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El último samurai

 
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Autor Mensaje
J.M. Rodríguez Pardo



Registrado: 10 Oct 2003
Mensajes: 1423
Ubicacin: Gijón (España)

MensajePublicado: Jue Ene 22, 2004 12:18 am    Ttulo del mensaje: El último samurai Responder citando

Estimados amigos:

Ayer tuve la ocasión de ver El último samurai, la película que protagoniza Tom Cruise y que se encuentra en las carteleras desde hace dos semanas. Es una reconstrucción épica que mezcla fantasía y realidad histórica, aparte de una serie de elementos que convendría analizar.

La película cuenta la historia de un capitán del ejército norteamericano, que protagonizó una masacre de indios norteamericanos indefensos (mujeres y niños), y que desde entonces malvive con su mala conciencia, promocionando el rifle Winchester para costear su afición a la bebida. Sin embargo, por casualidades de la vida, es reclutado por el gobierno japonés para que ayude a derrotar a los samurais y facilitar así la occidentalización y modernización de una sociedad como la japonesa, que ha vivido en siglos de casi absoluto aislamiento.

Tras la primera batalla con los samurais, dirigiendo a unos campesinos muy mal adiestrados, Tom Cruise es hecho prisionero, y allí tiene la oportunidad de aprender, tal y como hizo con las tribus indias, sus costumbres, y de llegar a introducirse tanto en su mundo que sufre, en parte producto de su mala conciencia anterior, la denominada inversión del extrañamiento. Es decir, que se acaba convirtiendo en samurai él mismo, y protagoniza un último ataque suicida frente a las modernas tropas, armadas con cañones y ametralladoras, con solamente espadas y arcos.

También es destacable, dentro de esta película, las múltiples referencias a los númenes de la religión primaria, y su refluencia en forma de espíritus (la religión japonesa, el sintoísmo, supone que todas las cosas están animadas y poseen vida propia). De hecho, cuando Tom Cruise es capturado por los samurais, éstos le rodean, e intenta mantenerlos a distancia por medio de una lanza. En ese momento, la cámara nos revela que su lanza lleva un estandarte con una figura de un tigre, señal que es interpretada por los bushis (guerreros) como si realmente su enemigo fuera un tigre malherido que intenta defenderse de sus captores.

En fin, como podéis ver la película da para temas que están relacionados con varios foros, aunque quizás pueda servir este mensaje como una introducción para aquel que desee comentar el tema más a fondo.

Un cordial saludo,
José Manuel Rodríguez Pardo.
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Felipe Giménez Pérez



Registrado: 14 Oct 2003
Mensajes: 1050
Ubicacin: Leganés (Madrid, España)

MensajePublicado: Lun Mar 08, 2004 1:38 am    Ttulo del mensaje: Responder citando

Acabo de ver la película "El último samurai" y la verdad, es un gran elogio a la sociedad tradicional japonesa y a las virtudes militares. Con las ametralladoras, el valor de los soldados no es necesario. Desaparece todo romanticismo. Las guerras se ganan no por los soldados sino por la técnica y por la moral de los pueblos: paciencia, disciplina, capacidad de sufrimiento, pero no ya por el valor de las tropas. Atentamente,
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Antonio Romero Ysern



Registrado: 12 Oct 2003
Mensajes: 386
Ubicacin: Aracena (España)

MensajePublicado: Lun May 03, 2004 9:20 pm    Ttulo del mensaje: Período histórico y comentario de "El último samirai&q Responder citando

Estimados amigos:


Para los amigos del foro que quieran ver este película con alguna información histórica mínima, copio a continuación la que podido encontrar en "Portal de Historia":
Los samurai y la occidentalización japonesa
En Japón la clase guerrera era conocida como samuráis. La palabra samurai viene de "saburou mono" (los que sirven). Emergieron en las provincias de Japón entre los siglo IX y XII y aunque en principio eran vasallos de sus señores, llegaron a transformarse en la clase gobernante.

El origen de los samurai se encuentra en el sistema Kondei establecido en el año 792 d.C. en el cual se reorganizó el ejercito japonés, asignando a los diversos cuerpos oficiales reclutados entre los jóvenes de las familias de alto rango. Estos oficiales iban a caballo, vestían armadura, y usaban el arco y la espada. En el año 782, el emperador Kammu comenzó la construcción de Kyoto, donde creó un lugar de entrenamiento (que aún existe) llamado el Butokuden, que significa: "Sala de las virtudes de la Guerra".

