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XV Encuentros de Filosofía
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mie Ene 06, 2010 6:44 pm    Ttulo del mensaje: XV Encuentros de Filosofía Responder citando

Estimados amigos:

Han sido convocados los XV Encuentros de Filosofía, la segunda edición que tendrá lugar en Oviedo, con un tema muy de actualidad.

La Economía Política ante la crisis

XV Encuentros de Filosofía

Oviedo, viernes 26 y sábado 27 de marzo de 2010

Salón de Actos de la Fundación Gustavo Bueno

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.


Ultima edicin por J.M. Rodríguez Pardo el Sab Jun 05, 2010 10:24 am; editado 2 veces
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Sab Ene 16, 2010 1:15 pm    Ttulo del mensaje: Materiales sobre Economía Política Responder citando

Estimados amigos:

Como materiales complementarios sobre los XV Encuentros de Filosofía, les señalamos la sección de Economía en El Catoblepas y dos polémicas: la relativa al mercado pletórico y sobre Aristóteles y Marx.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Vie Ene 22, 2010 4:48 pm    Ttulo del mensaje: El Informe Recarte 2009 y el patrón oro Responder citando

Estimados amigos:

He estado leyendo El Informe Recarte 2009, publicado inicialmente en Libertad Digital y después ampliado en forma de libro, aparecido en La Esfera de los Libros el pasado año. En él el economista Alberto Recarte ensaya las causas de la crisis financiera e inmobiliaria que vivimos y las posibles soluciones. Varias son las cuestiones que plantea pero pueden resumirse, a falta de un análisis más profundo que veremos después, en estas tres:

1) La banca es un sector profundamente intervenido y protegido por los bancos centrales, lo que condujo a la alteración del precio del dinero y la consiguiente deuda irrecuperable, al tasarse de manera inexacta las viviendas para las que se concedían unos créditos excesivos que ya no se podrán recuperar y dejarán inmensas deudas al sector bancario.

2) Todo se recuperará cuando se produzca la vuelta a la normalidad de los precios de los bienes y servicios y se permita al mercado sin intervenciones estatales.

3) Para asegurarse que no se repitan los vicios del pasado, recomienda, en la línea de la Escuela Austríaca de Economía, volver al patrón oro que permita mantener un valor estable y de mercado al dinero, verdadero centro de la Economía política.

Sin embargo, detecto en Recarte una serie de vicios, entre los que habría que destacar su armonismo metafísico. En primer lugar, la crisis actual, al menos en España, no es sin más un momento de los excesos vividos años atrás, que una vez asimilados convenientemente (absorbido el stock de viviendas, en este caso), permitirá volver a la normalidad económica del libre mercado. Sobre todo porque esa supuesta «normalidad» nunca ha existido. La Economía Política es por lo tanto estatal y en consecuencia intervienen en ella los Estados. Y los Estados tendrán que lidiar con los varios millones de parados que ha dejado esta crisis, y que a día de hoy no tienen expectativas de ser recolocados en ningún sector.

Además, Recarte sufre el vicio habitual de los monetaristas, consistente en hablar del dinero sin saber muy bien lo que es. Afirma que hay que distinguir entre dinero líquido, es decir, billetes, y dinero bancario, que serían simples números, y que el ahorro es necesario para la inversión. Pero entonces sería imposible la actividad empresarial, pues en su inmensa mayoría se basa en el crédito que ahora las entidades bancarias están negando. Es más, no hay una sola empresa que no adquiera deudas. La cuestión es saber cuándo se podrán pagar y con qué avales, es decir, con qué bienes tangibles, patrimoniales, pueden ser saldadas.

Detecto en consecuencia en el ensayo de Recarte un defecto serio: indistinción entre la microeconomía de las familias, que en efecto se basa en el ahorro y en el dinero líquido, y la macroeconomía, que se basa en la planificación y el estudio de cómo mantener la recurrencia del sistema. Ya es significativo que Recarte descalifique a Keynes en varias ocasiones, como en la página 322 del libro, cuando abomina del gasto público. Pero lo cierto es que Keynes, que en macroeconomía era partidario de la intervención estatal, después en la microeconomía era seguidor de la Escuela Austríaca y del marginalismo.

Seguiré comentando más a fondo lo que me parece este ensayo sobre la crisis.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Vie Ene 29, 2010 3:46 pm    Ttulo del mensaje: Curiosidades de Alberto Recarte Responder citando

Estimados amigos:

En mi lectura del libro de Alberto Recarte he encontrado curiosidades que me resisto a dejar de comentar sin esperar a publicar algo sobre ello. Se trata de un fragmento tal que este:

Cita:
Aunque quizá lo más llamativo ha sido el silencio del FMI ante algunas de las políticas de gasto público anunciadas por los países desarrollados. Políticas que no habría tolerado en otro tipo de países. Una reacción a la que no es ajeno el hecho de que el FMI es una agencia pública internacional financiada por esos mismos países desarrollados, que pagan sus gastos corrientes y la dotan de fondos para financiar las políticas de saneamiento y apoyo al resto del mundo.

