los foros de nódulo

[Carlos Pérez Jara]

Estimados contertulios:

He podido comprobar que la mayor parte de las reseñas bibliográficas y críticas literarias que se hacen en este foro de debate sobre textos suelen pasar, casi inevitablemente, por el tamiz de la política. No critico que haya valoraciones políticas, pero cuando no se habla de política se aborda, bajo una germanofilia un tanto curiosa, los más diversos asuntos acerca de la literatura alemana, como es el caso dedicado a Goethe o a Heiddeger. Ni una cosa ni la otra son aspectos que pueden molestarme más que en la medida en que he visto cómo casi nadie trata sobre la literatura española, o incluso de alguna literatura en general que no huela a salchica de Frankfurt. Por eso me gustaría que también se hablase aquí de libros de ficción, o de poesía... ¿acaso no consideran fuente de discusión literaria hablar de alguna obra literaria poética? No digo que no se haya hecho, pero no existe últimamente muchos ejemplos que lo apoyen.
Por mi parte me gustaría recomendar dos libros y criticar a un tercero. Recomiendo un libro relativamente reciente, la biografía de Marcel Proust escrita por Edmund White, como una obra que supera la rigurosa labor documentalista de Painter, y que acaba transformando a Proust ( a quien se nos presenta como verdadero personaje literario de su propia obra, En busca del tiempo perdido) en otro personaje de ficción que podría añadirse a la galería del propio Edmund White. Interesantes son las continuas trasposiciones entre la vida "real" del Proust escritor y la del personaje de su magna novela, así como las perennes sugerencias sobre su velada homosexualidad. Una biografía de interés en la medida en que está escrita por un buen escritor.

Por otra parte, también me gustaría recomendar ( para aquellos que no lo hayan leído aún, claro) La vida de los doce Césares de Suetonio, donde el eximio bibliotecario de Adriano hace una auténtica labor de radiografía del poder y de los mecanismos por los cuales todos aquellos sometidos a su esfera (el Emperador el primero) acabaron, no ya asesinados por el aliento de alguna conspiración secreta, sino convertidos, antes de morir, en seres extraños a sí mismos, corruptos o simplemente degenerados, como es el caso del oscuro Tiberio en Capri.

Por último también deseo criticar una obra que durante años se ha tratado en este país con especial benevolencia. Me refiero a la novelita Nada, la multifamosa obra de Carmen Laforet, y que bajo la reseña de ser un libro que rompió moldes en su época, no ha tenido hoy ( me parece) la valoración critica que se merece, sobre todo porque una verdadera obra clásica no suele estar sometida a los rigores del tiempo: realmente no envejece, o si lo hace en en aspectos que no amenazan a la propia obra. De hacerse vieja, la obra acaba pudriéndose bajo el mismo proceso orgánico de un ser vivo que deja de estarlo. La estructura y verosimilitud de Nada se ha debilitado con el tiempo, y ni son creíbles los personajes ni las secuencias narradas. Además de todo ello, la prosa de Laforet es débil en todos los sentidos: pobre y ramplona, no por la necesidad de adaptarse a las exigencias de la historia, sino que porque su capacidad expresiva no parece alcanzar ese grado necesario entre la extrañeza de los personajes y su aura fantasmal que, por ejemplo, hubiese conseguido, sin niguna duda, el escritor mejicano Juan Rulfo. En definitiva, una obra sobrevalorada.
Un saludo.