Los samuráis dominaron la historia japonesa durante casi 700 años, de 1185 a 1867, un gobierno tan despiadado y violento como rico culturalmente, comparable en este aspecto con los que existieron en la antigua Roma o en la Europa medieval. Como los antiguos caballeros europeos, los samuráis formaban la élite guerrera. Samuráis, eran tanto los líderes de clanes feudales o jefes militares como los soldados que luchaban bajo sus órdenes.

Tradicionalmente, el emperador representaba la más importante figura de autoridad en Japón. Pero al incrementarse el poder de los samuráis, el emperador fue relegado a una figura de ornato, eclipsada por la figura del dictador militar, el "shogun" o comandante en jefe, título que marcó al nuevo régimen del samurái.

Cuando los ejércitos privados de los señores feudales fueron desorganizados bajo los gobiernos de Hideyoshi e Ieyasu, muchos soldados samurai sin empleo rondaban por el país, siendo inútiles sus habilidades guerreras en una época en la que Japón estaba en paz, por primera vez en muchos siglos. Los samurai se encontraron viviendo en una sociedad completamente basada en las antiguas normas medievales, pero al mismo tiempo, vivían aparte de dicha sociedad, en la que no había lugar para guerreros. Se convirtieron en una clase aparte, manteniendo vivas las viejas reglas de caballería y su devoción a las artes de lucha. A finales del siglo XVIII los samurai y los campesinos se iban empobreciendo, mientras que la clase de los comerciantes se hacía cada vez mas próspera, comenzando a emerger como una fuerza de cambio.

A mediados del Siglo XIX, las teorías liberales y librecambistas predominantes en occidente, no concebían que ningún país pudiera imponer restricciones al comercio, y menos países que eran considerados como bárbaros y atrasados. En 1853 una flota de guerra estadounidense se presentó en las costas japonesas y su comandante, el Comodoro Perry, fue recibido por los enviados oficiales obteniendo la promesa de una apertura a occidente. Esta visita fue repetida en 1854, haciendo desaparecer la idea de invulnerabilidad que tenía el pueblo japonés.

La descomposición interna del Japón por el debilitamiento del clan Tokugawa, quienes estuvieron en el poder por 250 años, produjo en 1867 la llamada Restauración Meiji mediante la cual el Emperador restableció su poder político asumiendo directamente el gobierno del Japón. De ese modo, se constituyó en el punto de mira de una nación que había perdido su cohesión y dio comienzo un reinado revolucionario que tenía como fuerza motriz la lucha contra el atraso y la debilidad del régimen feudal y su capacidad para hacer frente a las amenazas exteriores.

Jóvenes samuráis de los influyentes clanes Choshu, Tosa y Satsuma fueron los promotores de esta "revolución aristocrática" que perseguía la centralización y reforzamiento del poder imperial, como vía para el desarrollo de la riqueza y del Ejército nacionales y para la reafirmación de la independencia y prestigio internacionales de Japón. El emperador vio que la mejor vía para la consecución de estos objetivos era la occidentalización del país.

Occidente contaba claramente con el secreto del éxito y por lo mismo había que imitarlo a toda costa. Tomar un conjunto de valores e instituciones de otra sociedad representaba un intento del todo sorprendente, traumático y problemático. El intento no podía llevarse a cabo de una manera superficial y poco controlada, sobre todo en una sociedad profundamente distinta de Occidente como la japonesa. Muchos se lanzaron, con exagerada pasión, a su tarea de paladines de la occidentalización. Para algunos, la renovación parecía implicar el abandono de todo lo que fuera japonés, en cuanto consideraban que todo el pasado era bárbaro y atrasado.

Los soldados Samurai, aquellos hombres que antaño consagraban su vida al arte de la guerra no tenían razón de existir. Los samurai y su estilo de vida no fueron prohibidos, pero sí oficialmente abolidos a principios de 1870. El desmantelamiento de la clase samurai fue definitivo cuando, en 1876, perdieron el derecho a llevar sable y se vetaron los combates entre las familias nobles.

El modelo británico sirvió de guía en cuanto a la industrialización, adaptación tecnológica y métodos de negocio ( ferrocarril, telégrafo, obras públicas, industria textil, etc.). El patrón francés inspiró la reforma legal y el sistema político debió mucho al ejemplo alemán, así como el sistema educativo. La decisión de fortalecer el ejército, es decir, de desarrollar un poderío militar que le permitiera a Japón equipararse con Occidente, puso sus ojos en el exitoso modelo estadounidense. En 1876 trabajaban bajo supervisión japonesa entre quinientos y seiscientos expertos extranjeros y en 1890 ya eran tres mil.

