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Eliseo Rabadán Fernández
Registrado: 12 Oct 2003 Mensajes: 567 Ubicación: España
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Publicado: Mar Ago 01, 2006 8:58 pm Título del mensaje: indigenismo boliviano desde la vicepresidencia |
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el vicepresidente de Bolivia,Alvaro GarcÃa Linera, en una entrevista a la revista electrónica mexicana Memoria, expone unos interesantes asuntos en relación tanto con sus tesis polÃticas en tanto académico y en tanto polÃtico en ejercicio (vicepresidente del Gobierno de Evo Morales )
El asunto del indigenismo podrá entenderse un poco mejor a través de este texto que me pemrito recomendar a continuación:
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Los intelectuales y la polÃtica
Publicado en Aldea Global | 208 / junio 2006 | RamÃrez, Franklin; Stefanoni, Pablo
Entrevista con Ãlvaro GarcÃa Linera, Vicepresidente de Bolivia
RamÃrez, Franklin y Stefanoni, Pablo
Matemático, viajero, sociólogo autodidacta, con 44 años de edad tiene cinco encima de prisión, varios libros publicados y una vida de búsqueda intelectual. En ese camino, exploró “obsesivamente†la idea de Marx de los pueblos “sin historia†y llegó a conclusiones que lo unieron a Evo Morales.
¿Cómo fue su trayectoria intelectual?
Soy una persona que vivió la adolescencia en un periodo de gran inestabilidad polÃtica: elecciones, golpes de Estado, elecciones, más golpes de Estado, en un ambiente cargado de movilizaciones, de proyectos, de debates, de utopÃas. Estoy hablando de fines de los años setenta y creo que eso influye en un tipo de acercamiento personal a la polÃtica y a las ciencias sociales.
En 1979, a los 17 años, vivà el primer gran bloqueo indÃgena de la historia moderna de Bolivia. Era difÃcil de entender lo que estaba pasando y en ese ambiente busqué la ayuda de las ciencias sociales, de la sociologÃa, de la economÃa, pero más como autodidacta. Sin embargo, me sentÃa distante de las organizaciones partidarias; tenÃa un abordaje un poco intelectualizado de la polÃtica. HabÃa comenzado a estudiar matemática porque creÃa que las ciencias sociales podÃa aprenderlas solo y decido continuar mis estudios en México. El contexto centroamericano influye mucho en mi percepción de la polÃtica, especialmente la guerrilla salvadoreña, y politizo mis lecturas. Paso de una orientación más filosófica y abstracta del capital, de la dialéctica de Hegel, de Kant, a una mirada más práctica. Entonces comienzan mis lecturas más leninistas, digamos asÃ, para comprender mejor lo de la gestión de lo polÃtico. Esto ya es en los años ochenta y, al acabar la carrera, regreso a Bolivia con una posición de mayor involucramiento polÃtico.
¿Cómo influyó el conocimiento de los movimientos insurgentes centroamericanos en su evolución intelectual?
HabÃa dos elementos importantes: la lucha armada como modo de resolución o de conquista del poder y, en particular, el tema étnico. En Guatemala, escucho por primera vez en un debate polÃtico el tema de la multiculturalidad. Aun cuando ya era un momento de reflujo, la guerrilla guatemalteca logra incorporar este elemento en el debate a partir de la presencia de los mayas. Esto para mà es en extremo novedoso y con esos bagajes regreso a Bolivia y aquà intentamos (junto a Raquel Gutiérrez, su pareja de entonces) construir una estructura polÃtica principalmente obrera porque los mineros eran el eje de la polÃtica contestataria en Bolivia e iniciamos un largo debate, que perdura en alguna medida hasta el dÃa de hoy, contra el trotskismo y el estalinismo, representados por el Partido Obrero Revolucionario y el PC, respectivamente. Luego conocemos a un grupo de lÃderes indÃgenas, jóvenes todavÃa, que venÃan de las corrientes kataristas e indianistas de los setenta que denunciaban el “colonialismo internoâ€.
Ahà se va produciendo un giro hacia lo étnico-nacional.
