273). Por eso es necesario según estos inasequibles al desaliento, que los primeros intentos fracasen, ya que "nunca son fáciles"... Tenemos pues, que esperar a un segundo o tercer intento para cambiar el mundo sin ni saber esta gloriosa vez si va a costar otros cincuenta millones o más de muertos. Es evidente que -a mi modo de ver- detrás de todo esto hay una suciedad moral inaudita que consiste en lo de siempre y que ya criticó Raimond Aron mejor que nadie, a saber: que los gurús del porvenir sacrifican siempre gustosos el presente real a las ficciones futuras de su sucia y voluntariosa phantasmata;<Se intentará varias veces y podrá fracasar varias veces, pero es que la sociedad actual, tal y como está organizada ahora económicamente, no tiene futuro, porque está llena de problemas, de problemas crecientes, de antagonismos, de miseria, de guerra, lo estamos viendo todos los días...> Por tanto para el ,professorrr guerrero el comunismo es la sociedad no alienada, sin antagonismos, sin "problemas crecientes", sin miseria, etc. Debemos, pues, superar esta "alienación" del Género Humano por medio del comunismo que es o será la "organización económica de la sociedad" de una manera definitivamente homogénea, sin desigualdades...¿Es esta esa clase homogeneizada de Hegel y de Marx de la que habla Bueno en la página 271 de El fundamentalismo democrático?

La sabiduría tapa-agujeros del professorrr es pasmosa:<...es decir, la gente no come, a la gente le pegan un tiro, y todo eso tiene que ver con el sistema de organizar la economía y con el mercado...> El mercado es el demonio capitalista, pues la gente comía muy bien en el socialismo real y en la experiencia y práctica reales y a esos cincuenta millones de muertos ningún comunista real les pegó un tiro. Este fundamentalista arreglamundos posee un lado oscuro de la virtud bastante notable y no lo sabe. Cree y predica la posibilidad de que el hombre deje de ser hombre y se transforme en comunista, es decir, en un buen exceso de humanidad, que coma hasta hartarse con sus recursos nunca escasos y que en un sublime pacifista "abajo las armas" no reciba nunca más un tiro...

Y a la pregunta de... ¿Qué diferencias tendría ahora el nuevo comunismo?, responde:<Pues la diferencia esencial es que se atendería a las necesidades de la gente, y no al beneficio, como punto de partida...../...../.....el beneficio será una consideración secundaria. Por tanto, lo que hay que cambiar es que todo esté girando en torno al beneficio.> ¡Esta es la cuestión! Con el comunismo la cosa girará en torno a las pérdidas, ya que para estos lumbreras eso de las "necesidades" no es la satisfacción de un bien (bene, beneficĭum), no es un beneficio, sino la satisfacción del comunismo como escasez, como miseria. Él y sólo él trabajaría como professorrr para ganar siempre menos, para satisfacer la miseria y el decrecimiento del no beneficio (pues sin beneficios no hay ahorros que valgan). Para estos masoquistas la economía es la búsqueda del dolor contrito que altruistamente dejan eso del beneficio como una cuestión "secundaria". ¿Qué se invertirá y cómo se reinvertirá para el logro y recurrencia de la reproducción de la sociedad comunista? Esto no se explica jamás como nunca se explicó la caída del Maná del Cielo, pues la magia de este marxismo ramplón muta el claro concepto de "beneficio" para la reinversión y la reproducción y consumo capitalista y burgues por el de "excedente" -¡secundario!- acaparado por el Estado comunista para la reproducción de las galletas comunistas. El ahorro reaparece como la parte que el Estado quita a los comunistas para la reproducción austera comunista..., ya no es, pues, el ahorro que el capitalista quita a los proles comunistas y que reinvierte en la reproducción capitalista, sino su opuesto nominalista, a saber, que el Estado socialista quita a todos para al final bajar la persiana y decirle a los capitalistas: "Os vendemos entera la Unión Soviética", os vendemos entero este inmenso desastre al cual aún llamamos "socialismo". Y es que no hay problemas para estos equitativos que crecen que crecerán con sus cambios entre justos y angelicales "equivalentes". "Excluyen de su sistema, por hipótesis, la fastidiosa realidad y mientras logran mantener en pie tal exclusión, no entran en conflicto con ella... (Eugenio Von Böhm-Bawerk La conclusión del sistema marxiano, pág. 133 y ss.)

El «economista brujo» nos dice:<Por tanto, lo que hay que cambiar es que todo esté girando en torno al beneficio (y si no hay beneficio se deja de producir, se deja de crear empleo y se provocan todos los demás problemas de este sistema), y darle la vuelta a todo el sistema y hacerlo girar en torno a la satisfacción de las necesidades de toda la gente, las necesidades en las que la gente coincide expresadas democráticamente, no expresadas a través de la camisa de fuerza que significa el capitalismo, en la cual, o dentro del cual unos pocos votan mucho y tienen mucho que decir, pero la mayoría prácticamente no puede decir nada.>
¡Que grandiosidad! Ahora el comunismo advendrá para este fundamentalista "en torno a la satisfacción de las necesidades de toda la gente, las necesidades en las que la gente coincide expresadas democráticamente". El proletariado elevado a clase universal desaparece aquí para ser suplantado por las necesidades de TODA la gente..., por las necesidades en las que la gente coincide... democráticamente" Este es el "socialismo posterior a Marx del que hablaba (Böhm-Bawerk en La conclusión del sistema marxiano, pág. 170 y ss.)

<Pero saber, por ejemplo, que va a llover siempre hacia abajo, normalmente, o que los ríos también bajan cuando llegan, cuando se dirigen hacia el mar, es muy distinto de saber, cuando nace un río, por dónde va, por dónde va a transcurrir exactamente, ¿no?>

Y esto lo sabe Diego Guerrero el «economista brujo». El río del comunismo postmarxista ya ha nacido y ya sabemos. dice, "por dónde va, por dónde va a transcurrir exactamente...¿no?"

<Yo creo que es una muestra más de las catástrofes que se producen de hecho y que se seguirán produciendo de forma creciente en un mundo que está dominado por la racionalidad catastrófica, es decir, donde cada cual toma sus decisiones por su cuenta, donde no se piensa que hay que sistematizar la cooperación, donde es imposible cooperar de forma sistemática, porque el sistema se basa en que..., en que cada uno decida por su cuenta, en contra de los intereses de los demás –o en cualquier caso, sin tener en cuenta los intereses de los demás.>

Esto de la "racionalidad catastrófica"es una paradoja típicamente marxista, es decir, mejor, típicamente marxistoide, de aquellas cosas que al viejo Moro le hubiera gustado pulverizar... Es la racionalidad burguesa vil-ipendiada de manera desesperada, ya que si la cosa odiada es racional por lo menos ha de ser funesta, catastrófica. La contradicción de los términos es lo de menos ya que se trata de lo de siempre, a saber, creer que este mundo ha de ser "racional" en todo ahora y siempre. Pero este "defecto" del irrealismo político es un defecto típicamente liberal como bien enseñó el realista de Hans J. Morgenthau en sus Escritos sobre política internacional (Tecnos 1990. Pág. 39) y que es común a todos los alumbrados de este corrupto y sublunar mundo.