Pese a que el argumento de la película "El último samurai" es totalmente ficticio, podemos decir que existió un último samurai en la vida real. Dentro de la cultura japonesa, Saigo Takamori es constantemente nombrado como el último guerrero samurai. Conocido por su obstinado conservadurismo, Takamori se opuso enérgicamente a la occidentalización de Japón cuando servía como consejero de guerra para el emperador. En 1877, al ser rechazada su aportación, organizó a un grupo de rebeldes samuráis con el propósito de derrocar al gobierno, lo que originó la Revuelta de Satsuma, una provincia al sur de la isla Kyushu. Sus guerreros disidentes fueron derrotados por las tropas imperiales y Takamori, siguiendo el estricto código de honor de los samuráis, se quitó la vida. Con ello, se convirtió en símbolo de devoción a los principios personales.

Al cabo de un tiempo también tomó cuerpo entre aquellos samuráis aristócratas que habían liderado la revolución una fuerte reacción contra aquella occidentalización sistémica basada en modelo liberal. Esta reacción se manifestó en la constitución de 1889, sobre todo mediante una reacción neotradicionalista que virtualmente inventó una nueva religión centrada en el culto al emperador: el sintoísmo. La combinación de neotradicionalismo y modernización selectiva fue lo que prevaleció. Sin embargo, existía una fuerte tensión entre aquellos para quienes la occidentalización significaba una revolución total y los que creían que era la clave del progreso económico. Más allá de las contradicciones internas, Japón llevó adelante un increíble proceso de modernización que lo convirtió en una formidable potencia moderna. Difícilmente podía imaginarse entonces que, apenas medio siglo después, Japón pasaría de ser una nación medieval a convertirse en una gran potencia capaz de medirse a sus pares europeos en el mayor enfrentamiento armado de la Historia, la Segunda Guerra Mundial.







FICHA DE LA PELÍCULA

Título en España: El último samurai
Título original: The Last Samurai
Países: Estados Unidos.
Año: 2003.
Duración: 157 minutos
Interpretación: Tom Cruise, Ken Watanabe, Timothy Spall, Billy Connolly, Tony Goldwyn, Hiroyuki Sanada.
Dirección: Edward Zwick.
Producción: Edward Zwick, Marshall Herskovitz, Tom Cruise, Paula Wagner, Scott Kroopf, Tom Engelman.
Guión: John Logan, Edward Zwick, Marshall Herskovitz..
Música: Hans Zimmer.
Fotografía: John Toll.
Montaje: Steven Rosenblum, Víctor du Bois.
Diseño de producción: Lilly Kilvent
Vestuario: Ngila Dickson.


Respecto al contenido de la película, me parece que trasladado a la actualidad quedaría así: soldado yanqui que ha realizado una matanza de civiles, digamos en el mismo Irak (pongamos si se quiere que se ha dedicado también a orinarse encima de algunos). Esto le trae terribles problemas de conciencia, lo convierte en un alcohólico "individuo flotante" que se encuentra en el mundo sin rumbo, en el lodo. Pero, tomado prisionero por unos secuaces de Muqtada Al-Sadr, al contemplar la armonía en la comunidad, la integración en la naturaleza (en este caso, el desierto), la espiritualidad y todo eso, sufre una versión aguda del "síndrome de Estocolmo", tras lo cual se convierte al chiismo duodecimano, encontrando al fin el sentido de la vida. Total, que se convierte en soldado de Muqtada, y se lanza con sus secuaces a un ataque suicida contra unos tanques yanquis. Sobrevive milagrosamente pero ha provocado una conmoción en Iraq tal que consigue expulsar a los malvados yanquis y que el mismísimo Mohammad Jatami sea elegido presidente vitalicio de Iraq, conjugando en su régimen "tradición y modernidad", es decir antenas parabólicas y Consejo de los Guardianes. (Olvidaba que, por supuesto, el yanqui encuentra una danzarina del vientre que lo cautiva)

Me parece que estamos tan acostumbrados ya a las apologías romanticoides del feudalismo, a los cantos a la vida armónica y solidaria del anarco-primitivismo, y al mistiqueo budista, que no se percibe el mensaje un tanto reaccionario de películas como esta. Es cierto que el joven emperador de la película no renuncia al desarrollo del Japón, sólo pretenderá finalmente conjugar "tradición y modernidad", parándoles los pies a lo que parece entenderse como imperialismo depredador yanqui. Pero aun así, la película me parece que contiene una serie de tópicos ideológicos que la hacen algo redundante en la historia del cine.

Un saludo.
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