El FMI pocas veces se separa de un recetario sobradamente ensayado: 1. Austeridad en el gasto público, 2. Reformas en los mercados, 3. Control estricto de los sistemas financieros, una vez saneados, 4. Introducción de procedimientos presupuestarios para evitar que se enquiste el incremento temporal del gasto público, y 5. Privatizar todas las empresas públicas en cuanto los mercados se normalizan. Esos programas de saneamiento suelen ser letales para los partidos gobernantes. Algo a lo que no están dispuestos los de las grandes democracias. Por eso calla el FMI.


Alberto Recarte, El informe Recarte 2009. La Esfera de los Libros, Madrid 2009, página 289.

La cuestión es si aplicando semejantes medidas en los países desarrollados, los que pertenecen a la OCDE y que dedican más del sesenta por ciento de su PIB al gasto público, resistirían económicamente sin sufrir precisamente las graves crisis que sufren quienes aplican tales «recetas». Si la Economía es ante todo Economía Política, la privatización de empresas públicas, normalmente estratégicas, tales como aquellas dedicadas a la extracción y comercialización del petróleo, y dejarlas en manos privadas, es tanto como poner los recursos de la Nación de referencia en manos de terceros. ¿Cabe algo más suicida?

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Vie Feb 19, 2010 10:12 am    Ttulo del mensaje: Más curiosidades de Alberto Recarte Responder citando

Estimados amigos:

Alberto Recarte deja unas cuantas perlas en su libro que indican por dónde va. Veamos algunas.

Cita:
«Los agentes económicos, los hogares (familias), las empresas financieras y las no financieras y las administraciones públicas pueden, con lo que ingresan, consumir o ahorrar. Pero todo su ahorro se invierte. Y es inversión tanto tener billetes debajo del colchón [sic] como comprarse una vivienda»


El informe Recarte 2009, pág. 32.

Ejemplo que sorprende, por no decir otra cosa, pues los «billetes debajo del colchón» recuerdan más a la Parábola de los Talentos del Nuevo Testamento que a una economía capitalista como la actual en la que vivimos. Asimismo, aunque «los agentes que ahorran invierten necesariamente», también existen, según Recarte

Cita:
«agentes económicos incapaces de ahorrar. Gastan la totalidad de lo que obtienen con sus servicios en bienes de consumo. La inversión sólo la pueden realizar los que ahorran, ya sean familias, empresas o administraciones públicas. Esa inversión consiste, muchas veces, en prestar el ahorro a otros agentes económicos, que se convierten, así, en deudores. Si no existiera el dinero, el endeudamiento sería más difícil. Habría pagarés, promesas de pago, pero las deudas tendrían que devolverse en forma de bienes y servicios, lo que dificultaría cualquier operación»


El informe Recarte 2009, pág. 32.

Pero eso es falso en tanto que muchas empresas carecen de liquidez y ello no les impide invertir cantidades a crédito, con los avales patrimoniales correspondientes. Si las deudas empresariales sólo pudieran solventarse con activos en forma de dinero, de papel moneda, la práctica totalidad de las empresas existentes quebrarían. Sin embargo, Recarte, contradiciendo sus propias coordenadas, afirma que la falta de crédito producto de la crisis inmobiliaria y financiera estrangula a pequeñas y medianas empresas. ¿Pero no era el ahorro toda fuente válida de inversión, con un respaldo monetario real?

En realidad el planteamiento de Recarte, siguiendo la línea libertariana y anarcocapitalista de Von Mises y su praxeología, o Von Hayek y su teoría del orden espontáneo (esto es, «natural», sin Estado) es la propia del Ego esférico, aquel que define Gustavo Bueno en estos términos:

Cita:
«Pero esta conciencia corpórea individual se resuelve en una conciencia de índole práctica, prudencial y eminentemente económica —en el sentido de lo que Aristóteles llamó la "economía monástica"—. La conciencia corpórea individual sería un concepto vacío si no la entendiéramos precisamente como la evidencia práctica de las disposiciones orientadas al mantenimiento y gobierno del propio cuerpo, como una magnitud espacio-temporal de límites bastante precisos (por ejemplo, los límites temporales están marcados por
el número de años promedio que restan de vida; es decir,
la muerte es el límite temporal de la conciencia corpórea
). Llamemos "esfera" a esta conciencia económica individual, en la medida en que es una estructura práctica, cerrada, limitada espacio-temporalmente —y, por cierto, una estructura resultante de complejos procesos sociales e históricos».
Gustavo Bueno, El papel de la filosofía en el conjunto del saber. Ciencia Nueva, Barcelona 1970, páginas 116-117.