Con todo, la realidad es que el comunismo resultó ser -como socialismo real- una real irracionalidad catastrófica, una completa irrecurrencia, la mayor del siglo XX junto con las dos grandes guerras provocadas por un socialismo o nacionalsocialismo (con cincuenta millones de muertos, pero estos muertos no lo fueron de las dos grandes guerras, sino de ese socialismo, como dice Gustavo Bueno).

Por nuestra cuenta lo hacemos todo, incluso eso del pensar que hay que "sistematizar la cooperación" (¡como si la producción capitalista no fuese un sistema, una gran "cooperación" de empresas, de proyectos, de inversiones, de trabajos, etc., mil veces más cooperante y sistematizada que las mil phantasías de este comunistiya o «economista brujo»!) Como siempre, los brujos y los gurús del espléndido futuro, nos prometen todo lo bueno idílico y nos niegan la cruda realidad que consiste en que cada cual todo lo hace "por su cuenta" y sin que le importen mucho eso de los intereses de los demás (y así es y así debe ser! ¡Como si la oferta no contara con la demanda!, qué genio...), pues saben de sobras que los demás hacen y harán siempre lo mismo que ellos, y que es de eso de cada cual "por su cuenta" lo que surge y llamamos y entendemos por "mercado". El resultado de tantas particulares y egoístas "cuentas" es el intercambio generalizado, el mercado en el cual cuando los intercambios prosiguen y en el que siempre ganan todos, pues nadie es tan tonto que cambie con otro algo cuyo resultado sea el inalterado y supuesto cambio de los justísimos "equivalentes" (pues de aquí puede salir ilesa la teoría de la plusvalía marxista, pero salen muy mal paradas las políticas de aumentos salariales, ya que -en esta absurda teoría del sagrado nivel- es el salario obrero lo "justo" necesario, es decir, un equivalente como otro cualquiera enfrentado al empresario o egoísta patrono. Por lo que parece, los cambios entre equivalentes son todos y en todas partes equivalentes, menos en los cambios del trabajo vivo por el salario. Aquí reina la objetiva subjetividad: cada cual aguanta porque le conviene.

Claro que con el marxismo o con Marx, ni con la superación teórica de Marx, no acabó el socialismo ni los sueños del incansable comunismo y de los incansables comunistas... Este socialismo, tanto teórico como práctico, como dijo el genio de Eugenio Böm.Bawerk, existirá posteriormente a Marx, pues "así como existió un socialismo antes de Marx, así continuará existiendo también después de él", ya que la "fuerza motora del socialismo" consiste entre otras cosas en la famosa `gota de aceite´ con que hoy los políticos -y los señores professores- tratan por doquier de lubricar sus propuestas en beneficio propio. "Se aprovechan aún de los soportes más sólidos del socialismo que no están en la mente convencida de sus defensores, sino en sus corazones, en sus deseos y esperanzas" por venales y veniales que sean (Cf. Eugenio Von Böhm-Bawerk en La conclusión del sistema marxiano, pág. 170 y ss.). La ingenuidad práctica es un crimen de lesa majadería. Esta ha sido mi flor de hoy.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mar Feb 02, 2010 5:21 pm    Ttulo del mensaje: Sintomatología de la insensatez Responder citando

Estimados amigos:

El insensato afirma que yo intento esconder sus mensajes reiterativos y plomizos, donde habla siempre de lo mismo: que el socialismo es malo, sin decirnos si es socialismo genérico o específico; que el liberalismo es grande, que estima subjetivamente lo que le parece mejor; que él es un gran razonador y que provoca para discutir, no para insultar, etc. Y, en claro síntoma de su enajenación mental, ve locura en todo el mundo menos en él. No veo yo que aporte gran cosa más allá de descalificaciones sonoras: el socialismo genera muertos, el liberalismo riqueza, la Escuela de Salamanca es un precedente de los economistas que a mí me gustan, etc. Más bien diremos que tales situaciones son síntomas de una profunda degeneración en todos los sentidos. Sintomatología desde luego de una aguda degeneración mental, parecida a la de Don Quijote cuando leyó tantos libros de caballerías. En este caso, la lectura del neokantismo vonmisiano y otros autores libertarianos, han provocado esta profunda degeneración.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Mar Feb 02, 2010 9:51 pm    Ttulo del mensaje: Responder citando

Este tío está enfermo y hace el ridículo de manera evidente....No pienso discutir con este demente enfermo ni una sola vez más. Meto lo mismo por lo que el mete también lo mismo: para "taparme".... No volveré aludirle ni indirectamente.

Lo que ocurre es una demostración de que estos Foros están requetemuertos.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mar Feb 02, 2010 11:00 pm    Ttulo del mensaje: El Gran Jardín del Edén neoliberal Responder citando

Estimados amigos:

Vean a José Ignacio del Castillo intentando refutar la teoría del valor trabajo de Marx con argumentos la mar de curiosos:

Cita:
Grandes controversias de la historia de la ciencia económica:
Böhm-bawerk refuta la teoría de la explotación capitalista


Por José Ignacio del Castillo

Nuestro propósito es que este sea el primero de una serie de artículos dedicada a la exposición de apasionantes e históricas controversias que permanecen desconocidas para la inmensa mayoría del público. Sobre ellas ha recaído una conspiración de silencio más o menos expresa, auspiciada por aquellos que, aunque derrotados en el campo intelectual, salieron a menudo triunfantes en el campo del activismo político.


Curiosa forma de comenzar, con el credo por Poncio Pilatos: Marx fue derrotado en el campo intelectual porque yo lo digo. Aunque le reconoce el «triunfo» por el campo político, en un extraño retrueque que no se entiende. Quizás quiere decir, en su ingenuidad, que la URSS es un resultado del triunfo de la teoría del valor-trabajo. Pero ya Marx en los Manuscritos de 1844 afirmó que la intervención del estado en el modo de producción capitalista era un mero parche que no arreglaba los problemas, así que difícilmente se le puede relacionar directamente a Marx con el socialismo real. Salvo en las ilusorias proclamas del señor Castillo y otros acólitos suyos.



