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José M. Gallego GarcÃa
Registrado: 16 Nov 2003 Mensajes: 48 Ubicación: Murcia
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Publicado: Sab Oct 30, 2004 12:05 pm Título del mensaje: Homo floresiensis |
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Saludos,
Esta semana hemos conocido la noticia del descubrimiento de restos fósiles de una supuesta nueva especie de homÃnido que vivió hace unos dieciocho mil años. Los vestigios han sido encontrados por investigadores australianos e indonesios en la isla de Flores, situada precisamente entre Australia e Indonesia, al Este de Java y Bali, y que debe su nombre a los marinos portugueses que por tan remotos lugares se aventuraron.
Pese a la importancia de este nuevo hallazgo, lo cierto es que la isla de Flores es conocida también por otros polémicos descubrimientos, como el de M.J. Morwood, de rudimentarios aperos marÃtimos creados por la especie Homo Erectus, asà como otros hallazgos fundamentales para la teorÃa evolucionista, a saber, el enanismo endémico de algunas especies insulares, como el elefante enano.
Lo verdaderamente relevante del descubrimiento es la constatación de que la especie homo erectus pudo sufrir el enanismo endémico, al igual que otro gran número de especies, siendo este el primer caso de homÃnido sometido a este tipo de mutación adaptativa.
En segundo lugar destacarÃa el factor religiosos/numinoso del descubrimiento. Parece ser que los marinos holandeses de la época colonial conocieron referencias de los habitantes del archipielago de Sonda a una especie de gnomos.
Las leyendas sobre seres pequeños no se circunscriben a esta zona asiática. Goza de gran difusión el criterio psicologicista (que encontrarÃamos en Jung o en Campbell) que considera a estos y a otros númenes como arquetipos colectivos, sin que quede clara la cuestión de la génesis fenoménica de tales arquetipos. Y hete aquà que algunos quieren ver en el descubrimiento del Homo Floresiensis la explicación del origen de las leyendas sobre seres pequeños.
Dado que un servidor es casi lego en esta materia, me gustarÃa que los foristas manifestarán si es posible que, efectivamente, las leyendas sobre gnomos y “pitufos†puedan venir, bien de la relación del ser humano con especies primates (lo que explicarÃa la amplia localización de este tipo de leyendas) o si, más concretamente, se podrÃa defender la aventurada hipotesis de que los existencia de númenes de este tipo responde a la relación prehistórica del Homo Sapiens con el Homo Floresiensis o con otras posibles especies descendientes del Homo Erectus que sufrieran la misma mutación adaptativa (enanismo).
Links:
http://www.nature.com/news/2004/041025/full/4311029a.html
http://www.nature.com/cgi-taf/DynaPage.taf?file=/nature/journal/v431/n7012/abs/nature02999_fs.html&dynoptions=doi1099125255 |
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José M. Gallego GarcÃa
Registrado: 16 Nov 2003 Mensajes: 48 Ubicación: Murcia
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Publicado: Lun Nov 01, 2004 7:20 pm Título del mensaje: |
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Saludos,
J. L. Arsuaga se muestra escéptico ante el descubrimiento del cráneo del supuesto H. floresiensis. Lo recoge el ABC:
EL EXTRAÑO CASO DE LA ISLA DE FLORES
Por JUAN LUIS ARSUAGA Catedrático de PaleontologÃa de la UCM y co-director del proyecto Atapuerca/
HASTA el dÃa de ayer pensaba que para gastarle una inocentada a un colega paleoantropólogo le darÃa la noticia de que ha aparecido un australopiteco con tres millones de años de antigüedad en un lugar de La Mancha, cuyo nombre a partir de ese momento serÃa recordado en todo el mundo. Lo que se cuenta hoy en la revista cientÃfica Nature, la clásica entre las clásicas, es mucho más increÃble, y sin embargo tenemos que aceptar que es verdad. Al menos de momento.
El australopiteco manchego no está previsto porque pensamos, por ahora, que estos homÃnidos primitivos sólo vivieron en Ãfrica. Los australopitecos eran ya bÃpedos, pero tenÃan la talla de un chimpancé puesto de pie, o poco más, y el tamaño de su cerebro tampoco era mucho mayor.