Así, este Ego esférico no será un mero ego diminuto, corpóreo, (en ese sentido, se distingue del «Ego diminuto» que señala Bueno en su reciente trabajo «El puesto del Ego Trascendental en el materialismo filosófico», El Basilisco, nº 40 (2009), pág 27), sino individual más allá de lo corpóreo pero no por ello sin salir de su recinto esférico.

En efecto, la conducta esférica, por ejemplo, lo que denominó Aristóteles como «economía monástica», el cálculo económico individual, microeconómico, es racional, pero los fundamentos en los que se desenvuelve han de romper las paredes de totalización de esa esfera, no meramente corpórea , pero sí individual. Si el epicureísmo fue en los tiempos clásicos la forma más elaborada del Ego esférico,

Cita:
«Es más tarde, en la época del capitalismo, cuando la moral esférica vuelve a ser erigida como prototipo de la misma racionalidad práctica, desde los individuos —mónadas— de Adam Smith, hasta los consumidores del marginalismo de Jevons (el concepto de homo oeconomicus es típicamente esférico), [...]»
(Gustavo Bueno, Ensayos materialistas. Taurus, Madrid 1972, pág. 301).

La vida esférica, sin embargo, para escarnio de quien pretende equiparar el marginalismo con el materialismo filosófico, es superada por el segundo género de materialidad (M2), en tanto que negación de la subjetividad como sustancia independiente. Y es que

Cita:
«Quien, pongamos por caso, planta olivos, no se gobierna objetivamente (finis operis) por la estructura esférica, en tanto el fruto de los olivos se recoge mucho más allá de los límites temporales de la esfera [de la propia vida individual y subjetiva, diremos nosotros]»
(Ensayos materialistas, pág. 300).

Tales de Mileto, según cuenta Aristóteles (Política, 1259a), se hizo con el monopolio del olivo en su ciudad, pero no en función de satisfacer sus necesidades meramente esféricas de olivas (que diría un marginalista), sino sabiendo que ese monopolio le haría rico (y también a sus descendientes) en el plazo de unos años, cuando los olivares dieran su fruto.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mie Mar 17, 2010 8:34 pm    Ttulo del mensaje: Un interesante texto sobre la caverna económica neoliberal Responder citando

Que tiemblen Von Mises y los anarcoliberales varios:

Carlos Pérez Jara, «El neoliberalismo,
o la caverna económica de Milton Friedman»
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Vie Mar 19, 2010 4:33 pm    Ttulo del mensaje: Programa de los XV Encuentros de Filosofía Responder citando

Estimados amigos:

Ya se encuentra disponible el programa de los XV Encuentros de Filosofía.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.

Programa

Viernes, 26 de marzo de 2010

10:00 Inauguración

10:15 Comunicaciones

· Manuel Hernández

«Economía política de la gran recesión.»

· Lino Camprubí

«El capitalismo internacional visto desde la dialéctica de Estados (1945-2010).»

· Tomás García

«Crisis global y déficit imperial.»


11:45 descanso

12:15 Comunicaciones

· Carlos Madrid

«Filosofía, Economía y Cambio Climático: Un mènage à trois muy productivo.»

· José G. Vargas

«Crisis de la gobernabilidad del Estado-Nación.»

· José Luis Pozo

«La crisis en España y el punto de vista anglosajón.»

· José Manuel Rodríguez Pardo

«Un caso de análisis de la crisis económica: El Informe Recarte 2009.»


17:00 Conferencia

Joaquín Arriola

«La(s) teoría(s) de la crisis en la obra de Karl Marx»


18:30 descanso

19:00 Conferencia

Juan Ramón Rallo

«La crisis económica desde la perspectiva de la Escuela Austriaca: por qué el intervencionismo bancario es el culpable»


Sábado, 27 de marzo de 2010

10:30 Comunicaciones

· Santiago Armesilla

«Valor, trabajo, demanda y Estado: esbozo de una teoría circularista-sintética del valor trabajo.»

· Óscar Cubo

«Reflexiones en torno a la «la ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia» en Marx.»


11:30 descanso

12:00 Mesa redonda

«Teoría del valor: ¿cómo funciona el capitalismo?»

Joaquín Arriola, Ismael Carvallo, Juan Ramón Rallo.


16:30 Comunicaciones

· José Ramón Esquinas

«Base y Superestructura en el materialismo dialéctico. Exposición y crítica gnoseológica desde el materialismo filosófico.»

· Vicente Caballero & Francisco J. Robles

«Aparición de términos psicológicos en la categoría económica y el estatuto gnoseológico de la Psicoeconomía como disciplina.»