Iniciamos una relectura, o más bien una ampliación de nuestra mirada, desde lo obrero hacia la temática de lo nacional y lo campesino-indÃgena, más centrada en lo que se denomina “identidades difusasâ€. Ahà se inicia una etapa -hacia 1986- que se mantiene hasta hoy, de una preocupación en torno de la temática indÃgena y de la construcción de la nación. Dedico mi tiempo a escribir varios libros, unos polémicos, en debate contra la izquierda tradicional predominante, y otros que anticipaban trabajos con mayor abstracción. Ahà comienza una obsesión, que mantuve durante diez años, de rastrear lo que Marx habÃa dicho sobre el tema y comenzamos a escudriñar sus cuadernos, sus textos sobre los “pueblos sin historia†del 48, los Grundrïsse, los textos sobre India y China y sus cartas a Vera Zasulich, incluso sus manuscritos etnológicos y otros inéditos sobre América Latina, que están en Amsterdam. Viajamos allá a consultarlos. Algunos compañeros me reñÃan por esto: no veÃan bien que en momentos de tanta intensidad de la lucha polÃtica yo estuviera revisando archivos. Comienza una obsesión, con distintas variantes, a fin de encontrar el hilo conductor sobre esa temática indÃgena desde el marxismo y creyendo que era posible que el marxismo pudiera dar cuenta de la fuerza de la dimensión, del contenido y del potencial de la demanda étnica nacional de los pueblos indÃgenas. Ello implicaba múltiples peleas, en textos menos académicos y más polémicos, con la izquierda boliviana para la cual no habÃa indios sino campesinos. Se trataba de una pelea marginal porque éramos un grupo de personas que no influÃamos en ninguna parte, nos dedicábamos a repartir nuestros panfletos, nuestros textitos, nuestros policopiados de 50 páginas en las marchas, en las minas. Pero ahà se inicia una polémica.
Luego viene el intento de formar el Ejército Guerrillero Túpac Katari y la prisión.
En los años 1985 y 1986, convergen intelectuales, jóvenes, muy jóvenes, obreros de las minas especialmente en proceso de radicalización y un conglomerado de lÃderes campesinos e indÃgenas provenientes de las filas del indianismo katarista. En esta primera etapa, toda la actividad se centra en el trabajo polÃtico en las minas, en las asambleas, en producir panfleterÃa, crÃtica a las posiciones de izquierda tradicional con una consigna clara: “Va a haber una prueba de fuerza y esa prueba va a dirimir la nueva épocaâ€. Esa prueba de fuerza fue en 1986, la Marcha por la Vida de los mineros contra el desmantelamiento de la Corporación Minera de Bolivia. Los obreros salen derrotados polÃticamente, ni siquiera hay necesidad de una salida militar; se desmorona el movimiento y comienza la desbandada.
¿Esa derrota abre el camino a una orientación hacia las comunidades indÃgenas?
Desde ese momento, nos trasladamos con todo ese bloque de intelectuales y mineros a potenciar el trabajo en el campo junto con los indianistas. Va construyéndose un escenario más potente de autodeterminación de las nacionalidades indÃgenas, especialmente la aymara. Hay un fuerte énfasis en la posibilidad de una sublevación indÃgena, en la idea de que la emancipación indÃgena pasa obligatoriamente por una sublevación de comunidades. Quispe teoriza ahà sobre la guerra de los ayllus; tiene la imagen de una toma del poder mediante una sublevación de ayllus y comunidades, es decir, no se estructura un imaginario guerrillero, sino un escenario de emancipación de masas. Se inicia un proceso que luego va a dar lugar al EGTK y a ejercicios de formación militar en las comunidades; primero en el Altiplano -con militantes del viejo indianismo de los setenta-, luego en PotosÃ, el Chapare, Sucre. Era una dinámica fuerte.
Luego viene la desarticulación del grupo y la cárcel. ¿Cómo se desarrolla su actividad intelectual posterior desde la prisión?
Al saber que no iba a contar con muchos libros, que no tendrÃa mi biblioteca disponible, decido dedicarme sólo a unos cuantos libros, a trabajarlos de un modo mucho más profundo. Continúo con parte de mis trabajos teóricos y escribo Forma valor, forma comunidad, que es una lectura enteramente dedicada a El Capital, bajo la obsesión de trabajar el tema del valor de uso, el valor de cambio y de las lógicas organizativas de la modernidad para hacer un contrapunto con las lógicas organizativas del mundo andino. Fueron cinco años de encierro. Creo que es mi libro mejor logrado por el tiempo que pude dedicarle, por la paciencia que tuvimos en armar las transcripciones.