Cita:
CARLOS MARX Y "EL CAPITAL"

En la primera mitad del siglo XIX el liberalismo reina triunfante en Occidente. Se trata de un movimiento de emancipación, enemigo de los privilegios que, a través del estado y mediante los impuestos y las restricciones a la libertad económica, se reservan unas clases sociales -nobleza, clero y gremios- a expensas del resto de la población. El liberalismo opone la razón y la ciencia frente al oscurantismo y la superstición. En el campo de la economía, el liberalismo tiene su expresión en la defensa del laissez faire frente al mercantilismo. Adam Smith primero, y David Ricardo después, ya han establecido las bases de lo que hoy se conoce como Escuela Clásica de Economía. El sistema de Ricardo, aunque adolece de graves fallos, aparenta ser un edificio lógico de construcción impecable, lo que impresiona notablemente a sus contemporáneos.

Paralelamente, y además de los reaccionarios partidarios del Antiguo Régimen, existe un movimiento socialista utópico, acientífico y cuasi-místico cuyos principales representantes son Fourier, Owen y Saint Simon y junto a él, otro algo mejor fundamentado, aunque no mucho más, que incluye a Lasalle, Sismondi y Roedbertus. En su Historia del Pensamiento Económico, Murray Rothbard hace un formidable repaso genealógico de este tipo de movimientos que abarcaría desde Espartaco a Tomás Moro, de Campanella a Thomas Múnzer y los anabaptistas alemanes y de Platón o Esparta hasta Gracus Babeuf y su Liga de los Iguales.

Es en este contexto histórico donde aparece Karl Marx. Marx había alcanzado notoriedad con la publicación en 1848 del Manifiesto Comunista, pero es en 1857 con El Capital cuando reivindica su lugar dentro de la Ciencia Económica. Lo que caracterizaba a Marx frente al resto de socialistas utópicos era su argumentación científica (pseudo-científica en realidad) y su lenguaje "liberal" para atacar el liberalismo.


Falacia intolerable. Marx no afirmó que su socialismo fuera científico en el sentido de la ciencia moderna. Lo afirmó en el sentido de Kant cuando afirmó que la Metafísica no podía ser ciencia al carecer de fundamentación a priori. Curiosamente, los marginalistas sostienen que la economía es una ciencia a priori, como Kant, pero parece ser que ese carácter científico no le produce empacho ni vergüenza al señor Castillo. Qué le vamos a hacer.

Cita:
Marx sostenía que también él quería acabar con los privilegios de clase y con el estado como instrumento de explotación. Al igual que los liberales, se definía como progresista, racional y científico e izquierdista (el término 'izquierda' tiene su origen en la disposición de los escaños que en el Parlamento francés del Antiguo Régimen ocupaban los que se oponían a la Sociedad Estamental). No sólo eso. Los liberales eran la derecha. El sistema de laissez faire era una nueva forma de opresión. Una clase -los propietarios capitalistas y burgueses- explotaba a otra -los trabajadores asalariados, a quienes Marx denominó proletariado. Así como la nobleza vivía de los tributos procedentes del resto de la sociedad y así como los señores feudales se alimentaban del trabajo de los siervos de la gleba, los capitalistas, según Marx, vivían merced al beneficio empresarial que no podía provenir de otro lado que del excedente sustraído al trabajador, al que le dio el nombre de plusvalía. Sobre esta base, Marx cimentó sus conclusiones acerca del futuro del capitalismo: creciente concentración de riqueza en pocas manos y tendencia al monopolio -la eterna cantinela de pobres más pobres y ricos más ricos-, tasa de beneficio decreciente conforme aumenta la acumulación de capital con las consiguientes crisis, de intensidad cada vez mayor, para desembocar finalmente en una dictadura del proletariado cuando los desposeídos, cada vez mayores en número, se apoderasen de la propiedad capitalista.


Y realmente así era: una clase de empresarios se beneficiaban de la desaparición de los gremios y de la soledad y atomización de los proletarios. Por otro lado, la depauperación de las clases trabajadoras no es absoluta, como la pinta el falaz Castillo, sino relativa: Marx diría que en España en los últimos años se ha producido una depauperización de los trabajadores, en tanto que sus salarios se han estancado pero los precios han seguido subiendo, y también los beneficios empresariales.

Cita:
La acusación era tan grave y la teoría tan tremendamente ambiciosa como intento de explicar la realidad, que no podía ser ignorada. Se hacía por tanto ineludible examinarla en profundidad, pues de su veracidad o falsedad podía depender el futuro de la humanidad. El insigne economista austríaco Eugen von Böhm-Bawerk (1850-1914) se dedicó a este esencial cometido. Examinemos cuales fueron los resultados.


LA TEORÍA DE LA EXPLOTACIÓN REFUTADA

Con el fin de no hacer excesivamente prolija la exposición, he optado por ir simultaneando la argumentación marxista contenida en el primer volumen de El Capital con la refutación de Böhm-Bawerk incluida en el capítulo número XII dedicado a La Teoría de la Explotación, dentro de su monumental Historia y crítica de las teorías del interés que es el primer volumen de la obra Capital e Interés. La controversia tiene dos partes, como veremos, puesto que el mismo Marx detectó contradicciones en su sistema. Marx prometió resolverlas en el tercer volumen de El Capital, y tras la publicación de este tercer volumen, Böhm-Bawerk, en La Conclusión del sistema marxiano, examinó las "soluciones" propuestas por Marx.


EL PRIMER VOLUMEN DE EL CAPITAL Y LA CRÍTICA DE BÖHM-BAWERK

Marx comienza a construir su teoría invocando la autoridad de Aristóteles: "No puede existir cambio sin igualdad, ni igualdad sin conmensurabilidad". Por tanto, según Marx, en las dos cosas intercambiadas tiene que existir "un algo común y de la misma magnitud".

Aquí Böhm-Bawerk detecta el primer error: en realidad, el valor no es intrínseco a las cosas, sino algo subjetivamente apreciado por cada individuo según su situación y necesidades. En efecto, un intercambio tiene lugar sólo si ambas partes valoran en menor medida lo que ceden que lo que obtienen. Para poner a prueba la teoría marxista, Jim Cox planteaba la siguiente pregunta: ¿Cuántas veces ha ido el lector al mercado a cambiar un billete de un dólar por otro billete idéntico y luego otra vez y otra…? Desgraciadamente, la teoría de la igualdad de valor intrínseco de las cosas intecambiadas es pilar básico, tanto de la terrible teoría mercantilista -según la cual, en el intercambio, si alguien gana es porque el otro pierde-, como en el no menos pernicioso movimiento contemporáneo que denuncia el "comercio injusto" Norte-Sur.