· Íñigo Ongay

«Fundamentalismo liberal y fundamentalismo democrático: en torno a dos concepciones formalistas de las sociedades políticas»


18:00 descanso

18:30 Conferencia

Gustavo Bueno

«Esbozo de un epílogo a Ensayo sobre las categorías de la Economía Política».


Ultima edicin por J.M. Rodríguez Pardo el Mar Mar 30, 2010 11:38 am; editado 1 vez
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Lun Mar 29, 2010 2:17 pm    Ttulo del mensaje: Crónica de los XV Encuentros de Filosofía Responder citando

Estimados amigos:

Los XV Encuentros de Filosofía, dedicados a la crisis económica, han finalizado con gran éxito de público y de temas analizados. Me propongo realizar una breve recensión para quienes no pudieron asistir, susceptible de ser revisada y ampliada.

Abrió los Encuentros Manuel Hernández, profesor de Economía de la Universidad de Oviedo, quien en su comunicación analizó las distintas perspectivas económicas según fueron aconteciendo las crisis: el keynesianismo tras la crisis de 1929, principalmente, pero también el monetarismo a raíz de la crisis del petróleo de 1973. Pero más importante aún fue su críptica y particular «profesión de fe», señalando que no hay «motores de agua» ni elementos exógenos al capital circulante, ejemplificado bajo una fórmula muy peculiar: «un euro entra, un euro sale». Es obvio que dirigía sus dardos hacia la teoría del valor-trabajo de Marx, pero también asumía la teoría económica marginalista, donde es considerado cualquier elemento «no económico», preferentemente estatal, como intervencionismo ajeno al natural transcurrir del mundo. Algo que después se criticó como una suerte de metafísica armonía preestablecida, donde se evaden todas las contradicciones existentes en nombre de un supuesto que nunca se da, la economía pura no intervenida por el Estado.

Precisamente, en posteriores intervenciones se insistió en la importancia del estado como lugar donde tienen lugar los intercambios económicos, y respecto a las crisis económicas se encareció la importancia de la dialéctica de estados. Por ejemplo, la incidencia de los países árabes exportadores de petróleo en la crisis de 1973, con su negativa a la exportación del oro negro a los países que apoyaban a Israel en la Guerra del Yon Kippur.

Tras las intervenciones de Joaquín Arriola y de Juan Ramón Rallo, Gustavo Bueno realizó un doble juicio: si bien la teoría de la plusvalía, en tanto que ligada a la teoría de la alienación marxista, es una especie de teoría del flogisto, la teoría marginalista del valor, por su subjetivismo, es una especie de frenología de la economía, y en el límite un delirio subjetivista que es incapaz de explicar las magnitudes macroeconómicas con ejemplos de Robinson Crusoe, usados literalmente por Rallo en su disertación.

Gustavo Bueno cerró los Encuentros con su anticipo del Epílogo de su Ensayo de 1972 sobre las categorías de la economía política, donde insistió en la doble crítica anterior y también en que la economía no se basa en estimaciones subjetivas ni tampoco en un supuesto plusvalor extraído a un obrero alienado, sino en un esquema objetivo de rotación recurrente, donde se encarece la idea de producción de bienes y servicios, pero cuyo resultado final es la constante venta y producción en la propia esfera que constituye ese esquema. La crisis económica sería una consecuencia de la sobreproducción de mercancías que señaló Marx en El Capital, incapaces de ser adquiridas por los consumidores, lo que frena la recurrencia del sistema. Crisis económica de la que no son solamente culpables los empresarios sino también los gobiernos y los sindicalistas, por no buscar alternativas a la situación actualmente existente.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Lun Mar 29, 2010 3:50 pm    Ttulo del mensaje: Un añadido a la crónica Responder citando

Estimados amigos:

Me gustaría añadir una cuestión más, acerca del trasfondo de estos XV Encuentros. Y es que, al contrario de lo que se podía pensar desde instancias fantasiosas, no hubo ningún tipo de desdoro ni de menosprecio a otras doctrinas, sino un ambiente muy cordial y ameno, sin que por ello se olvidasen las críticas correspondientes.