El hallazgo que publica Nature es desconcertante porque se trata de un homÃnido de un metro de estatura, con un cerebro como el de un chimpancé... ¡que ha aparecido en la isla de Flores (Indonesia) y que tiene 18.000 años! Para este fósil se ha creado, no podÃa ser de otro modo, un nuevo nombre de especie: Homo floresiensis.
Flores está muy lejos de Ãfrica y además, por lo que sabemos, nunca se pudo llegar hasta ella andando desde el continente, ni siquiera durante una glaciación, cuando el nivel del mar descendÃa cien metros o más y emergÃan las plataformas continentales. La isla de Java sà estaba en esos periodos conectada al continente asiático, o mejor, era parte del continente, pero Flores no. Asà que los homÃnidos tuvieron que cruzar el mar. Además, la cueva de Liang Bua en la que ha aparecido el esqueleto también ha proporcionado utensilios de piedra de un tipo tan avanzado que en circunstancias normales nadie habrÃa dudado en atribuirlos al Homo sapiens, nuestra propia especie. O sea, que tenemos un homÃnido muy pequeño, con un cerebro diminuto (de 380 cm3, el más pequeño de todos los homÃnidos), navegante y tecnológicamente muy avanzado.
No, mi colega jamás habrÃa picado con esa inocentada.
Es imposible evitar la sospecha de un fraude, ya que en paleontologÃa la sombra de Piltdown es muy alargada. El hombre de Piltdown, que mantuvo durante décadas desorientada a la comunidad cientÃfica, era una mixtificación fabricada con un cráneo humano moderno y una mandÃbula de orangután manipulada. El fraude se terminó descubriendo cuando se analizaron quÃmicamente los huesos y se vio que no estaban tan fosilizados como los animales que aparecÃan en el yacimiento. En el caso del fósil de Flores, no hace falta hacer la prueba porque los huesos no están fosilizados, ya que sólo tienen unos pocos miles de años. Por otro lado, el trabajo ha superado todos los controles y filtros que impone una revista tan importante, que se juega su prestigio en cada número. Y en este caso, dada la excepcionalidad del hallazgo, y con el precedente de Piltdown (inglés como la propia revista Nature) se supone que las cautelas habrán sido todavÃa más rigurosas. Y además no debemos dudar de la honorabilidad de los autores. La posibilidad de que se trate de un caso patológico también parece descartable.
Cuando me informaron de un hallazgo sensacional, por lo reciente, de un homÃnido arcaico en Flores, me hice mi propia composición de lugar. Supuse que se trataba de los últimos Homo erectus, que se las habrÃan arreglado para llegar a la isla, bien en una navegación planificada o montados por algún raro accidente en una balsa natural de troncos.
El Homo erectus vivió en Java desde hace bastante más de un millón de años, quizás desde hace 1.800.000 años. Pero esta especie era de nuestra estatura, aunque mucho más ancha y fuerte de cuerpo, y su cerebro doblaba, por lo menos, el del chimpancé con más cabeza. Los fósiles más modernos de Homo erectus en Java son los de un yacimiento llamado Ngandong, y tienen los cerebros mayores de su especie, con pesos que están en el rango inferior de la nuestra. De hecho parece que la población de Homo erectus de Java fue encefalizándose con el tiempo. Estos fósiles de Ngandong presentan algunos problemas de datación, pero parece seguro que cuentan menos de 120.000 años. PodrÃan incluso no ser más antiguos de 30.000 o 40.000 años; esas son, más o menos, las fechas en las que nuestra especie, que apareció en Ãfrica hace unos 160.000 años, llegó navegando hasta Australia, por un lado, y a la PenÃnsula Ibérica, andando, por el otro. La extinción de los neandertales en Europa y la de los últimos Homo erectus en Java podrÃa estar, precisamente, relacionada con la aparición del Homo sapiens en sus territorios.