Hay que ser cretino para: 1) Descalificar a Aristóteles de semejante manera, no dándose cuenta de la importancia de la justicia conmutativa, que es en realidad de lo que está hablando. 2) Ser tan cretino para pensar que el dinero sólo sirve como mercancía, y no como equivalente abstracto entre los distintos trabajos y 3) Ser tan demagogo como para relacionar la ideología basura del Norte/Sur, que invoca al lumpenproletariado que tanto descalificó Marx, con la teoría materialista de la historia del marxismo.

Cita:
Un estudiante de lógica sabe que cualquier conclusión obtenida a partir de una premisa falsa o de un razonamiento falaz carece de valor científico. Pero no es que Marx deduzca coherentemente todo su sistema a partir de esta única falsedad, es que los errores y las falacias se multiplican en cada paso. Prosigamos.

Para investigar ese "algo común" característico del valor de cambio, Marx repasa las diversas cualidades que poseen los objetos equiparados por medio del cambio. Eliminando y excluyendo aquellas que no resisten la prueba, se queda sólo con una que, según él, sí pasa el examen: "ser productos del trabajo".

Sin embargo, Marx hace trampa y Böhm-Bawerk lo evidencia. En primer lugar, es falso que todos los bienes intercambiados sean productos del trabajo. Por ejemplo, los recursos naturales tienen valor y son intercambiados, pero no son producto de ningún trabajo.


¡Qué gran teórico es el señor Castillo, no menos que Bohm Bawerk! O sea que los recursos naturales crecen por sí solos y llegan a nosotros sin ningún esfuerzo. No es necesario trabajar recolectando los frutos o extrayendo el mineral de las minas para poder disponer de él la industria. ¡Qué bello es el Gran Jardín del Edén neoliberal, donde todo nos cae de los árboles y nos llueve del cielo, gracias al cuerno de la abundancia del capitalismo que derrama sobre nosotros!

Cita:
Certeramente objeta Knies a Marx: “Dentro de la exposición de Marx no se ve absolutamente ninguna razón para que la igualdad expresada en la fórmula: 1 libra de trigo= x quintales de madera producidos en el bosque no sea sustituida con igual derecho por esta otra: 1 libra de trigo = x quintales de madera silvestre = y yugadas de tierra virgen = z yugadas de pastos naturales”.


El señor Knies se suma a las necedades de Castillo, y no se da cuenta que la fórmula de Marx es paramétrica: nos dice que 1 libra de trigo equivale a un número determinado de quintales de madera y a otro número de otra mercancía, en función de una razón abstracta, que es la que aporta el dinero. Dinero que establece la relación del trabajo abstracto: el trabajo de un médico equivale a un número determinado de trabajos de un obrero de la construcción, y así sucesivamente.

Cita:
Pero no sólo eso. Es falso que esa sea la única característica común que pueda encontrarse en los bienes que son objeto de intercambio. "¿De veras estos bienes no tienen otras cualidades comunes como su rareza en proporción a la demanda?", es decir, la cualidad de presentarse en cantidades insuficientes para satisfacer todas las necesidades que de ellas tiene el ser humano, o "la de haber sido apropiadas por el hombre" precisamente por esa causa, o "la de ser objeto de oferta y demanda?", se pregunta Böhm-Bawerk. Decídalo el lector.


Robinsonadas, nada más que robinsonadas: en el capitalismo no hay escasez, lo que hay es exceso de bienes, y es precisamente ese exceso el que genera desproporción y problemas en la distribución y venta.

Cita:
Marx incide en el error: "si los bienes que son intercambiados sólo tienen en común la cualidad de ser productos del trabajo, entonces el valor de cambio vendrá determinado por la cantidad de trabajo incorporado en la mercancía". Marx descarta las "excepciones" como algo insignificante.

Böhm-Bawek examina esas "pocas excepciones sin importancia". Al final vemos que éstas predominan de tal modo que apenas dejan margen a la "regla". Se incluirían, por ejemplo, los bienes que no pueden reproducirse a voluntad como obras de arte y antigüedades, toda la propiedad inmueble (¿cómo explica Marx que un piso de 150 metros cuadrados, construido por los mismos obreros con los mismos materiales, en la calle Serrano de Madrid valga veinte veces más que el mismo piso en una pedanía de la provincia de Teruel?), los productos protegidos por patente o derechos de autor o los vinos de calidad (las horas de trabajo empleadas para producir el vino Vega Sicilia son más o menos las mismas que se emplean en producir un vino peleón cien veces más barato). ¿Y qué decir de los productos objeto de trabajo cualificado, provenga esta cualificación de la preparación profesional o de las dotes innatas? Aunque Marx sostenga que ésta última no es una excepción, sino una variante pues según él, "el trabajo complejo es trabajo simple potenciado o multiplicado", Böhm-Bawerk advierte que para explicar la realidad no interesa lo que los hombres puedan fingir que es, sino lo que real y verdaderamente es. ¿Puede alguien en su sano juicio afirmar con toda seriedad que dos horas de trabajo de un cantante de opera tienen idéntica esencia que sesenta horas de trabajo de un enfermero?


Menudas «excepciones» las del señor Castillo-Bawerk. Hay que ser idiota para pensar que un piso en Serrano, lugar bien situado en el corazón de España, con multitud de servicios y de bienes a disposición de uno, va a valer menos que otro en Aragón. Lo del negocio vinícola ya viene de pensar que las vides y los frutos crecen y se recogen solos. Hay que ver qué cosas más estúpidas dice sobre el vino peleón y el Vega Sicilia. ¿Es que el tiempo que pasa en las barricas y el control de su envase no es trabajo? ¡Menudo viticultor está hecho el señor Castillo! Y sí, si el valor numérico del sueldo de un cantante de ópera se relaciona de la forma 2:60, entonces se puede afirmar con toda seriedad, sin recurrir a metafísicas esencias invocadas por el señor Castillo.

Cita:
He dejado para el final la última gran excepción. Una excepción de tal calibre que en la actualidad incluye al 95 por ciento de los bienes. Se trata de todas aquellas mercancías producidas con el concurso de capital o, por mejor decirlo, aquellos bienes en los que el tiempo ha jugado un papel importante en el proceso productivo. Puesto que Marx construye su teoría de la plusvalía apoyándose sobre estos bienes -considera que no constituyen una excepción, sino la confirmación de la explotación capitalista- vamos a examinarlos con detalle.