Sin embargo, parte de esta cordialidad vino propiciada porque varios de los invitados principales, como Rallo y Arriola, coincidían en atribuir un tratamiento «científico» a la Economía, diciendo que términos tan abstractos como la utilidad o el plusvalor eran susceptibles de medida matemática. En ese sentido, Gustavo Bueno indicó que ambos eran como las dos caras de un tapiz, o también, por tomar la metáfora del inicio, la cara y la cruz de ese euro que entra y que luego sale: ambos coincidían en no usar del Estado para los cálculos, perdiendo así la Economía Política su fundamental adjetivo, y recayendo en un anarquismo que ya era parte esencial de la doctrina de Marx, entre otros.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Vie Abr 02, 2010 8:44 pm    Ttulo del mensaje: Los simios y los bienes de capital Responder citando

Estimados amigos:

Durante estos días he realizado algunas revisiones y me parece pertinente comentar algunas cuestiones concretas. Sobre todo referentes a la Escuela Austriaca de Economía y algunas concepciones suyas. Y es que la conferencia de Juan Ramón Rallo, que a algunos de los presentes pareció decepcionante, señaló algunas cuestiones muy problemáticas. Por mi parte pienso que Rallo puede ser criticado por haberse expresado de forma monótona, o por haber sido demasiado simple, pero no por haber sido infiel a los postulados de la Escuela Austriaca.

Uno de los puntos más curiosos era, precisamente, la vinculación al subjetivismo y las necesidades subjetivas para explicar la economía. Fue particularmente curioso que señalase que un palo encontrado en el suelo es un bien de capital, en tanto que sirve para alcanzar frutos que están en un árbol.

Al día siguiente, Gustavo Bueno señaló que cuando escribió su ensayo sobre economía de 1972, se hallaba inmerso en un seminario donde se discutía si los chimpancés, como el Sultán de Koehler, que usaba de cañas para alcanzar los plátanos, eran sujetos económicos. Eso ya supone una sonora refutación de los postulados marginalistas. Si los animales usan bienes de capital igual que los hombres, entonces la definición de bien de capital como algo que encontramos naturalmente, sin transformación alguna, es problemático. De ahí que Rallo no estuviera hablando del mercado capitalista, sino a lo sumo de una economía natural, donde no hay producción de mercancías ni un esquema complejo de recurrencia, más allá del ego esférico y su duración vital individual.

Pero lo mismo cabe decir del agua que se encuentra en el desierto o la concha que Robert Nozic encontró. No dejan de ser robinsonadas que para nada explican el modo de producción capitalista.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Lun Abr 05, 2010 8:14 am    Ttulo del mensaje: ¡Adiós a la plusvalía! Responder citando

Según se dice, Gustavo Bueno piensa que...
Rodríguez Pardo escribi:
«...la economía no se basa en estimaciones subjetivas ni tampoco en un supuesto plusvalor extraído a un obrero alienado, sino en un esquema objetivo de rotación recurrente, donde se encarece la idea de producción de bienes y servicios, pero cuyo resultado final es la constante venta y producción en la propia esfera que constituye ese esquema.»


Aquí se está negando el trabajo -la fuerza del trabajo- como la "fuente del valor de cambio", y este es el núcleo del marxismo o de la economía marxista.

Y uno, que no para de darle vueltas al asunto, se dice y piensa que las estimaciones subjetivas -si existieran- para nada impiden ser y pertenecer a un "esquema de objetivo de rotación recurrente", ya que todo plan humano o "esquema" -económico, producivo- es una relación circular mediada por relaciones radiales generalmente recurrentes. Evidentemente aquí para nada nos estamos refiriendo a un Plan socialista que abarcase todo el mercado, que abarcase la totalidad de las infinitas relaciones del mercado.

Lo esencial aquí (y me falta aún enterarme del contenido completo de los Encuentros, cosa que no he podido hacer hasta ahora debido a mi buena vida de vacaciones católicas sin Internet)..., lo esencial aquí, repito, es que ahora resulta que no hay ni existe la plusvalía marxiana y marxista -el "plusvalor"- si es cierto esto de que..."la economía no se basa -tampoco- en un supuesto plusvalor extraído a un obrero alienado". ¡Algo es algo! Esto sí que es un verdadero volver del revés a Marx, ese Umstülpung!

Esto viene a corregir, por ejemplo -digo yo-, aquellos textos de Bueno de 1973, "Sobre el significado de los «Grundrisse» en la interpretación del marxismo" (en la página 13, 19 y 20 del PDF).

«La ganancia aumenta en la medida en que disminuye el salario y disminuye en la medida en que el salario aumenta» (Trabajo asalariado y capital). «No es la conciencia de los hombres lo que determina la realidad, sino la realidad social la que determina su conciencia» (Contribución a la Crítica de la Economía política). «La persona se objetiva en la producción, el producto se subjetiva en la persona» (ibíd.).»(página 13 del PDF).

«La figura ontológica de esa sociedad de sujetos formales libres es una apariencia que encubre la realidad de una sociedad de sujetos materiales, en la cual todos ellos están vinculados internamente entre sí y a las cosas, en la cual unos explotan a otros precisamente al contratar la fuerza del trabajo según los cánones de la justicia conmutativa.»(página 19 del PDF).