Fue un curso acelerado de antropologÃa andina, de etnohistoria andina y de economÃa agraria. Al salir de la cárcel, inmediatamente me incorporé a la academia, incluso retomo el tema del mundo obrero, pero desde una perspectiva más sociológica. De allÃ, saldrán Reproletarización, sobre el mundo obrero fabril en Bolivia y sus cambios organizativos y tecnológicos, y La condición obrera, sobre la nueva minerÃa. Las conclusiones generales son que los obreros no han desaparecido, pero ha habido una modificación sustancial de la estructura material de la condición obrera, de la identidad obrera y de la composición polÃtica y cultural de la clase obrera. De allÃ, se deriva una explicación de por qué la Central Obrera Boliviana se extingue como movimiento social unificador del paÃs. En los últimos años, he desarrollado varios estudios de los movimientos sociales, incorporando teorÃas más modernas como las de Charles Tilly, Pierre Bourdieu y Norbert Elias.
Usted pasó de la acción insurgente a la academia y de ahà osciló entre los medios y la polÃtica. ¿Cómo ve el papel del intelectual en un campo universitario como el de América Latina, poco institucionalizado y en medio de una nueva oleada de politización social?
En los años noventa, se instaló la creencia de que habÃa que separar la polÃtica de la academia o la idea de un campo académico autónomo, pero eso fue una ilusión. La promesa de un academicismo mucho más sólido, coherente, fundado en bases propias, acabó en un academicismo que servÃa de legitimador ideológico del proyecto polÃtico y económico neoliberal. Cuando revisas desapasionadamente la producción de los años noventa te das cuenta de la pobreza investigativa, conceptual, de la abundancia de retórica y sentido común de una gran parte de esa producción. Creo que ahora se presenta un nuevo reto para la producción intelectual: la capacidad de construir crÃticamente categorÃas, argumentos y razones y no simplemente panfleterÃa polÃtica, pero, a la vez, que sepa recoger estas señales y la riqueza de la sociedad, no solamente de los movimientos sociales. Ahà está el gran reto de continuar esta larga trayectoria del intelectual latinoamericano y boliviano que rompe esa falsa asepsia ideológica a lo Vargas Llosa. Sin embargo, no se requiere que frente al intelectual neoliberal cooptado por el discurso estatal surja un intelectual de los movimientos sociales que haga la apologÃa de la acción colectiva, sino un intelectual crÃtico con el poder existente y con las fuerzas emergentes. Parte de eso, sin duda, puede ser utilizado por los movimientos sociales y parte no; va a dolerles que reflexionen sobre sus lÃmites y ahà está el pedazo de autonomÃa de la reflexión intelectual de no acallar o forzar sus reflexiones a favor de tal o cual.
¿Es un problema ser a la vez sociólogo crÃtico y vicepresidente?
No, al contrario, es una excelente combinación porque permite analizar con una frialdad siberiana lo que está sucediendo y tus acciones y como vicepresidente ves algunas cosas que jamás verÃas desde tu gabinete de sociólogo.
Varios medios hablan de “evismo†para referirse a este gobierno.
El “evismo†plantea una ruptura con respecto a anteriores estrategias de lucha por el poder; es un proyecto de autorrepresentación de los movimientos sociales, de la sociedad plebeya. Es un nuevo horizonte que no nace de la teorÃa, sino que va implementándose en la práctica y puede aportar una interesante veta de análisis a las corrientes neomarxistas. Un segundo elemento que podrÃa definir al “evismo†es un indianismo flexible capaz de convocar a los sectores no indÃgenas, mestizos, sectores medios urbanos. En términos didácticos podrÃamos decir que la Revolución Nacional de 1952 despierta al indio a la ciudadanÃa, pero trata de diluirlo en el mestizaje y le bloquea las posibilidades de desarrollo polÃtico. Cincuenta años después, el indio se postula como un sujeto polÃtico autónomo que propone un nacionalismo expansivo, una nación con “unidad en la diversidad†como lo ha repetido tantas veces Evo Morales. La experiencia que estamos viviendo en Bolivia replantea todo el debate sobre la lucha por el poder, incluso las propuestas de Antonio Negri. ¿Qué es un gobierno de los movimientos sociales? ¿Es posible? ¿Cómo se operará la relación entre lo polÃtico y lo social?