LA "PLUSVALÍA" CAPITALISTA

Para Marx, tanto el beneficio, como el interés del capital provienen de la explotación del trabajador. Veamos como trata de probarlo. Como hemos visto, Marx mantiene por un lado que los bienes se cambian en el mercado según el trabajo que llevan incorporado -lo cual se ha probado que es falso-, pero como, según él, el trabajador no recibe el producto íntegro de su trabajo -la segunda tesis cuya falsedad también demostraremos-, sino tan sólo el salario mínimo de subsistencia, el capitalista puede apropiarse del excedente producido. Dice Marx: "El precio medio del trabajo asalariado es el mínimo del salario, es decir, la suma de los medios de existencia de que tiene necesidad el obrero para seguir vivo como obrero. Por consiguiente, lo que el obrero recibe por su actividad es estrictamente lo que necesita para mantener su mísera existencia y reproducirla".

Para respaldar esta segunda tesis, Marx apela al prestigio de la Escuela Clásica. Marx cita a Adam Smith:

"En el estado original de cosas, que precede tanto a la apropiación de la tierra como a la acumulación de capital, el producto íntegro del trabajo pertenece al trabajador. No existen ni terratenientes, ni patrón con quienes compartir.

Si hubiese continuado este estado de cosas, los salarios de los trabajadores habrían aumentado con todas las mejoras de la productividad a que la división del trabajo da lugar"

Marx también invoca la "ley de hierro de los salarios" avanzada por David Ricardo y refrendada por Lasalle. Para Ricardo, los salarios no pueden elevarse permanentemente por encima del nivel de subsistencia, ya que en tal caso se produce un incremento de población. Esto obliga a cultivar tierras cada vez menos fértiles con lo que se eleva el coste de producción del cereal -medio de subsistencia por antonomasia del obrero y base de toda la teoría ricardiana de la renta.

Finalmente Marx se refiere a la teoría clásica, según la cual el valor de cambio o precio, coincide con el coste de producción. Para Marx, el coste de producción del trabajo es el coste de subsistencia del trabajador. El origen de la plusvalía radicaría pues en "la diferencia entre el coste de la fuerza de trabajo y el valor que ésta puede crear". Es decir, el obrero trabaja diez horas, pero sólo cobra lo producido en dos. De las otras ocho se apodera el capitalista.


CRÍTICA DE LA TEORÍA DE LA PLUSVALÍA

Vamos a examinar a continuación las principales falacias incluidas en estos últimos argumentos.

Aunque Böhm-Bawerk no se detiene a criticar la sentencia de Adam Smith -incluso aceptando este marco teórico, Böhm es capaz de demostrar la falsedad de la teoría de la explotación y explicar el verdadero fundamento del interés del capital-, nosotros sí vamos a mostrar la doble falsedad que se oculta en la tesis de que el salario sería la forma original y primaria de ingreso, emergiendo el beneficio posteriormente como diferencia entre ingreso y salario.

Primero: si definimos el salario como la retribución al trabajo dependiente (la definición que Marx siempre utiliza), es imposible que éste exista en la etapa pre-capitalista. El salario surge con el capitalismo. Los ingresos que los "trabajadores" percibían anteriormente -por ejemplo en el caso de granjeros o artesanos- no eran salarios, sino beneficio empresarial en la terminología marxista, pues eran los propietarios de la producción quienes la vendían en el mercado, quienes organizaban el proceso productivo y quienes aportaban los instrumentos materiales que lo hacían posible. Lo mismo cabe decir de los comerciantes, que compraban mercancía para revenderla con beneficio. Es evidente que cuando se compra mercancía no se paga salario y que tampoco se cobra cuando se vende. Los comerciantes compraban lo que en la jerga marxiana se denomina capital constante, y éste, como veremos, no puede producir beneficio.

Segundo: Smith, igual que Marx, desprecia e ignora absolutamente los efectos absolutamente decisivos que, para la división del trabajo y el incremento de la productividad, tienen la propiedad privada, la acumulación de capital y la función empresarial. En realidad la "época dorada" a la que parece referirse Smith sería el paleolítico, en donde hordas de salvajes subhumanos se dedicaban exclusivamente a la depredación -caza y recolección, sin que existiese nada parecido a una transformación de recursos en etapas sucesivas para lograr bienes distintos de los que ofrecía la naturaleza en estado salvaje. La revolución neolítica que introduce el cultivo agrícola y la ganadería y que eleva al primate a la condición de hombre, se basó en una institución fundamental: la propiedad privada.

Por lo que a la ley de hierro de los salarios se refiere, ésta no se basaba tanto en el hecho de que los trabajadores son explotados (por tanto queda fuera del análisis de Böhm-Bawerk) y no perciben íntegramente el fruto de su trabajo -Ricardo no parece compartir esta tesis-, sino en la aplicación combinada de dos principios: la ley de los rendimientos marginales decrecientes en la agricultura y las ideas que sobre el crecimiento de la población había avanzado Thomas Malthus: "la población de los seres vivos tiende a expandirse hasta el límite en el que los recursos disponibles no pueden garantizar más que el mínimo de subsistencia”. Estas ideas, que han sido refutadas por los hechos en todos los países de Occidente, también han sido contestadas en el campo teórico.

La ley de los rendimientos marginales decrecientees establece que si se aumenta la cantidad empleada de un factor de producción, manteniéndose constantes las cantidades empleadas del resto de factores, la cantidad producida, aumenta, a partir de cierto momento, en proporciones cada vez menores. Es verdad que existe una ley de rendimientos marginales decrecientes, no sólo en la agricultura, sino en todos las áreas de la producción (si no existiese, o bien toda la producción se concentraría en un metro cuadrado, o bien no haría falta acumular capital, o todo el trabajo del mundo podría ser realizado por un solo operario), pero -y esto es lo importante- dicha ley convive con otras verdades económicas, como que la división del conocimiento y la acumulación de capital mejoran las técnicas de producción y, por tanto, incrementan la productividad. Hayek tenía mucha razón cuando decía que debemos optar entre ser pocos y pobres o muchos y ricos. Es difícil determinar cuál es el volumen óptimo de población en cada momento, aunque advertimos que los seres humanos son bastante racionales - a diferencia de los animales- a la hora de regular la población, mediante lo que se conoce como paternidad responsable, es decir, no traer al mundo hijos a los que no se tenga la oportunidad de proporcionar una vida tan cómoda, al menos, como la que disfrutan sus progenitores. ¡Si Marx creía que los trabajadores iban a comportarse como animales y no como humanos a la hora de reproducirse, no parece que les tuviera en muy alta estima!


Robinsonadas y más robinsonadas: cuando Marx apela a la teoría de la plusvalía se refiere a un hecho objetivo: el beneficio se produce en la producción, en el número de horas que el trabajador tiene que rendir más allá de las necesarias para sostenerse, las que generan el beneficio. Beneficio que no se obtiene en el mercado con la bajada de competencia ni bobadas similares: si se baja el precio es porque el beneficio ha sido conseguido antes por el vendedor.