«Es así como podemos comprender hasta qué punto la plusvalía brota de la situación de explotación que, en el ámbito de la ontologíá profunda, se nos manifiesta como teniendo lugar por parte de los poseedores de los medios de producción a los trabajadores; es así como descubriremos (a nivel estrictamente económico) la debilidad del cierre por recurrencia de los procesos económicos del intercambio entre el trabajo y el salario; conoceremos las diferencias entre las mercancías en general y el trabajomercancía, en tanto que mercancía orientada a producir otras mercancías, y con ellas el incremento del dinero............conoceremos que el empobrecimiento del trabajador sólo puede medirse por la magnitud del mundo que, en conjunto (mediante el plustrabajo, que ha rebasado los simples objetivos de subsistencia a un nivel histórico dado), él mismo construye. En este momento estaremos haciendo economía, pero la estaremos haciendo desde una ontologíá diferente: la ontología materialista.»(página 20 del PDF).

En definitiva, si ahora en el 2010 no existe la plusvalía, y descartado el robo, todos los cambios económicos se realizan entonces entre «equivalentes» y bajo la égida de «los cánones de la justicia conmutativa». O sea: 10>10="0", ya que no existe entonces ningún momento del proceso que no posea la reflectividad y la trasitividad propia de toda equivalencia conmutativa.

La desigualdad antes estaba en el «plus-valor» (ricardiano) extraído al obrero (la parte no pagada de los productos producidos que reproducen su "trabajo socialmente necesario" para su propia reproducción, el "plus-producto"), pero ahora esa desigualdad para el logro del "plus" de los valores no aparece por ninguna parte, y tenemos así un misterio por resolver, ya que si no hay ningún "plus-producto" o plusvalor o plusvalía -ni absoluta ni relativa- y teniendo en cuenta que el trabajo es también una mercancía, no podemos ver de donde y cómo surge un "crecimiento económico" desigual, una mayor riqueza...desigualitaria (la desigualdad siempre crece).

Si la masa de plusvalor es la cantidad de trabajo excedente producida por la fuerza de trabajo. Por ejemplo, si la jornada laboral es de 8 horas y en 4 horas el obrero reproduce el valor de su fuerza de trabajo, la masa de plusvalor es el valor de lo producido en esas 4 horas de plustrabajo. Ergo sin plusvalía o plus-valor no hay ni existen esas 4 horas de plustrabajo (Surplus-Arbeitszeit o tiempo de trabajo añadido, ya que según Marx "toda plusvalía es por naturaleza tiempo de trabajo no retribuido"), y como el cambio, todo cambio...se cambia y lo es... entre "equivalentes", tenemos como resultado una suma cero. O esto, o se postula el simple robo, lo cual fue negado por la inmensa cabeza del viejo Moro y por cualquiera que tenga dos dedos de frente.

Sin el plus-valor, -el absoluto y el realativo- necesariamente hay que admitir que ya no "es el trabajo el que constituye el único elemento determinante de las relaciones de intercambio" (como postulaba Marx)...¿Entonces? Parece que aquí sería muy pertinente considerar a la "inversión de capital" como una de esas causas determinantes como ya apuntó de sobras Euegen Von Böhm-Bawerk en «La conclusión del sistema marxiano» (Unión editorial 2000, pág. 135), pero, claro es, que la «inversión de capital» conlleva y nos conduce de lleno a las valorizaciones temporales y subjetivas o a un cúmulo de misterios y absurdos y a la lógica y los embustes del viejo Moro a su amigo Engels.

Ahora se comprende el por qué los capitalistas nunca buscaron ampliar el factor del trabajo vivo para lograr así más plusproducto, que lo que hicieron siempre fue mermarlo y prescindir de él siempre que les fue posible. La realidad es que donde hay menos capital variable allí hay muchas veces mayores beneficios. Como siempre, la culpa de todo la tiene el santo pueblo consumidor: ya que es en la esfera del consumo, en la compra-venta donde aparece el beneficio mutuum y forzosamente desigualitario (es indiferente aquí que ese consumo sea "productivo" o no). De ahí la vida cada día más opulenta de los pocos obreros que quedan, que allí donde hay una supuesta y mayor explotación de todos los recursos, y consecuentemente una mayor inversión de capital constante o no variable, es donde mayores salarios tienen, donde pueden obtener mayores ventajas en los intercambios sitos en la esfera del consumo.
..................