Pero el fósil de Liang Bua que publica Nature no tiene ningún parecido con los de Ngandong, aunque tal vez sea su descendiente. ¿Cómo? El Homo erectus habrÃa podido navegar hasta Flores y allà evolucionar en completo aislamiento, haciéndose enano y reduciendo el tamaño de su cerebro, aunque no sus capacidades, a juzgar por el utillaje que se ha encontrado en Liang Bua. De hecho, habrÃan avanzado tecnológicamente, porque al Homo erectus sólo se le conocen en Asia herramientas muy toscas. Una forma de resolver esta contradicción de un menor cerebro con, sin embargo, mejores prestaciones serÃa la de suponer que los utensilios no los talló el Homo floresiensis, sino el Homo sapiens, que ya habrÃa llegado a la isla.
Entre los homÃnidos no se conocÃan casos de enanismo insular, pero en otros grupos de mamÃferos no es tan raro. Ha habido elefantes enanos en algunas islas del Mediterráneo, y en la propia isla de Flores también se dio ese caso con el Stegodon, un proboscÃdeo que el Homo floresiensis habrÃa podido cazar según los investigadores de Liang Bua. Estos procesos de reducción de tamaño pueden ser muy rápidos, aunque de todos modos no se sabe cuándo llegaron los antepasados del Homo floresiensis a su isla.
Ser grande no es ni bueno ni malo, y todas las especies son mayores que unas y menores que otras. Nosotros mismos pesamos menos que los gorilas y más que los chimpancés. Una disminución de tamaño supone un ahorro de calorÃas que es beneficioso si la especie se lo puede permitir. Es decir, si no tiene que defenderse de depredadores mayores que ella, y ese podrÃa ser el caso de los homÃnidos de la isla de Flores, donde tan sólo el dragón de Komodo, a fin de cuentas un reptil, podrÃa intimidarles. El cerebro es un órgano muy costoso para la economÃa del cuerpo y un ahorro por ahà podrÃa estar bien, pero cuesta trabajo creer que un homÃnido pueda desandar el camino de la encefalización. En cualquier caso, esta es la hipótesis por la que se inclinan los autores del artÃculo de Nature.
Juzgando por las fotos, descripciones y medidas publicadas, y sé que no es prudente hacerlo sin haber visto el fósil, a mÃ, a lo que más me recuerda es al Homo habilis, aunque con las muelas más pequeñas. Esta es una especie que se originó en Ãfrica hace más de dos millones de años, que ya tallaba la piedra, que tenÃa un cerebro algo mayor que el de los australopitecos y bastante más que el de los chimpancés, y que podrÃa ser también de pequeña talla, como los australopitecos, aunque no hay mucho material fósil disponible para estimar su estatura. También se parece el cráneo de Liang Bua al más pequeño de los cuatro de Homo georgicus que se han encontrado en Dmanisi (Georgia) y que tienen 1.800.000 años. Puedo imaginar que un homÃnido de ese tipo llegara hasta Java, aunque nunca se han encontrado sus fósiles allÃ, ni tampoco en los yacimientos de China, y que finalmente arribara, no sé cómo pero por mar, a Flores. Una vez allà tendrÃa que haber sufrido una considerable reducción del tamaño de su cerebro, pero menor que si el Homo floresiensis descendiera del Homo erectus, y también de talla, aunque de nuevo menor que si procediera evolutivamente de este último. En otras palabras, veo más probable, porque comporta menos pasos evolutivos, la evolución Homo habilis -> Homo floresiensis que Homo habilis -> Homo ergaster -> Homo erectus -> Homo floresiensis.
Por cierto, aprovecho la ocasión para añadir que a mà me parece una excelente noticia la reducción del tamaño del cerebro operada en el Homo floresiensis, porque demostrarÃa que no hay ninguna tendencia inexorable y misteriosa hacia la expansión cerebral en la evolución humana, sino que el cerebro, como cualquier otro órgano, puede modificarse en cualquier sentido según lo impongan la selección natural y otros mecanismos que impulsan el cambio evolutivo.
Y para terminar, ¿qué modifica este descubrimiento? (si se confirma en todos sus extremos, mantengamos todavÃa un sano escepticismo). Desde luego, muchas cosas; si no, no habrÃa sido una sorpresa mayúscula. Pero no todo. Ni siquiera lo fundamental, porque el Homo floresiensis no es un antepasado del Homo sapiens, sino una rama, muy interesante pero lateral, del frondoso árbol de la evolución humana.
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