Cita:
VALOR Y COSTE DE PRODUCCIÓN

Es la idea de que el coste de producción determina el valor de cambio o precio del producto sobre la que Böhm-Bawerk recrudece sus críticas.

Como decía Jim Cox, si el valor de los bienes estuviese determinado por su coste de producción, la foto de un ser querido tendría el mismo valor que la de un desconocido o la de un enemigo -abran sus carteras para comprobarlo. Me pregunto qué hacen dos marxistas después de ir al cine. Se supone que no podrán estar en desacuerdo sobre lo mucho o poco que les ha gustado la película, pues después de todo, la producción ha requerido igual cantidad de trabajo antes de que ambos la consuman.

En realidad, ninguna actividad de tipo industrial o de cualquier otro orden puede conferir valor al bien o servicio producido. El valor brota posteriormente de las apreciaciones subjetivas de la gente. Es la intensidad de la apetencia del consumidor la que determina el valor de bienes y servicios. Es importante subrayar que lo que el consumidor valora, no es la totalidad de bienes que existen en el universo (todo el agua o el pan del mundo), sino solamente la unidad o unidades (una botella, una barra) sobre los que ha de decidir. Los que puede o no adquirir y los que puede o no ceder a cambio.


Menuda imbecilidad: ahora resulta que uno debe ir al cine a pagar lo que le parece justo, y no lo que le dice el propietario del cine. Pues me parece que pocas películas va a ver el señor Castillo con su teoría. Y lo de las fotos de la cartera, pues supongo que pagarían por el revelado una determinada cantidad.

Cita:
A partir de esta genial observación -a nosotros nos parece evidente una vez presentada-, Menger y luego Böhm-Bawerk construyen una teoría completa de precios y costes. Si los bienes de consumo se valoran de acuerdo con la necesidad que satisface o deja de satisfacer la unidad de cada bien sobre la que tenemos que decidir, los factores de producción se valoran según su aptitud para proporcionarnos aquellos bienes, esto es, según su productividad. Aquí también hablamos de unidades concretas y "marginales" (están en el "margen" o umbral de ser o no adquiridas o cedidas) y no de la totalidad que de ese factor existe en el mundo. Cada unidad de factor es así valorada de acuerdo con su productividad marginal.

La Ciencia Económica tradicionalmente había clasificado los factores de producción en tres grandes grupos: tierra, trabajo y capital. La genial aportación de Böhm-Bawerk consistió en descubrir la auténtica esencia del capital recurriendo al análisis de un factor ignorado: el tiempo.


Pues sí: era un genio. Lástima que el tiempo de producción también lo empleó Marx, pero en otro sentido distinto al del austríaco venerado por Castillo.

Cita:
Veamos como el austríaco se sirve del tiempo para desarticular la teoría de la explotación. Una cosa es que deba pertenecer al obrero el producto íntegro de su trabajo o su valor correspondiente -lo cual Böhm-Bawerk y cualquiera acepta- y otra que el obrero deba percibir ahora todo el valor futuro de su trabajo. Los socialistas pretenden, si llamamos a las cosas por su nombre, que los obreros perciban a través del contrato de trabajo más de lo que producen, más de lo que obtendrían si trabajasen por cuenta propia. Böhm-Bawek ilustra el argumento con algunos ejemplos:

"Imaginemos que la producción de un bien, por ejemplo de una máquina de vapor, cueste cinco años de trabajo, que el valor de cambio obtenido de la máquina terminada sea 5.500 florines y que intervengan en la fabricación de la máquina cinco obreros distintos, cada uno de los cuales ejecuta el trabajo de un año. Por ejemplo, que un obrero minero extraiga durante un año el mineral de hierro necesario para la construcción de la máquina, que el segundo dedique otro año a convertir ese mineral en hierro, el tercero a convertir el hierro en acero, que el cuarto fabrique las piezas necesarias y el quinto las monte y dé los toques finales a ésta. Según la naturaleza misma de la cosa, los cinco años de trabajo de nuestros obreros no podrán rendirse simultánea, sino sucesivamente y cada uno de los siguientes obreros sólo puede comenzar su trabajo una vez hayan culminado el suyo los obreros anteriores. ¿Qué parte podrá reclamar por su trabajo cada uno de los cinco copartícipes, con arreglo a la tesis de que el obrero debe percibir el producto íntegro de su trabajo?

Si no existe un sexto elemento extraño que anticipe las retribuciones, deberán tenerse en cuenta dos puntos absolutamente seguros. El primero es que no podrá efectuarse el trabajo hasta pasados cinco años. El segundo es que los obreros pueden repartirse los 5.500 florines. Pero, ¿con arreglo a qué criterio? No por partes iguales, como a primera vista pudiera parecer, pues ello redundaría considerablemente a favor de aquellos obreros cuyo trabajo corresponde a una fase posterior del proceso productivo y en perjuicio de los que han aportado su trabajo en una fase anterior. El obrero que monta la máquina percibiría 1.100 florines por su año de trabajo inmediatamente después de terminado éste; mientras, el minero no obtendría su retribución hasta pasados cuatro años. Y como este orden de preferencia no puede ser en modo alguno indiferente a los interesados, todos ellos preferirían el trabajo final y nadie querría hacerse cargo de los trabajos iniciales. Para encontrar quien aceptase éstos, los obreros de las fases finales se verían obligados a ofrecer una participación más alta a sus compañeros encargados de los trabajos preparatorios. La cuantía de esta compensación dependería de dos factores: la duración del aplazamiento y la magnitud de la diferencia existe entre la valoración de los bienes presentes y futuros. Así por ejemplo si esta diferencia fuese del 5 por ciento anual, las participaciones se graduarían: 1.200 florines para el primer obrero, 1.150 para el segundo, 1.100 para el tercero, 1.050 para el cuarto y 1.000 para el quinto.

Sólo podría admitirse la posibilidad de que los cinco cobrasen la misma suma de 1.100 florines partiendo del supuesto que la diferencia de tiempo les fuese indiferente."

Pero, si realmente el tiempo fuera indiferente a la hora de determinar el valor y por tanto la cuantía de la retribución, a los obreros les daría igual cobrar el día siguiente a la terminación de su tarea que transcurridos cinco años y, si esto fuera así, les daría igual cobrar a los cinco años que pasados cincuenta, cien o mil. (No me cabe duda de que todos empresarios subirían muy generosamente los sueldos a quienes esperasen un largo tiempo para cobrar). En realidad, el interés no es la retribución por la abstinencia -la tesis de Nassau Senior ridiculizada por Lasalle-, ni la apropiación del trabajo del obrero -como dicen los socialistas-, sino la manifestación en el mercado de un presupuesto de la acción humana, a saber, que los seres humanos desean alcanzar sus fines cuanto antes. De no ser así, se optaría siempre por los procesos materialmente más productivos cualquiera que fuese el tiempo que éstos requiriesen hasta completarse, llegándose a un punto en que desapareciese la producción de bienes de consumo, pues toda los factores se emplearían en investigación, desarrollo y acumulación de capital.