Usted habló de capitalismo andino.
Con esa expresión, más bien teórica, hice referencia a que las estructuras materiales de las rebeliones sociales desde el 2000 son las pequeñas economÃas familiares, tanto en el campo como en la ciudad. Son los pequeños productores los que se han rebelado: campesinos, cocaleros, artesanos, microempresarios, cooperativistas mineros. No va a haber revolución socialista en una nación de pequeños productores. El “evismo†visualiza estas múltiples modernidades; el pequeño campesino del Altiplano no va a ser un farmer, pero puede tener tractores o internet. Siempre lo moderno subsumÃa lo tradicional; ahora pensamos en una articulación diferente y no subordinada entre estas dos plataformas que van a perdurar en los próximos 50 o 100 años. No estamos pensando en el socialismo para el futuro próximo, sino en una profunda revolución democrática descolonizadora.
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Eliseo Rabadán Fernández
Registrado: 12 Oct 2003 Mensajes: 567 Ubicación: España
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Publicado: Vie Dic 12, 2008 9:55 am Título del mensaje: Evo Morales saca a la DEA de Bolivia |
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En medio aún de la lucha interna por el control polÃtico y la eutaxia de Bolivia, el presidente Evo Morales no admite ingerencias de los EEUU bajo ninguna coartada, como es el caso de la intervención de la DEA ( Agencia yanqui contra las drogas )
Creo que es un dato interesante el hecho de que mientras en muchos paÃses no solamente está la DEA actuando contra la producción de droga y el narcotráfico, sino que incluso es muy posible que lleve a cabo otras actuaciones vinculadas con intereses de los EEUU distintos a esa supuesta lucha contra la droga, enBolivia se les plante cara ,auna sabiendas de que el TÃo Sam puede enfadarse mucho con esta acción soberana ylegÃtima del Estado boliviano. No al intervencionismo (directo ni indirecto)imperialista anglosajón en la América Hispana
http://bolivia.indymedia.org/node/27785
Cita: |
El presidente Evo Morales afirmó hoy en Achacachi que los miembros de la Agencia Antidrogas de EEUU (DEA) no deben volver a Boli
Enviado por Anónimo el Jue, 11/12/2008 - 18:26.
El presidente Evo Morales afirmó hoy en Achacachi que los miembros de la Agencia Antidrogas de EEUU (DEA) no deben volver a Bolivia y pidió a las FFAA trabajar para que esta tarea se cumpla.
“Ustedes saben que en el Chapare hemos pasado momentos difÃciles, la DEA norteamericana, mandaba a policÃas y militares ahora se fueron y definitivamente, no tienen porque volver los gringos a Bolivia†sostuvo el presidente Morales.
Morales además mencionó que en la nueva constitución polÃtica del estado “no se acepta en Bolivia ningúna base militar extranjera, norteamericana ni de ningún otro paÃs, en el cuartel me enseñaron que ningún uniformado armado extranjero puede caminar por Bolivia, las FFAA tienen que sumarse a expulsar a la DEA â€.
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J.M. RodrÃguez Pardo
Registrado: 10 Oct 2003 Mensajes: 1423 Ubicación: Gijón (España)
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Publicado: Vie Jun 25, 2010 8:55 am Título del mensaje: Bolivia avanza sin frenos hacia el indigenismo |
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Estimados amigos:
Evo Morales conduce a Bolivia hacia el indigenismo y el irracionalismo. Vean esta noticia extraÃda de El Revolucionario.
Bolivia legaliza la «justicia» indÃgena.
Un cordial saludo,
José Manuel RodrÃguez Pardo. |
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J.M. RodrÃguez Pardo
Registrado: 10 Oct 2003 Mensajes: 1423 Ubicación: Gijón (España)
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Publicado: Mar Nov 02, 2010 3:49 pm Título del mensaje: El indigenismo en El Catoblepas |
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Estimados amigos:
Algunos indocumentados, ocultos bajo una capucha como la ETA, afirman que en El Catoblepas no tratamos el tema del indigenismo, hoy tan de actualidad. Para desengaño de multitudes, aquà dejo este enlace del que espero sepan perdonar la inmodestia.
Del Apóstol Santo Tomás a Evo Morales. GenealogÃa de la derecha extravagante hispanoamericana.
Un cordial saludo,
José Manuel RodrÃguez Pardo. |
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