Rodríguez Pardo escribi:
<Uno de los puntos más curiosos era, precisamente, la vinculación al subjetivismo y las necesidades subjetivas para explicar la economía. Fue particularmente curioso que señalase que un palo encontrado en el suelo es un bien de capital, en tanto que sirve para alcanzar frutos que están en un árbol.>


????....«Que alguien se esfuerce en conseguir una cosa es un hecho y el que esa cosa valga la pena que ha costado adquirirla, otro hecho distinto; la experiencia diaria se encarga de demostrar que ambos hechos no coinciden, sin que acerca de esto pueda existir la menor duda. De ello tenemos una prueba en los innumerables esfuerzos estériles que diariamente se realizan por falta de pericia técnica, por error de cálculo o, simplemente, por falta de fortuna. Y son también bastante numerosos los casos de lo contrario, los casos en que a un pequeño esfuerzo corresponde un alto valor...» (pág. 104)

No comprendo como si el poder político posee una «base etológica», esa base etológica no exista también en y para lo «económico». Al fin y al cabo un chimpancé es también un sujeto operatorio, y un sustrato como el suelo y un medio como el palo no son muy distintos del carbón a cielo abierto y una pala mecánica para cogerlo... La naturaleza es toda ella y potencialmente un montón de «bienes de capital»..., pues de la nada nada sale...

Rodríguez Pardo escribi:
«...entonces la definición de bien de capital como algo que encontramos naturalmente, sin transformación alguna, es problemático».
El carbón es un bien de capital que encontramos naturalmente sin transformación alguna, NO es problemático... Si se supusiera que lo que se «adquiere» no es el carbón en sí, sino el transporte, los medios para «cogerlo» o su «calor», etc., estaríamos metiendo de contrabando y por la puerta trasera otra vez a la abandonada plusvalía..., o suponiendo que la economía y el crecimiento económico se basa solamente en los costes, lo cual es irrisorio además de ruinoso.

En fin, que si la economía no se basa tampoco en un supuesto plusvalor extraído a un obrero alienado (se está negando el trabajo -la fuerza del trabajo- como la «fuente del valor de cambio»), ni tampoco en las valorizaciones subjetivas, entonces estamos peor que antes, pues no sabemos en qué se basa, ya que todo "esquema objetivo de rotación recurrente" ha de sacar o asacar algún tipo concreto de valorización práctica y teórica. Para que una economía sea una economía ha de tener alguna teoría del valor, y si no tiene la teoría objetiva del valor-trabajo/plusvalía ni la teoría del valor subjetivista de los marginalistas austriacos, entonces es que no tiene nada, lo cual es absurdo, y por ello si esto fuere cierto no habría una teoría ¿Acaso cabe poder hablar de una teoría económica sin una teoría del valor? Pienso que no cabe tal cosa. Adiós.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Lun Abr 05, 2010 9:38 am    Ttulo del mensaje: Comprensión lectora Responder citando

Estimados amigos:

Parece que Rodríguez Vega está empeñado en volver por la senda habitual y buscar las vueltas a determinadas afirmaciones. Considero que no ha comprendido algunas cuestiones, o simplemente se empeña en no querer comprender lo que ha leído. En primer lugar, el hacer equivalente la teoría del plusvalor a la teoría del flogisto no significa sin más una enmienda a la totalidad de la teoría marxista. Es una expresión ad hominem contra el economista allí presente, Joaquín Arriola, respecto a su pretensión, como sucede en tantos otros economistas marxistas, de pretender que tal plusvalía es perfectamente cuantificable. Pero ni la plusvalía ni la utilidad marginal, algo equiparable a la frenología de Gall según Gustavo Bueno, son elementos cuantificables, en tanto que son supuestos filosóficos, muy discutibles ambos. El primer caso apela a una presunta alienación de un hombre originario, y el segundo a un supuesto hombre intemporal, al margen de cualquier tipo de sistema estatal y, por supuesto, de cualquier tipo de economía política.

En segundo lugar, considerar que un elemento «natural» es un bien de capital es tanto como considerar que la Economía política es algo previo al Estado. Pero ni el carbón, ni el petróleo, ni la fuerza de trabajo, ni los terrenos son bienes de capital si no existe algún tipo de organización previa estatal: ¿cómo puede haber títulos de propiedad si no hay un Estado que permita la formalización de tales títulos? La teoría austríaca parte de la base que el Estado es innecesario, y que basta la libre asociación de los hombres para la existencia de Economía. Supuesto indemostrable porque sencillamente no se da nunca; prosiguen los Estados en su discurrir histórico.

Por último, aquí nadie niega la existencia de necesidades humanas. Pero esas necesidades quedan restringidas al entorno del ego esférico, del ego individual cuyo límite es su existencia corpórea. La Economía Política desborda por completo la esfera corpórea, se mide en términos incluso de milenios, por lo que apelar a las necesidades humanas no sirve para entender la Economía Política. Gustavo Bueno dijo literalmente que la exposición de Juan Ramón Rallo era como la frenología de Gall y, en el límite, un delirio subjetivista. Más claro no pudo hablar.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Mar Abr 06, 2010 9:36 am    Ttulo del mensaje: Primeras comunicaciones disponibles de los XV Encuentros Responder citando

Estimados amigos:

Primeras comunicaciones defendidas en los XV Encuentros de Filosofía disponibles en formato escrito:

Íñigo Ongay de Felipe, Fundamentalismo liberal y fundamentalismo democrático: en torno a dos concepciones formalistas de las sociedades políticas.