Seguimos con el ejemplo: "Supongamos ahora que los obreros, como ocurre en la realidad, no puedan o no quieran esperar para recibir su salario a que termine el proceso productivo y que entren en tratos con un empresario para obtener de él un salario a medida que vaya rindiendo su trabajo, a cambio de lo cual el empresario adquiere la propiedad del producto. Supongamos que este empresario sea una persona exenta de todo sentimiento egoísta. (…) ¿En qué condiciones se establecería el contrato de trabajo? No cabe duda de que el trato por los obreros sería absolutamente justo si el empresario les paga como salario exactamente lo mismo que recibirían como parte alícuota en el caso de organizar la producción directamente y por cuenta propia. En este caso 1.000 florines inmediatamente después de terminar su trabajo, que era lo que percibía el obrero que cobraba inmediatamente. Puesto que los cinco obreros aportan exactamente el mismo trabajo, lo justo será que perciban el mismo salario".


Y ahora habla del vino.

Cita:
Existen otros ejemplos aún más contundentes. Supongamos que un vino necesita madurar en la barrica durante veinte o cuarenta años para alcanzar una calidad extraordinaria. Los cultivadores, recolectores y pisadores de la uva, no pueden cobrar hasta pasadas decenas de años salvo que un capitalista les adelante su retribución. Si quieren cobrar inmediatamente después de finalizar su tarea, deberán hacerlo no conforme al valor del vino ya maduro, sino de acuerdo al valor del vino sin edad que es notablemente inferior. Si alguien les anticipa sus retribuciones y luego vende el vino pasados cuarenta años, ¿De verdad creen los socialistas que dicho empleador debe buscar a sus antiguos operarios y retribuirles con los intereses del capital? Y si el vino se malogra o cae de valor debido a cambios en el gusto de los consumidores, ¿tendría sentido que les persiguiese para exigirles el reembolso de lo cobrado?


¿Pero qué clase de argumentos son estos? Marx habla del valor, no del precio final de la mercancía. Como decía Machado, todo necio confunde valor y precio, y aquí tenemos a uno de ellos.

Cita:
CAPITAL CONSTANTE Y CAPITAL VARIABLE

Marx decía que el beneficio y el interés capitalista procedían del trabajo realizado y no retribuido. Por tanto la composición del coste de producción era determinante a la hora de determinar el rendimiento del capital. Si en el coste de producción había muchos salarios y poco aprovisionamiento de materiales habría más beneficio que si sólo se compraban y revendían éstos. Según Marx, sólo el capital empleado en pagar salarios a los trabajadores podía producir beneficio. Marx llamó a esta parte capital variable; era variable porque crecía merced a la explotación de los obreros. Por su parte, el dinero empleado en adquirir materiales y maquinaria no era capaz de generar plusvalía. Hay que recordar que ya se habrían vendido según el trabajo incorporado, dejando la plusvalía en poder del vendedor. Marx llamó a esta parte, capital constante.

Por consiguiente, Marx se apartaba de la teoría económica clásica, la cual sostenía que la tasa de rendimiento del capital tendía a ser constante cualquiera que fuese su composición. Puesto que los clásicos -Smith, Ricardo, Mill- propugnaban la teoría del valor derivado del coste de producción, su fórmula determinante del valor de cambio o precio era: capital constante + capital variable + tasa de rendimiento medio. (En realidad Menger y Böhm-Bawerk habían demostrado que la causalidad iba en sentido inverso. Los costes de los factores se formaban a partir del precio que se esperaba obtener.)

La gran innovación del primer volumen de El Capital era, pues, la nueva fórmula del precio de equilibrio: capital constante + capital variable + plusvalía, siendo ésta última mayor o menor según el porcentaje relativo de capital variable respecto del de capital fijo. Dicho de otra forma, cuantos más obreros y menos máquinas interviniesen en la producción mayor beneficio se obtenía y viceversa. De este principio Marx deducía su teoría de la crisis capitalista, más y más aguda conforme crece la acumulación de capital y caen los beneficios.

Sin embargo, ya vimos que Marx se daba cuenta de que su fórmula no se veía respaldada por la realidad. En una huida hacia delante, calificó esta contradicción de "aparente" y prometió resolverla en el tercer volumen. Aunque Marx falleció sin publicarlo, Engels sí lo hizo a partir de su manuscrito. Como dice Böhm-Baweerk, la aparición de este volumen era esperada con cierta expectación en los círculos teóricos de todos los partidos, para ver como Marx se las iba a arreglar para resolver un problema que en el primer volumen ni siquiera había abordado.

Pues bien, en el tercer volumen, Marx reconoce expresamente que en la realidad, gracias a la acción de la competencia, las tasas de ganancia del capital, cualquiera que sea su composición, se mueven sobre la base de un porcentaje igual de ganancia media. Marx dice: "En la vida real las mercancías no se cambian de acuerdo con sus valores (sic), sino con arreglo a sus precios de producción". Es decir, las mercancías equiparadas por medio del intercambio contienen real y normalmente cantidades desiguales de trabajo. ¿Cabe mayor retractación? La fórmula en el tercer volumen vuelve a ser la de los clásicos: capital constante + capital variable + tasa media de beneficio. Por tanto, aunque Marx no lo diga, carece ya de sentido la fantasmagórica distinción entre capital constante y variable. De igual modo, no queda sitio para el supuesto colapso debido a la excesiva acumulación de capital no rentable. ¿Y como justifica Marx tal contradicción? Simplemente la niega:

Marx dice más o menos: "Es cierto que las distintas mercancías se cambian unas veces por más de su valor y otras veces por menos, pero estas divergencias se compensan o destruyen mutuamente, de tal modo que, tomadas todas las mercancías cambiadas en su conjunto, la suma de los precios pagados es siempre igual a la suma de sus valores. De este modo, si nos fijamos en la totalidad de las ramas de producción tenemos que la ley del valor se impone como 'tendencia dominante."


Otro que no lee El Capital: el volumen I de esa obra comienza con el capitalismo como si fuera homogéneo y sólo se analizase la producción. Pero en los siguientes volúmenes integra lo universal en lo particular, como decía Hegel. El volumen II se refiere a la esfera de la circulación, y el volumen III muestra todo el ciclo anual del capitalismo. Es decir, hablamos de tres situaciones diferentes, por lo que la contradicción sólo puede estar en la soberana subjetividad de estos praxeólogos de mala muerte.

Cita:
La respuesta de Böhm-Bawerk merece ser reproducida con cierta extensión, pues nos da una idea de su brillantez intelectual: "¿Cuál es, en realidad, la función de la ley del valor? No creemos que pueda ser otra que la de explicar las relaciones de cambio observadas en la realidad. Se trata de saber por qué en el cambio, por ejemplo, una chaqueta vale veinte varas de lienzo, por qué diez libras de té valen media tonelada de hierro, etc. (…) Tan pronto como se toman todas las mercancías en su conjunto y se suman sus precios se prescinde forzosamente de la relación existente dentro de esa totalidad. Las diferencias relativas de los precios entre las distintas mercancías se compensan en la suma total. (…) Es exactamente lo mismo que si a quien preguntara con cuantos minutos o segundos de diferencia ha llegado a la meta el campeón de una carrera con respecto a los otros corredores se le contestara que todos los corredores juntos han empleado veinticinco minutos y treinta segundos. (…) Por ese mismo procedimiento podría comprobarse cualquier "ley", por absurda que fuera, por ejemplo, la "ley" de que los bienes se cambian de acuerdo a su peso específico. Pues aunque en realidad una libra de oro, como "mercancía suelta", no se cambia precisamente por una libra, sino por 40.000 libras de hierro, no cabe duda de que la suma de los precios que se pagan por una libra de oro y 40.000 libras de hierro tomadas en su conjunto, corresponden exactamente a 40.000 libras de hierro más una libra de oro. La suma de los precios de las 40.001 libras corresponderá pues, exactamente al peso total de 40.001 libras materializado en la suma de valor, por donde, según aquel razonamiento tautológico, podremos llegar a la conclusión de que el peso es la verdadera pauta con arreglo a la cual se regula la relación de cambio de los bienes.


Menudo sofisma, consecuencia de los anteriores. Nueva necedad de quien confunde valor y precio.

Cita:
La realidad es la siguiente. Ante el problema del valor, los marxistas empiezan contestando con su ley del valor, consistente en que las mercancías se cambian en proporción al trabajo materializado en ellas. Pero más tarde revocan esta respuesta -abierta o solapadamente- en lo que se refiere al cambio de las mercancías sueltas, es decir, con respecto al único campo en que el problema del valor tiene un sentido, y sólo la mantienen en pie, en toda su pureza, respecto al producto nacional tomado en su conjunto, es decir con respecto a un terreno en el que aquel problema no tiene sentido alguno. Lo cual equivale a decir tanto como reconocer que, en lo tocante al verdadero problema del valor, la "ley del valor" es desmentida por los hechos."


No puede haber más falacias en un solo fragmento: la ley del valor dice que las mercancías se cambian en función del trabajo socialmente necesario que han necesitado para salir al mercado. Eso se mantiene durante todo El Capital, libro que se ve que Castillo no ha leído, y así dice las bobadas que dice.

Y el culmen de la idiotez:

Cita:
CONCLUSIÓN

La refutación de Böhm-Bawerk a la teoría de la explotación constituye, como decía Rothbard, la vacuna que, por excelencia, inmuniza contra el marxismo. Sobre ella lanzaron los marxistas, primero sus más furibundos ataques, -en realidad contra su "lógica burguesa" ya que los argumentos son incontrovertibles -ahí están, expuestos a la vergüenza pública, los trabajos de Hilferding, Bujarin o Sweezy para quien quiera reír, por no llorar. Más adelante, simplemente la silenciaron. Ese silencio ha hecho posible, desgraciadamente, que cientos de millones de personas hayan sufrido y sigan sufriendo la opresión de tiranos comunistas que venden humo, engendran odio y fabrican miseria. Esperemos que este trabajo aporte su grano de arena para revertir esa tendencia.


Este trabajo es sin lugar a dudas una florecilla rancia del Gran Jardín del Edén neoliberal, el de gentes que viven en su mejor mundo de los posibles, ajenos a las crisis y pensando que si se aplica su anarcocapitalismo, todos seremos más felices. Id con Dios, hijos míos.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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José Mª Rodríguez Vega



Registrado: 11 Oct 2003
Mensajes: 1429

MensajePublicado: Mie Feb 03, 2010 8:46 am    Ttulo del mensaje: Umstülpung! Responder citando

¿Y a ti qué te importa?

Parece mentira que un filósofo tan grande como tú, dedique su tiempo a un enano vulgar como yo.

Te estás haciendo famoso y llenando de mierda por mi roce... ¡Animo! que acabarás ridiculizándote una vez más.
.................

<"Marx dice más o menos: "Es cierto que las distintas mercancías se cambian unas veces por más de su valor y otras veces por menos, pero estas divergencias se compensan o destruyen mutuamente, de tal modo que, tomadas todas las mercancías cambiadas en su conjunto, la suma de los precios pagados es siempre igual a la suma de sus valores. De este modo, si nos fijamos en la totalidad de las ramas de producción tenemos que la ley del valor se impone como 'tendencia dominante."> ( http://www.libertaddigital.com/ilustracion_liberal/articulo.php/142 )

Aquí Marx supone que las mercancías tienen siempre un valor perenne...("su" valor...entrañado).

<Sin embargo hoy cabe decir que Marx se equivocó en algunos presupuestos que él consideraba axiomáticos, como por ejemplo...> (Gustavo Bueno. El fundamentalismo democrático, pág. 272).

Los hay que aún "intentan infructuosamente determinar qué caminos son posibles y cuales imposibles"...(pág. 273)

Si la teoría económica marxista es verdadera, entonces el socialismo habría de haber sido recurrente, plausible...Pero se estrelló según las "profecías" de Von Mises en 1922. Es evidente que hoy en día nadie se guía por esa teoría económica para hacer sus gastos y sus compras o para llevar una nación.

Ahora se les dirá que todo esto está "fuera de contexto". Como siempre. Pero si la teoría económica marxista es verdadera el fracaso del sistema socialista, del socialismo real (la URSS), es inexplicable..., o sólo cabe la ridícula explicación trostkysta o al inexplicable "triunfo del capitalismo".
La teoría de la alienación está ligada ineludiblemente a la teoría del valor y la teoría económica en general de Marx.
Yo prefiero hacerlo al revés (Umstülpung), la teoría de la alienación es falsa porque falsa es toda la economía y toda la teoría de la propiedad en que se apoya. Nada de lo derivado de la teoría económica marxista ha devenido real. Ni tan siquiera su teoría de las clases sociales que a su vez se apoya en la "explotación", pues por muchos antagonismos políticos que haya -esta esencia es perenne- estos ya no pueden apoyarse en la "expropiación" ni en la explotación suya, sino sólo en el Estado, que es el verdadero "motor de la historia".
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