Óscar Cubo, Reflexiones en torno a la «la ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia» en Marx.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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José Mª Rodríguez Vega



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MensajePublicado: Mie Abr 07, 2010 8:32 pm    Ttulo del mensaje: Estos gnósticos arreglamundos. Responder citando

Es de agradecer que vayan saliendo las cosas en letras de molde...

A mi no me han gustado ninguno de los dos artículos... No voy a entrar en la jerigonza del artículo de Iongay ni en el otro de Óscar Cubo Ugarte, aunque este último es para mi verdaderamente infumable. Sólo dos cosas sobre el artículo o comunicación de Óscar Cubo Ugarte:

1º «La LCTTG no explica cómo y cuando se produce o se termina el fenómeno de la crisis, sino que más bien expresa el carácter consustancial de las crisis al modo de producción capitalista y los límites inherentes a la acumulación de capital....»

Todo esto ya se sabía, pero lo que no sabíamos o creíamos haber olvidado es eso de lo "consustancial" al modo de producción capitalista y los límites inherentes a la acumulación de capital..., como si por aquí al lado tuviésemos otro "sistema" a la mano para echar mano de él en los momentos "graves" del enfermo capitalismo, como si la existencia misma de lo que hay -porque es lo único que hay- pudiese ser recusada.
Si las crisis son o "expresan" el "carácter consustancial" del modo de producción capitalista, está muy bien que haya crisis!! Si la enfermedad del cuerpo "expresa" el "carácter consustancial" del ser vivo, de la vida, bienvenida sea la movilidad de la enfermedad y váyase al garete el verdadero gnósticismo de querer tener en este Valle de lágrimas al Hombre Nuevo realizado y perfectamente sano en su inmovilidad.
¿Hasta cuando estaremos escuchando esa monserga de "los límites inherentes a la acumulación de capital"?

2º «Pues bien, este fundamento inmanente y estructural remite a la LCTTG. En virtud de esta ley se puede explicar no sólo el fenómeno de la sobreproducción de mercancías con el desarrollo ilimitado de la productividad, sino también la imposibilidad social de consumir todo aquello que se produce, ya que la capacidad de consumo de una sociedad siempre es limitada. Este desajuste en el modo de producción capitalista es un desajuste estructural entre la producción y el consumo, ya que el modo de producción capitalista se orienta única y exclusivamente por la búsqueda ilimitada de beneficios y no hacia las necesidades reales de una sociedad....»

No creo yo que la sobreproducción sea la que provoca las crisis (no voy a demostrar nada de nada ni lo pretendo)... Y ni falta que hace "consumir todo aquello que se produce"!!! Tampoco es cierto eso de "el desarrollo ilimitado de la productividad" (nada hay "ilimitado")... Esto son phantasías que se generan y son derivadas del punto anterior. El "ajuste estructural" de la producción y el consumo dio como resultado en el "socialismo" real los anaqueles vacíos. El polaco Wojciech Jaruzelski dijo que lo que más le gustaba del capitalismo era ver los estantes de las tiendas llenas de cosas. Eso es la riqueza y la baratura, el Mercado pletórico. Lo otro es la miseria.

Estos gnósticos arreglamundos y rebasamundos, al pretender la verdadera "armonía preestablecida" que es eso del hacer coincidir lo producido con el consumo, lo único que lograrían es subir los precios y una permanente inflación y meternos a todos en la más crasa miseria. No saben ni lo que se dicen al cultivar con tanto esmero El Lado oscuro de la virtud. ¡Dios mío, líbranos de estos comunistas !!! Otra vez no...!!

Adiós.
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J.M. Rodríguez Pardo



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MensajePublicado: Jue Abr 08, 2010 2:01 pm    Ttulo del mensaje: Argumentos Responder citando

Estimados amigos:

Me gustaría invitar a los intervinientes en estos foros a no realizar descalificaciones tales como «gnósticos arreglamundos» o «comunistas», epítetos que en ningún modo se coordinan con la exposición de Óscar Cubo sobre la ley de caída de la tasa de ganancia, que es el argumento principal de su exposición. Si Rodríguez Vega piensa que esa tesis es falsa, enuncie otra alternativa y explique los motivos. Pero déjese de cuestiones accesorias y de citas extemporáneas. Si piensa que no existe sobreproducción en el modo de producción capitalista, sino escasez y miseria (curiosamente, las virtudes que atribuye al socialismo real) y que por lo tanto no es esa la explicación de la crisis, explíquelo y diga por qué sucede. Absténgase de realizar comentarios añadidos.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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